Sr. Presidente: estando próximo a cumplir 10 años del fallecimiento de Guillermo Estévez Boero y gracias a la adhesión de numerosos colegas de esta cámara, rendimos homenaje a este grande del socialismo en nuestro país, recordando sus valores, su obra y su incansable lucha.
Estevez Boero fue ante todo el constructor de un Partido Socialista que enlazó las ideas del socialismo con la Nación y permanentemente defendió las bases democráticas de nuestra nacionalidad.
Desde muy joven, imbuido de la idea de que al futuro no hay que esperarlo sino construirlo, abrazó el compromiso de trabajar por alcanzar formas superadoras de convivencia, en las que sea reconocida como principal riqueza de la Nación a su pueblo.
Siendo estudiante fue discípulo de don Luis Jiménez de Asua, jurista español, profesor de Derecho Penal, redactor de la Constitución Republicana y Presidente de República española en el exilio. Guillermo lo consideraba su maestro y un ejemplo de conducta, como lo expresara en las palabras que pronunciara en oportunidad de la repatriación de sus restos:
“muchas veces las deserciones, las traiciones al ideal nos golpean, pero nos fortalece, la vida de aquellos de aquellos que, como el maestro, hicieron de la consecuencia con los principios la norma fundamental de su vida”
Guillermo integró la generación de estudiantes que se formó en los principios sociales y humanistas de la Reforma Universitaria del 18, fue Presidente del Centro de Estudiantes, Consejero Directivo de la Facultad de Derecho, Consejero Superior de la Universidad Nacional del Litoral, Presidente de la Federación Universitaria del Litoral y Presidente de la Federación Universitaria Argentina, desde donde promovió el debate sobre la función social de la universidad y acompañó la renovación vivida con la recuperación de la autonomía, los concursos y la libertad de cátedra y el esplendor de la Universidad de Buenos Aires durante la gestión de Risieri Frondizi, con el desarrollo de un pensamiento científico nacional y la fundación de la Editorial EUDEBA.
Durante su militancia estudiantil fue protagonista del movimiento opositor a la creación de universidades privadas que expidieran títulos universitarios, hasta entonces prerrogativa exclusiva del Estado; conflicto que se conoció como “laica o libre”. En ese entonces fue célebre la carta que con gran pasión le dirigiera al entonces ministro Gabriel del Mazo, publicada por F.U.A. en 1958, en la que expresó:
“Los universitarios de todo el país, que durante cuarenta años han estudiado los postulados de la Reforma Universitaria a través de sus escritos, deben dirigirse a Ud., viejo maestro y reciente ministro, para aclarar un grave dilema: ¿tenemos un maestro menos? En su vieja casa de la calle Sarmiento (…) hemos leído el manuscrito original del Manifiesto del 18, que celosamente Ud. custodiaba. Vuélvalo a leer hoy, y esas páginas amarillas, le dirán qué lejos está de aquellos planteos; allí se hablaba de la unidad de nuestros pueblos, de la lucha antiimperialista, y de la creación de una genuina cultura nacional. ¿Cómo conjugar con ello (…) el caso Dinie, Petróleo, Cade y ahora la enajenación de nuestra cultura nacional? (…) Los reformistas de todo el país (…) esperan su palabra (…), cuando se llega a una posición de gobierno después de cuarenta años de lucha, hay que dar todos los días la batalla por aquellos postulados (…) si tenemos que darlo de baja, lo haremos con profundo dolor (…) pero si seguimos contando con un maestro, ocho universidades nacionales lo rodearán con una fuerza juvenil que supera en mucho la de 1918. Si así no fuese, le rogamos (…) nos devuelva el Manifiesto; miles de manos de todo el país tomarán la bandera que Ud. deja caer. Maestro, cuarenta generaciones lo escuchan”.
Fiel a estos ideales, desde muy joven decidió sumarse a las filas del socialismo cuando junto a Dardo Cuneo y a otros socialistas funda en 1952 acción socialista. Posteriormente participó de la fundación del Movimiento Acción Popular Argentino –Mapa- que en 1972 confluyó a la creación del Partido Socialista Popular del cual fue Secretario General. Y en 1981 fue gestor principal de la creación de la Mesa de la Unidad Socialista presidida por la Dra. Alicia Moreau de Justo.
Su incondicional lucha en defensa de la democracia, junto a comprometidas figuras de otros partidos, durante los largos años de la dictadura; hicieron que fuera invitado por el Presidente Raúl Alfonsín a integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia, que presidiera Carlos Santiago Nino; en el trabajó para el perfeccionamiento institucional de nuestro país. Guillermo consideraba que no había democracia sin valores, sin justicia, igualdad y solidaridad.
