1.INSERCIÓN SOLICITADA POR LA SEÑORA DIPUTADA ALONSO

Fundamentos del apoyo de la señora diputada al dictamen de mayoría de las comisiones de Población y Desarrollo Humano, de Comercio, de Peticiones, Poderes y Reglamento y de Presupuesto y Hacienda en el proyecto de ley en revisión por el cual se modifica la ley 17.622, de creación del Instituto Nacional de Estadística y Censos

Adelanto el voto afirmativo del Bloque del PRO al dictamen de mayoría. Debe rechazarse de plano lo dicho por diputados preopinantes. Esta reforma no es un intento de control político del INDEC por parte de la oposición. Esta reforma busca resolver la gravedad de la situación en la que se ve afectado el Sistema Estadístico Nacional y el INDEC en particular, desde mediados de 2006, como resultado de la intervención política del gobierno kirchnerista en el Instituto.

Desde la intervención del INDEC se registran hostigamientos, desplazamientos, tabicamientos, violencia institucional, adulteración y manipulación de las bases de datos, trituración de documentación, desmantelamiento de equipos técnicos especializados, caída abrupta de los trabajos encargados al Instituto y un aumento exponencial de las licencias médicas por enfermedad y de largo tratamiento, entre otros.

Las denuncias, las declaraciones ante la Justicia y el periodismo, los sucesivos libros que recogen testimonios y hechos dan cuenta de la situación de extrema gravedad que se vive en el INDEC y que afecta gravemente a todo el Sistema Estadístico Nacional.

No quiero abundar en los puntos que ya fueran dichos por otros colegas diputados de distintos bloques de la oposición. Sabemos que la credibilidad de las estadísticas oficiales es un principio esencial para su legitimidad. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández han sido responsables directos de la estrategia sistemática de desmantelamiento del INDEC.

Hace casi cuatro años que el gobierno nacional viene perpetrando una sistemática violación al derecho de todos a acceder a información estadística confiable, veraz y oportuna. Bajo la orden de funcionarios del gobierno nacional, se ha llevado a cabo la adulteración de las estadísticas a través de la manipulación directa de las bases de datos y de la destrucción de documentación que no permite el rechequeo.

Los funcionarios de los dos últimos gobiernos que han dado estas órdenes han cometido delitos de extrema gravedad. En el corto plazo, el gobierno cree verse favorecido por índices de inflación y precios al consumo mentirosos. El gobierno ha saqueado al Estado y a la Nación. Ha cometido uno de los mayores fraudes que se pueden cometer contra un Estado y una Nación. Ha robado, ocultado y distorsionado información pública.

Un diputado preopinante mencionó la trágica “Noche de los bastones largos.” Lo que voy a leer ahora no fue escrito ni por los editorialistas de Clarín, ni por los editorialistas de La Nación, usualmente acusados por el oficialismo de todos los males pasados, presentes y futuros de la Argentina.

Voy a leer una cita del libro de Gustavo Noriega INDEK: Historia Íntima de una Destrucción en la que un testigo habla de palos y de bastones largos dentro del Instituto.

Esta primera cita ilustra una de las decenas de casos de hostigamiento y violencia institucional que han vivido y viven los empleados del INDEC.

Dice Noriega y cito:

“Gustavo me cuenta algo paradójico. Nunca participó de las asambleas realizadas mes a mes en las puertas de la sede de Julio A. Roca, los emblemáticos abrazos organizados por la junta interna de ATE. Sin embargo, quedarse del lado de adentro lo impulsó a irse del INDEC, probablemente más de lo que lo hubiera hecho ser parte de las movilizaciones. Del lado de adentro, me dice Gustavo, se ven los palos…”.

Repito: “… del lado de adentro se ven los palos que tiene la patota para amenazar. Son palos largos, de madera, de más de un metro”, me cuenta. Son para lastimar. Un golpe con esos palos te lastima. ¿Sabés los que es ver esos palos adentro del INDEC?” Cierre de cita.

Todos conocemos a Graciela Bevacqua. Sabemos las presiones y las amenazas que sufrió hasta que decidió renunciar a su puesto. Esa mujer digna y valiente no se ha cansado de denunciar lo que sucedió en el INDEC desde mediados de 2006 hasta su renuncia.

Se han producido distintas formas de violencia institucional dentro del INDEC, de la mano de la intervención de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Se tabican las oficinas, se desplaza físicamente a los que “no están con la intervención”, no se les asignan tareas, se los manda a hacer “nada”. A algunos se los sienta en un escritorio frente a la pared durante ocho horas para hacer nada.

Durante el año, solicité al INDEC información sobre la cantidad de licencias médicas desde 2004 hasta 2009. La respuesta es pavorosa.

En 2004, se solicitaron 3.345 licencias médicas por enfermedad.

