16.2/2. INSERCIÓN SOLICITADA POR LA SEÑORA DIPUTADA DI TULLIO

Versiones taquigráficas de las audiencias públicas sobre Papel Prensa S.A., celebradas los días 28 y 30 de septiembre de 2010


- En Buenos Aires, a los veintiocho días del mes de septiembre de 2010, a la hora 10 y 48:
Sra. Locutora.- Damos comienzo a la anteúltima jornada de audiencia de carácter público, convocada por la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara y por su presidenta, la señora diputada nacional Juliana Di Tullio.
La audiencia tendrá como eje de debate el tema de Papel Prensa en la Argentina. A continuación voy a leer la convocatoria que dio lugar a esta audiencia pública:
“Autoridad convocante: la Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.
“Objeto: consideración de los expedientes 24-PE.-2010, mensaje Nº 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010, por el cual se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios. Fue girado a las comisiones de Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento. Así mismo, el expediente 6.422-D.-2010, del diputado nacional Omar De Marchi, que dice lo siguiente: de ley, Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámese a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado Nacional. Fue girado a las comisiones de Comercio; Comunicaciones e Informática; Libertad de Expresión; Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento.
“Fecha, hora y lugar de celebración: La audiencia pública se llevará a cabo en el auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010 desde las 10 hasta las 18 horas.
“Normativa: se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
“Vista de los expedientes, inscripción para ser participantes y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia: los interesados podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la audiencia pública a través de la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, www.hcdn.gov.ar.
“La inscripción de los participantes se llevará a cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010 en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso 2º, oficina 211, Presidencia u oficina 108 del primer piso de la sede administrativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados podrán inscribirse por e-mail a ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188, o al 6310-7100 interno 2110.
“Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento soporte papel de hasta doce páginas tamaño A4 y en soporte CD.
“Publicación de las ponencias realizadas durante la audiencia pública: en la audiencia pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, www.hcdn.gov.ar.”
Cedo el uso de la palabra al señor diputado Luis Cigogna.

Sr. Presidente (Cigogna).- Muchas gracias. Buenos días a todos. Agradezco su presencia, en particular la de los expositores, a quien les recuerdo que el tiempo de que disponen es de aproximadamente 10 minutos. Les solicito que en la medida de lo posible se restrinjan al tiempo estipulado.
Invito en primer lugar al señor Néstor Buzo, presidente de FARCO, Foro Argentino de Radios Comunitarias para que se acerque al estrado y exponga sus ideas.

Sr. Buzo.- Muy buenos días. Muchas gracias por la invitación. Realmente estoy muy feliz de poder debatir sobre la comunicación, la libertad de expresión y Papel Prensa, todas cuestiones que los comunicadores populares, quienes estamos ligados de una u otra forma a la comunicación, conocemos y debatimos desde hace años en un debate silenciado por los grupos económicos que controlan los grandes medios.
Hace poco más de un año estábamos en este mismo lugar debatiendo la ley de servicios audiovisuales aprobada por clara mayoría por esta Cámara de Diputados y luego por la Cámara de Senadores, ley que hoy está vigente.
Hoy vengo aquí en mi condición de militante de la comunicación, pero también con la representación institucional de FARCO, Federación Argentina de Radios Comunitarias y también concurro en la representación institucional del Consejo de la Federación de Comunicación Audiovisual, institución que me toca presidir.
El Consejo Federal está integrado por las provincias argentinas, por representantes de las Cámaras empresarias privadas, por los prestadores sin fines de lucro, por las universidades nacionales, por los pueblos originarios, por las entidades defensoras de derechos y por los medios públicos.
Voy a leer una breve declaración aprobada en la última reunión del Consejo Federal realizada en esta ciudad de Buenos Aires el 14 de septiembre, que dice: “El Consejo Federal de Comunicación Audiovisual expresa su beneplácito por el debate instalado en el Congreso de la Nación y por extensión en la sociedad argentina para considerar de interés público la elaboración y comercialización de papel de diario. Entendemos que este debate debe construir a fortalecer y hacer efectivos los derechos a la libertad de expresión y a la información y será un aporte para el fortalecimiento y la consolidación de la democracia en nuestro país.” Esto ha sido aprobado por el pleno del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual el 14 de septiembre.
En el mismo sentido se ha expresado nuestra Federación Argentina de Radios Comunitarias. Entendemos que esta declaración de interés público de la producción y distribución de papel para diarios es un paso más en la democratización de la comunicación en pos de multiplicar todas las voces y profundizar la libertad de expresión. Propiciamos el debate que se propone en el Congreso de la Nación y esperamos que quienes representan al pueblo y a las provincias en ambas cámaras aprueben una ley que garantice la igualdad de condiciones para acceder a este insumo básico en la producción de medios de comunicación gráficos. Esta es la declaración de nuestra Federación Argentina de Radios Comunitarias.
Pero permítanme decirles, señores diputados, que en este debate hemos escuchado aportes muy interesantes de especialistas, académicos e interesados directos en la cuestión. Nosotros no lo somos porque representamos a radios, pero hace muchos años que estamos muy preocupados trabajando en la libertad de expresión para que en el país se escuchen todas las voces. Nos preocupa la aparente confusión, no sé si será mala intención, de algunos miembros de esta Cámara que ante cámaras de televisión, especialmente, confunden conceptos muy elementales, que aquí ya han sido aclarados con mucha rigurosidad académica, pero lo quiero hacer desde el llano, desde un simple comunicador social.
Confunden libertad de prensa con libertad de expresión, con derecho a la información, con derecho a la comunicación. Son conceptos complementarios, pero no son lo mismo.
De los grupos empresarios no me extraña, porque tienen una cantinela ya programada que la repiten en nuestro país y a nivel internacional desde hace muchos años. Obviamente no están aquí, pero me preocupa que se reproduzcan estos conceptos que, para ser benévolos, son por lo menos equivocados. Ellos insisten mucho en la libertad de prensa, un concepto de hace doscientos años en la evolución del derecho a la comunicación. El sujeto de la libertad de prensa fundamentalmente es el titular del medio, el dueño del medio. Esa libertad de prensa está condicionada por el poder económico. Es decir, pueden tener medios y ejercer la libertad de prensa quienes tienen capacidad económica para tener un medio, sea radio, televisión o prensa escrita.
A partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el concepto utilizado internacionalmente es el de la libertad de expresión que amplía la necesaria libertad de prensa. La libertad de expresión es un derecho universal, es decir de todas las personas. Esto, que parece una cuestión menor o semántica, es fundamental cuando pensamos en la función del Estado frente al concepto de libertad de prensa y al concepto de libertad de expresión, y mucho más si hablamos de derecho a la información o de derecho a la comunicación.
Cuando se habla de libertad de prensa, el Estado no tiene que hacer nada, según esa concepción, porque cualquier intervención del Estado es considerada censura. Es decir, es una actividad en la que el Estado no tiene que intervenir porque se supone que la libertad y, en definitiva, el mercado, es el que asegura y garantiza ese derecho a la libertad de prensa.
Cuando hablamos de libertad de expresión la función del Estado cambia absolutamente, porque si queremos garantizar la libertad de expresión para todas las personas, el Estado tiene que intervenir activamente para hacer posible todas las voces, la diversidad y la pluralidad de voces, la diversidad y pluralidad de expresiones. Cuando hablo de diversidad y pluralidad, no hablo sólo de muchos medios, sino de que además expresen a los distintos sectores de nuestra sociedad y nuestro pueblo.
Entonces el Estado tiene que intervenir para facilitar y promover la expresión de los sectores más débiles de la población, aquellos que no tienen lugar en el mercado, aquellos que no tienen poder económico para expresarse. El Estado tiene que facilitar y promover esa expresión, por lo menos a nuestro criterio. Pero al mismo tiempo tiene que poner límites a los que acaparan la voz pública y quieren ser la voz única y quieren controlar el discurso público, como de hecho sucede hasta hoy en gran medida en nuestro país.
Lo que quería resaltar es esta función del Estado de intervenir activamente para facilitar la expresión de los más débiles y poner límites a los poderosos en función de garantizar la libertad de expresión para todos.
- Se incorpora la presidenta de la Comisión de Comercio, señora diputada Di Tullio.
Sr. Buzo.- En contrario a lo que he escuchado y dicen quienes se oponen a este proyecto, creo que es función del Estado intervenir para garantizar este insumo básico, que es el papel para los medios, asegurando igualdad de posibilidades en la compra del papel e igualdad de precios para todos los demandantes.
Creo que este proyecto es de alguna manera complementario a la ley de comunicaciones audiovisuales, que estamos defendiendo y vamos sostener hoy con una movilización en las calles de Buenos Aires frente al Congreso. Allí queremos decir a la sociedad, aprovecho para comentarlo en esta Cámara, que el mensaje que queremos transmitir es que la ley debe ser cumplida. No puede ser que existan leyes para los pobres y para los ricos, como generalmente se dice en la calle.
La ley no puede ser una tela de araña, como dice el Martín Fierro. La ley debe ser cumplida por todos y en igualdad de condiciones; los monopolios también deben cumplirla.
Hoy entonces queremos decirle a través de la movilización que vamos a realizar por la tarde- a la Corte Suprema de Justicia que tiene que hacer cumplir la ley y que tiene el apoyo popular para hacer cumplir la ley e imponerla, también a los poderosos, quienes hoy actúan desde posiciones monopólicas.
Espero que este proyecto enviado por el Poder Ejecutivo avance, sea consensuado por los sectores racionales de la oposición y podamos tener una ley que complemente la ley de servicios de comunicación audiovisual, haciendo efectiva la libertad de expresión en nuestro país. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Muchas gracias. Buenos días a todas y todos. Disculpen la demora.
Tiene la palabra el señor Pablo Bussetti, del periódico quincenal gratuito, empresa de diarios y revistas de Buenos Aires, Asociación Periódicos de Buenos Aires.

Sr. Bussetti.- Señores diputados y señoras diputadas de la Nación, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas, estimados comunicadores, ciudadanos y ciudadanas: en primer término voy a hacer una breve presentación formal del medio del que soy director. EcoDias es un proyecto de comunicación surgido hace diez años en Bahía Blanca con el objetivo de aportar elementos de reflexión que contribuyan a la construcción de una sociedad civil, participativa y responsable.
Con una tirada semanal de 6 mil ejemplares impresos, que se distribuyen de manera gratuita, somos el segundo medio gráfico de la ciudad, que se presenta como puerta y puerto del sur argentino.
Para no repetir los detallados informes que en esta sala se difundieron, no me voy a referir en esta presentación a los costos del papel para la prensa que en nuestro caso representan el 55 por ciento del presupuesto mensual ni a las dificultades crecientes para aumentar la tirada o la cantidad de páginas.
Cuando en agosto pasado la presidenta Cristina Fernández puso en tela de juicio algunos negociados que se cometieron bajo la vigilancia del gobierno de facto durante la última dictadura militar, algunos de los pasajes de su discurso nos remitían a vivencias del pago chico.
El extenso discurso realizado por la primera mandataria nos permitió trazar algunas analogías entre el poder fáctico de los grupos concentrados que ostentan el monopolio mediático a nivel nacional y el de La Nueva Provincia a nivel local y regional. Los vínculos van más allá del papel y aluden al entretejido de los intereses de los sectores poderosos de la ciudad.
El primer dato relevante es el de la construcción del discurso social. Causa sorpresa cada vez que relatamos en distintos espacios que en Bahía Blanca una ciudad de 300 mil habitantes hay un solo diario, con la solitaria compañía de EcoDias como semanario.
Se podrá dudar de la habilidad comercial de los que llevamos adelante este emprendimiento desde hace diez años. Lo curioso es que nadie se haya animado a incursionar en el periodismo gráfico en los últimos 40 años.
Dueños de la palabra: días previos al anuncio presidencial, Clarín publicó una editorial bajo el título "El gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa". Con ironía, la Presidenta coincidía con Clarín en cuanto a que “quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa”.
¿Por qué? Porque Papel Prensa S. A. es la única empresa que produce en el país pasta celulosa para fabricar papel de diario, lo distribuye y lo comercializa en lo que se conoce en términos económicos y jurídicos como una empresa monopólica integrada verticalmente.
Clarín llegó a la propiedad mayoritaria de las acciones de esta empresa durante la vigencia del régimen militar que se instauró en el país el 24 de marzo de 1976. Las tapas de los diarios hablaban en ese entonces de "nuevo gobierno" y mencionaban que "se constituye la junta militar", cintillos con los que pretendían reflejar el clima institucional y político.
En nuestro caso, el título “Gobiernan las fuerzas armadas”, publicado por La Nueva Provincia ese día, se completaba con la bajada “Refundar la Patria”. La aseveración planteada por los Massot de que “A la Nación hay que restaurarla en sus esencias, no en sus estómagos” nunca tuvo el correlato en sus páginas de publicar información alguna sobre los delitos económicos que se cometieron durante ese nefasto período de la historia argentina. Y no entro en detalle en este momento sobre la publicación por parte del diario naval de los numerosos enfrentamientos fraguados por las fuerzas militares.
Legisladores: ¿maniatados u obsecuentes? La Presidenta apuntó en el transcurso de su discurso contra los “profusos editoriales acerca de cómo tienen que votar los legisladores y cómo se acusa a los legisladores cuando votan de tal o de cual forma”.
No pocas veces se ha escuchado a concejales bahienses o a legisladores provinciales de la sexta sección electoral manifestar que reciben presiones por parte de la dirección del diario local, de manera directa o indirecta, a través de llamadas, artículos o “borramientos” en la difusión de su actividad o sus propuestas.
Ahora se entiende por qué ninguno de ellos decide promover o apoyar la creación de medios alternativos independientes. Asimismo, brilla por su ausencia en la ciudad la determinación de denunciar judicialmente los innumerables editoriales en los que prima la apología del delito por parte de La Nueva Provincia.
Denunciaba la Presidenta Cristina Fernández el 24 de agosto: “Hay un poder en la República Argentina, que es un poder que está por sobre quien ejerce la Primera Magistratura…” en ese caso la Presidenta “…, también por sobre el Poder Legislativo y, mal que pese también, por sobre el Poder Judicial, más allá de todos los esfuerzos que hemos hecho en construir independencia.
“Yo siento que hay un poder que, como todo verdadero poder, y remedando un poco a Saint-Exupéry, es invisible a los ojos, pero que aflora en algún momento de la historia, y yo creo que hace décadas que los argentinos y los poderes del Estado tienen una subordinación hacia determinados intereses o presiones o ejercicios”.
De allí la coincidencia en la afirmación de que pocos dirigentes políticos podrían soportar varias tapas adversas del diario bahiense.
Ahora bien, la contracara es destinar importantes sumas del presupuesto municipal para construir una imagen positiva delante de la ciudadanía bahiense, acción llevada a cabo actualmente por quien ingresara a la política local por la vía de la UCD, el intendente Cristian Breitenstein.
Una pequeña digresión: una diputada de esta Cámara, la bahiense Virginia Linares, ha completado lo que podríamos denominar el mayor distanciamiento entre lo que se dice y lo que se hace. Como autora de un proyecto de regulación de la pauta publicitaria oficial planteó recientemente que con el “dictamen se pone un límite a este sistema perverso que utiliza el gobierno, premiando a quienes les son afines en términos editoriales y castigando a los medios críticos e independientes”. Notable. Cuando la diputada Linares formó parte del gobierno de su hermano en la intendencia de Bahía Blanca, el diario La Nueva Provincia aumentó considerablemente su participación en la pauta publicitaria del municipio, mientras que a EcoDias ella misma le suspendió la pauta por “problemas presupuestarios”, apenas un mes después de la publicación de una editorial adversa a los intereses de su hermano Jaime Linares.
En tercer lugar, voy a hablar como editor de un medio de prensa del interior, que como el de muchos de mis colegas que están acá, sufre –pero no ahora, sino desde hace muchos años desde que nació este sistema perverso por el que el insumo básico pertenece a un grupo económico. Estamos sobreviviendo con lo que le sobra a ellos, y encima somos quienes les pagamos el papel que ellos usan para que nos bajen la línea nacional, para que vengan y actúen como lobby ante nuestros representantes.
Es verdad lo que dice el colega de Bahía Blanca; la misma situación la podemos ver en Córdoba, en Mendoza y en cualquier provincia del interior del país.
Por eso, no podemos hablar de libertad de prensa cuando tenemos un cupo para comprar papel, o cuando tenemos que acudir a Chile, o cuando tenemos que soportar cuando esta empresa caprichosamente decide no vendernos papel por 3 o 6 meses, teniendo luego que comprar más caro a Chile por todos los meses que nos dejaron de vender, adquiriendo todo el cupo junto, porque si no, lo perdemos.
¿A ustedes les parece que un medio de prensa del interior puede distraer alegremente un capital de 80 o 90 mil pesos de un día para el otro? Por eso festejo esta realidad de hoy, y ojalá que los diputados –los aquí presentes y también quienes no lo están piensen de una vez por todas si están con la dependencia o con la liberación, porque declarar el interés público del papel para la producción para diario hoy ya no es una obligación, es una urgente necesidad para todos los argentinos. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Gracias. Tiene la palabra el señor Jorge Cáceres, en representación de InfoSur, de Florencio Varela.

