Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1° - Declárese monumento histórico nacional, según los términos de la Ley 12.665, a la manzana de la Universidad Nacional del Litoral compuesta por los edificios del Rectorado y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, la cual se encuentra ubicada en la ciudad de Santa Fé, departamento La Capital, de la provincia del mismo nombre.
Artículo 2° - La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente del organismo que el Poder Ejecutivo determine, instrumentará todo lo atinente para el cumplimiento de la presente ley.
Artículo 3° - La comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, inscribirá en el Registro Nacional de Bienes Históricos el monumento declarado por el artículo 1° de la presente Ley con la referencia monumento histórico nacional;
Artículo 4° - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
La Universidad de Santa Fe fue creada por la Ley provincial de Octubre 16 de 1889, a iniciativa y durante el gobierno de José Gálvez. Fue una de las obras que mejor definió e hizo ejemplo de la alta política de ideas que caracterizó a su gobierno, en el que la función cultural se asoció estrechamente al progreso material que por ese entonces se operara en todos los órdenes y destacara a la Provincia de Santa Fe a la consideración del país.
El mensaje de Julio 13 de 1889, que el gobernador Gálvez envió a la Legislatura acompañando su proyecto de Ley, fija esa orientación: “ La Universidad debe ser como el hogar común de la inteligencia entre nosotros, como el palenque siempre abierto donde todo ideal científico, toda controversia y toda especulación encuentren su estímulo y su teatro. De esa base, genuinamente liberal, surge la amplia esfera de acción que a las facultades se acuerda en el proyecto”.
Con estas palabras, hace 127 años, el legislador Floriano Zapata solicitó al Senado la aprobación del proyecto de creación de nuestra Universidad: “Ahora Bien: el gobierno de Santa Fe, fuerza es declararlo así, llena cumplidamente esta elevada y patriótica misión, y en vez de creer como Ricehelieu que un pueblo se gobierna tanto mejor cuanto que es más ignorante, piensa, por el contrario, que la ignorancia ejerce una acción corrosiva y destructora de los engranajes del sistema representativo, y que la garantía mas eficaz de las instituciones, consiste en establecer escuelas en todos los ámbitos de la provincia, y fundar, como lo intenta en estos momentos, un centro docente importantísimo, un establecimiento de enseñanza superior que sea el alma mater, la raíz y tronco de nuestra futura actividad intelectual, la casa solariega de una nueva estirpe de noble pensadores, la primera Universidad Santafesina destinada a irradiar por todo nuestro territorio y aun fuera de él, los vivos y fecundos resplandores de la nobilísima ciencia. Votemos sin vacilaciones, señores senadores, el proyecto sobre la Universidad de Santa Fe, dándole la importancia que merece y tiene esta institución, consagrada a la enseñanza de las verdades recibidas en la ciencia; recordemos el grandioso
papel que todas las de su misma índole y linaje han desempeñado en la civilización del mundo, sembrando ideas para esclarecer la razón y dulcificar las costumbres; y teniendo presente que estamos aquí en este honroso sitio para labrar la felicidad y ventura del pueblo, proporcionémosle los medios de instrucción que necesita, para que haya ciudadanos capaces que lo eleven al grado de cultura, de prosperidad y grandeza a que esta llamado por tantos títulos. Instruyámosle, para que se redima de la esclavitud de la ignorancia, para que aprenda a ser libre y a resistir con cívico valor las imposiciones brutales de los poderes arbitrarios; sin doblar jamás la rodilla, sino ante el altar de la Ley; propaguemos la instrucción superior que es la savia exuberante que hace crecer el árbol de la civilización y producir excelentes frutos; fundemos, en una palabra, la Universidad de Santa Fe, donde se habilite a los jóvenes para el ejercicio de determinadas profesiones; y entonces, señor presidente, y solo entonces, realizando estos propósitos, habremos hecho a este pueblo, que es honrado por instinto, pero susceptible de ser explotado si se le deja en la ignorancia, más libre, mas dueño de sí mismo, mas juicioso y sensato; y florecerán las ciencias, progresaran las artes, la agricultura, el comercio, la industria, a la sombra bienhechora de una situación vigorosa, trascendental y fecunda”.
Forjada en la confianza del conocimiento por la razón, el pluralismo de ciencias e ideas, la laicidad y el universalismo, la Universidad Nacional del Litoral constituye una república universitaria que, comprometida con los postulados que le dieron origen, lucha por la generación y distribución del conocimiento como un bien público y social, asumiendo el desafío de formar mujeres y hombres libres que, respetuosos de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana y el desarrollo sustentable así como la defensa de los valores democráticos, trabajen por una Argentina inclusiva, solidaria, con mayor libertad, igualdad, equidad y justicia e integrada a Latinoamérica y al mundo.
En 1912, cuando durante el gobierno radical de Manuel Menchaca –1912-1916– el debate educativo se instalaba en la legislatura provincial y el diputado Alcides Greca presentaba un proyecto de educación primaria laica, la Federación de Estudiantes de Santa Fe que, agrupaba a estudiantes universitarios y secundarios – y había sido creada a mediados de ese año – convocó a un mitin bajo la
consigna pro nacionalización que concitó la atención de la sociedad y la prensa santafesinas.