En 1987 fue electo legislador nacional, hecho que significó la vuelta del socialismo al Congreso de la Nación tras largos años de ausencia luego del fallecimiento de Alfredo Palacios en 1965.
Su profunda y extensa labor legislativa abarcó proyectos trascendentes como el de creación del Consejo Económico, Social y Político; la ley de medicamentos; la de creación de los comités de condiciones y medio ambiente de trabajo; la de investigación biomédica; la de rehabilitación integral para discapacitados; el régimen legal para las universidades nacionales; la ley de la juventud; la ley federal de pesca; la reglamentación de los derechos constitucionales de los aborígenes; la ley de responsabilidad de los funcionarios públicos; entre otros.
No podemos dejar de mencionar su participación en del grupo de trabajo que diseñó una alternativa al trazado limítrofe con Chile en la zona de los Hielos Continentales, y en las conversaciones con Gran Bretaña sobre la cuestión Malvinas. En el último año de su vida, dedicó grandes esfuerzos para contribuir a solucionar el último conflicto de límites que Argentina mantenía con la República hermana, tratando de transmitir su vocación de diálogo a muchos de sus amigos socialistas chilenos.
Como demócrata, Estevez Boero fue también un permanente impulsor de la reforma constitucional. En 1973 y 1985 elaboró proyectos de reforma integral a la misma, en los que tuvo presente el pensamiento constitucional de Arturo Sampay, sobre todo en los avances referidos a la protección social. En 1994 fue electo convencional constituyente por Santa Fe, coronando una trayectoria reformista de la Constitución a la que supo hacer honor presentando proyectos vinculados a la atenuación del sistema presidencialista, la participación, la descentralización y desconcentración del poder político y la incorporación de derechos fundamentales.
Valoró la oportunidad histórica que la Reforma Constitucional brindaba al fortalecimiento del sistema democrático luego de los sucesivos golpes que habían quebrado nuestras bases institucionales.
En este sentido nos decía: “En cada oportunidad, recuperada la vigencia del orden institucional (…) hemos planteado que lo que procedía era la convocatoria a una constituyente para una reforma total de nuestra Constitución. Pero una reforma constitucional por consenso (…) Esta pretensión no es un invento argentino o socialista, es lo que sucedió en Italia en el 48, es el Acuerdo de la Moncloa en la España posfranquista de fines de la década del 70, en ambos ejemplos todos los sectores se sentaron a la mesa del acuerdo nacional para consensuar una constitución que pusiere en marcha su país.” .
Junto a la idea de democracia, la de defensa de la solidaridad latinoamericana, también ocupó un sitial importante en su pensamiento; lo cual le fue públicamente reconocido por los gobiernos de Perú y Chile, que lo condecoraron.
Su amigo, el Presidente Tabaré Vázquez, en el quinto aniversario del fallecimiento expresó:
“Como hombre político lo aprendimos a apreciar porque era un hombre coherente, él decía lo que pensaba y hacía lo que decía. Desde muy joven luchando y trabajando por los principios y valores del socialismo, la justicia social, la paz, la libertad, la democracia en todas sus dimensiones (…) tenía un proyecto político latinoamericanista que lo pintaba en su grandeza, en su dimensión, en solidaridad hacia toda la gente de este subcontinente latinoamericano, una enorme dimensión política de la que supimos aprender muchas cosas. Pero … por sobre eso, la dimensión humana de Guillermo, un hombre de consulta, un hombre amigo de sus amigos, un hombre compañero, infaltable en todos los momentos de alegría, un gran compañero”
Y el Presidente de Chile, Ricardo Lagos, en similar sentido, refirió de Guillermo: “(…) compañero socialista de tantas luchas, hermano solidario en los tiempos oscuros de mi patria, incansable promotor de la paz y la integración chileno-argentina. Guillermo compartió nuestros dolores, esperanzas y momentos de gloria”.
Pero pocos días antes de fallecer, en enero del 2000, en Amaichá del Valle, fueron lo jóvenes la cita obligada, a ellos dirigió su último mensaje donde les dijo:
“Hereden lo grande para poder construir. Miren hacia arriba que en la cumbre está la Nación, si cruzamos las cumbres para poder ser independientes en América Latina, no volvamos hacia atrás. No estemos jerarquizando lo que nos separa: desarrollemos las coincidencias, lo que nos une. Esta es nuestra fuerza, asumámosla; sumemos toda la energía porque necesitamos absolutamente todo y mucho más para poder construir el futuro que le está faltando a nuestra Nación”.
Y en ese camino, del que decía que nunca se llega y siempre se marcha, convocó a los jóvenes a construir, siempre a construir.