Sr. Cáceres.- Buenos días.
Con permiso, vengo a ofrecerles un humilde punto de vista, pero no para decir palabras al voleo, sino para contarles y que se tenga en cuenta la voz de la pequeña prensa escrita.
Me presento: represento a Infosur, un medio de la zona Sur del Conurbano Bonaerense, allá donde también hay noticias para destacar.
Nacimos con una concepción de diario local con presencia regional. Estamos convencidos de la necesidad de prestarle atención a la información cercana, esa que los medios porteños registran sólo en las páginas policiales. Nuestro eslogan resume lo que aquí planteamos: “Estamos Cerca, informamos mejor”.
Hacemos un diario en lo profundo del Conurbano. Amamos este oficio. Somos periodistas, fotógrafos, diseñadores y hasta vendedores de publicidad. Todo en uno.
Yo no voy a hablarles mucho de los precios de Papel Prensa. Para quienes hacemos un diario o papel en el Conurbano llegar a tener un cupo ni siquiera es una utopía, no existe esa posibilidad, al menos hasta ahora. La gran mayoría, por no decir todos, tercerizamos la impresión. Esta imposibilidad de acceder al papel para la prensa no sólo tiene el objetivo de golpearnos económicamente de manera casi fatal, sino de acallar la identidad de nuestra zona.
No vengo a llorarles la carta contra una empresa determinada, sino a hablarles de cómo el monopolio del papel termina castigándonos hasta ponernos en peligro de extinción. Cuando el precio del insumo básico aumenta en el mercado para nosotros muchas veces es demoledor.
No hace falta ser un gran pensador para darse cuenta de que para los medios locales lo que hoy se discute en esta Honorable Cámara tiene trascendencia histórica. Sin más, la posibilidad de que se escuche nuestra voz en este debate nos abre las puertas para plantear nuestras inquietudes, tanta veces silenciadas en los organismos que agrupan a periódicos y periodistas.
Hasta la creación de DyPRA, hace un par de años atrás, nuestras inquietudes se discutían en mesas de café, sin salida alguna. Pero era tiempo de tener paciencia y trabajar.
El tiempo cambió y hoy ustedes, diputados de todos los colores políticos los que vinieron a esta audiencia y los que no tienen la posibilidad de definir de qué lado están. Yo creo que no hay medias tintas; o se está con los poderosos o se está con nosotros, trabajadores humildes que sobrevivimos todos los días.
Muchos podrán decir que nos han traído arreados a este panel. Pero sepan los terratenientes de la palabra que hace muchos años que venimos discutiendo y padeciendo los tentáculos del monopolio que nos ha basureado sistemáticamente. Por eso, ahora que se nos ofrece la posibilidad de participar, acá estamos, plantados en nuestra verdad, la que aprendimos trabajando, peleando y, como dije, sobreviviendo.
Por eso, esta huella ya la agarramos nace mucho y ahora que vamos en camino de obtener lo que queríamos, no sé quién va a llevar a quién.
Pero entonces, ¿por qué estamos acá si nunca pudimos acceder a un cupo de papel prensa? Justamente por eso, por la posibilidad de poder acceder a nuestro insumo básico. Nosotros, que nos vimos en la obligación de editar en lo profundo del Conurbano el diario una vez por semana, lo estaríamos haciendo de lunes a viernes, como lo hicimos durante varios años desde 2005, cuando nacimos.
Hace poco más de un año la irrupción de un suplemento zonal del diario más vendido del país nos golpeó de frente, sin anestesia. Digámoslo claramente. Varios comerciantes que pautaban con nosotros nos hablaron en off sobre supuestos aprietes para que la publicidad se destinara a un solo lugar. Ellos le llaman "publicidad exclusiva”. Nosotros sabemos que es competencia desleal.
Esa situación nos llevó a discontinuar la salida del diario en papel, ya que sólo lo podemos costear una vez por semana. Por eso, en el actual orden de cosas, sin la intervención del Estado en la materia, sería ilusorio para nosotros que nuestros competidores directos nos vendan papel.
Pero no es la única forma que tienen de golpearnos. Como les dije, nosotros somos como una pyme cualquiera, donde todos hacemos todo. Nuestro trabajo consiste en hacer la nota periodística, sacar la foto y llevar el diario a nuestros entrevistados. Es por necesidad que lo hacemos, pues no lo podemos sostener de otra manera.
Acá me tomo el tiempo para contarles una anécdota. Fue el año pasado, cuando en un barrio de Varela un chico fue asesinado por otro en la puerta de la escuela. Allá fuimos, con nuestro fotógrafo, porque si hay algo que tenemos los pobres es la solidaridad. Siempre que podemos generamos trabajo para que nuestro producto se luzca, pero también para que otros profesionales del medio puedan acceder al trabajo.
Nos llevamos la sorpresa de que el cronista del diario Clarín había ido solo y provisto de una cámara fotográfica del tipo familiar. Con eso hizo su trabajo. Como nuestro fotógrafo es de ARGRA, entidad que los agrupa, la frase que dijo Sergio Pablós fue: "Che, Clarín, ¿cómo es que estos muchachos tienen fotógrafo y Clarín no?” La respuesta esbozada fue tan tibia como certera: "Me obligan, no puedo decir que no".
¿Qué quiero decir con esta anécdota? Que no sólo no nos venden papel, no sólo existirían esos ciertos aprietes a anunciantes como bingos, entre otros para que no se publicite en nuestro medio, sino que además utilizan los mismos recursos que utilizamos nosotros. Tienen un gasto en infraestructura similar al nuestro en los suplementos zonales, a costa de lo que podría ser una explotación laboral. Y hablamos del principal diario del país.
Según expertos de la comunicación, desde la década del 80 hasta ahora la población ha aumentado la necesidad de leer noticias locales. Este hecho se profundizó desde 2005 en adelante. Sin embargo, los supuestos aprietes de los que hablamos produjeron sólo este último año un descenso del 40 por ciento del ingreso por publicidad, principal sostén de nuestro medio. La publicidad de la mediana empresa y los grandes anunciantes se han corrido para lograr el "importante" descuento por publicidad exclusiva. Así, los únicos grandes apoyos que nos quedan son los de los municipios y los pequeños anunciantes.
Pero ese pulpo monopólico, voraz y mentiroso, nos tiñe de oficialistas por recibir pauta oficial de las comunas. Seguro que quieren ir por eso también.
Cuando hablamos de hacer un diario local nos referimos a la creación de un espacio para que aparezcan las voces y los rostros silenciados por los grandes medios, como la abuela que en Berazategui cumplió 100 años el día del Bicentenario de la patria o los integrantes de las cooperativas de Várela, que le contaron a Infosur por qué ahora tienen la posibilidad de terminar sus estudios. Allí conocimos el caso de una señora, tan analfabeta por las circunstancias sociales e históricas, que a los 30 años recién pudo acceder a una clase. Esa señora, la primera vez que recibió la tarjeta del banco para cobrar, la plastificó porque tenía miedo a romperla.
También está la historia de Edgar, un nene de once años que desapareció hace tres meses y que tiene a todo un barrio movilizado por él, sí a todo un barrio movilizado. Hay un sinfín de historias de vida, que tienen nombre y apellidos y viven acá nomás, a 30 kilómetros de distancia.
Para estas personas, la edición de un diario local es la posibilidad de aparecer en la vidriera de los medios, cualquiera sea su línea editorial.
Por eso, los usureros del papel, que se llenan la boca hablando de libertad de expresión, en realidad nos arrancan la lengua, cuando nos niegan el acceso directo al insumo básico de la palabra escrita, no sólo quitándonos la posibilidad de un emprendimiento comercial, sino acallando lo que nuestros vecinos tienen para decir. ¿De qué libertad de expresión hablan los que hoy no vinieron a escucharnos?
Sepan y entiendan que estamos enteros. Pese a quien le pese, existimos. Arturo Jauretche decía que nada se puede hacer con tristeza. Tomamos esa posta y hacemos el diario con alegría, sabiendo que hoy estamos ante el desafío histórico de lograr que los pequeños y medianos diarios del conurbano seamos tenidos en cuenta. No queremos dádivas. Como empresarios pymes y cooperativos de la industria cultural de los medios de comunicación gráficos, pero también como anunciantes y como lectores, solicitamos a los representantes del pueblo que avancen para que deje de ser patrimonio de un pequeño grupo de medios capitalinos "el control de la palabra impresa", legislando una norma que garantice precio, calidad, cantidad y provisión permanente sobre el insumo para todos los emprendimientos nacionales comerciales y no comerciales , y de esa manera, se revierta una cuestión postergada por años por el Estado Nacional.
Hace 24 años puse primera y arranqué en el mundo del periodismo. Fue en una radio alternativa, el furor de la década del 80, que nos dio voz a los que no tenían voz. En ese entonces, en la facultad de periodismo ya se leían recortes y libros sobre la fuerza del monopolio.
Como les dije, con sencillez quería contarles este punto de vista, tan humilde, pero hecho a fuerza de trabajo y pasión. Y por sobretodo con mucha dignidad.
Dos hechos marcaron a fuego a nuestra profesión. Una fue la carta pública de Rodolfo Walsh a la dictadura militar. La otra, menos conocida, pero no menos digna, la protagonizaron un grupo de trabajadores del diario Crónica.
Fue en 1981, cuando el gobierno de Videla envió una solicitada que hablaba de la campaña “antiargentina” y ponía en duda a los "desaparecidos". Cuando el diario ya estaba editado, un grupo de trabajadores gráficos y de prensa leyeron el contenido de la solicitada. Lejos de achicarse, se plantaron en la dignidad de la unidad, en esa época oscura. Plantearon al entonces dueño del diario, Héctor Ricardo García, que con esa solicitada en la página el diario no salía. Y no salió. El paro de los trabajadores lo impidió. Esa anécdota todavía da vueltas por las sala de máquinas del diario.
Por ellos, por los que no están, pero estuvieron. Por nosotros, los periodistas de los medios locales tanta veces silenciados, y por los que van a venir, quizás con esta misma pasión de la palabra escrita, tomo una frase -siempre andamos pidiendo prestadas ideas de otros que pensaron mejor que nosotros- del general San Martín, "Seamos libres", y yo le agrego humildemente: “Seamos libres, lo que digan los demás no importa”. (Apalusos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Diego Turraca, presidente de Adicra, del Chaco.

Sr. Turraca.- Señores diputados y diputadas de la Nación, asesores, representantes de empresas periodísticas, colegas periodistas y Honorable Congreso Nacional.
Para comenzar, como presidente de la Federación de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina quiero destacar que para mí es un orgullo estar en este ámbito parlamentario, representando a las experiencias de gestión cooperativa de medios de comunicación, que no son mas de diez en todo el país, pero que con el sacrificio que conlleva un escenario comercial adverso, demostraron que es posible una comunicación masiva más democrática y, por lo tanto, un poco más para todos.
Sin jactancia de nada, muchos sectores nos consideran la novedad en el mapa de medios de la República Argentina, o al menos, trabajadores de prensa actuando en el poder democrático de la participación societaria de cada cooperativa, ya sea editora de diarios, de portales digitales de noticias, de radios, etc.
No creo que sean suficientes diez minutos para expresar la necesidad, la urgencia y lo vital de una ley que declare de interés publico la fabricación, comercialización y distribución de papel para diarios, pero intentaré resumir en tres puntos los aspectos que considero centrales para que los legisladores del pueblo entiendan nuestro menester. Un menester que es capital, una necesidad vital, como el agua para el ser humano.
Y el primero de esos aspectos tiene que ver con la libertad de expresión. Como responsable editorial del diario de la región, recibo frecuentemente reclamos de representantes de la sociedad civil organizada, exigiendo un mayor protagonismo en nuestras páginas, más espacio para expresar sus ideas, convicciones y puntos de vista respecto de tal o cual tema, de tal o cual hecho noticioso. Y no damos abasto, esa es la verdad mal que nos pese. Se quejan, con razón, porque las 15 o 20 líneas que les podemos ofrecer no alcanzan para dar una idea acabada de su parecer respecto del tema tratado.
Otros, tristemente para nosotros, ni siquiera aparecen en la escena, a pesar de ser actores protagónicos del hecho noticioso. Y es que la libertad la de expresión tiene que ver con su acceso, con su
disponibilidad y con el uso responsable de ella misma. Debemos acceder a esa libertad, disponer y hacer uso de ella, para poder expresarnos, y después recién se será libre.
En la pluralidad que debemos alentar es mentira la idea primitiva de que existen sólo dos campanas sobre un mismo hecho: izquierda o derecha, conservadora o progresista, blanco o negro, bueno o malo. Al contrario, es enriquecedora la diversidad de opiniones, porque si hay libertad de expresión, todos se expresan y hay libertad de elección para los lectores, que en definitiva son ciudadanos. Y si hay libertad para discernir entre una amplia gama de posturas, pensamientos o ideas, ayudamos a fortalecer la democracia de nuestro país. Para ello, es necesario un mayor espacio de expresión, porque ya no alcanza entonces con conocer dos campanas, sino que es necesario escuchar el son de todas aquellas que, como periodistas, podamos hacer sonar.
Ahí comienza el problema. Lo que en radio o televisión son segundos, para un diario, revista o semanario es centímetro por columna. Un espacio determinado no por la unidad de medida, sino por su valor monetario.
Esos centímetros por columna conforman páginas, que en definitiva significan papel. En blanco sobre negro, la pluralidad y diversidad de opiniones sólo son posibles en la medida en que los actores gocen de espacios para expresarse. Y para ello, los medios –todos deben poder abastecerse y gozar de los insumos necesarios a un precio igualitario.
Como representante de una empresa periodística gráfica, pequeña y cooperativa, regional y autogestionada, puedo afirmar que el desabastecimiento de papel y la deslealtad competitiva en los precios hace irrealizable la idea de dotar a la sociedad de un justo acceso a la libertad de expresión.
Dejo en claro acá también que más centímetros por columna equivalen a más páginas; que más páginas son en definitiva más papel y más papel, en el escenario actual, es insostenible en términos financieros.
De eso depende hoy por hoy la libertad de expresión de nuestro pueblo; se debe cumplir el precepto constitucional que lo asiste.
Otro de los aspectos tiene que ver con la lealtad en la competencia y el abastecimiento garantizado. Nuestros derechos de consumidores y usuarios y la defensa de la competencia son avasallados por la oferta única de papel, como así el derecho conculcado en la ley de abastecimiento, ante el constante peligro de conseguir stock o no.
¿O acaso el diario de la región, La Posta de Lincoln, El Megáfono de Río Cuarto, El Eslabón de Rosario, u otras miles de ediciones de todo el territorio, han podido realizar compras directas a Papel Prensa? Nunca.
Mientras tanto, Clarín y La Nación consumen el 70 por ciento de la producción total de la fábrica y, como lo denunció la Comisión Fiscalizadora en el Directorio de Papel Prensa, esas compras se hacen a pérdida, lo que después terminamos pagando nosotros.
Cuando hablamos de monopolio, de abusos y de imposición de la fuerza, estamos describiendo una situación vivida por miles de ediciones todos los días, y las cooperativas editoras de medios no son la excepción. Al contrario, en muchos casos no son sujeto de crédito en el actual sistema financiero y tampoco pueden realizar compras de gran volumen para así abaratar los costos.
Pero así como en el segmento anterior decía que no poder acceder a un precio de papel equitativo limita directamente la difusión de información o ideas para garantizar una mayor libertad de expresión, esta condición impuesta nos condena también a una situación desfavorable en el mercado de diarios local, provincial y regional en el que nos movemos y competimos.
La relación costo-beneficio del lector lamentablemente no va de la mano con la calidad o cantidad de información, opiniones, etcétera, sino que está ligada al peso de cada ejemplar; el mejor diario es aquél que más páginas tiene, aunque en ellas no nos aporte mucho.
En definitiva, la desventaja en el precio del papel nos perpetúa a la resistencia y sostenimiento a duras penas, sin utilidades para reinvertir; nos quita las chances de fortalecer nuestras empresas solidarias, con mejores ingresos para los trabajadores, impidiendo claramente nuestro crecimiento.
Como vale la pena recordarlo, daré lectura a lo que claramente establece el artículo 42 de nuestra Constitución: "Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios, naturales y legales".
El tercer aspecto, el último, tiene que ver con la esencia misma de nuestras empresas periodísticas. Como decía al principio, me siento orgulloso de estar representando a las cooperativas de trabajo, gestionadoras de medios de comunicación, en su mayoría diarios. Y también me enorgullezco al hacer un balance de los ocho años de vida de la cooperativa La Prensa, editora del diario de la región.
Y al sacar esas cuentas debemos decir que el 22 de noviembre de 2002 comenzó a recuperarse la empresa, tras la quiebra de la fallida firma que dejó en la calle a más de 70 trabajadores.
Con 22 asociados y sin absolutamente nada más que la voluntad de volver a levantarse, estos trabajadores resistieron, cooperaron para salir adelante y hoy por hoy la entidad cuenta con 45 trabajadores. Es decir, en estos ocho años se duplicó la cantidad de trabajadores.
Por convicción y definición, el lucro no es nuestro fin. El reparto equitativo de los ingresos es hilo conductor de nuestra relación laboral, y la participación de los asociados, la garantía de la gestión democrática.
Claro que para ello al principio tuvimos que soportar desde la indigencia la necesidad de conseguir papel fuera como fuera, desde hurgar en la Chacarita por los restos que dejaba otro diario, hasta hacer una edición con diferentes tamaños de caja; el objetivo siempre se cumplió: no dejar de salir a la calle ni un solo día.
A principios de 2010 recibimos con muchas expectativas la noticia de que a través de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior íbamos a poder acceder a un precio de papel igualitario, lo que sospechamos sería un 30 por ciento menos.
Inmediatamente el Consejo de Administración de nuestra cooperativa, con los coordinadores de cada sección, comenzó a elaborar el proyecto para elevar la cantidad de páginas. Más espacio para garantizar el acceso a la libertad de expresión y más páginas para no desaparecer del mercado.
Claro que también era necesaria la incorporación de más trabajadores, lo que para nosotros es un orgullo. Más periodistas, más correctores, más fotógrafos, más diseñadores; sin embargo, por la medida judicial con la que gozó el monopolio, la resolución no se aplicó y nuestros proyectos de crecimiento quedaron truncos otra vez.
En estos tres aspectos intenté demostrar que el papel es para nosotros, los que editamos diarios, lo que para el ser humano es el elemento vital del agua. Sin agua no podemos vivir, ni crecer, ni desarrollarnos. Sin papel nuestras empresas de la economía social, editoras de diarios, no pueden vivir; están condenadas a sobrevivir, no pueden crecer y mucho menos desarrollarse en el contexto de las pautas culturales avasalladas por el mensaje único.
Por suerte para los seres humanos, estos tipos no fabrican ni comercializan agua. Muchas gracias por su atención. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Fernando Irigaray, representante de la Universidad Nacional de Rosario.

