En esta pintura generativa de considerables dimensiones el artista logra plasmar los conceptos del op-art y el arte geométrico. En el manifiesto de Arte Generativo, Vidal afirmaba “hemos GENERADO el movimiento”. En esta obra la luz gana autonomía y se alcanza un efecto tridimensional mediante el uso de formas geométrico-abstractas compuestas por líneas y bandas de color que generan ritmos melódicos. Mediante un juego de efectos ópticos, el ojo humano percibe estructuras móviles que parecen romper con la superficie plana del lienzo.