Señor Presidente:
Esta es una muy buena ley que toca intereses económicos y políticos poderosos. Por eso tan resistida. Esta es una muy buena ley que cambia radicalmente las reglas del marco regulatorio de los servicios de comunicación audiovisual. Esta es una muy buena ley que promete democratizar los modos de relación de los argentinos.
Desde que vivimos en un país democrático se la población comenzó a discutir la necesidad de una nueva ley, también lo intentaron todos los presidentes democráticos. Así que si hay una ley que ha tenido aportes y discusión y tiempo para hacerlo, es esta.
Desde el 18 de marzo de este año en que la Presidenta de la Nación la envió a este Parlamente hemos tenido la oportunidad y el tiempo para estudiar su contenido, opinar y modificarlo.
Nos subestiman, Señor Presidente, y son insolentes. No somos autoritarios, como dijo Baldata, ni estúpidos como dijo Bullrich. Pero sí tenemos decisión y determinación. Y estamos decididos a darle sanción a esta ley de medios audiovisuales. E en esta decisión que tenemos, hemos tenido que sufrir y sortear todos los escollos que pusieron los diputados que no la quieren. Que no la quieren leer, que no la quieren discutir, que no la quieren escuchar, que no la quieren estudiar y que no la quieren sancionar. Es mentira que quieren consensuar, no quieren esta ley, ni esta ni a ninguna. No quieren que las cosas cambien, entonces para ellos siempre todo va a estar mal y nada los va a dejar conformes.
Tiempo tuvieron, desde marzo que estamos acá con el tema.
Oportunidades también: en los foros, en cuanta asamblea federal, en las reuniones de comisiones, en las audiencias públicas y aquí mismo.
Cuando se quiere, se puede. Cuando no se quiere se cacarea y se dejan las bancas vacías. Estuvimos horas escuchando cuestiones de privilegio inconducentes , cuando se podría haber gastado ese tiempo para hacer algún aporte constructivo, porque todo aquél que quiso sumar lo hizo y su voz fue escuchada. Por eso los cambios al proyecto original, tan importantes como:
. Cerrar el paso a las telefónicas y a empresas de servicio
. Cambiar la composición de la Autoridad de Aplicación, restándole ingerencia al poder Ejecutivo Nacional.
. Establecer una Autoridad de Aplicación descentralizada y autárquica
.Declarar el espectro radioeléctrico como bien público
.Determinar el control de auditoría de la SIGEN
Estos y otros más que han mejorado el proyecto original para que sea transformada en una muy buena ley para la ciudadanía.
La oposición que no quiere la ley se ha quedado sin argumentos cuando la Sra. Presidenta de la República cerró el paso a las telefónicas, para que no quede duda sobre que se quiere una ley transparente y que hay ánimo de consensuar. Pero este hecho los dejó pedaleando en falso, cacareando en cuestiones de privilegio histéricas.
Ha tenido enorme repercusión, en la opinión pública los aspectos patrimoniales de esta ley: quiénes pueden poseer medios de comunicación y cuántos, o quines deben dejar de poseerlos; cuál es el rol del Estado tanto en el reparto de la torta como en la fiscalización del desempeño de los beneficiarios. Pero a mi juicio, quedó relegado una cuestión muy importante que es el de la creación de oportunidades para el desarrollo de una industria cultural nacional, lo cual representa puestos de trabajo para nuestros periodistas, actores, guionistas, músicos, directores, en fin, para todas las personas que hacen falta en la producción audiovisual: Trabajo Señor Presidente.
Pero además de representar puestos de trabajo, representa el derecho de la población a recibir contenidos de calidad que expresen en su propia lengua su idiosincrasia, su historia, sus valores, sus ilusiones y la pluralidad de sus formas de vida. Los contenidos son un punto central del Proyecto.
Leí esta mañana una solicitada publicada en diarios por artistas, escritores, periodistas, intelectuales, músicos, integrantes de asociaciones de luchas por los derechos de la sociedad, por asociaciones gremiales, etc., todos de renombre y representativos, que dice entre otras cosas: “Apoyamos este proyecto de ley porque garantiza equidad en el reparto de los medios, transparencia en el otorgamiento de licencias y autorizaciones, límites a la concentración y la integración, protección de contenidos para niños y adolescentes, universalización del acceso a los medios audiovisuales, diversidad y pluralidad, tarifa social, espacio para las organizaciones sin fines de lucro, cuota de pantalla para el cine nacional y participación ciudadana en el órgano de control.”Estas mismas razones convocan mi apoyo.
Por todo esto Sr. Presidente, es que esta es una muy buena ley, que va a ser buena para la ciudadanía, por lo que adelanto mi voto positivo.