Sr. Irigaray.- Buenos días. Quiero saludar en primer lugar a los diputados y diputadas, a los asesores de esta Honorable Cámara, a los directivos de las distintas empresas periodísticas, a los colegas, periodistas y docentes de universidades nacionales.
Para nosotros es un honor, en la Universidad Nacional de Rosario, que nos hayan invitado a venir a esta Audiencia. Quiero hacer solamente unas reflexiones, dado que ya hemos escuchado justamente a quienes padecen esta cuestión, que tiene que ver con este monopolio y la imposibilidad de comprar papel para producir sus diarios.
El derecho a recibir información constituye uno de los pilares básicos en donde se asienta el funcionamiento de una sociedad democrática. Este derecho está contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en el Pacto de San José de Costa Rica de 1969. La comunicación como derecho humano incluye el derecho a recibir y transmitir información. Para que este derecho sea respetado es menester, según el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que el público pueda utilizar los elementos normativos, jurídicos e institucionales y la infraestructura y tecnología necesarias para tal fin.
En la actualidad existe un importante consenso entre académicos, políticos y periodistas respecto a que la industria cultural y mediática conforman la cultura predominante y la que más organiza la vida simbólica en nuestras sociedades. Los medios de comunicación son actualmente cruciales en el ejercicio de la libertad de expresión.
Los medios configuran los acontecimientos políticos, sociales y culturales que la ciudadanía utiliza como significativos marcos de referencia para sus pensamientos y decisiones. El conjunto del universo mediático en nuestras sociedades del Siglo XXI es esencial en la construcción de un auténtico Estado y sociedad democrática. No habrá democracia plena sin una comunicación democrática.
La estructura de medios en la Argentina se caracteriza –ya lo sabemos por su concentración y centralización, conformada por un circuito de empresas de medios de comunicación que tienen entre sí alianzas estratégicas y propiedades cruzadas.
Los grandes grupos de multimedios tienden a diversificar sus inversiones en distintos ámbitos: productoras de programas, agencias de noticias y publicidad, estaciones de radio y televisión, televisión satelital y por cable, productoras cinematográficas, diversas publicaciones diarios, revistas y libros , parques de diversiones, negocios electrónicos, imprentas y servicios financieros.
La concentración fenomenal del sistema comunicativo en la Argentina limita y condiciona profundamente el derecho a la información, a una concepción de la comunicación más plural y participativa, a la libertad de expresión, al pluralismo informativo, a la multiplicidad de las fuentes de información y a las distintas manifestaciones de las diversidades culturales y sociales del sistema, tanto a nivel regional como nacional.
También, ya se ha dicho acá, dichas prácticas concentradoras causan erosiones en las culturas locales -atentan contra las producciones propias, regionales y la diversidad cultural- y en el espacio público democrático.
Los medios configuran una realidad basada en la cultura efímera, ligera, frívola, donde la inmediatez y el presente continuo son lo único que importa. Todo este modelo cultural, expresado en el entramado mediático, desencadena una cierta apatía y pasividad en los ciudadanos hacia la vida pública, falta de participación en los asuntos públicos, y en el análisis y selección de los representantes de la vida política.
Es decir, todo este proceso cultural y político e ideológico, limita nítidamente el funcionamiento pleno de la democracia.
En este tiempo histórico, es imprescindible pensar en políticas integrales de comunicación, donde la informática, las telecomunicaciones, la radiodifusión, la comunicación digital, satelital y la industria editorial estén estrechamente vinculadas y no aisladas, como si fueran dimensiones independientes sin conexión alguna. Es decir, imaginar un amplio universo de medios y tecnologías. Pensar estratégicamente el mundo de las comunicaciones y la información constituye una de las áreas medulares para el desarrollo futuro de nuestra sociedad.
De aquí que la planeación de políticas de Estado puede ser un horizonte estratégico en la materia, que requerirá un fuerte compromiso político y social de los gobiernos nacional, provincial y local y de la sociedad civil. Será sustancial crear las suficientes capacidades institucionales y organizacionales para hacer sostenibles las políticas a lo largo del tiempo. Estas tareas demandarán cuantiosos esfuerzos y recursos, y hay que ser conscientes de que un cambio profundo y estructural del sistema comunicacional será un proceso de muy largo aliento.
El juego implica actores que han alcanzado un enorme nivel de concentración y centralización del poder. El conjunto de estos elementos condicionan cualquier proceso de modificación estructural, pero si aspiramos a profundizar la democracia y a dotarla de mayor calidad y densidad institucional, la obra es impostergable para el diseño del futuro.
Es necesario construir una ecología comunicacional auténticamente plural, que garantice diversidad de perspectivas: sociales, políticas, culturales y regionales.
En la Argentina el camino ha sido iniciado con fundamentales decisiones de políticas públicas en la materia, como por ejemplo la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; la expansión de los Medios Públicos Audiovisuales con los procesos de digitalización de las señales, con un claro criterio de gratuidad, alcance e inclusión social; y diversas acciones públicas en materia de fomento, apoyo y desarrollo de la industria cultural nacional.
El Estado y la sociedad están desarrollando activas políticas públicas de comunicación y promoción de nuestros bienes culturales, donde se los considera como bienes públicos y sociales a los que todos los ciudadanos tienen derecho.
Es una arquitectura de políticas públicas sobre el complejo universo comunicacional, que está constituida sobre la base de desconcentrar y democratizar la propiedad de los medios. En todo su planteo se reafirma la importancia de la pluralidad de voces, la diversidad sociocultural y la universalización del acceso a los medios. El concepto, esto es importante remarcar, de "ciudadanía comunicativa" se pone en vigencia, así como el derecho de todo ser humano de apropiarse y crear bienes culturales, y de participar plenamente en todo el proceso comunicativo.
En este marco se inscribe el significativo proyecto de ley que propone de "Interés y Utilidad Pública: la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios".
Los diarios y las revistas gráficas son una parte importante de este sistema mediático, de este ecosistema; por consiguiente, la elaboración de papel para diarios conforma una actividad con directa relación en la producción y transmisión de bienes culturales. Los medios escritos continúan siendo un aspecto relevante en la producción de noticias e informaciones en general.
Una política democratizadora necesita de un Estado que regule tal mercado, con el fin de garantizar la provisión de papel a un amplio abanico de prestadores que así lo requieran. De este modo, se posibilita en las prácticas comunicacionales concretas, la libertad de expresión y el derecho a la información. Así se modificaría la actual situación de privilegio y posición dominante que tienen las grandes empresas del sector. No se puede hablar de libertad de prensa cuando se tiene un cupo para la compra de papel.
El concepto que establece el proyecto de ley del Poder Ejecutivo nos parece fundamental para democratizar la palabra impresa en la Argentina. Declarar de utilidad pública la fabricación, distribución y comercialización de papel implica iniciar un camino hacia la desconcentración y transparencia de un mercado controlado por muy pocas manos, y, por consiguiente, incentivar el pluralismo y la diversidad de voces en la comunicación impresa.
Para terminar, una democracia con más calidad y densidad institucional debe tener sus pilares esenciales: el concepto de comunicación como bien público y social; la vigencia del derecho a la comunicación como fundamental para construir ciudadanía en el siglo XXI; y un sistema mediático público, social y privado, que se caracterice por su diversidad, pluralidad y calidad. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Boc-Ho, del periódico de San Francisco.

Sr. Boc-Ho.- Buenos días para todos, señores diputados, señoras diputadas, asesores, colegas, propietarios de medios de comunicación, público en general.
Sinceramente es para mí en representación del diario de San Francisco un honor estar hoy aquí y mínimamente robar unos minutos para contar mi humilde experiencia.
Desde el periódico de San Francisco sostenemos y estamos convencidos de la decisión positiva de la presidenta de la Nación al dar este rol activo al Estado nacional. Estamos convencidos, agoramos y creemos que va a tener un buen curso el poder presentar en el Parlamento un proyecto de ley que persigue regularizar la provisión de papel para los medios de comunicación gráfica de la República Argentina.
Creemos que se viene dando en nuestro querido país desde hace un tiempo la oportunidad de debatir y de juntarnos, y no tan sólo en los medios de comunicación, donde nos toca padecer algunas políticas de Estado o donde nos ha tocado padecer durante tanto tiempo dicho tipo de medidas. Me estoy refiriendo a la ciudadanía toda, a todos los argentinos, a todos lo que nos toca vivir en este querido país, donde vamos a hablar de comunicación.
Quien les habla estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, en la Escuelita de Ciencias de Comunicación. Allá por 1993 comenzábamos los estudios y hablábamos de la ley de medios. Hace un rato uno de los colegas, tal vez un poco más viejo que yo, hablaba de los años 80. Diez años después hablábamos de la ley de comunicación. Muchos de los temas que se trataron durante este año y el anterior, ya se mencionaban en aquella época. Por eso me parece que es absolutamente importante que hoy toda la ciudadanía, insisto con esto, todos los argentinos, a quien nos toca vivir en el país en este momento podamos debatir temas que tienen que ver con la comunicación.

En realidad, mientras escuchaba a los disertantes cambié como tres o cuatro veces mi ponencia, pero me quedo con algunos conceptos, y es lo que les quiero transmitir.
Al hablar de empresas periodísticas y aludir al grupo monopólico que controla Papel Prensa y a un medio de comunicación en particular, como es Clarín, pensaba que yo también soy propietario de una empresa periodística.
El periódico de San Francisco está enclavado justamente en la ciudad de San Francisco, que está a unos 200 kilómetros de Córdoba capital, a metros de Santa Fe. Estamos en el centro de la República Argentina. Más allá de esta posición geográfica, San Francisco es una ciudad de 60 mil habitantes, con alguna zona de influencia de algunos miles de habitantes más.
Estamos en el centro de la República Argentina, pero nuestra visión –tal vez por escuchar esto de empresas periodísticas no deja de ser la de un medio del interior del país, pero del interior del interior del interior, y podría seguir largamente.
Quiero realizar algunos comentarios de lo que nosotros hacemos en el periódico de San Francisco, ya que puede llegar a enriquecer este debate.
El periódico de San Francisco es una publicación gráfica que sale dos veces por semana, los jueves y los domingos. Hace tres años, en medio de la situación que se vivía, cuando nadie hablaba de comunicación, salía con 16 páginas semanales, y hoy salimos con 96. Vendemos unos 1.700 diarios por cada salida, tanto jueves como domingo. Para que tengan una idea de lo que significan estos 1.700 diarios, cabe decir que en San Francisco existen aproximadamente 17 mil hogares, por lo cual podríamos decir que llega al 10 por ciento de los hogares de la ciudad de San Francisco.
Esto no es poca cosa, para nosotros es muy importante la proximidad que tenemos con algunos medios provinciales. Decía hace un rato que estamos a 200 kilómetros de la ciudad, y allí está por ejemplo La Voz del Interior, un diario de la Ciudad de Córdoba que llega mucho a San Francisco; también están los medios nacionales, que tienen un fuerte arraigo a través de los suplementos y demás ediciones que instauran en cada una de las regiones, lo que verdaderamente nos impacta. Y también hay alguna publicación centenaria con actitudes monopólicas en la ciudad de San Francisco.
Nosotros, como unos locos, hace tres años decidimos crear un medio de comunicación con gran envión, con muchas ganas. Hoy sinceramente, más allá de ese envión y las ganas de hace tres años, tenemos serias dificultades para el sostenimiento de este medio de comunicación.
Hace tres años éramos un equipo de cuatro personas; hoy somos un grupo de catorce, y seguramente alguna persona más. Vendíamos muchos menos diarios, hacíamos 16 páginas, hoy 96, pero sinceramente estamos muy complicados, porque sostener esta estructura con los costos actuales –me sumo a lo que manifestó alguno de los expositores preopinantes es sumamente difícil.
Los costos de impresión representan el 60 por ciento del total que tenemos. La Presidenta de la Nación en su proyecto de ley aludió a este sobrecosto, sobreprecio, que han pagado los diarios del interior durante treinta años; se habla de un 40 o 50 por ciento. Si en estos tres años hubiésemos percibido ese 40 o 50 por ciento podríamos haber salido todos los días o tener un 50 por ciento más de hojas en nuestra publicación, por ende podríamos estar informando más, mostrando más expresiones, llegando a esa parte de la sociedad, a ese 10 por ciento del mundo donde estamos enclavados que nos lee todos los jueves y todos los domingos.
No quiero excederme en esto, no hace falta ser un experto economista para hablar de que se vendió el papel un 40 por ciento más caro; evidentemente, si sumamos salida tras salida se hace una parva de dinero que imposibilita cualquier tipo de negocio; sinceramente es absolutamente desigual, más allá de la magnitud del negocio, más allá de la empresa periodística.
Para finalizar, y agradeciendo la atención, quiero mencionar la importancia de la democracia, la libertad de expresión, los medios de comunicación luchando por esta libertad de expresión, este derecho del ser humano. Y la democracia se debe pensar justamente como la pluralidad de voces con la posibilidad de estar informado a partir de un abanico de expresiones, no solo con una sola expresión; debemos pensar al periodismo legítimo no como un modelo empresario, sino como un servicio.
Hay un rol social que no podemos perder de vista también lo mencionaron los compañeros que me antecedieron en el uso de la palabra , me refiero a los derechos humanos de quienes vivimos en la República Argentina.
Aquellos comunicadores que hoy sostenemos empresas periodísticas sinceramente no debemos perder de vista la esencia del periodismo como tal, del periodismo legítimo, me animo a decir.
Lamento profundamente no encontrar en este momento todas las expresiones políticas de la República Argentina. He venido siguiendo estos debates hoy es la cuarta audiencia pública y sinceramente no he encontrado a todos los representantes del pueblo, que me gustaría ver en el recinto. Esto sinceramente me duele mucho, porque más allá de algunas cuestiones que tienen que ver con lo político, sinceramente termino pensando que muchos de los que nos representan no entienden absolutamente nada. No digo que entienden poco, digo que no entienden absolutamente nada. No entienden de las realidades que se viven en el interior del interior del interior.
Abogo por una ley que vaya en paralelo con la idea de este país igualitario, con las mismas posibilidades y reglas de juego para todos. Muchas gracias. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Pido a Jorge Riera, de Lincoln, ADICCRA, que pase a hacer su exposición.

