Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo de la Nación que, a través del Ministerio de Salud, informe acerca de las cuestiones que a continuación se detallan respecto de la ley 25.929, art. 2, inc. D, en lo referente al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
A- Si se ha realizado algún diagnóstico sobre la situación actual respecto de las prácticas médicas en cuanto a cesárea y parto natural se refiere, tanto en los hospitales públicos como privados.
B- Si se han realizado estudios cualitativos y/o cuantitativos oficiales que den cuentan del estado de la cuestión (número de cesáreas, situaciones en las cuales fueron realizadas por indicación médica, motivos de las prescripciones, etc.), en los ámbitos públicos y privados.
C- Si se ha realizado algún tipo de monitoreo sobre los casos en que fueron prescriptas cesáreas, en ámbitos públicos y privados.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
En las últimas décadas, la tasa de cesáreas ha crecido sostenidamente en casi todos los países de medianos y altos ingresos sin que exista una justificación médica para ello. Las mujeres no son responsables de dicho aumento, lo cual se refleja en un estudio (IECS, 2016) que se realizó en el departamento de investigación en salud de la madre y el niño del IECS que fue publicado en la revista bmc pregnancy and childbirth (bio med central). Esa investigación demuestra que la mayoría de las mujeres prefiere terminar su embarazo en un parto vaginal.
Las cifras son contundentes: apenas el 7 por ciento de 400 embarazadas de entre 18 y 35 años que se atendieron en hospitales públicos y privados de la provincia de Buenos Aires, manifestaron preferir una cesárea. Sin embargo, se terminó operando al 37% (al 34% de las atendidas en hospitales públicos y al 40% de las que se atendieron en instituciones privadas).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tasa de cesáreas no debería superar el 15% de los nacimientos (OMS, 2015). Desde 1985, los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%. También desde entonces, las cesáreas son cada vez más frecuentes tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. La cesárea, cuando está justificada desde el punto de vista médico, es eficaz para prevenir la morbimortalidad materna y perinatal. Sin embargo, no están demostrados los beneficios del parto por cesárea para las mujeres o los neonatos en quienes este procedimiento resulta innecesario. Como en cualquier otra cirugía, la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden perdurar por muchos años después de la intervención y afectar a la salud de la mujer, y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro. Estos riesgos son mayores en las mujeres con escaso acceso a una atención obstétrica integral.
En los últimos años, los gobiernos y los profesionales de la salud han expresado su preocupación respecto del incremento en la cantidad de partos por cesárea y las posibles consecuencias negativas para la salud maternoinfantil. Asimismo, cada vez más, la comunidad internacional hace referencia a la necesidad de revisar la tasa recomendada en 1985.
Si bien en Argentina no existen estadísticas oficiales, diversos estudios (ver IECS, 2016) señalan que estas cifras están alrededor del 40%, motivo por el cual la investigación publicada por BMC cobra particular relevancia. Está claro que sólo una minoría prefiere una cesárea, y que la idea de que son las mujeres las que prefieren esa modalidad constituye un mito. Una reciente revisión sistemática a nivel mundial da cuenta de que la tasa de preferencia de cesárea es del 15,6 por ciento . Por otra parte, el estudio referido del IECS (2016) permitió también conocer los motivos por los cuales el 7% de las embarazadas (8% del sector público y el 6% del privado) no quiere tener un parto vaginal. Las razones de mayor peso son el miedo al dolor y la seguridad que creen que les brindaría no parir normalmente.
Asimismo, mediante una técnica denominada discrete choice experiment, se analizaron además los factores que las futuras madres consideran importantes a la hora de dar a luz. Así surgió que la calidad de su futura vida sexual constituye el factor más importante para las mujeres. Otros temas valorados, en orden descendiente de importancia, fueron tener una rápida recuperación post-parto, sentir el menor dolor posible, evitar las episiotomías y poder programar la fecha del parto.
