Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Declarar de interés de la H. Cámara la obra pictórica del artista Darío Mastrosimone, que se exhibe en forma permanente en la ciudad de San Martín de los Andes, Provincia de Neuquén.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
Darío Mastrosimone nace en Buenos Aires el 2 de octubre de 1964, hijo único de una familia con tradiciones típicamente italianas. Realiza sus estudios en la Escuela Nacional de Profesorado Mariano Acosta, donde descubre su pasión por el arte, pero luego y a pesar de ello, estudia en la Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Económicas donde se recibe como Contador Público Nacional.
Pero a pesar de realizar una carrera profesional exitosa no puede dejar su vieja pasión por la pintura. Por tal motivo y a pesar de haber concretado la primera mitad de su vida como profesional en Ciencias Económicas, decide retomar sus estudios de pintura con el reconocido acuarelista Daniel Salaverría quien le dio sus primeras herramientas. Más tarde estudia con Natalio Galluzzi, pero a quien le debe el espíritu de sus obras es a Georg Miciú Nicolaevici. Como si el motivo se entrelazara entre ambos artistas, el nacido en Austria también se reivindica como “patagónico por adopción”, habiendo encontrado él mismo, luego de un largo recorrido alrededor del mundo, su propio lugar en nuestro país. Él es quien lo motiva en el uso de la espátula y el manejo de la luz, lo influencia en los motivos y la espiritualidad de la obra.
Desde enero de 2008 deja atrás Buenos Aires y se radica en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, desde donde comienza una nueva vida junto a su familia dedicándose de pleno a la pintura, rodeado del paisaje que Dios regala como inspiración para sus obras.
Los frutos de la pintura que hoy se pueden apreciar en la obra de Mastrosimone es la lucha por la coherencia misma de la búsqueda, no de la sensibilidad puramente estética, sino el reflejo de una vida en el Espíritu. Es increíble el cambio en sus telas desde su mudanza al Sur, abstraído por un paisaje totalmente diferente donde su vida transcurre, rodeado de sus afectos familiares, con más tiempo para el compartir y el contemplar. Este vuelco radical que ha dado en su vida lo lanza tras la búsqueda de nuevas formas y colores hecha de la observación directa y al mismo tiempo de una íntima sensibilidad que cambia literalmente su actitud frente a la vida.
Su obra, de carácter netamente impresionista, se nutre de la vida del campo principalmente, y de todo lo que la compone. Gauchos de a caballo, paisajes naturales de la zona, escenas de pesca, incluso escenas familiares. Todas excusas para expresar la paz, la belleza, la angustia, la inmensidad, el amor o
el odio que uno lleva adentro y no sabe volcar con palabras, según confía a quien quiera escuchar.
“Yo cuando pinto me siento completo, sincero al hacer lo que creo que Dios quiere que esté haciendo”, expresó al artista. Considera asimismo que la quietud de la vida en la montaña, en contraste con la vida dinámica de Buenos Aires, le ha dado nuevas alas para perfeccionar su real vocación: la pintura.
La crítica prontamente pasó de interesarse por su recorrido vital, a centrarse y resaltar su labor pictórica. De “El artista que se animó al cambio”, a “Elocuente trasmisor de los momentos más íntimos de las tareas rurales, inmersas en los magníficos paisajes de la Patagonia de la pampa. Su paleta realista y sensible, nos conecta de manera sublime con la esencia del gaucho y su medio.”
Por las razones expuestas, y con el fin de fomentar y apoyar las manifestaciones culturales de nuestra Nación, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.
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