Sr. Riera.- Señores diputados y señoras diputadas de la Nación, señores colaboradores de los legisladores, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas, compañeros periodistas, Honorable Congreso Nacional: soy presidente de la cooperativa de trabajo La Posta del Noroeste Limitada, que edita el diario La Posta del Noroeste que se distribuye en los distritos de Lincoln y General Pinto, noroeste de la provincia de Buenos Aires.
Ya se ha dicho claramente acá que la decisión de la Presidenta de la Nación de enviar a este Parlamento un proyecto de ley sobre el papel para periódicos abre una oportunidad histórica para todos nosotros.
Sostenemos que estamos parados ante la oportunidad de debatir, comprender y exponer ante la sociedad toda una situación por demás de compleja.
En nuestro caso, porque sabemos de dónde venimos y en dónde estamos parados, al igual que cada una de las expresiones que me precedieron, es que queremos transmitir la visión de los diarios regionales.
A estas alturas bien sabido es que si a alguien benefició la transferencia de acciones de la planta de Papel Prensa en el año 1977, fue ni más ni menos que a tres medios capitalinos, cuya integración vertical, esto también lo sostenía el presidente de nuestra asociación de diarios cooperativos, les permitió consolidar una posición dominante en el mercado de periódicos durante más de treinta años, la que fue sistemáticamente sostenida y aún profundizada por los sucesivos gobiernos nacionales, aún cuando estos gobiernos también tenían el deber de expresar los intereses del Estado -es decir, de todos los argentinos y también los nuestros- como parte propietaria de la firma en cuestión.
Nuestra parte particular en esta historia es que además de sabernos un diario regional todavía podemos especificar más el campo de acción al auto referenciarnos como una empresa de la economía solidaria: somos el primer diario cooperativo de la provincia de Buenos Aires. Así es: este proyecto nació de la pretensión de un par de compañeros desocupados, jóvenes con títulos universitarios a cuestas, obtenidos en la Universidad Nacional de La Plata, a los que luego se les fueron sumando otros compañeros con títulos y escuelas de Buenos Aires, hasta que fue completado el mínimo exigible para poder adoptar la forma de cooperativa de trabajo. Esto ocurrió recién en el año 2007, y cuando pudimos también comenzamos a cumplimentar los requisitos legales que por entonces disponía el Instituto de Acción Cooperativa de la provincia de Buenos Aires, que era el IPAC.
Primero fue la charla de capacitación, luego la Asamblea Constitutiva, a partir de allí a esperar que la máquina burocrática nos pueda aprobar el estatuto y de allí enviar la documentación para que finalmente en el año 2008, en el mes de julio, obtuviéramos nuestra Matrícula Nacional 33.672.
Todo esto tiene que ver justamente con nuestra forma de ver las cosas, desde dónde las venimos mirando, inclusive desde nuestra primera salida como semanario, cuando este proyecto empieza a plasmarse, imprimiendo en una máquina Cabrenta 55, con nosotros mismos como operarios, allá por el año 2004.
Un año después ya salíamos dos veces por semana, los días lunes y jueves, y para el primer trimestre del año 2006 se fue conformando el equipo de gente que quería apostar a más y fueron ellos los que apostaron a la edición diaria, con información para nuestro ámbito de influencia, el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Así el diario pudo registrar en sus páginas, esto tiene que ver con el color local que creo que es deber nuestro defender a ultranza, entrevistas a personas ilustres y no tanto, y personajes pueblerinos que hicieron a la construcción de la identidad lugareña.
Luego también recorrió los caminos de la memoria de más de cien músicos linqueños y pintenses, quienes aportaron sus conocimientos sobre las distintas bandas de música que engalanaban diferentes actividades festivas de la ciudad y sus alrededores desde la década del 40 en adelante.
También se les ha dado espacio a las clásicas actividades deportivas y culturales, como muestras de pintura o escultura, partidos de fútbol, básquet y hockey, y de acuerdo a nuestras posibilidades, en nuestras páginas y con nuestros centímetros hemos contribuido a difundir otros deportes menos masivos, como las bochas, el ajedrez, las colombófilas, entre otros.
Así venimos trabajando ininterrumpidamente desde nuestro primer día en la calle. Sin problemas técnicos, o con ellos, muchas veces salvados por la solidaridad de compañeros editores de la provincia de Buenos Aires, o los mismos compañeros de la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina -FADICCRA-, es que todos los días -a excepción del 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre- estamos junto a los lectores linqueños y de la región.
Con la cobertura de la noticia trágica que enluta a todo un pueblo, o con los festejos deportivos de una parte, o con la nota al abuelo de la familia como gran jefe de hogar que festeja sus 75 años o sus 80 rodeado del afecto que se ha sabido ganar en todo ese tiempo.
Hoy imprimimos también nosotros mismos, aunque ya en una máquina Garaventa, Offset plana, seis pliegos para los días lunes -con lo justo anoche pudimos correr a la terminal de ómnibus para tomar el micro que nos dejara hoy acá a la mañana-, cinco pliegos para los días martes y el resto de los días, de miércoles a domingo, cuatro pliegos.
Nuestra idea de trabajo es seguir creciendo, pero a manera de síntesis de lo que ha sido y es el papel en nuestra estructura de costos, hemos tomado dos años completos de compra de papel, que están reflejados en los balances presentados antes las autoridades correspondientes.
Los datos reflejan que durante 22 meses consecutivos e ininterrumpidamente, de enero de 2008 a octubre de 2009, fuimos víctimas, por decirlo de alguna manera, de consecutivos y periódicos aumentos en el papel. Recién a finales del 2009, a raíz de gestiones que comenzaron de alguna manera con la Federación Asociativa De Diarios Y Comunicadores Cooperativos y con Diarios y Periódicos Regionales, a través de algunas compras que se hicieron en exterior, misteriosamente, a quienes les compramos el papel, revendedora de Papel Prensa, la COPPAL, Cooperativa de Provisión de Papel Prensa, bajó los precios abruptamente un 20%.
Obviamente, habíamos quedado muy por encima de los precios que empezamos pagando, pero no podíamos dejarlo pasar por alto. Así, a comienzos del año 2008, la tonelada de papel costaba tres mil pesos más IVA; era papel resmado. En agosto de 2008, ya estaba en cuatro mil cien pesos más IVA la tonelada, llegando a octubre del año 2009 a los cuatro mil doscientos pesos más IVA, luego de lo cual vino la baja abrupta del 20 por ciento para los últimos dos meses de 2009.
Dadas estas circunstancias y también aprovechando los distintos trabajos que se vienen haciendo con la Federación que nos nuclea, a fines del año 2009, con la totalidad de los miembros de la Cooperativa de Trabajo La Posta del Noroeste, nuestra cooperativa, comenzamos gestiones ante el Ministerio de Trabajo. Había unas líneas de ayuda para empresas autogestionadas.
Allí, luego de presentar la documentación, pudimos acceder a diferentes tipos de ayuda, una de las cuales era una oportunidad para que nos compren papel resmado. Ante este punto se nos pidió que facilitáramos los nombres de nuestros proveedores en este rubro, por lo que la COOPPAL figuró en primer término, pues comparativamente siempre ellos tenían mejores precios que otros revendedores de papel resmado. Pero lamentablemente para nosotros, la COOPPAL nos negó cupo.
Es más, a petición del Ministerio de Trabajo ni siquiera cotizaron por la compra de 1000 resmas; ni por 500. Simplemente no nos quisieron vender, o no le quisieron vender al Estado Nacional, gracias al cual nos íbamos a beneficiar nosotros.
Ante esa situación, y para no desaprovechar en su totalidad la asistencia que nos estaba dando el Ministerio a través del programa de Trabajo Autogestionado, de la Secretaría de Empleo, debimos comprar en otro lado, a otro proveedor, a mayor precio.
Hoy seguimos trabajando con todos nuestros esfuerzos, y fue gracias a la asistencia del Ministerio citado que los mismos compañeros de la Cooperativa de Trabajo –mis compañeros, que me han puesto durante tres años en la Presidencia de la cooperativa hemos consensuado en conjunto aportar un granito más para comprar un terreno. La idea era empezar a planificar el edificio para trasladar nuestra redacción y, aprovechando la recientemente sancionada ley de medios, sumar a más trabajadores, incorporando una radio y un canal local de televisión. Todavía son proyectos, la realidad es la adquisición del terreno.
Agradeciendo a ustedes por vuestra atención, desde Lincoln, provincia de Buenos Aires, nos despedimos hasta cualquier otra oportunidad en la que quieran conocer algo más de la vida en un periódico de un pueblo de la llanura pampeana, al noroeste de la provincia de Buenos Aires.

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Invito al señor Víctor Callivigioni, jefe de redacción del Semanario Doce, a acercarse al estrado para hacer su exposición.

- No se encuentra presente.

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Le corresponde entonces hacer uso de la palabra al señor Daniel Robles, de la cooperativa La Masa, de Rosario.

Sr. Robles.- En primer término quiero expresar en nombre de mis compañeros de la cooperativa La Masa el agradecimiento a los legisladores por esta iniciativa de convocarnos a este ámbito para expresar nuestra opinión.
Generar estos espacios de expresión nos parece una práctica muy saludable y vital para la democracia. Reconocemos la actitud de la Presidenta de la Nación de promover este tipo de debate en lo que ha sido la ley de medios de comunicación audiovisual y, en este momento, esta temática, que nos concierne específicamente en función de nuestra actividad. Creemos que esto le hace bien a la dirigencia política, y la enaltece.
La cooperativa La Masa está conformada por trabajadores de la prensa y la comunicación que decidimos apostar a la autogestión al cabo de varios años de trabajo en relación de dependencia en distintos medios. Lo hicimos por decisión propia; no somos una empresa recuperada, pero fue el ejemplo de las empresas y diarios recuperados por sus trabajadores lo que nos movió en el año 2008 a iniciar este camino.
En el año 2008 todavía no se avizoraba la ley de medios de comunicación audiovisual, y mucho menos se hablaba de una ley que declarara de utilidad pública el papel prensa, por lo que creemos que en estos dos años la Argentina está avanzando mucho en ese sentido. Esto creo que es lo primero que debemos rescatar.
A principios de año tomamos conocimiento de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación que establecía la igualación del precio de papel prensa, y nuestra concepción al crear la cooperativa fue tener un medio propio, que pusimos en marcha inmediatamente: un diario digital llamado Redacción Rosario, www.redaccionrosario.com.
En nuestro proyecto de desarrollo como cooperativa nos planteábamos después pasar al papel. En principio nos lo planteamos con una frecuencia semanal, y nos pusimos a hacer números y proyecciones. A principios de año tomamos conocimiento de la resolución de la Secretaría de Comercio Interior, que igualaba el precio del papel prensa. Salimos a pedir presupuesto a los propios compañeros de los diarios cooperativos nos habíamos integrado a ADICCRA y nos encontramos con una incertidumbre total respecto al precio del papel, incluso con la posibilidad de tener dificultades para acceder al mismo. Esto fue un freno a nuestro proyecto de desarrollo en ese sentido.
Nosotros, además de generar un medio propio, cuando planteamos la cooperativa pensando en la generación de ingresos y una fuente de trabajo hicimos una oferta de servicios ligada a la prensa y la comunicación, y en ese marco estamos prestando ese servicio desde hace un mes y medio, a partir de un convenio con quienes hacen el suplemento de Santa Fe del diario Crónica.
Los representantes de Crónica de Buenos Aires estuvieron en este mismo ámbito y presentaron un video que ha sido más que gráfico respecto a lo que ha sido el manejo de Papel Prensa. Ahí vemos una conexión directa respecto de lo que significa para el desarrollo de nuestro trabajo el hecho de que se declare de interés público, que se democratice, el acceso al papel y que se pueda tener un precio justo e igual para todos los actores.
De todas maneras, lo que queremos señalar aquí es que creemos que lo que se juega con Papel Prensa tiene que ver con el conjunto de la comunidad. Se ha mencionado aquí que los derechos a la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información son derechos de toda la comunidad, no solo de los trabajadores de prensa, de quienes estamos ligados a la comunicación o de los empresarios del sector de la prensa.
Si por falta de acceso al papel o por falta de precio se cierra el diario, se abortan proyectos de desarrollo de diarios o se reducen páginas de diarios y periódicos, se ataca la libertad de expresión, la posibilidad de acceso a la información, porque se ataca la pluralidad misma, que es la condición básica para que se cumplan estos derechos que –insisto son del conjunto de la comunidad.
Creemos que todos estos aspectos que hemos mencionado exceden las cuestiones políticas coyunturales, y que legislar para modificar esta cuestión es una necesidad imperiosa. De hecho los reclamos en este sentido no son nuevos ni uniformes en cuanto a su procedencia. Nuestra cooperativa está integrada por personas con identidad política, con definiciones políticas históricas.
Soy peronista lo sabe todo el mundo que me conoce , pero Julio Ramos, quien fuera director de Ámbito Financiero, nunca fue peronista, y sin embargo ha denunciado varias veces antes de morir la existencia de un monopolio en el manejo de Papel Prensa.
Nosotros en Rosario nos hemos enfrentado un montón de veces por cuestiones laborales, en nuestro trabajo en relación de dependencia no hace mucho, este mismo año con el multimedio La Capital, del Grupo Uno, capitaneado por Daniel Vila y José Luis Manzano; hemos estado en todos los ámbitos pidiendo que reincorporen a trabajadores despedidos.
Ellos tienen su monopolio en Rosario, tienen dos radios de amplitud modulada, cuando eso no lo permitía ni siquiera el decreto ley de radiodifusión de la época de la dictadura; afortunadamente ahora está la nueva ley de medios de comunicación audiovisual.
Nosotros hemos denunciado ese monopolio; el diario La Capital de Rosario ha publicado una editorial en la que plantea cómo se ve perjudicada La Capital de Rosario por el manejo que hacen Clarín y La Nación de Papel Prensa.
Se ha señalado aquí que no vienen los legisladores de la oposición, y en ese sentido me quiero dirigir en particular –humildemente, pero con firmeza a los legisladores de mi provincia, Santa Fe, a los del Chaco ya que soy chaqueño, y vivo en Rosario hace muchos años , y también a los de todas las provincias, para pedirles que a la hora de discutir este tema no interpreten esta problemática en términos de una guerra entre sectores políticos. No digo que lo dejen de lado, porque es inherente a la política, a la discusión táctica y de posicionamiento, pero las urnas van a dirimir el debate político, y la Justicia es la que va a dirimir la investigación de cómo se apropiaron del papel cuestión que no soslayo ni creo que no tenga importancia.
Si bien pienso que la disputa entre sectores políticos es saludable, no creo que deba tomarse esta problemática en términos coyunturales. Deben pensar que es necesario legislar en función de los intereses del conjunto de la comunidad, que es la que se ve afectada si no hay una pluralidad de voces que ayuden a garantizar sus derechos a la libertad de expresión y a la información.
Fundamentalmente queríamos insistir en estas cosas. Yo recuerdo incluso que en otros debates se ha enarbolado muchísimo desde esta Cámara de Diputados y desde el Senado la cuestión del interior, del federalismo. He encontrado paladines del federalismo, pero en este tema no se menciona la cuestión del federalismo, excepto los legisladores que apoyan esta medida.
Hemos escuchado varios ejemplos de trabajadores y editores de periódicos que vienen del interior, pero aquí pareciera que no está en juego el federalismo.
Insisto con la cuestión de los derechos que tienen que ver con el conjunto de la comunidad. Nosotros desde Rosario independientemente de lo que pase aquí , y en conjunto con la Federación de Comunicadores de Diarios y Comunicadores Cooperativos que tenemos el orgullo de integrar , vamos a seguir nuestra tarea, independientemente de lo que aquí se legisle o no.
La primer reunión se hizo cuando todavía era La Asociación de Diarios y Comunicadores Cooperativos, formada por el diario Independencia de La Rioja, el diario La Región del Chaco, el diario Comercio y Justicia de Córdoba y el diario de Villa María. Ellos formaron la asociación, que luego fue la Federación, y se juntaron para hacer una compra en conjunto a Chile, porque no tenían acceso a Papel Prensa. No es un capricho de nadie. Es una historia, como la ley de medios de comunicación audiovisual, que tiene muchos años de reclamo, que tiene un sustento clarito, concreto y social. Les solicito en todo caso a ustedes que transmitan esto al resto de los legisladores a la hora de legislar. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Diego Cedriani, de la cooperativa Bases de Río Cuarto.

