El Senado y Cámara de Diputados...

"PROHIBICIÓN DE HOMENAJES”

Artículo 1.- Queda prohibido a los Poderes del Estado rendir homenaje a funcionarios, legisladores, magistrados o miembros de la Administración Pública Nacional con estatuas, monumentos o mediante la designación con sus nombres de establecimientos públicos, divisiones territoriales o políticas, calles, plazas y demás espacios públicos, antes de haber transcurrido diez (10) años desde la cesación en las funciones que determinan tal reconocimiento.

Artículo 3.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Ha sido moneda corriente en nuestro país y pareciera ser, parte del derecho consuetudinario, el hecho darle el nombre de funcionarios, dirigentes políticos o demás figuras que forman parte del mismo espacio político, a obras, sitios y bienes de dominio público.

Esta acción en apariencia inocua, conlleva una temible y demagógica tarea que no es otra que la de perpetuar la inmortalidad de líderes y dirigentes políticos, no por sus ejemplos, virtudes o dones demostrados en el ejercicio público de sus funciones, sino simplemente por la exaltación y culto a sus nombres y personas con el objeto de "instalar" o "imponer" su nombre en un bien público para obtener cierta perpetuidad y desvirtuado prestigio. Tal como lo señala su nombre, estos bienes no son propiedad de nadie en particular, sino que son propiedad de todos, sin distinción alguna de bandera o color político. Corresponde a la historia determinar naturalmente y por sí quienes son aquellas personalidades que con el transcurrir del tiempo se posicionan en la sociedad como líderes indiscutibles y espontáneos por la huella de su gestión que en favor de la comunidad han desarrollado.

Hemos de compartir que el tiempo es implacable y sólo su derrotero permite adjudicar un lugar preponderante en nuestra historia a determinadas figuras como sus protagonistas indiscutibles. A ese criterio lógico y natural apelamos a través de esta iniciativa que ya ha tenido antecedentes en el Expediente 5548-D-2015, con tratamiento, consenso y aprobación en instancia de comisiones parlamentarias sin haber llegado al recinto para su aprobación final. Es por ello y en la convicción que sólo el peso de nuestra propia historia debe ser el responsable de destacar a sus figuras emblemáticas y otorgarles un reconocimiento perenne a través de determinadas denominaciones con su nombre y no como producto de fanatismos partidarios ni de apreciaciones subjetivas de una instancia instalada en el presente, es que se propone el presente proyecto de ley solicitando a mis pares me acompañen con sus firmas para su aprobación.