Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Declarar de interés la extensa trayectoria del comediante Carlos Salim Balá
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Señor presidente:
Carlos Salim Balaá, conocido popularmente como Carlitos Balá, nació el 13 de agosto de 1925 en el barrio porteño de Chacarita. Hijo de Mustafá, un inmigrante libanés, y Juana Boglich, una argentina descendiente de croatas, comenzó realizando monólogos y bromas a pasajeros de la línea 39 de colectivos en parte para vencer la timidez y adquirir experiencia.
Si bien en su juventud trabajaba con su papá en una carnicería, a mediados de la década del 50 tuvo su primera oportunidad para demostrar su vocación por hacer reír a la gente y tras un casting con Délfor Dicásolo, integró el elenco de "La revista dislocada", emitido por Radio Splendid, lo que determinó el inicio de su extensa carrera.
El animador infantil realizó numerosos éxitos en el rubro radiofónico, televisivo, cinematográfico, teatral y musical. Actualmente, a sus 91 años, anuncia todos los días a las 22 el fin del horario de protección al menor en la señal de noticias TN.
Cabe destacar que a principios de año recibió una mención de honor en los premios Estrella de Mar; en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel y fue declarado "Embajador de Paz" en el Vaticano; y en 2011 obtuvo el Premio Martín Fierro a la trayectoria, entre otros reconocimientos.
Del mismo modo, y en sus comienzos, participó de un concurso que ganó, bajo el nombre de Carlos Valdéz. Su padre estaba escuchando la radio cuando salió ganador pero no lo reconoció porque Carlitos había cambiado su apellido por miedo a que lo retaran. Ya enterado de que había ganado y de que su padre no sabía que era él, decidió cambiar y llamarse Carlos Balá, manteniendo la similitud con su verdadero apellido. Luego se decidió a incursionar en la radio, donde interpretó a un personaje muy nervioso que hizo reír desde el primer día. Tras un desacuerdo con Délfor en 1958, integró un famoso trío cómico junto a Jorge Marchesini y Alberto Locatti, en Radio el mundo, con la locución del periodista Antonio Carrizo, Luego de su éxito, el trío adquirió una gran popularidad y participó en El show de Andy Russell. Luego protagonizaron ¡Qué plato!, y estuvieron juntos hasta 1960.
En televisión trabajó en "La telekermese musical", "El show de Antonio Prieto", "El show de Paulette Christian", "Telecómicos", "Calle Corrientes", "El show súper 9", "Balam icina", "El soldado Balá" , "El flequillo de Balá", "El clan de Balá", "Balabasadas", "El circus show de Carlitos Balá", "El circo mágico de Carlitos Balá" y "El show de Carlitos Balá", entre sus emisiones más reconocidas.
Por su parte, llegó a la pantalla grande con "Canuto Cañete, conscripto del 7", "Canuto Cañete detective privado", "Canuto Cañete y los 40 ladrones", "¡Esto es alegría!", "Brigada en acción", "El tío Disparate", "¡Qué linda es mi familia!", entre otras películas, y su último filme, "Tres alegres fugitivos".
También se editaron más de 20 materiales discográficos con sus canciones. En los últimos años participó como invitado especial de espectáculos infantiles, junto a Piñón Fijo y Laura Franco (Panam).
Mención especial merece el denominado “Chupetómetro”, una ingeniosa idea con la cual el animador ayudó a que miles de niños dejaran el chupete.
En resumen, Carlos Balá fue, es y será el único en la historia de los niños que logró trascender a lo largo del camino de la vida con sus genialidades y gran humor. Inmortalizó su flequillo y hoy con casi 92 años sigue vigente, además de marcar tendencia y ser un personaje muy creativo e inspirador.
Indudablemente, este increíble y cálido personaje y gran ser humano que tenemos el orgullo de contar entre nuestros mejores artistas argentinos, se destaca y reserva un lugar inigualable en la historia de la radio, televisión y cine argentino.
Considerando durante casi ocho décadas como “el paladín del sano humor”, (sobre todo en un mundo donde estamos acostumbrados a que la risa venga de la mano de lo chabacano o grosero), Carlos Balá jamás necesito poner en ridículo a nadie para arrancar miles de sonrisas "sanamente y en familia" (haciendo alusión a una de sus famosas muletillas), siendo la delicia de los más chicos con una vigencia pocas veces vista en nuestro medio artístico.
Por último, pero no menos importante, el 11 de abril de 2017 Carlos Salim Balá fue premiado por su distinguida carrera, y nombrado Ciudadano Ilustre por la Legislatura Porteña. Sin dudas un reconocimiento para una de las personalidades más populares del espectáculo argentino.
En definitiva, su excelencia humana por sí sola, ya lo hace merecedor de cualquier mención o premio, porque junto a todas las sonrisas que nos ha regalado ha sido siempre un colaborador generoso allí donde se lo haya solicitado para ayudar y brindar una mano amiga. Por todo lo expuesto, solicito a mis colegas acompañen la aprobación de este proyecto.
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