En esta pintura de grandes dimensiones Roth nos acerca a su territorio onírico. Como la técnica automática de los surrealistas de los años 20, el artista se enfrenta al lienzo de manera espontánea y transfiere sus sueños asociando imágenes y colores.
Lo más representativo de sus obras es el color y las formas. Roth emplea una paleta vibrante para presentarnos personajes y formas sinuosas sin tratamiento de volumen. Se perciben contrastes cromáticos que se acentúan por el fondo blanco.
En “Hacia el aeropuerto” observamos las míticas figuras que recorren toda su obra: protagonistas de rostros alargados e inmensas narices. La composición se completa con dos aeroplanos de distinto tamaño que se dirigen hacía los personajes.