Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo que declare la Emergencia Nacional en Violencia de Género y arbitre los medios necesarios a fin de establecer diversos programas cuyos objetivos sean la prevención y erradicación de la Violencia de Género, así como la asistencia a las víctimas.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
Las noticias en materia de violencia de género son tristes y desalentadoras; en estos últimos días hemos sido testigos, una vez más, de la brutalidad y la sinrazón. Nuevamente se ha cobrado una víctima fatal, nuevamente una joven ha sido secuestrada y muerta por culpa de un sistema que deberá revisarse y actualizarse.
Es indispensable que el Poder Ejecutivo Nacional ponga en marcha los programas de protección contra la violencia de género necesarios. Es preciso que se agoten los recursos para salvar la vida y la dignidad de las mujeres que sufren permanentemente hostigamiento físico y psíquico.
Desde el Ejecutivo tienen herramientas disponibles para ordenar medidas básicas que repriman, restrinjan y ciñan al menor grado posible los delitos de femicidios y demás delitos conexos a éste. El Estado en su rol de velador, por manda constitucional, de la seguridad de su pueblo no debe escatimar esfuerzos de preservarlo de la violencia en cualquiera de sus modalidades. Del mismo modo, debería prestar asistencia a todas aquellas mujeres que han sido víctimas de los delitos mencionados, con la debida implementación de programas de contención y ayuda.
El femicidio de Micaela García ha puesto en los titulares de los diarios algo que permanece subyacente en nuestra sociedad, otra vida joven que se va, que es arrastrada a la muerte por un despiadado y cruento delincuente y del cual deberán dar cuenta, además de él, todos aquellos que participaron en la cadena de desventura que desembocó en su libertad, aun conociendo los informes que desaconsejaban que abandonara el estado de detención que ostentaba.
No deberíamos perder esta oportunidad de combatir este flagelo, no debemos, honrando el nombre de la querida compañera Micaela, hacernos los distraídos una vez que la noticia salga de las portadas de los diarios. Nada ocurre mágicamente, nada se soluciona esperando, únicamente, que no ocurra más, es preciso tener una mirada proactiva en la construcción de políticas públicas que desalienten estas conductas penalmente reprochables, y socialmente deleznables.
Por último, sé que no depende de este poder del estado, del que soy orgulloso miembro, la implementación de políticas, sé que la puesta en marcha de programas de prevención, de protección y de salvaguarda de víctimas no es menester de este Congreso, pero también sé que no podemos permanecer impávidos ante la ocurrencia de hechos tan nefastos como el relatado, y del que seguramente son parte de un infierno diario de miles de mujeres que sufren en silencio, por cuanto, solicito a los señores diputados y diputadas de la Nación acompañar este proyecto como grito de ayuda de las que no pueden gritar, como voz de las que no pueden hablar.
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