Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Declarar de interés la “Biblioteca Braille y Parlante de La Plata”, creada en 1950 en la Ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, por el importante aporte que brinda a las personas ciegas, ofreciendo más de 2.700 obras parlantes, más de 4.000 obras en sistema Braille, y la realización de eventos culturales y académicos.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
La Biblioteca Braille fue creada en 1950 sobre la base de la ley 5113, que especifica que el personal directivo debe ser no vidente y bibliotecario. Jorge Renault fue el primer director. Junto a un grupo de colaboradores, comenzó a transcribir libros con la ayuda de un punzón y sobre una pizarra.
En la actualidad con ayuda de la tecnología se tarda aproximadamente 10 días en transcribir un libro de 200 páginas. La institución consta de tres áreas: una de transcripción, otra de préstamo y otra de extensión. Se realizan préstamos de libros transcriptos en la Biblioteca o recibidos de las imprentas Braille de España, México, Uruguay y de Buenos Aires, a escuelas e institutos de todo el país.
La Biblioteca también realiza donaciones a países limítrofes, como Paraguay y Bolivia, que no cuentan con bibliotecas para ciegos.
En su ámbito se dictan cursos de literatura y se patrocinan charlas culturales de artistas de trayectoria internacional, entre otras actividades. Se ofrecen visitas guiadas para colegios en las cuales se explica el proceso de grabación y escritura en sistema Braille de los volúmenes. La Biblioteca recibe encargos y pedidos de todo el país, cuenta con un catálogo de obras del sistema parlante, de obras infanto-juveniles, de partituras y un catálogo de Braille unificado, coordinando la realización de futuras transcripciones o grabaciones con bibliotecas para ciegos existentes en el país, para evitar duplicación de títulos.
En Argentina hay aproximadamente un millón y medio de personas ciegas y si bien estamos lejos de cumplir el Manifiesto de la IFLA/UNESCO sobre las bibliotecas públicas que deberían ofrecer “servicios y materiales especiales para aquellos
usuarios que por una u otra razón no pueden hacer uso de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, personas con discapacidades o personas en hospitales o en prisión"; las bibliotecas como la que ocupa a este proyecto contribuyen a garantizar el acceso a la información a un colectivo de personas con discapacidad.
Por su parte la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, a la que el Congreso de la Nación le ha otorgado jerarquía constitucional, establece en su artículo 30 “Participación en la vida cultural, las actividades recreativas, el esparcimiento y el deporte” que “Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a participar, en igualdad de condiciones con las demás, en la vida cultural y adoptarán todas las medidas pertinentes para asegurar que las personas con discapacidad: a) Tengan acceso a material cultural en formatos accesibles; b) Tengan acceso a programas de televisión, películas, teatro y otras actividades culturales en formatos accesibles; c) Tengan acceso a lugares en donde se ofrezcan representaciones o servicios culturales tales como teatros, museos, cines, bibliotecas y servicios turísticos y, en la medida de lo posible, tengan acceso a monumentos y lugares de importancia cultural nacional.”
Y en el Artículo 21 “Libertad de expresión y de opinión, y acceso a la información” dispone que “Los Estados Partes adoptarán todas las medidas pertinentes para que las personas con discapacidad puedan ejercer el derecho a la libertad de expresión y opinión, incluida la libertad de recabar, recibir y facilitar información e ideas en igualdad de condiciones con las demás y mediante cualquier forma de comunicación que elijan…” mencionando el sistema Braille en el inciso b) del citado artículo.
Creemos que es importante reconocer la valiosa labor de aquellas instituciones que se dedican a mejorar la calidad de vida y el acceso a los derechos de las personas con discapacidad desde hace ya muchos años, cuando la sociedad no tenía conciencia de que las personas con discapacidad eran sujetos de derechos, en medio de la marginación, la falta de recursos e incluso el desprecio y la
conmiseración, instituciones como la Biblioteca Braille y Parlante de La Plata permitieron el acceso de las personas ciegas a la cultura, al material de estudio en colegios y universidades y a la lectura como recreación.
Quienes nos dedicamos a luchas por los derechos de las personas con discapacidad no debemos perder de vista la labor de quienes nos precedieron en un contexto hostil y de ignorancia.
Por lo expuesto solicito a mis pares acompañen con su firma el presente proyecto.
Proyecto