¿Saben cuántas licencias médicas por enfermedad se solicitaron en 2009? 11.757; repito para que no haya dudas 11.757.

En el INDEC no sólo aumentó injustificadamente la plantilla de personal contratado, sin capacitación técnica, por la intervención. La cantidad de licencias médicas por enfermedad aumentó de manera exponencial y ello sólo puede ser explicado por estas situaciones de violencia institucional cotidiana. En el INDEC se han vivido y se viven cosas horribles.

Sigamos con la lectura de los datos que me entrega el INDEC. Todavía hay más cosas que nos llaman la atención. En 2004, se solicitaron 3.388 licencias médicas por enfermedad de largo tratamiento.

¿Saben cuántas licencias médicas por enfermedad de largo tratamiento se solicitaron en 2009? 10.435.

¿Será cierto, entonces, que algo pasa en el INDEC a pesar de que el oficialismo lo niegue?

Desde 2004 hasta 2009, se han triplicado todas las licencias médicas.

En una nota publicada por el diario Clarín el 9 de mayo del corriente año, en página 18, firmada por Candelaria de la Sota e Ismael Bermúdez, los periodistas recogen los siguientes testimonios. Paso a citar:

“Estamos todo el día, reclamando en vano que nos den una tarea. Quieren que nos pudramos sentados o renunciemos”.

Otra cita de la misma nota periodística dice:

“Ya no me importa si me saludan o no cuando entro al INDEC. De todos modos es feo, porque los que me maltrataron siguen estando allí”.

Otro testimonio sostiene:

“Por suerte estoy ahora en un área donde tengo trabajo, pero hay muchos que no saben qué hacer, porque no les dan tareas, los tienen sentados ocho horas sin hacer nada”.

Podríamos citar decenas de testimonios de este tenor. Testimonios que constan en causas judiciales y en reportes periodísticos. Se trata de una política sistemática de violencia institucional y violación de los derechos de los empleados del INDEC pergeñada e implementada por el gobierno nacional.

A estas alturas no quedan dudas de que se han adulterado y manipulado las bases de datos del INDEC. Un informe alarmante de la Auditoría General de la Nación sobre la gestión de las tecnologías de información del INDEC revela entre otras profundas debilidades las siguientes:

a) fragilidad operacional del centro de cómputos por la obsolescencia e insuficiente capacidad de los principales servidores de producción;
b) existencia de versiones inadecuadas de la mayoría de los sistemas operativos instalados;
c) situación crítica de la red interna por falta de actualización desde 1993;
d) inexistencia de estructuración, normalización, documentación e implementación de la seguridad informática de acuerdo a las recomendaciones de la Oficina Nacional de Tecnologías de Información.

Sin embargo, más allá de las profundas debilidades detectadas por la AGN, es más escalofriante aún leer las fallas que reconoce el INDEC en su nota de descargo número 00459 del 19 de marzo de 2009.

Las autoridades del INDEC reconocen que el Instituto:

a) no tiene Plan Estratégico de Tecnologías de Información;
b) no tiene “Arquitectura de la Información” ni diccionario de datos;
c) no funciona el Comité de Sistemas creado en 2002;
d) no posee un plan de “contingencia” formalmente definido; y,
e) existen usuarios “con privilegios de administración”.

Señor Presidente: ¿sabe lo que todo esto significa, implica y explica? Todo esto, sobre todo la existencia de usuarios con privilegios de administración, confirma la facilidad con la que pueden adulterarse y manipularse las bases de datos estadísticos en la Argentina.

A esta altura del debate y del conocimiento sobre las irregularidades dentro del INDEC, es increíble escuchar los argumentos ridículos y sin ningún sustento del oficialismo. ¡No pueden seguir defendiendo con tanto descaro la política sistemática de destrucción de las estadísticas oficiales y la violación de los derechos de los empleados del INDEC!

En la página 80 del libro de Noriega ya citado, se explica perfectamente cómo se inició el proceso de adulteración de la base de datos del índice de precios al consumo en febrero de 2007. Paso a citar:

“Al mediodía del lunes 5 de febrero, cuando se tenía que informar el índice de enero, llegó un memo firmado por Ana M. Edwin en el que se le comunicaba a Emilio Platzer que ‘quedaba fehacientemente autorizado, deslindándolo de responsabilidad a: corregir los errores detectados en la base de datos del índice de precios al consumo, conforme las instrucciones de la licenciada Beatriz Paglieri, e introducir modificaciones en las rutinas de cálculo, a partir de la verificación por parte de la Dirección de Informática y de la Dirección de Metodología Estadística de que las instrucciones de la licenciada Paglieri han sido adecuadamente interpretadas por usted”.