Sr. Cedriani.- Buenos días a todos, señores y señores diputados de la Nación, compañeros periodistas, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas: la cooperativa de trabajo Bases comenzó en el año 2004.
Somos de Río Cuarto, provincia de Córdoba, el interior del interior. Estamos haciendo un trabajo que para nosotros es hacer política a través de la comunicación. Somos un conjunto de militantes sociales y también estudiantes de la Universidad Nacional de Río Cuarto, algunos periodistas y otros en general reconocidos como trabajadores.
La decisión de avanzar en un proyecto de ley sobre el papel para periódicos constituye, como lo dijimos varios aquí, una oportunidad histórica para afianzar la libertad de expresión. Desde nuestra cooperativa creemos que lo que está en juego es el debate de las ideas, de la capacidad de influir.
Y en este marco debemos decir que la información es un derecho humano y no una mercancía. Por lo tanto no es el mercado el que debe imponer las condiciones de su circulación.
Es el Estado, es decir todos los argentinos, el que debe "regular" la producción, circulación y comercialización del papel para diario y de toda la cadena del papel. Por ello creemos urgente la necesidad de legislar sobre el proyecto de declarar el papel para periódicos como de "interés público".
El contexto histórico. La situación imperante desde 1977 a la fecha con el papel para diarios en nuestro país definió un modelo de mercado concentrado y centralizado en la Capital Federal.
Una empresa, cualquiera de ellas, con su principal insumo garantizado no sólo en cuanto a precio sino también en cuanto a financiamiento, calidad y aprovisionamiento tiene mayor capacidad de planificar su desarrollo. Este modelo ha tenido claros ganadores y perdedores por razones que no dependieron de las propias capacidades sino de las condiciones del mercado.
El control del insumo permitió a tres medios capitalinos fortalecer su posición en detrimento de los medios locales o regionales. El diario de Río Cuarto hace veinte años que importa papel de Chile. Ese diario ha despedido a un conjunto de veinte trabajadores.
A todo esto deberíamos agregar la disputa por la pauta publicitaria tanto en la oficial como la privada. El mercado de la pauta está concentrado en los autodenominados medios nacionales a pesar de que en cualquier localidad del interior del país la relación en cuanto a cantidad de ejemplares vendidos es de 9 a 1 a favor de los medios locales, inclusive los días domingos, los de mayor circulación de los autodenominados medios nacionales.
Es decir que el público sigue prefiriendo informarse a través del anclaje local y regional que los medios del interior damos a la información. Sin embargo cuando el costo del principal insumo determina la cantidad de páginas que un medio tendrá, la información que se recorta es la nacional y en muchos casos también la provincial. Esto impide mirar el país desde los lugares de pertenencia y profundizar el debate de las problemáticas regionales a partir de un análisis global.
La cooperativa de trabajo Bases Limitada comenzó como un proyecto periodístico allá por el año 2004, y quiero mencionar algunos datos de la realidad de nuestra ciudad: tiene 180 mil habitantes, la existencia de un solo diario que no vende más de 2000 diarios por día. Todos los medios gráficos disponibles en la ciudad tienen precio de tapa. El Megáfono, que el que nosotros entregamos a la gente es gratuito. Todas las publicaciones consultan las mismas fuentes de información y por decisión editorial "dejan afuera" a un conjunto de actores que expresan intereses que representan al grueso de la población trabajadora de la ciudad.
Por ello cuando comenzamos a editar El Megáfono allá por el año 2004, distribuíamos 1.000 ejemplares a dos colores, impresos en una impresora offset de la ciudad de Río Cuarto, distribuidos en 200 puntos de la ciudad. El producto era gratuito, como decíamos, con 12 páginas, pero el costo total del papel y la impresión implicaba el 80 % de la estructura de costos.
A mediados del siguiente año, 2005 decidimos dejar de editar la publicación y seguir trabajando en la edición de otros medios periodísticos e informativos de la ciudad, propiedad de gremios, organizaciones sociales y asociaciones vecinales, con el objetivo de armar el taller gráfico propio.
En abril de 2008 logramos constituir la Cooperativa reconocida, que forma parte del Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina –FADICCRA y a Diarios y Periódicos Regionales de la Argentina –DyPRA . Esta asociación permitió avanzar en la organización del sector, en la capacitación, en encontrarnos los siete medios cooperativos del país y en avanzar en diferentes etapas del trabajo.
Sin esa Asociación no hubiéramos podido imprimir. En la actualidad, imprimimos en la cooperativa Comercio y Justicia en papel diario. El salto de escala nos permitió trabajar y comprender aún más las posibilidades que teníamos asociándonos con otros medios.
Hoy El Megáfono está en la calle desde marzo de 2009, con una tirada de tres mil ejemplares que son distribuidos en 150 lugares de la ciudad de Río Cuarto, priorizando los gremios, las escuelas, las cooperativas, las organizaciones sociales, las instituciones, los otros medios de comunicación que nos leen. Somos reconocidos en la ciudad como el segundo medio de comunicación impreso de llegada por cantidad de ejemplares.
Como la mayoría de los medios regionales del país, el recorte de la información se realiza sobre los temas nacionales. Los temas nacionales no tienen la profundidad en el debate. No voy a dar precios, porque ya lo han dado todos. Nuestro semanario tiene 16 páginas impresas, y si pudiéramos comprarlos al mismo precio que La Nación y Clarín, duplicaríamos la cantidad de páginas, probablemente sería a color e incorporaríamos tres o cuatro trabajadores más.
Hoy somos quince, la reducción del precio en el costo del papel sería de aproximadamente un 30 por ciento; hoy el papel implica alrededor de un 65 por ciento de los costos en nuestra cooperativa.
Aunque esos tres puestos de trabajo adicional que podemos dar no parecen dar un gran salto cuantitativo, sí sería un importante paso en lo cualitativo, dado que el medio ampliaría la cobertura informativa y posibilitaría desarrollar otras áreas de nuestra cooperativa.
Nuestra cooperativa, nuestro semanario, obviamente no tiene pauta municipal, ni provincial y aún menos nacional. Por lo tanto, recibe el subsidio del trabajo de todos nosotros con otras áreas de producción de la cooperativa de las impresiones en general.
A modo de cierre, queremos agradecer la oportunidad de estar aquí.
El debate sobre la ley de servicios de comunicación audiovisual sirvió como un aprendizaje colectivo que permitió avanzar en la concreción de la pluralidad de voces. Sin embargo, estamos convencidos de que no tenemos que construir y/o replicar el sistema de medios vigentes. Debemos construir uno nuevo sobre la base de los medios comunitarios, cooperativos, los medios públicos universitarios, las miles de voces del pueblo organizado y las diferentes asociaciones, como FARCO y otras, que forman parte del arco político local.
Debemos consolidar una estructura mediática que no replique la ya existente y que tenga la lógica de la comunicación como un derecho y no una mercancía. Y esa tarea es de todos, inclusive esta Cámara de Diputados. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Julio Delgado, de ADICCRA de La Rioja.

Sr. Delgado.- Buenos días. Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina, diputados presentes, señores asesores de los diputados presentes, colegas de los medios presentes, compañeros cooperativistas: represento a la Cooperativa de Trabajo Copegraf Ltda., de la provincia La Rioja, editora de El Independiente. Se trata de un diario de una provincia del noroeste argentino, de 340 mil habitantes.
El Independiente recorre el periodismo gráfico desde hace 50 años, tiene más de 19 mil doscientas ediciones. Desde hace 39 años incursiona también en el cooperativismo de trabajo. La asociación es pionera en el rubro del cooperativismo, editora del diario.
Hoy en la Argentina estamos acompañados por cuatro diarios cooperativos, un semanario y un portal digital. Juntos conformamos la federación ADICCRA e integramos también la cooperativa DyPRA.
Consideramos de suma sensibilidad la cuestión de la provisión de papel a precios competitivos, en la cantidad y con la calidad necesaria y condiciones de venta accesibles y acordes a la realidad del país. También dependemos de la mayoría de nuestros ingresos, como publicidad y agencias.
Hoy tenemos una tirada promedio de 11.500 ejemplares, con picos de 14.500 los lunes y 9.800 los martes y miércoles. El mínimo de nuestro tiraje es de 48 páginas, con picos de 72 u 86 páginas los sábados o fechas especiales, que cada vez son más seguidas afortunadamente. El precio del diario es de 2,50 pesos de lunes a sábado y de 3,50 pesos los domingos, con la revista.
El problema del papel fue siempre esencial para la producción periodística y gráfica de un diario. Al comienzo fue resma, luego bobinas, pero los problemas fueron siempre los mismos: la provisión, el precio y la calidad.
Más del 60 por ciento del papel que se consume en nuestra rotativa es de intermediarios o importadores algo más de 60 toneladas. De ello casi el 50 por ciento es importado, cuando las condiciones de compra son accesibles y con crédito. Hoy por hoy el papel que adquirimos nacional, papel prensa, en forma directa, con cupo- lo pagamos 2.777 pesos la tonelada, más 4.300 pesos de flete a La Rioja por camión o medio camión ; estamos a 1.250 kilómetros de la Capital Federal, un poco menos de San Pedro, donde está la papelera.
A Papel Prensa le estamos comprando una carga por mes. Desde hace algunos meses nos venden en las condiciones preestablecidas es decir, pago anticipado; no existe en Papel Prensa el pago a crédito o al contado una carga, y dos en condiciones favorables –según el stock y la demanda en la planta.
Si compráramos a un importador o a intermediarios el papel prensa nacional nos costaría 3.309 pesos y el importado, 4.220 pesos la tonelada. Esto más el flete de 4.300 pesos.
El papel importado suele ser de Chile, Canadá, Sudáfrica o Rusia, de los importadores Papel de Tucumán o CODIPA. La calidad, que es otra cualidad importantísima, varía significativamente entre estos. Generalmente lo que se puede conseguir a crédito barato no siempre tiene la calidad acorde a la tirada del diario.
Hoy en nuestro diario el costo de la materia prima papel incide en un 55 o 60 por ciento aproximadamente respecto al total de costos de materia prima e insumo para la producción de nuestro diario. El resto de los materiales lo componen chapas, películas, químicos, tintas, etcétera.
El precio de venta por cada ejemplar, compartido por el canillita o distribuidor y el Fisco, no alcanza para cubrir esa producción del diario.
En este sentido cabe decir que el precio del ejemplar, particularmente en el interior, se ha devaluado significativamente.
Hoy los 2,50 pesos distan mucho de ese paralelismo que el diario tenía con otros elementos de consumo popular, como el cigarrillo o la gaseosa. En un tiempo el diario estaba a la par de esos elementos y hoy está muy por debajo de aquéllos.
Por este motivo es que la permanencia de los medios se debe, según el volumen del diario, a la publicidad comercial u oficial que tenga el mismo.
Los medios tratan de mantener una ecuación de 60/40 o 70/30 para la relación información/espacio publicitario. No obstante ello, El Independiente ha mantenido durante muchos años suplementos especiales, como "Familia y Cultura", "Economía Social" o "Historia y Cultura", con elaboración propia y sin ningún tipo de publicidad.
Creemos, por lo menos así lo sufrimos los diarios del interior, que el padecimiento del papel es añejo como la misma edad del diario a quien nos debemos. Desde el mismo momento en que El Independiente se voceó en las calles ya padecíamos el problema del papel. En aquel momento era aun más complicado, debido a la distancia y la forma de transporte.
Todas las organizaciones, cooperativas de provisión de papel, reuniones, foros, etcétera, que se comenzaron a organizar en aquellos años, tenían como misión analizar, estudiar, proponer o elevar informes en base a esta problemática muy sensible.
Hoy en día también, en cada reunión y/o agrupación a conformarse, surge esta problemática común a todos los diarios, semanarios o iniciadores de publicaciones.
El otro tema es la publicidad, que también tiene un nudo o puntos en común en esta cuestión del papel. Hablábamos de la problemática de la provisión del papel, que empeoró más en los años 2001-2002, cuando nuestro diario sufrió muchas penurias, entre ellas el costo del papel, que de salir 500 pesos pasó a 500 dólares, 5 veces más en ese entonces. Para peor, con el recálculo y la designación de cupos por parte de Papel Prensa el más importante productor de papel nacional pasamos a tener un cupo de 8 toneladas. Supimos en ese momento de otros diarios que se quedaron directamente sin cupo.
El papel importado se fue a las nubes y se nos hacía muy complicado hacer nuestro diario. Para colmo de males, hasta ese momento el único diario cooperativo, el nuestro, se quedó fuera de la famosa "ley de competitividad", que se firmó con los diarios comerciales para permitir la desgravación del IVA en aportes previsionales.
Sólo con una gran decisión y con el aporte de todos los compañeros pudimos salir adelante. Hasta hoy sufrimos resabios de aquella crisis. Pero lo bueno, por decirlo de alguna manera -lo bueno que nació de lo malo-, es que a partir de ese momento ya no fuimos el único diario cooperativo. Debido a esa crisis se formaron las cooperativas del diario de Villa María, de Comercio y Justicia de Córdoba y el diario de Resistencia. Luego vinieron los Benjamines y La Posta de Lincoln. Hoy estamos en la lucha de poner a hacer diario a los compañeros de La Masa de Rosario, y a Bases de Río Cuarto. Y tal vez se sume EcoDias, de Bahía Blanca.
Entendemos que es muy importante la decisión del Estado argentino de participar en la problemática de papel para diarios. Esto debido al interés general de la población, y al interés mismo de deberse al pueblo argentino, defendiendo sus pertenencias. En este caso, son acciones en una empresa privada.
Fue importante para todos los medios la resolución 01/2010, de la Secretaría de Comercio Interior, y nuestro diario fue el primero que interpuso ante la presentación de Papel Prensa de una medida cautelar de esa resolución ante la Justicia Federal una acción declarativa de certeza y de no innovar con respecto a la resolución. Luego siguieron los compañeros del Chaco, de Rosario y de Córdoba.
Desgraciadamente no hemos tenido respuesta todavía -sí de Papel Prensa rechazando nuestra presentación-, y en la práctica la igualdad que vimos provechosa y necesaria a nuestro entender fue mal ejecutada por la empresa de papel, y se igualó el precio "para arriba". Recién los compañeros hablaban de una diferencia del 30 por ciento por debajo; ahora se igualó para arriba, el precio es caro para todos.
En el último mes, agosto, la materia prima subió un 14 por ciento. Creemos que los anclajes del dólar o el mercado internacional no fueron los motivos de la suba, porque si antes eran estos, ahora no lo son, por cuanto el dólar se mantiene estable y el precio internacional no sufrió ese movimiento.
Es más, al decir de los entendidos en la materia, hay una sobreproducción por la cada vez menos demanda de papel, que debería hacer bajar el precio.
Apoyamos la decisión de la señora Presidenta de la Nación en la participación del Estado argentino en esta temática del papel, pero decimos asimismo que no estamos embarcados en ninguna guerra, sino que defendemos la posición social de dignidad.
Aún así, reconocemos que somos los grandes perdedores de las estrategias comerciales elaboradas por Papel Prensa en más de 30 años, en favor de sus accionistas editores de diarios, que les posibilitó ubicarse en una posición privilegiada para acceder a precios por demás competitivos por debajo del precio de producción, de acuerdo con lo informado por los directores representantes del Estado argentino y a autoproclamarse diarios nacionales, para ubicarse de mejor manera -o de la única manera- para absorber una gran porción de la torta publicitaria oficial o comercial. En este punto sabemos todos los diarios del interior que no hay diario nacional que penetre más que un diario local o regional.
Esto también posibilita que los diarios comerciales como Clarín, La Nación y La Razón en su momento, tener un stock para cuando se lo necesite, para ocasiones especiales, como son las elecciones y hay que imprimir boletas de sufragio. También suelen imprimir revistas especiales, como folletos de compra de las grandes cadenas de súper o hipermercados donde se utiliza el mismo papel que los diarios. Y esto se ha hecho en forma conjunta y sindicalizada de los diarios que acabo de nombrar.
Creemos también importante la injerencia del Honorable Congreso Nacional en esta temática, porque no es sólo una cuestión de materia prima para diarios, es también la expresión de millones de argentinos que ven reflejada en su diario local y regional su propia historia, la realidad de su provincia, localidad, región. Es también, defender la iniciativa de poder dar a conocer las ideas, información, textos educativos, o reglamentaciones sindicales. Porque todo se mueve a partir de tener papel. Así es que las universidades, sindicatos, organizaciones barriales podrán tener su propia publicación.
Y los diarios podrán destinar una mayor porción y más páginas a la información del día a día, de historias de vida y de opinión de la gente.
Queda para lo último de esta humilde ponencia, la de expresar mi voluntad, junto a la de mis compañeros, como ya lo hicimos por más de 50 años, de luchar y de honrar la tarea periodística de nuestro medio, sin descuidar el bienestar social de toda nuestra comunidad, y la de seguir acompañando -a partir de estas experiencias de medios cooperativos ADICCRA y de DyPRA- toda libre expresión de nuestro pueblo argentino, en este caso, desde la economía social, para y por la dignidad del hombre a partir del trabajo.
Gracias estimados diputados nacionales de esta Comisión, y en ustedes a todo el Congreso Nacional. Gracias por escuchar, en este caso a El Independiente de La Rioja. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra la señora Miriam Leo, directora del diario Nueva Sierra de Mar del Plata.

