Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo a fin de que a través del organismo que corresponda, brinde información precisa y detallada sobre los despidos arbitrarios de dos trabajadores de la agencia de noticias publica, TELAM. La empresa despidió a los periodistas Enzo Moreira y Alejandro Ledesma, ambos del sector audiovisual. En el caso de Moreira, su despido tuvo como aditamento, el grave condimento político de ser consumado apenas después de haber sido reprendido por las autoridades de la empresa por realizar una pregunta “incomoda” al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, durante la conferencia de prensa realizada en el edificio conocido como “el elefante blanco”.
Repudiar la actitud por parte de la empresa de todos los despidos injustificados, además del de Moreira, que se vienen llevando a cabo en TELAM desde que asumió la nueva gestión.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
El 11 de julio de 2017 en el quinto piso de Belgrano 347, con la presencia de 186 trabajadores, convocados a Asamblea General por la Comisión Gremial Interna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, se deliberó de la siguiente manera:
La CGI informó que la empresa le confirmó a los compañeros Enzo Moreira y Alejandro Ledesma que no les renovará sus contratos.
La CGI afirmó que, a raíz de que los compañeros realizaban funciones subordinadas y que habían sido contratados en violación al Estatuto y el Convenio Colectivo, que sus casos deben ser analizados como los despidos arbitrarios que fueron.
Se explicó que el despido de Moreira ocurrió al día siguiente de que se lo reprendiera por realizar una pregunta “incomoda” al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; esto es, por hacer bien su trabajo. Y que su despido es un acto inaceptable que intenta disciplinar en la obediencia al resto de la redacción.
Se informó que la CGI se reunió con todos los Bloques políticos del parlamento, entre ellos la Comisión de Libertad de Expresión y la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados, a los efectos de presentar pedidos de informe, audiencias públicas y diferentes medidas en ese ámbito.
“¿Por qué preguntaste eso?”, fue la primera reacción que recibió el compañero Moreira de parte de alguno de sus jefes al regreso de una cobertura sobre el “Elefante Blanco” de Villa Lugano, en la que el periodista, en el natural ejercicio de su oficio, había preguntado sobre la existencia de denuncias por sobreprecios en la obra pública. Al día siguiente, la gerenta Magdalena Cash le informó que no le renovará su contrato por “razones presupuestarias”.
Se trata de un caso doblemente grave. Es, por un lado, el despido arbitrario e injustificado de un periodista calificado. Despedido justamente por hacer bien su trabajo. A la vez, constituye un acto de persecución política, sindical y de disciplinamiento: ¿Con qué libertad sale a preguntar un periodista de Télam a la calle después de semejante acto ejemplificador?
El despido ocurre, además, en el Sector Audiovisual en el que la gerente Cash y su amanuense Pla, en este momento de tour vacacional en Estados Unidos, promueve cada día un acto de abuso, maltrato o falta de respeto a algunos profesionales del área. Bajo el discurso del diálogo, finalmente solo hay intolerancia. Proclama intercambio, pero exige una relación militar de mando y obediencia.
En ese estado, además, la Asamblea General expresó un repudio a Cash y a su brazo ejecutor, el jerárquico Pablo Plá, más el responsable de Radio, Pablo Domián, que intercambio su pertenencia al campo de los trabajadores a cambio de una categoría.
Por último la CGI informó que “nuestros patrones, campeones de la libertad de expresión y del pluralismo cada vez que les ponen un micrófono, ejercieron y ejecutaron de manera cínica la peor forma de censura: la que se materializa dejando trabajadores en la calle”.
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