Desde 1953, existe el Círculo de Periodistas Parlamentarios, que desde 1984 cuenta con su propio estatuto. En su artículo 12 se prohíbe expresamente que cualquiera de sus miembros trabaje para legisladores, bloques o Cámaras. La infiltración es uno de los serios y graves riesgos que enfrentan los periodistas, en especial en el Congreso de la Nación, lo cual obliga a extremar los controles. No es lo mismo un periodista identificado con un medio conocido al que pertenece, que quien pasa como tal, dice trabajar para uno desconocido y lo hace en realidad para servicios de inteligencia o de seguridad, o para empresas interesadas en saber acerca de proyectos, dictámenes o sanciones de leyes vinculadas con su campo de acción o de terceros.

 

En el centenar de periodistas desaparecidos en la dictadura, entre 1976 y 1983, hay dos periodistas parlamentarios. A todos ellos los recuerda una placa descubierta en el año 2000 en la Sala de Periodistas de la Cámara de Diputados, que ocupan los acreditados de medios gráficos.