Podría hablar aquí del caso de la trituración de todas las planillas del IPC un día antes del allanamiento al INDEC del 25 de julio de 2007. En un instituto estadístico que funciona adecuadamente no hay trituradoras de papel, porque las planillas se conservan sistemáticamente para revisar los cálculos o probar nuevas metodologías.

Nadie dice que las fórmulas, los índices y la recolección de datos no deban actualizarse. Sin embargo, existen estándares y protocolos para garantizar los ajustes metodológicos y la comparabilidad de las series estadísticas.

Hasta que el INDEC sea normalizado, es probable que la Argentina sufra un profundo vacío estadístico.

¡Qué estrategia tan perversa la del kirchnerismo!

Dicen ser gobiernos progresistas pero no nos dejarán datos estadísticos confiables para que la Historia y los historiadores confirmen cuánta menos desigualdad hay en la Argentina luego de sus años de gestión presidencial.

He recibido también datos del INDEC que revelan la caída abrupta de su facturación por trabajos especiales. ¿Sabe lo que más sorprende? ¡Ni el resto de los organismos estatales le cree! En 2004, diversos organismos estatales encargaron 417 trabajos. En 2009, la cantidad bajó a 73!

Voy a hacer un último comentario de carácter político. Hoy, venimos a dar media sanción con modificaciones a una propuesta de reforma que proviene del Senado de la Nación. He firmado el dictamen de mayoría con disidencia parcial.

Un grupo de diputados nacionales de distintos bloques de la oposición, junto con especialistas de renombre en el área estadística y ex empleados del INDEC, consensuamos y elaboramos un anteproyecto de dictamen para reformar completamente el sistema y la producción de las estadísticas oficiales. Este proceso concienzudo, enriquecedor y profundo llevó casi seis meses de intenso trabajo.

Sin embargo, por esas cosas propias de la vida parlamentaria, que suele resultar complejo explicar y, mucho más, justificar ante la ciudadanía, el Senado de la Nación dio media sanción a un proyecto limitado de reforma de la ley vigente. Algunos ciudadanos me han preguntado “¿Cómo puede pasar? ¿Los senadores de la oposición no sabían lo que Uds. estaban haciendo en Diputados?”

Frente a la urgente situación del INDEC y procurando que una solución parlamentaria llegue rápidamente, la mayoría de los bloques de la oposición decidimos introducir pocas modificaciones a la media sanción del Senado.

Termina el año parlamentario. La reforma total del Sistema Estadístico Nacional no está en la agenda. Salió por cuestiones parlamentarias casi inexplicables. Hoy, nos vemos atrapados en este juego difícil de comprender. Estamos introduciendo modificaciones a una media sanción que vuelve a la Cámara originaria.

Con viento a favor, durante los primeros meses de 2011, el Senado podría sancionar la reforma de la ley 17.622 y, recién entonces, algún paliativo a las graves irregularidades vividas en el INDEC podría ver la luz. Todo esto si el Poder Ejecutivo promulga la ley sin observaciones.

Ante este panorama de mala coordinación entre Cámaras y bloques parlamentarios, me pregunto entonces si no hemos equivocado la estrategia.

Si bien acompaño con mi firma y nuestro bloque acompañará el dictamen de mayoría que entendemos es correcto y mejora sustancialmente la media sanción del Senado, debo reconocer que no es suficiente para resolver la profundidad de la crisis del INDEC y las debilidades del Sistema Estadístico Nacional.

No puedo dejar de lamentar que se ha perdido una valiosa oportunidad para diseñar e implementar una profunda y amplia reforma. No puedo dejar de lamentar las horas de debate e intercambio con analistas, técnicos y expertos del mundo académico y del propio INDEC que no se ven reflejados en el dictamen de mayoría.

Este tratamiento descoordinado o mal coordinado por las dos Cámaras del Congreso debe llamar a la reflexión. El año parlamentario podría haber finalizado con una nueva ley. Aun con estas modificaciones se resuelven limitadamente los problemas del INDEC y del sistema estadístico.

Como dice Víctor Beker, ex director del INDEC y economista prestigioso, “un país sin estadísticas, es como un avión sin instrumentos”.

Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández han destruido los instrumentos. Tienen una profunda responsabilidad política por los hechos acaecidos. Muchos de sus funcionarios tendrán que rendir cuentas ante la Justicia. Todos ellos han perpetrado el mayor fraude que se puede realizar contra un país. Han destruido el Sistema Oficial de Información Estadística Pública.

Esta reforma que discutimos demuestra el compromiso de toda la oposición para torcer este presente trágico y devolver a la Nación un sistema estadístico público que sea creíble y confiable. Sólo con esos instrumentos y con adecuada información podremos hacer volar a este maravilloso país y a los millones de argentinos y argentinas que siguen esperando respuestas.
 

 

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