Sra. Leo.- Buenos días a todos, colegas, diputados, asesores, a todos los presentes.
La verdad que es bastante difícil, sobre todo siendo la última, agregar algo nuevo a lo que dijeron tantos colegas. Esto hace obvio que el problema que nosotros tenemos con nuestro periódico es el mismo que tienen casi todos los medios del interior del país.
Nueva Sierra tiene doce años, y es sólo uno de los tantos, evidentemente, que ni siquiera tiene un cupo propio de papel. Nosotros salimos gracias a las sobras de los cupos de otros. Si no fuera así, seguramente tendríamos que editar en una hoja A4, doblada al medio, como lo hacen tantos otros también. Eso no deja de ser un medio de prensa, lo importante es el contenido.
Pero obviamente no tienen el mismo olor, ni el mismo sabor, ni para los que lo hacen ni tampoco para los lectores. Tenemos muy buena prensa en el país, tenemos buenos periodistas, tenemos excelentes escritores y pensadores, pero sin el elemento básico y necesario para darle marco a la noticia y a la información.
Somos medios que no sólo no tenemos acceso al papel, sino que tampoco tenemos acceso a la pauta oficial, ni nacional, ni provincial ni municipal. La verdad que para ser honesta, espero tener que volver acá pronto para dar también ese debate, porque es otro de los flagelos que evidentemente sufrimos los pequeños medios del interior.
Por eso siempre decimos que nuestro único capital es la credibilidad de la gente. Sólo con eso contamos. Nuestros vecinos el nuestro es casi un diario de barrio nos apoyan. A veces se dice que la gente repite lo que dice el diario, pero tal vez el diario repite lo que dice la gente. Es como que hay una simbiosis. Porque nos dedicamos a escucharlos, para tratar de transmitir lo que ellos piensan.
En cambio para otros es y fue la concepción del monopolio informativo. La concibieron en la radio y en la televisión y también fue la estrategia planteada por Clarín en la gráfica desde hace muchos años. Mi infancia estuvo muy relacionada a Clarín. Mi padre trabajó ahí muchos años. Ya de grande contó que Ernestina Herrera era la empleada que tomaba los clasificados en Corrientes 555. También comentaba que cuando llegó Magnetto a Clarín, Noble, que ya estaba enfermo, llamó a un par de empleados muy allegados a él y les dijo: “Tomen esto y…” -era una ayuda económica- “…pónganse algo, porque cuando yo no esté acá las cosas van a cambiar, y mucho, y esto lo van a necesitar.”
Así fue, a los pocos meses que falleció Noble papá se fue del diario y las cosas cambiaron. Ya en esa época, en esos años, una de las tareas más importantes y más caras era la distribución del diario en todo el país, era lo más importante. A veces era más importante que los contenidos.
Clarín tiene todo el papel y toda la pauta y está en todos los kioscos del país, porque las ventajas y los privilegios que tiene sobre el acceso al papel le permiten afrontar los enormes costos de la distribución. Fíjense que paradójicamente nosotros podríamos imprimir más barato en Buenos Aires, pero los costos de transportarlo a Mar del Plata hacen que no sea conveniente. Por eso lo pagamos más caro en nuestra ciudad.
Clarín a veces es un mal para Mar del Plata. Les cuento por qué. Cuando los intendentes de turno no los eligen para las campañas publicitarias en las promociones de Mar del Plata, bastardean desde sus medios a la ciudad hasta que parece el peor destino turístico o bien hasta que consigan la pauta. Sin embargo, los domingos se venden más diarios Clarín que La Capital en Mar del Plata, y en temporada llega al triple la diferencia. Más allá de los reparos que yo tenga contra La Capital, nuestro Clarín marplatense y Florencio Aldrey Iglesias, nuestro Magnetto marplatense, esto me parece una vergüenza.
Entre otras cosas porque Clarín puede imprimir indiscriminadamente, distribuir en todo el país inundando con su diario, porque la devolución de los kioscos se la compra Papel Prensa casi a precio de tapa. ¿Quién más tiene ese privilegio? Clarín y La Capital, éste es nuestro Clarín marplatense, están tan obsesionados por conseguir y mantener el monopolio informativo que compran o fundan diarios más pequeños en el interior. La Voz de acá o la Voz de allá son de Clarín, como si tener un periódico en el interior fuera un negocio. Les aclaro que no es así. Y tienen un par de cosas que son un denominador común entre todos ellos.
La más importante es la oferta sexual, colaborando todos esos diarios con el aumento permanente de la trata de personas, sobre todo de mujeres y niñas. Esto es una vergüenza, debería estar prohibido, pero seguramente será otro debate.
En Estados Unidos sé que a muchos tal vez los entusiasme, aunque seamos una mala imitación las principales escuelas destacan la importancia de los diarios locales; casi todos los diarios son locales, más gordos, con mayor tirada o más importantes, según los lugares a los que pertenecen, pero son locales.
Un diario local es parte del motor que mueve a una comunidad, que promueve las actividades locales e incentiva las culturales. Otro colega habló del federalismo, y yo en esto quería apuntar que cuando uno viaja, si quiere conocer lugares, gente, cultura, costumbres, medios de vida diferentes, no compra Clarín, sino el periódico local. De esa manera se conecta con la realidad de un lugar. Esos son los medios que día a día apoyan a su gente en cada actividad, en cada iniciativa para contar con escuelas o lo que haga falta.
Si quisiéramos apuntalar al federalismo tendríamos que tratar de que cada pueblo tenga su diario. Yo sé que la ley de medios es importantísima para esto, pero si bien hoy en el país tenemos malos ejemplos con respecto a la prensa gráfica porque vemos tapas que no podemos creer que existan, con tremendas mentiras , en rigor a la verdad el compromiso de la tinta, de la noticia, suele ser como un sello de garantía para los lectores.
Nosotros en Mar del Plata tenemos un vespertino digital, 0223, y la verdad es que logramos tener más lectores que diarios La Capital vendidos, sin embargo no tenemos la posibilidad de llevarlo a la gráfica, porque no tenemos la garantía del acceso al papel, por los costos, por la continuidad en el tiempo, por la factibilidad del crecimiento del medio y la posibilidad de sostenerlo. Es por eso que, teniendo lo más importante los recursos humanos, las herramientas periodísticas no podemos garantizar el proyecto, porque no podemos garantizar la logística del papel.
Este tema da para un debate mayor, pero sé que están todos con ganas de irse a comer y soy la última oradora, por lo que voy a tratar de terminar.
Recién el señor que anota a los oradores me decía que esto se pasa en vivo en la Cámara y que además se va a poder ver en la página Web de la Cámara. Creo que esto es importante, estaría bueno que los legisladores escucharan a todos y a cada uno de los que pasamos por acá.
Yo, por si lo ven, quiero pedirles algo, y quiero hacerlo casi como cuando escribo, en nombre de los vecinos, de la gente, en nombre de todos: cuando tengan que votar y no hablo solamente de Papel Prensa sino de todos los demás temas no lo hagan más en contra del gobierno, no lo hagan en contra de Clarín, porque la verdad es que a nadie le importa. Yo quiero pedirles que realmente voten pensando en el país, en el pueblo, en nuestros hijos, en el futuro de todos.
Voten por la libertad de expresión, porque al país lo gobiernen de aquí en adelante los que consigan el voto del pueblo, nos gusten o no los resultados. Voten para que nos gobiernen los que consigan el voto del pueblo. Cuando voten háganlo pensando en la igualdad de oportunidades para los argentinos y para que se terminen los privilegios.
Quiero decirles que nuestros abuelos, nuestros padres, realmente trabajaron y aportaron mucho para que proyectos nacionales y estatales como el de Papel Prensa fueran una realidad. Hoy no pueden.
Ningún legislador debiera negarle al Estado la potestad y el deber que tiene de regular el precio y la distribución de papel, porque la libertad de prensa no puede ser un privilegio de unos pocos ni un privilegio de Clarín, sino un derecho de todos los argentinos.
Muchas gracias por esta posibilidad que me han dado de poder participar. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Muchas gracias.
Esta fue la última exposición. Durante esta etapa de la mañana de la audiencia pública han hecho uso de la palabra doce expositores. Están anotados para presentar sus ponencias quince oradores durante la tarde.
Vamos a reanudar a las 15 y 30.

- Es la hora 13 y 12.


- En Buenos Aires, a los veintiocho días del mes de septiembre de 2010, a la hora 15 y 48:

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Vamos a comenzar con las segunda parte de la audiencia del día de hoy. Durante la mañana han pasado trece expositores y para esta tarde tenemos quince expositores anotados.
Antes de presentar al primer expositor quiero recordarles que contamos con la versión taquigráfica de esta reunión, que va a estar colgada de la página web de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Comercio, y que cada expositor cuenta con diez minutos y no habrá lugar a preguntas.
Tiene la palabra el señor presidente de la ACAPI, Asociación de Comunicadores de Argentina por Internet, Martín García.

Sr. García.- Señora presidenta: muchas gracias por dejarnos participar. He leído con mucho interés el proyecto de ley. Es difícil retener todas las circunstancias de los documentos que lo acompañan, pero ya había tenido la oportunidad de tener algunas aproximaciones.
Yo quiero explicar lo que se puede en diez minutos sobre un tema tan complejo.
Me parece que hay un desafío histórico, sobre todo para los representantes del pueblo tanto del Ejecutivo como del Legislativo, cual es el situarse en la relación de poderes que influyen en la construcción de esta nueva etapa de la América unida.
Nosotros no podemos desglosar el tema de asegurar la participación de todos los sectores de la comunidad en la construcción del discurso que nos incluye como un hecho solamente de derechos humanos, sino que debemos situarlo en una guerra contra el imperio, en un enfrentamiento de poderes de la patria. No importa quienes estemos dentro de ella; en la patria todos tenemos derecho a defenderla, seamos radicales, socialistas, nacionalistas o peronistas. Todos los habitantes de la patria tenemos derecho a defenderla. Eso lo dice muy bien San Martín en una de sus frases más felices, pero también con su propia experiencia. Al respecto también debe mencionarse la experiencia de los gauchos de Güemes, de Felipe Varela y las montoneras, y de todos los movimientos de resistencia y construcción de la patria.
Nosotros no podemos plantear este tema como una cuestión administrativa, leguleya, sino que la ley en este caso debe tender a instaurar una posición frente a la construcción de la patria y de la patria grande, que todos sabemos que está unida estrictamente, porque lo que dirime no es nuestra confrontación con Brasil, Chile o Paraguay sino la del conjunto de los países que están representados en el Mercosur y en la UNASUR respecto de apetencias que tienen otros sectores, lo que en algún momento fue la colonización de América y que ahora se repite mediante una construcción.
Al respecto voy a citar a Armando Poratti, quien ha trabajado muy bien sobre el tema del proyecto de la sumisión incondicional al norte imperial, también llamado el antiproyecto. Dice Armando Poratti: “El proyecto de sumisión incondicionada al peor vector a que fue a parar la configuración del poder mundial amanece con el descubrimiento...” -que en todo caso, como dice la filósofa Amelia Podetti, fue un descubrimiento mutuo del mundo entre americanos y europeos- “...pero termina hoy presentándose como una estructura global financiera y comunicacional”.
Nosotros estamos viviendo -y esto se vio claramente durante la crisis de 2001 y 2002- la reconstrucción a partir de un momento donde casi fuimos vencidos. Esto debe llamarnos la atención. Aquí se intentó destruir el trabajo, es decir, no era un proyecto contra el peronismo y la Constitución de 1949 ni era un proyecto contra el radicalismo, ya sea en la versión de Alvear, en la de Alfonsín o en la de Irigoyen. Acá se trata de destruir la voluntad de un país de ser quien es y quien desea ser. Esto es lo que Armando Poratti y Gustavo Cirigliano plantean claramente como el “antiproyecto”. No es un proyecto contra otro proyecto particular de un sector de la sociedad argentina, sino contra esta última, y en eso no tenemos destino. Solamente los cipayos que trabajen para las grandes corporaciones tendrán un destino de cipayos.
Aquí no estamos presentando un proyecto para salir en los diarios, la televisión o la radio, sino definiendo qué lugar vamos a tener en la historia argentina y cómo ella va a contar qué pasó en estos días. Nosotros debemos tomar claramente una definición: estamos del lado de la patria o del imperio y sus cipayos correspondientes.
Lo que ha pasado en Papel Prensa tiene todas esas características. También lo dice Poratti. Acá el “antiproyecto” tuvo dos momentos clave. El primero fue el del Plan Cóndor, que tuvo carácter continental. Por eso, si el enemigo tiene un proyecto continental nosotros no debemos cometer el pecado de ver este tema en un ámbito cerrado de un territorio o zona de la República que oficia finalmente como provincia de la patria grande.
El segundo momento –el peor, el de mayor violencia¬ contra la sociedad ha sido la destrucción del trabajo. Es decir, convertir a los consumidores que flotan en habitantes de shopping, y a los sectores que no flotan, en subocupados, desocupados, desarrapados y miserables en un proyecto que no los incluye y no los necesita.
Scalabrini Ortiz, en su libro Bases para la Reconstrucción Nacional dice que en un país empobrecido, los grandes diarios son órganos de dominio colonialista; y se basa en el libro America conquers Britain, de Ludwell Benny, que señala que en China hubo una disputa entre Estados Unidos e Inglaterra para quedarse con el control de China. Entonces, hubo una disputa muy violenta donde se disputaban diarios, servicios telegráficos, etcétera.
Él decía que el pueblo chino no tuvo nunca conocimiento de esa lucha que se desarrollaba para decidir quien iba a ser el dominador. Los grandes diarios cambian de propietario sin que la operación trascienda al público; hasta las transmisiones cablegráficas eran monopolizadas. Dice que el rival instalaba poderosas estaciones radiotelegráficas estamos hablando de la tecnología de la época desde las cuales propagaba noticias que podían ser reproducidas gratuitamente.
A primera vista sorprende la tenacidad y la amplitud de los medios puestos en juego para obtener el predominio periodístico en China. Esa información es el único lazo que une al cuerpo nacional chino con el resto del mundo; se convierte en sus ojos, sus oídos, su tacto. El pueblo chino se enteraba de los hechos mundiales que a las agencias les interesaba difundir. Eran su punto de referencia para medirse a sí mismo. Si el pueblo chino creía que el resto del mundo comía tan poco como él, nadie se quejaba. Si creía que el resto del mundo pagaba por el petróleo el mismo precio que él pagaba, nadie protestaba. Si creía que para su arroz no se obtenía más precio que el que se lograba en otro lado, no discutía. Si creía que para progresar necesitaba recibir al capital extranjero, nadie podría oponerse a que eso ocurra.
Desposeído de sus medios colectivos de información, el pueblo chino quedaba a merced de sus informantes extranjeros que influirían hasta en sus sentimientos nacionales, en la jerarquía de sus apreciaciones y en la calidad e intensidad de sus gustos y apetencias.
Finalmente, Perón en su libro Los vendepatria, señala: “En los tiempos del crudo imperialismo, las condiciones de vida del pueblo trabajador argentino eran miserables.” Es decir que no estamos descubriendo nada nuevo; estamos volviendo a lo que ellos manejan con conducta de manual.
Más adelante decía: “Es natural que para poder realizar tales cuestiones fuera necesario destruir el armazón imperialista, someter los privilegios inmerecidos, realizar la independencia de la economía y afirmar la soberanía de la Nación sobre los poderes foráneos que nos esclavizan.”
“Desde que las grandes cadenas, les hacen una guerra ruinosa de avisadores, hasta conseguir su ruina económica.”
Braga Menéndez dice: “Los que venden caldos le dan la publicidad a Longobardi. No son tontos, no le dicen a Liberty que si cambia la opinión, le darán publicidad de caldo. No, se la dan a los de ellos; y de esa manera sostienen el sistema. Por supuesto que a los caldos no le produce ninguna ventaja estar en el programa de Longobardi, pero a los dueños de la fábrica de caldos, sí.”
Más adelante señala: “Así se va consiguiendo una unanimidad para que todos los órganos de opinión respondan a la voz del amo, a eso se llama ahora libertad de prensa. Si algún mandatario, en uso de su derecho que no se le niega a estos empresarios de la falsedad, se decide a tener sus propios órganos de opinión o tomar medidas en defensa de los intereses nacionales limitando la licencia y la procacidad de los órganos encadenados...” lo que nosotros llamamos corporaciones u oligopolios “...mediante una censura apropiada, entonces todas las agencias de noticias también encadenadas, comienzan a cursar despachos con noticias, en lo que se tendrá buen cuidado de decir que se trata de un dictador y que el régimen es totalitario o antidemocrático”, que es lo que dicen de Chávez y de la presidenta.
A renglón seguido comienzan a hablar de una revolución que se estaría formando, de un golpe de Estado en estos casos de democracia, de cambio de presidente a vice , mientras Perón decía que el inefable Jules Dubois, que era el presidente de la SIP, ya vendrá para anunciarla.
Señalaba Perón: “Conocemos los principios que practican, los escrúpulos que gastan y los métodos que emplean muchos campeones de la libertad de información y de la libertad de prensa que hoy se rasgan las vestiduras en su defensa.
“La libertad de prensa es una de las más grandes conquistas de la humanidad civilizada, pero practicada de mala fe es uno de sus peores azotes. Hoy se ataca indecorosamente a los países o a sus gobernantes desde el exterior coordinando embajadas y servicios de espionaje en una campaña generalizada de propaganda, provocación y agresión.
“Las agencias informativas manejadas por los servicios de inteligencia participan también de estos planes y los diarios venales de los diversos países son instrumentos a sus servicios. Noticieros cinematográficos, trasmisiones radiales, servicios gratuitos de películas de propaganda completan el cuadro de penetración...” hoy podríamos decir: señales de televisión, etcétera.
“Si desde un diario se puede hacer un chantaje de una persona desde esta organización se puede hacerlo a toda una Nación.
“Por este medio se puede llevar allí descrédito a un gobierno, y a un pueblo entero a la guerra...”, como nos ha pasado.
Es necesario asegurar el acceso de todos los sectores al papel para diarios. Ya lo van a decir mejor aquellos que han sufrido esa discriminación como lo hizo en su libro Julio Ramos, el dueño de Ámbito Financiero.
Nosotros también tenemos una responsabilidad frente al pueblo que es asegurar desde el Estado, sea el Ejecutivo o el Legislativo, que todos los sectores de la sociedad puedan participar en iguales condiciones para construir el discurso común de nuestra identidad. Se trata de ser o no ser; ésa es nuestra disyuntiva, como en el Hamlet de Shakespeare. Se trata de definir si estamos del lado de la patria o del enemigo. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Jorge Conalbi, del Diario Sumario de Alta Gracia, Córdoba.

