La obra de Albert Charpín, pintor paisajista perteneciente a la Escuela de Barbizon, se centra en escenas pastoriles y campestres: escenas tranquilas con un interesante uso de la luz, donde los personajes son tan notorios como lo es la naturaleza. Delicado y lleno de sentimiento, con colores armoniosos, sus cielos nubosos y serenos se destacan como trasfondo de la escena.