Obra del paisajista y acuarelista español Emilio Sánchez Perrier. Sus estudios comenzaron en Sevilla y, posteriormente, se trasladó a Paris donde tuvo contacto con los paisajistas de Fontainebleau y la Escuela de Barbizon de los cuales se vio influenciado. Sus pinturas se centran, principalmente, en paisajes y escenas acuáticas con un estilo realista y con cierta influencia romántica.