Sr. Conalbi.- Señora presidenta: en primer lugar quiero expresar el mayor de los agradecimientos por la posibilidad de exponer algunas consideraciones sobre este proyecto de ley del Poder Ejecutivo que concretamente propone establecer las condiciones tendientes a asegurar la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios con materia prima nacional.
De donde provengo, este no es un tema menor, por eso este agradecimiento no es una formalidad. Realmente es la primera vez que editores como yo, responsables de un medio gráfico de lo que lamamos “el interior del interior”, encuentran la posibilidad de expresarse sobre los grandes temas nacionales que nos afectan a todos, pero sobre los que generalmente son otros quienes tienen la posibilidad de expresarse y muchas veces decidir, lamentablemente, en perjuicio de las mayorías.
De allí que saludo especialmente esta novedosa iniciativa.
Yo soy editor del Diario Sumario, de las sierras de Córdoba, y quiero referirme no tanto al periódico del que soy responsable, si bien voy a tener que hacerlo para de alguna manera tratar de dar una pincelada sobre las características de estos emprendimientos a diferencia de lo que son las grandes cadenas monopólicas.
En el caso que me toca a mí, el Diario Sumario actúa en una ciudad de sesenta mil habitantes, tiene un radio de acción que abarca una decena de ciudades y llega a una comunidad de unos ciento diez mil habitantes.
Como la mayoría o la totalidad de este tipo de emprendimientos, forma parte indisoluble del quehacer cotidiano, político y cultural de la comunidad en el que está inserto. Quizás porque muchas veces actuar cara a cara con la comunidad donde se está desarrollando la actividad periodística, en lugares distintos a las grandes aglomeraciones urbanas, permite lograr algunas cosas: los objetivos son, de alguna manera, conseguibles, se pueden lograr.
Un motivo de orgullo para el periódico del cual soy responsable es haber logrado en diciembre de 2006, en la ciudad de Alta Gracia, la primera ordenanza que regula la distribución de publicidad oficial en el país. Norma que fue propuesta desde la dirección del periódico y aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante de aquél entonces.
Esa norma tiene un profundo sentido antimonopolio y busca proteger tanto los intereses e independencia de los emprendimientos periodísticos como los derechos de sus trabajadores, que muchas veces es algo de lo que los empleadores no hablan.
A modo de ejemplo, esta ordenanza impide al Estado municipal contratar publicidad con periodistas o conductores de programas; sólo puede hacerlo con responsables de medios. De ese modo, no sólo busca liberar a los trabajadores de la presión directa del anunciante del Estado sino que además evita el latiguillo muy habitual de: “Buscate una publicidad de la municipalidad”, con la que algunos empresarios –entre comillas intentan que sea el Estado quien se haga cargo de los sueldos de sus empleados.
Demás está decir que esta ordenanza buscó garantizar un sistema de justa distribución de los fondos públicos destinados a difundir la acción de gobierno y campañas de interés o necesidad pública, y evitar tanto la sensación de los gobiernos por controlar a la prensa como las prácticas extorsivas de quienes muchas veces desde los medios de comunicación quieren forzar acciones de gobierno en su propio beneficio.
Pongo esta norma como uno de los principales logros que tiene este periódico para exhibir. Además, escribió y publicó en fascículos coleccionables la historia de la ciudad, algo que nadie había podido hacer ni sistematizar hasta ese momento. También realiza concursos literarios, donde los premios que otorga son los más importantes y grandes de la provincia. Permanentemente impulsa la realización de coros, discusiones de problemáticas locales, provinciales y nacionales.
Este periódico nació en 1997.
Le tocó transitar sus primeros años en medio de la mayor recesión que sufrió nuestro país. Con aquellas condiciones macroeconómicas es muy probable que no lo hubiera logrado en algunos de los grandes centros urbanos, porque justamente en las ciudades más chicas es donde los medios gráficos regionales se hacen más fuertes gracias al contacto cara a cara con los lectores. Por eso mismo esos medios suelen expresar genuinamente los intereses de esa comunidad. Se ganan el apoyo de su gente, la que los ayuda a soportar las turbulencias económicas.
Pero esta fortaleza es a su vez una gran debilidad, porque ese apoyo no les alcanza para poder despegar y crecer, y mucho menos para sortear algunas de las condiciones que en definitiva son impuestas por grandes cadenas monopólicas.
Aquí entramos al tema del papel. En medios como el del cual soy responsable la impresión puede alcanzar hasta un 60 por ciento de los costos. Es muy fácil imaginar la incidencia que el papel tiene en esa ecuación. Tiene una importancia fundamental, y no sólo por el precio o la escasa financiación. Uno de los mayores problemas es la disponibilidad. En 2002 nos tocó sufrirlo en carne propia y experimentar de alguna manera la ley -por así decirlo- de los más grandes y cómo se expresó la problemática del papel en el país en ese momento.
En esa oportunidad la falta de papel nacional se sintió agudamente. Es la misma falta de hoy. Actualmente el país no se autoabastece de papel, por lo que hay que importarlo. Los periódicos más chicos somos los que tenemos que comprar el papel o utilizar el importado. Generalmente no tenemos acceso al papel prensa que se fabrica aquí; podríamos tenerlo, pero a lo mejor en condiciones de financiación que tampoco están a nuestro alcance. En 2002 la falta de papel fue muy grande.
Obviamente, al derrumbarse el “uno a uno” nadie quería el dolarizado papel importado. Muchos diarios y periódicos regionales que contratan la impresión en otras empresas directamente se quedaron sin papel, ya que esas otras empresas guardaron para sí el escaso papel nacional para no apelar al papel dolarizado. En aquel momento este periódico de Alta Gracia apenas logró editar tres ediciones entre enero y junio de 2002. Claro, el papel producido en la Argentina había quedado en muy pocas manos. El importado era carísimo, el hilo se volvía a cortar por lo más delgado y las pequeñas comunidades “del interior del interior” fueron las que se quedaron sin voz porque esta situación fue generalizada. Hasta que, como todo, se recompuso.
Además, esto demuestra cómo en las crisis económicas, cuando falta un insumo como éste, obviamente este tipo de emprendimientos son los que llevan la peor parte.
Otro tema que me parece que va de la mano con el desarrollo de este tipo de emprendimientos tiene que ver con el costo del papel y su relación con la publicidad, en donde las grandes empresas y los pequeños emprendimientos regionales tienen una situación absolutamente inversa, es decir, los dueños del papel, al estar asentados en grandes conglomerados urbanos, venden avisos carísimos en un papel baratísimo o subsidiado. En cambio, los pequeños emprendimientos deben vender avisos muy baratos en el papel más caro importado.
Esta ecuación lleva a otra desventaja comparativa.
No solamente eso se siente en la cantidad de páginas con que se edita cada producto, sino en la relación que debe existir entre la publicidad y la información, en donde obviamente se hace necesario, para los emprendimientos periodísticos regionales, ocupar más espacios baratos, lo que va en detrimento de los contenidos periodísticos.
Podrá argumentarse que se trata de una situación de mercado en donde los diarios de mayor tirada pueden comercializar en condiciones más ventajosas sus espacios publicitarios. A mi modesto entender, creo que si se tienen en cuenta los roles social, cultural y educativo de los medios de comunicación, quizás habría que pensar en soluciones más equitativas que la salvaje ley de la selva que impone el mercado.
Paradójicamente existen grandes grupos dedicados al negocio del entretenimiento, categoría en la cual se incluyen los espacios informativos, porque no están presentados hoy día en ninguna de las ramas del periodismo, ni en la gráfica, ni en la televisión y ni en la radio. El negocio es el del entretenimiento y ahí adentro van las noticias.
La mayoría de estas empresas aparecen vinculadas con intereses que poco tienen que ver con lo periodístico. Las vemos asociadas a bancos, pozos petroleros, bodegas, un sin número de actividades que forman parte de una unidad de negocios globales.
Como contrapartida, en los emprendimientos regionales suele encontrarse una empresa familiar y una tradición exclusivamente periodística. Obviamente, los primeros son los grandes defensores del dios “mercado”.
Insisto desde mi modesto entender, en que el brazo del Estado debería apoyar más enfáticamente a quienes –al margen de la lógica y legítima actividad comercial llevan adelante una tarea de innegable valor social y comunitario.
El tema de la participación de estos emprendimientos en la pauta publicitaria nacional, tampoco debería ser soslayado, porque nos encontramos con que los denominados –permítanme decir mal llamados diarios nacionales se llevan un porcentaje abismal de la publicidad oficial supuestamente para llegar a comunidades en donde tienen insignificante o nula incidencia. No hace falta dar nombres, alcanza con salir de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de algunas capitales de provincia, y empezar a recorrer las ciudades para observar que el consumo de los medios locales supera ampliamente en número a los denominados medios nacionales.
DYPRA, en una publicación que realizó recientemente, planteó el desafío de contabilizar el papel que consumen los grandes diarios nacionales y el que consumen, en conjunto, los periódicos y diarios regionales.
En este contexto, plantear como lo hizo la presidenta el pasado 15 de septiembre en Olivos la necesidad de que Argentina marche hacia el autoabastecimiento de este insumo, me parece que desde la honestidad intelectual es una iniciativa que nadie tendría que dejar de apoyar. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Rogelio Rotonda, director del diario Eco de Tandil y secretario de la Cooppal. Me puede corregir si me equivoco, pero también va a hablar en nombre de Julio Botta, director del Diario Popular Olavarría, y de Sebastián Etchevehere, director de El Diario de Paraná, Entre Ríos.

Sr. Rotonda.- Julio Botta es el presidente, Sebastián Etchevehere es el vicepresidente y yo soy el secretario de la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina. Mi exposición no va a exceder los cinco minutos, es algo pautado.
En momentos en que muchas voces se alzan para manifestarse sobre la realidad del mercado del papel para diarios en el país, la Cooppal Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina considera oportuno formular esta breve declaración, a la vista de su participación fundamental desde el mismo momento de su fundación.
Quién si no una sociedad como ésta, integrada por un amplio espectro de pequeñas y medianas empresas periodísticas representativas en todo el país, puede señalar cuáles fueron y son los obstáculos y condicionamientos que se han presentado y amenazan aún el futuro de la prensa independiente.
Venimos, entonces, a participar porque nos invitaron ¬–lo cual agradecemos , y porque somos parte fundamental y contacto directo en muchos casos, único entre la mayoría de los diarios y periódicos de la Argentina y la obtención del bien más preciado e indispensable para expresar su voz: el papel.
Esta sociedad fue creada hace muchos años con el único objetivo de solucionar problemas a los diarios y periódicos que existen a lo largo y a lo ancho de nuestra querida República Argentina.
Nuestro orgullo es estar en el mercado del abastecimiento desde hace casi cuarenta años y haber conseguido el respeto y la consideración general gracias a una conducta intachable, propia de una entidad cooperativa conducida por un consejo de administración integrado por personas de los mismos diarios que brindan su tiempo y su esfuerzo sin pedir nada a cambio y sin cobrar un solo centavo.
Por eso nos consideramos palabra autorizada para opinar sobre este tema. Y por eso también, de frente y sin medias tintas, venimos hoy a plantear con palabras simples y claras la realidad que nos toca vivir a los que cumplimos diariamente con la delicada función de informar.
Estamos atravesando quizás el peor momento, el de mayor rispidez; todo lo que hoy se diga puede volverse en contra. Sin embargo, y como alguna vez señaló José Gervasio Artigas: “con la verdad no ofendo ni temo”.
Alguna vez muchas quizás a los diarios y periódicos argentinos les faltó papel; es cierto. Hoy ese problema no es tan así, pero nadie nos garantiza que no vuelva a ocurrir.
Queremos, anhelamos, necesitamos que se nos garantice el suministro de ese insumo fundamental. Para ello, creemos que sólo la expresión de voluntad de un gobierno que naturalmente agradecemos , no basta, y no queremos tampoco ser esclavos del antojo de cualquier gobernante.
Debemos, con inteligencia, dejar todos los caminos allanados para el bien del pueblo argentino que se nutre y se habrá de nutrir siempre de lo que en libertad expresen los diferentes medios independientes.
Que la fábrica de papel prensa eleve su producción para garantizar papel a todos, es una alternativa, pero naturalmente no inmediata; que se firme un compromiso de abastecimiento puede ser pan para hoy hambre para mañana.
Como el papel es indispensable y comprarlo a un costo superior puede significar que más de una empresa periodística deba cerrar sus puertas, consideramos que es fundamental garantizar por ley el arancel cero a la importación de papel y que ésta se pueda llevar a cabo sin trabas ni objeciones mientras la producción local no sea suficiente.
El papel es un elemento indispensable y desde la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina vemos con gran preocupación que llegue a complicarse el abastecimiento, que hoy es normal, pero que en el pasado no lo fue.
Ya demasiada carga tenemos los diarios del interior como bien señaló el colega cordobés , con la masa salarial creciente, con las ventas declinantes, con los enormes costos laborales, con la aplicación del IVA y con los beneficios que se nos han ido derogando como para ampliar nuestro sufrimiento y empezar a penar otra vez con la ausencia de este vital insumo.
Señores gobernantes, señores legisladores: en nombre de la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina les agradecemos de todo corazón y los instamos a pensar y a actuar en grande. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el secretario general del sindicado de prensa de Mendoza, señor Roberto Picoo.