Lo dicho hasta aquí da cuenta de que la actual tasa de cesáreas no deriva de una elección de las embarazadas exclusivamente, además de dejar al descubierto la necesidad de contar con estudios que permitan determinar qué otros factores de la atención materna están interviniendo para revertir la situación actual.
En una reciente nota del Diario La Nación sobre el tema, se hacía referencia a dos trabajos que acaban de publicarse en paediatric and perinatal epidemiology que agregan evidencias sobre este escenario. Realizados en 259 hospitales de 20 países de ingresos medios y bajos, los trabajos muestran que entre 2004 y 2011 esta modalidad aumentó, en promedio, un 4% anual.
Según detalla en la nota Fernando Althabe, obstetra y profesor de salud pública en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del departamento de investigación en la salud de la madre y el niño del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) de Buenos Aires, en el país se calcula que en los hospitales públicos las cesáreas oscilan entre el 30 y el 35% de los partos, y en los privados sin fines de lucro rondan el 50%.
Asimismo, afirma el especialista que si se accediera a la información de las clínicas que trabajan con sistemas prepagos, se podría constatar que hay allí un 65/ 70% de partos son por cesárea. Esto es preocupante porque además de no tener que ver con riesgos que implicarían la necesidad de llevar adelante un procedimiento de este tipo, en las causas de las intervenciones no aparece la voluntad de las mujeres. La evidencia disponible muestra que aproximadamente el 16% de las mujeres expresa una preferencia por el parto por cesárea. En un reciente estudio en la Argentina, sólo entre el 6 y el 8% de quienes llegan a término en hospitales públicos y privados, respectivamente, prefieren una cesárea. Por otra parte, de las que expresaron su preferencia por un parto vaginal, entre el 34 y el 40% habían tenido cesáreas en hospitales públicos y privados, respectivamente.
Según los especialistas, en países con tasas por debajo del 15%, las cesáreas son efectuadas para resolver situaciones de riesgo para la madre o el/la niño/a; sin embargo, en países con tasas por encima de ese porcentaje, no hay estudios que den cuenta de su incidencia respecto de la disminución de la mortalidad neonatal. Cuando estas cirugías se realizan antes del trabajo de parto pueden equivocarse las fechas y aumentar las chances de que el bebé nazca con "inmadurez respiratoria" o se ponga amarillo. En cuanto a las mujeres, explican que cuando pasan por una cesárea en el primer parto, hay un 80% de probabilidades de reincidir. En ese caso, las placentas se insertan con mayor avidez en las cicatrices y luego no se desprenden del útero, con un mayor riesgo de hemorragia, histerectomía y muerte para la mujer.
Para concluir cabe destacar que las cirugías están recomendadas claramente solo en dos situaciones: cuando el trabajo de parto es extremadamente prolongado y cuando no hay seguridad sobre la salud del bebé. Exponer a las mujeres, sin tener en cuenta su voluntad, a cirugías innecesarias vulnera los derechos previstos en la CEDAW, Artículo 12, y en la Ley Nacional N°25.929. Esta norma, sancionada en el año 2004, obtuvo su reglamentación recién el 1 de octubre del año 2015, luego de haber presentado en dos oportunidades un proyecto de declaración solicitando la misma .
Dicha ley establece que la madre tiene derecho a tener información sobre las distintas prácticas médicas que pueden ocurrir durante el parto o posparto, pudiendo participar y decidir acerca de las mismas, siempre y cuando no haya riesgo de vida ni para el bebé ni para ella. La madre tiene derecho a un parto respetado tanto a nivel biológico como psicológico, eligiendo y/o evitando procedimientos invasivos innecesarios. En este sentido, creemos fehacientemente que el Estado debe comprometerse en garantizar el cumplimiento de esta ley, resguardando los derechos del niño o niña y de la madre.
Por las razones expuestas, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.
IECS (2016). “Las mujeres no son responsables del aumento de las tasas de cesáreas”, Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, Boletín N°94.
OMS (2015). “Declaración de la OMS sobre Tasas de Cesáreas”, abril 2015.
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