Asimismo la discusión abierta por las demandas de nacionalización alentó los cuestionamientos a la orientación profesionalista de la universidad provincial y los reclamos por la democratización del modelo tradicional de gobierno.
La Reforma Universitaria de 1918 influyó decisivamente en el ámbito santafesino, en tanto que fronteras adentro de la academia los hechos de Córdoba implicaron un impulso a la consagración del reformismo a través de la autonomía y el cogobierno. Al mismo tiempo, el puente que se construyó desde la universidad hacia la sociedad fue el vehículo para la discusión sobre la definición del sentido de la democracia.
Así fue como entre 1918 y 1919, incentivadas por el contexto nacional, las impugnaciones a la universidad provincial ocuparon la esfera pública santafesina y tuvieron eco en la prensa local y en la de circulación nacional. En este clima de efervescencia el movimiento estudiantil exigió la adopción de los estatutos reformistas de la Universidad de Buenos Aires. En mayo de 1919, la Federación Universitaria de Santa Fe, encabezada por los estudiantes Pablo Vrillaud, Mariano Tissembaum y Horacio Varela, determinó que la reorganización de la institución no podía resolverse con las autoridades universitarias que estaban en funciones. A los pocos días otro mitin recibió la adhesión de numerosas instituciones santafesinas –Asociación Gremial de Maestros, Federación Obrera, Unión Ferroviaria, Centro Sindical de Cocineros y Pasteleros, Sociedad Unión Hebrea, Centro Socialista, Biblioteca Monteagudo, Centro del Libre Pensamiento y Centro de Estudiantes del Colegio Nacional y de la Escuela Industrial– y adhesiones de grupos similares de otras provincias, principalmente de Buenos Aires y de Córdoba. De esta manera quedaba en evidencia que la cuestión universitaria santafesina había sido adoptada como propia tanto por grupos intelectuales como por sectores sindicales, y había desbordado el plano estrictamente local.
La posterior renuncia del rector de la Universidad de Santa Fe y de los profesores de la Facultad de Derecho fueron tomadas por los dirigentes estudiantiles como el triunfo indiscutido de sus acciones.
Asimismo el Primer Congreso de Estudiantes Universitarios, realizado en Córdoba en 1919, peticionó la reforma de los estatutos de las universidades nacionales y la nacionalización de las universidades de Santa Fe y Tucumán. Comenzó a configurarse así la imagen de una generación portadora de un nuevo espíritu ético y mental y una noción de juventud como un valor virtuoso, vinculada a la figura del intelectual, y ambas asociadas a la relación común con el saber.
Así como la memoria recorre la vida de las personas, hay una relación entre pasado, presente y futuro que atraviesa transversalmente los espacios habitados por las personas y por las sociedades, definiendo una sutil correspondencia que, al establecer nexos entre las tres dimensiones temporales, constituye el núcleo de la memoria colectiva. Esa memoria colectiva encuentra en las ciudades, en los conjuntos urbanos o rurales y en los edificios de valor patrimonial, un lugar de convergencia de recuerdos, de afectos, de intereses y de ideales comunes.
La principal razón por la que un objeto es incorporado al elenco de los bienes patrimoniales, es la de constituir reservorio de memoria y la materialidad del bien patrimonial tiene sentido en la medida en que se constituye en el medio para tornar presente esa memoria que le otorga significado y condición.
Desde esta perspectiva se puede decir que la manzana histórica de la Universidad Nacional del Litoral –que aloja las dependencias del rectorado y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales–, es un exponente patrimonial de máximo valor de memoria e identidad colectiva, apreciado por la ciudadanía y notablemente cargado de significación histórica; se trata de un conjunto en el que se asocian de manera relevante los valores arquitectónicos y artísticos, los de inserción urbanística, los de historicidad y los de significación social.
La Universidad de Santa Fe, pese a haber cumplido casi tres décadas de existencia antes de la nacionalización de la Universidad Nacional del Litoral, no llegó a tener edificio propiamente construido para su funcionamiento.
Conviene destacar la voluntad ciudadana y de algunas instituciones que cedieron instalaciones para alojarla, así como el compromiso y vocación de sus fundadores
que llegaron a disponer de edificios de su propiedad para que se concretara la instalación de la casa de estudios.
Al fundarse la Universidad de Santa Fe en 1889, la ciudad contaba con muy pocos espacios para realizar actividades institucionales laicas, siendo de destacar que el acto de apertura de la misma se desarrolló en el edificio del antiguo Cabildo, que por entonces oficiaba de Casa de Gobierno. La Plaza 25 de Mayo y el Barrio Sur, lugares emblemáticos de la ciudad tradicional, siguieron nucleando por varios años la actividad universitaria.
