Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1°- Institúyese el día 17 de enero de cada año como el “Día Nacional de la
Trova” en homenaje al nacimiento de Eduardo “Lalo” de los Santos, representante destacado de dicho movimiento artístico.
Artículo 2°- De forma.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
La Trova rosarina es el nombre con que se identifica a una generación de músicos de la ciudad de Rosario en Argentina, surgido a comienzos de la década de 1980. El movimiento se caracterizó en sus comienzos por ser una variedad de propuestas innovadoras para la música popular, teniendo raíces en el rock, el tango y el folklore y por sobre todas las cosas por poner el acento en lo urbano, en lo cotidiano.
Se considera como fecha de surgimiento de la Trova rosarina el 14 de mayo de 1982, día en que Juan Carlos Baglietto presentó su álbum Tiempos difíciles con un recital en el Estadio Obras Sanitarias, en Capital Federal. La banda de Baglietto estaba integrada por Fito Páez, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Lalo de los Santos.
Dicho recital se realizó durante la Guerra de las Malvinas. La dictadura militar gobernante había prohibido la música en inglés y los medios de comunicación comenzaron a difundir música popular argentina, lo que produjo un vuelco masivo del público hacia artistas, principalmente de rock y folklore, que estaban muy postergados por el momento.
Adrián Abonizio, protagonista de la misma afirma: La Trova Rosarina constituyó, por la década de los 80, uno de esos mojones que no se ven pero aún, como faros pudorosos, se mantienen encendidos. Fueron años contradictorios de revelación y de ostracismo, de iluminación y de velos: era la dictadura y ya muchos músicos, movidos por el clima y en medio de una inconsciencia que por su anhelo justificaba cualquier epopeya, se agrupaban a riesgo de tantísimas cosas que los años de plomo proscribían..., había una épica sí, pero sus integrantes la desconocían; actuaban con el destino de la juventud como lo hace el que anhela dejar una marca donde se ha nacido. El deseo sonaba más fuerte. El miedo hacía desafinar. Y había que evitarlo. Como el salmón, anduvieron aguas arriba en busca del lecho original donde desovar y vaya si lo lograron. Había una capacidad predictiva de buenos augurios que derrumbaba razones dentro de una perspectiva histórica que en nada parecían augurar finales felices… Era ya la democracia y la Trova -nombre adquirido merced a la prensa porteña-, a su modo, habiendo atravesado lo peor, hacía justicia en nombre de muchos. Jorge Fandermole, venido de Andino, un pueblo cercano a Rosario, aportaba su brillantez largando tema tras tema; lo mismo Abonizio, Rubén Goldín, Silvina Garré y Lalo de los Santos, expatriado en Buenos Aires. Un enorme río con sus afluentes que conformaron un todo, corriente abajo o corriente arriba para que el país los conociera. Un cruce de coordenadas principales, una suerte de confluencia, un encuentro excepcional…
Y así se fueron sucediendo en el tiempo y el espacio: presentaciones en la
Sala Lavardén y el quimérico Café de la Flor como estandartes; luego vendrían El Café del Este, Café de las Artes, los bares El Cairo y Savoy, Saudades, Artaud… también figuran en la memoria colectiva como referentes claves donde los músicos solían aunarse en un ritual de notas y acordes.
Al carecer Rosario de un ritmo musical característico como tienen otras ciudades o provincias, como pueden ser la zamba, la tonada, el gato y la chacarera, el chamamé, la chamarrita, la huella, comenzó a gestarse un movimiento de características multiculturales sea tanto en la identidad de la poesía, en lo variopinto de lo rítmico y en la libertad de la instrumentación. Esto hizo que algunos críticos vieran un punto en común entre la novel propuesta y la trova cubana de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, definiéndoles así con ese rótulo: trovadores.
Por otro lado, la elección del día hace referencia al natalicio de Lalo de los Santos – 17 de enero de 1956 –, brillante guitarrista, bajista y compositor, quien víctima de un cáncer falleció en marzo de 2011.
Entre los músicos más destacados de ese movimiento se encuentran Fito
Páez, Juan Carlos Baglietto, Jorge Fandermole, Silvina Garré, Adrián Abonizio, Fabián Gallardo, Rubén Goldin, Lalo de los Santos, Ethel Koffman, y decenas de grupos que hasta el día sueñan y escriben canciones contando que les pasa y que sienten.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares el acompañamiento de este proyecto de Ley.
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