La obra forma parte de una carpeta referente al tango Silbando que fue donada al museo en 1995.
Dora Bianchi es una de las representantes más significativas del grabado en Argentina. Esta estampa da cuenta del dominio de la artista en el manejo de las líneas: define contornos, guía la vista en el movimiento de la lectura y organiza las distintas figuras de la composición.