Rectorado
El edificio fue proyectado por Manuel Torres Armengol, arquitecto español nacionalizado argentino, sobre el anteproyecto elaborado por el Ministerio de Obras Publicas de la Nación. La piedra fundamental se colocó en 1926 y las obras comenzaron en 1928. Al elegir la ubicación, se privilegio la cercanía con la Facultad de Química Industrial y agrícola, hoy Ingeniería Química y que junto con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales fueron las dos unidades académicas que nacieron junto a la UNL. En la época, el boulevard marcaba el límite de la traza urbana de la Santa Fe de principios del siglo XX. La construcción total se realizó por etapas y concluyo en 1938 con agregados permanentes en el tiempo. El sector de la FCJS fue el último en concluirse y funcionó a pleno en 1942.
El edificio es de composición simétrica y clásica, incorpora elementos del estilo neocolonial que se materializa en tejados, rejas y ornamentaciones. Este estilo que surge en la década del 10 recupera elementos de la arquitectura española colonial latinoamericana. El Rectorado sigue un neocolonial ecléctico, con varios elementos de otras corrientes. El frente tiene ornamentación zoomórfica en esculturas y dragones, gurdas geométricas y medallones.
El pórtico también ostenta el rescate del renacimiento italiano, con presencia del balcón a modo de loggia. Un principio de simetría rige todo el edificio que tiene dos ejes: uno horizontal y otro vertical, en los que se puede dividir en dos partes
iguales. La composición de espacios interiores sigue lineamientos clásicos, que en los patios encuentra un contrapunto en el tratamiento del verde.
Paraninfo
El paraninfo se inauguró en 1938. Su nombre deriva de la persona que anunciaba la entrada del curso ingresante. Es el lugar del órgano máximo de gobierno de la Universidad, la Asamblea y es el recinto en donde la Universidad entrega las distinciones Honoris Causa.
Ubicado en el centro de la planta del Rectorado ha sido, desde su inauguración, el lugar de reunión de la Asamblea Universitaria. Su emplazamiento reafirma la dimensión pública de la universidad, pues se trata de un espacio de reunión donde se han llevado a cabo distintas actividades que dan cuenta de la relación entre universidad y sociedad.
Ha albergado sucesos que marcaron la historia del país como las Convenciones Constituyentes de 1957 y de 1994 y sus respectivas Reformas Constitucionales.
Tiene fuertes influencias españolas – moriscas que se reflejan en el casetonado del cielorraso, los arcos y los detalles de la tribuna.
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales - FCJS
El 2 de Mayo de 1930 la comunidad universitaria ocupó el edificio, aunque estaba sin terminar. Su torre, los patios internos, la escalinata, las emblemáticas aulas Alberdi, Sarmiento y Moreno como también el Consejo Directivo y la Biblioteca son ámbitos que se repiten una y otra vez en las memorias de los Universitarios, pues son espacios que han albergado debates y oratorias que definieron el futuro del país, la democracia y el derecho.
Su fachada nos remite al monasterio de El Escorial, los patios de los naranjos, la presencia de fuentes de agua, nos hablan de la otra España, dominada por los moros. Estas múltiples elecciones del arquitecto constituyen la materialización de una sociedad en transformación y en este sentido el edificio puede ser leído como un manifiesto tardío frente a una arquitectura que proclama los valores de la
técnica y la universalidad, de las geometrías puras, o como puesta en acto de una búsqueda que discute la historia, los lazos entre España y América.
Biblioteca Pablo Vrillaud de la FCJS
La ubicación central que tiene en el edificio, expresa su jerarquía en la vida universitaria. El espacio proyectado para la sala de lectura ocupa el ancho del patio central, cerrándose completamente en el otro lateral. De este modo, se genera un ámbito recoleto al mismo tiempo que plenamente iluminado.
Esta biblioteca que recibe el nombre de Pablo Vrillaud, en homenaje al estudiante reformista que participó activamente en la creación de la Universidad, constituye uno de los más valiosos patrimonios de la Universidad.
- 200 mil ejemplares
- Colecciones Históricas
- Colección donada por los convencionales Constituyentes de 1957 compuesta por 3000 ejemplares referidos a temas de derecho constitucional de diversos países.
CONCLUSION
En lo expuesto precedentemente se abordaron consideraciones relativas al Edificio del Rectorado y de la FCJS. Historia, arquitectura, valor patrimonial, significación social y demás atributos que lo constituyen como un conjunto referente a nivel local, regional y nacional. Tales ponderaciones se orientan a justificar la pertinencia del proyecto de declaratoria y no pretenden constituirse en un estudio acabado ni exhaustivo sobre las dimensiones referidas.
Consecuentemente, el desarrollo del informe se dispone estrictamente hacia su objetivo final, entendiendo como institución pública nos compete la máxima responsabilidad en la tutela de nuestros bienes culturales. En orden a ello, la declaración de Monumento Histórico Nacional no solo constituirá un justo
reconocimiento a un conjunto edilicio de gran valor simbólico, sino que también habrá de proveer mejores instrumentos para asegurar el legado patrimonial a las generaciones futuras.
Por todo lo expuesto es que solicito a los señores Diputados acompañar este proyecto.
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