Sr. Picoo.- Agradezco esta circunstancia esperada por muchos años.
Varias decenas de compañeros, trabajadores de prensa y periodistas hubieran deseado y merecido estar viviendo por estos días la posibilidad de que alguien con la valentía y la capacidad de síntesis de nuestra presidenta, haya impulsado y enviado al Congreso de la Nación este proyecto para su tratamiento, que nosotros pensamos debe ser transformado en ley.
Si hay alguna dificultad o duda es por la cobardía, la mediocridad, la enfermedad y el padecimiento del síndrome de Estocolmo que padece gran parte de la dirigencia argentina, que tiene miedo de dejar de ser invitada a cenar de vez en cuando a la casa de Magnetto.
Seguramente si estos grupos de poder, emblematizados en este personaje siniestro de la vida nacional, merman y se caen, van a tener que ir a buscar otro lugar donde cobijarse para recibir órdenes y directivas que no sean las que emanan del propio mandato popular, como lo hacen los legisladores que están dignamente defendiendo este proyecto nacional, al que gran parte de este movimiento obrero reconoce y respeta.
Nuestro aporte no se agota solamente en el análisis que podemos hacer desde el movimiento obrero organizado y desde los sindicatos de prensa del país; análisis que seguramente va a ser complementario del que hicieron algunos pequeños y medianos empresarios de los diarios.
Por eso no quería soslayar este elemento central, porque ha habido una continuidad y una profundización en lo teórico, en lo cultural y en la formación del sentido común de los argentinos.
Si pensamos en algún momento que nos habíamos librado de la dictadura militar por el sólo hecho de haber entrado en un período democrático, con el tiempo nos fuimos dando cuenta de que las raíces culturales, comunicativas, informativas y de construcción de poder estarán intactas si no se modifican estas leyes y si no se legisla como se hizo con la nueva ley de servicios audiovisuales, que todavía estamos defendiendo con una movilización esta tarde, como si no hubiera sido suficiente el voto de la mayoría del Congreso de la Nación para que esto entre en plena vigencia si no se profundiza, se modifica y se tocan resortes centrales aunque emblemáticos.
Más allá de que algunos analicen que el papel dentro de unos años pueda o no ser estratégico todavía lo es , no se puede soslayar lo mal habida que fue la compra si es que existió- de esta empresa. Este no es un elemento menor, como no lo es la apropiación de los hijos de la directora del diario. No es un elemento menor la impunidad con la que se siguieron manejando a pesar del proceso democrático que nosotros creemos haber consolidado en algunos aspectos.
No se puede soslayar que una gran parte de la dirigencia política nacional siga genuflexa y añorando mantener intacto este esquema de concentración de poder perverso,
que primero se inicia en una mesa de tortura comprando y apropiándose en forma fraudulenta y lesiva de los elementos fundamentales de la dignidad humana, lo que por estos días es archiconocido por todos los medios de comunicación; tema que no voy a profundizar.
Como si eso no fuera suficiente, se profundiza como práctica de concentración y de la práctica más perversa de la dictadura militar la apropiación de pequeñas y medianas empresas rentables, elegidas como pescando en una pecera con un medio mundo, con Magnetto y sus aliados comprando y eligiendo los diarios del interior y negándoles en forma ostentosa el papel -que es el elemento fundamental- a los que no les querían vender. Es el caso del diario Los Andes, de mi provincia, y de Crónica, profundamente explicado en una audiencia pública en este mismo salón auditorio.
Este es un tema que pude conocer, porque hay compañeros que hemos pasado por la redacción y por algunos órganos de dirección, como es el caso de un compañero periodista, Titi Fernández, a quien acabo de ver aquí.
He observado cómo extorsionaban y mostraban las bobinas del papel, las paseaban por las puertas del diario y se volvían los camiones y llevaban su carga a otro diario, porque el dinero no estaba depositado.
Por otro lado, yo diría que hay una ofensiva, casi ostentosa y exagerada publicación de toneladas de papel de diario consumido para información de los clasificados y la parte comercial de Clarín, lo que excede holgadamente y duplica en forma diaria el consumo de papel de la totalidad de las impresiones de los pequeños y medianos periódicos del país.
Es decir que a lo largo del tiempo se fue profundizando una práctica que tiene que ver con el origen. Por eso no lo podemos soslayar, al margen de elementos centrales como la pérdida de puestos de trabajo. Solamente en el diario Crónica se perdieron más de seiscientos puestos de trabajo que no fueron absorbidos por Clarín. Solamente en los diarios Los Andes -con el desembarco de Clarín con La Nación de la mano- y La Voz del Interior se perdieron más de setecientos puestos de trabajo. Ni hablar de la forma en que impacta la negación del suministro del papel en publicaciones que podrían tomar más trabajadores para hacer determinado tipo de suplementos, que no pueden llevar a cabo porque, tal como lo explicaban los pequeños y medianos empresarios del interior, no pueden absorber el costo del papel y ven cómo los grandes diarios hacen una fiesta de derroche de papel -sobre todo en sus ediciones del día domingo- con publicaciones que en realidad, como elementos culturales y demás, no sirven para nada. Y ni hablar si nos ponemos a analizar profundamente lo que publican; en ese sentido, realmente no merecerían consumir un solo gramo de papel argentino. Estamos haciendo un análisis abstracto del aspecto comercial.
Entonces, creemos que realmente el Congreso de la Nación debe ser un poco más irrespetuoso con los empresarios que piden. Nosotros, los trabajadores —sobre todo los de prensa-, estamos convencidos de que con ideólogos civiles como Magnetto nos han desaparecido más de cien compañeros de trabajo y limpiado comisiones internas de Clarín. En tiempos de la dictadura han sido los abanderados de la persecución de los periodistas e intelectuales. En épocas de democracia han seguido torturando y persiguiendo a través de la difamación, la columna y la tinta en las páginas de los diarios.
Siguen haciendo desaparecer intelectuales y pensadores de un plumazo persiguiéndolos en forma corporativa y no dejándolos acceder al trabajo; discriminación por lo que fuera.
Creemos que estamos en condiciones de exigir a la Cámara de Diputados que atienda este proyecto de la señora presidenta de la Nación, que es una iniciativa de vanguardia, de una valentía y de una capacidad de síntesis tales por haber metido la mano hasta el fondo en los resortes que han sostenido un statu quo de dominación, dependencia, discurso único y eliminación de la libertad de expresión.
No solamente el síndrome de Estocolmo –al que han hecho referencia lo padece gran parte de nuestra dirigencia política, sino que también se lo han hecho padecer a gran parte de los periodistas intelectuales que han pasado por las oficinas y las redacciones de esos grandes diarios, haciéndoles creer que si se desprendían de ese pensamiento único eran parias y no podrían existir.
Así es que podemos observar en programas que hacen el cotejo de información, cómo en forma casi “payasesca” han cambiado su discurso periodistas a los que uno les tenía respeto y que tenían una línea clara de pensamiento en los temas de los derechos humanos, la apropiación de hijos y nietos. Estos periodistas han virado ciento ochenta grados su posición por el sólo hecho de mantener su espacio, su columna. Esto es espantoso.
Creemos que quitándole Papel Prensa a estos dictadores de los medios y metiéndolos en la cárcel no alcanza para reparar casi cuatro décadas de contaminación del sentido común, de la cultura, de expulsión de trabajadores a la calle y de castigo al que han sometido al pueblo de la Nación Argentina a través de esas columnas engañosas y mentirosas que están prácticamente metidas en la carne.
A veces voy a comprar el diario y pido Clarín. El otro día mi compañera me dijo: ¿Por qué compraste Clarín? Y yo me pregunto: Por qué compro Clarín, si con solo cotejarlo con los demás sé que me miente.
Como periodista del interior, en el pueblo de donde yo vengo esperamos durante décadas que llegara Clarín para formar una línea de opinión y no estar fuera de juego, fuera de una opinión más o menos certera de lo que pasaba. Hace ya muchos años que gracias a Dios descubrí que me mentía; pero yo también padezco el síndrome de Estocolmo. Entonces, comprendo que a los desinformados les pase esto. Creo que hay legisladores de mi provincia honestos, y no quiero pensar que reciben beneficios económicos de Magnetto. No quiero pensar que todo se reduce a eso, creo que en algunos casos sí, pero no entiendo por qué; cómo van a explicar, cuando vuelvan a sus provincias, a los pequeños diarios y publicaciones que tienen que despedir trabajadores, que no votaron esta ley por el solo hecho de garantizar la libertad de expresión, los puestos de trabajo, la libertad de trabajo y de pensamiento de muchos intelectuales que no pueden publicar ni escribir en la sucursal de Clarín de mi provincia que es el Diario Los Andes. Además, es el diario que marca la misma línea y que publica calcadamente las editoriales de La Nación y Clarín, las opiniones de Morales Solá y de todos esos “cagatintas” que son los iluminados y voceros del sistema. Lo publican tal cual y nosotros tenemos que digerir esa mierda que bajan, que explica que está bien lo que no está bien, y que está mal lo que sabemos que está bien.
Nos quieren decir que este gobierno no sirve porque no les sirve a ellos. Eso a mí no me preocupa, porque ya me di cuenta. El problema es que llevamos varias décadas de desaciertos por haber sido víctimas de que se monopolizó el papel, el sentido común y el pensamiento nacional.
Es hora de romperlo. Creemos que con este proyecto se rompe, y en el caso de nuestro gremio, desde el pensamiento y la democratización de la palabra se reconstruye la posibilidad de crear nuevos puestos de trabajo.
Nosotros apoyamos hasta las últimas consecuencias este proyecto de ley, y vamos a movilizarnos en nuestra provincia, como lo hemos hecho con la ley de medios, para exigir a los legisladores opositores u oficialistas que apoyen esta iniciativa, la discutan y la mejoren. No vamos a permitir que hagan la vista gorda, porque no hay ningún motivo para que un legislador del interior del país haga la vista gorda a semejante vaciamiento cultural, a semejante vaciamiento político y a semejante injusticia social perpetuada en el tiempo que se remite al origen de la compra de esta empresa. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Carlos Horacio Maipah, director de El Diario de Escobar.

Sr. Maipah.- Señora presidenta: en primer lugar quiero agradecer, porque a partir de la decisión de la presidenta de la Nación de enviar este proyecto de ley, y de habernos convocado a los editores de los medios gráficos del interior, se abrió una nueva instancia impensada hasta no hace demasiado tiempo.
Respecto de la situación actual, creo que ésta es perversa, pero no por el monopolio de los grandes diarios nacionales en sí, como bien lo definía un colega que me precedió en el uso de la palabra, sino por la participación del Estado en la empresa. Cuando hablo de “Estado”, además de quienes integran el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo considero que el Estado somos todos nosotros. Es absurdo que con el dinero de quienes comprábamos el papel se estuviera ejerciendo una competencia; si eso no es perversión, qué es.
Aclaro que además de ser director y propietario de El Diario de Escobar que circula en el Partido de Escobar, soy director y propietario de El Diario de Baradero y de El Diario de San Pedro.
Coincido plenamente con lo que definía el colega de Alta Gracia. El poder de llegada que tenemos los medios del interior ya no “del interior del interior” como él decía , en el norte de la provincia de Buenos Aires, en el norte del conurbano, es multiplicado varias veces por los medios nacionales. En el caso de Escobar la relación es de siete a uno, y en el de Baradero, de once a uno. Esta diferencia se va acentuando a medida que uno se aleja de la Capital Federal.
Para nosotros el papel no ha sido un problema, pero sabemos que puede serlo en cualquier momento. Quiero pedir algo a quienes tienen la responsabilidad de votar el proyecto de ley. El consumo promedio ronda entre las diez y doce toneladas de papel mensual; quienes estamos por debajo de las veinte toneladas de papel mensual no solamente tenemos un problema con el precio del papel sino también con la logística de distribución. Nosotros tenemos posibilidad de contar con un galpón de ochocientos o mil metros cuadrados para estibar papel.
Para nosotros la distribución de papel es tan importante como el precio que pagamos por el mismo. Hace trece años y medio que nació el diario y que le compramos al mismo proveedor, una papelera que nos garantizó la entrega de papel, aún en los tiempos difíciles que había marcado un colega, que fue en los años 2000 y 2001, cuando no se conseguía. Sin embargo, nosotros lo conseguíamos, y siempre en Papel Prensa, pero no por compra directa sino por medio de un distribuidor.
Como editor, y en función de mi modesta experiencia, simplemente quiero pedir que se respeten algunos carriles tradicionales de comercialización que son las papeleras que distribuyen Papel Prensa para los medios que consumimos –reitero por debajo de las veinte toneladas de papel.
Yo integro la comisión del DYPRA, Diarios y Periódicos de la República Argentina, pero es muy difícil poder abastecer a los medios del interior en lo que a logística respecta, además de conseguir el papel a un precio competitivo.
Por eso creo que hay una responsabilidad muy grande. Estamos viviendo un momento histórico y único a partir de un escenario que se modificó, y que con mucho criterio el gobierno de la Nación ha decidido consolidar un nuevo modelo, un nuevo sistema de trabajo.
Simplemente quiero hacer saber, en el nombre de nuestros tres diarios, que estamos totalmente de acuerdo con la decisión del proyecto que se está llevando adelante, pero pido por favor que se conserven algunos de los carriles tradicionales de comercialización, porque es uno de los inconvenientes que pocas veces se tienen en cuenta.
Nosotros estamos cerca de Buenos Aires. Imagínense, señores legisladores, lo que esto puede llegar a significar para medios que no tienen la posibilidad de estar arriba de la columna del Mercosur o cerca de la Panamericana, que es donde estamos nosotros.
Entonces, es muy importante que también se garantice el papel por los carriles tradicionales. Este es el pedido que traía. Desde ya tienen nuestro apoyo incondicional a este proyecto de ley histórico. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el ex director del diario La Razón, señor José Pirillo.

Sr. Pirillo.- Señora presidenta, señores diputados: escuché atentamente los problemas planteados por quienes me precedieron en el uso de la palabra y lo único que puedo hacer, además de entenderlos, es tratar de explicarles por qué les pasa esto.
Este no es un tema de planificación actual, es una planificación estratégica; me consta porque participé de esa planificación.
Cuando adquiero La Razón, en 1985, obtengo el derecho al manejo de un 33 por ciento del poder político de Papel Prensa. A raíz de mi ingreso a Papel Prensa, lo primero que puedo certificar y garantizar –palabras dichas por mi predecesor en el uso de la palabra- es que ninguno de los tres medios, ni Clarín, ni La Nación, ni La Razón, pusieron un peso en la construcción o ejecución de la planta. Sí usufructuaron con todos los beneficios que acarrea tener una producción de una fábrica de papel.
Escucho a los medios pequeños del interior y los padecimientos son exactamente iguales a los que ocurrían en el año 1985.
Desde Papel Prensa se planificó una estrategia para someter a los diarios del interior. Los que no respondían a las directivas que emanaban de esa empresa a través de DyN o directamente de Clarín, de La Nación o de La Razón, no se les proveía papel. Es duro decir esto porque quizás involuntariamente no estoy haciendo una acusación, sino justificando que muchas veces los diarios chicos tuvieron que aceptar publicar cosas en las que a lo mejor creo que no estaban de acuerdo. Desde Papel Prensa hacíamos un estricto control de lo que se publicaba en los medios.
Se nombra a Magnetto, a Mitre y a Peralta Ramos, aunque a éste no escuché que se lo mencionara. Quiero decir que los tres diarios fueron artífices de esta maniobra de Papel Prensa utilizando a la dictadura con la cual transaron, trenzaron y acordaron, porque esos eran los acuerdos previos que pretendían que yo respetase, a lo que me negué desde un primer momento. Por eso obtuvieron Papel Prensa; y por eso ocurrió lo de los Graiver. Yo conocía la historia de ellos, de cómo habían sido despojados de las acciones de Papel Prensa y de cómo no habían recibido dinero por ellas, porque previo a eso los diarios sabían perfectamente qué le iba a pasar al grupo Graiver. Una vez que medianamente se cubrían las formas de una supuesta venta de las acciones el grupo Graiver quedaba detenido y despojado de todos sus bienes.
En mi corta alocución no voy a acusar ni formular cargos a ninguno de los presidentes a los que puse al tanto de esta situación, porque entiendo que ellos también fueron víctimas de este manejo y planificación estratégica. Y digo más: no solamente desde Papel Prensa se marcaba la información, sino la de los gobiernos y los futuros gobiernos, cómo se debía proceder con los legisladores, los miembros del Poder Judicial y los empresarios para someterlos a través del terror y la extorsión que se les podía efectuar.
Yo, que soy una persona que toma mate y café con agua común y no con agua bendita, me consideraba un empresario pícaro. Pero realmente he observado el manejo y la falta de límites que existía en la empresa Papel Prensa, donde he visto hacer las aberraciones legales más horribles que a ustedes se les puedan imaginar, desde falsificar informes, cambiar memorias de los balances y modificar cifras de estos últimos con posterioridad a su confección. Ustedes dirán: ¿pero ahora se le ocurre decir esto? No, lo que les estoy contando a ustedes lo conté el 2 de julio de 1992. Se lo comenté a los integrantes de la Comisión de Juicio Político estando preso en Devoto. Ese cuerpo, políticos y personas que hoy todavía están vivas pueden dar fe de lo que dije. Pero hay algo más importante: tengo la versión taquigráfica de todo lo que denuncié en aquel momento acerca de cómo se manipulaba el precio del papel, cómo la empresa Papel Prensa trabajaba básicamente en beneficio de Clarín y cuáles eran mis enfrentamientos con este último diario. Esos enfrentamientos se debían, en primer término, a que no se respetaban los acuerdos con la Junta Militar; segundo, a que no compartía la idea de extorsionar a los gobiernos y fijarles la agenda, y tercero -esto es lo más grave que escuché decir en estos días-, a que el que maneja Papel Prensa maneja la prensa escrita. Yo diría que es mucho más grave: lo que se planificó estratégicamente en Papel Prensa fue adueñarse de la verdad. Esta última es la que los tres diarios queríamos que se supiese.
Esa era la planificación estratégica real: mandar hacia el público la verdad que se generaba en una mesa del Comité Ejecutivo, donde se condicionaba no solamente a los gobiernos, los políticos y los jueces, sino también a la población en general. En eso no estuve de acuerdo y recurrí al doctor Alfonsín, a quien no formulo ningún cargo porque luego él sufrió en carne propia los embates de Clarín, y me consta que en 1987 expresó su pensamiento. Ya en 1985 le había avisado esto al doctor Alfonsín, con quien me había comprometido a ayudarlo a defender la democracia a través del diario La Razón.
Lo cierto es que por este tema pasé a ser un paria social.
Les voy a contar un solo detalle para que puedan entender la maldad y la fuerza que tiene en este momento Clarín, y que tuvo siempre, a través del manejo de Papel Prensa.
Yo compré el diario La Razón el 29 de marzo de 1985; les hago esta pequeña reseña y ustedes se van a dar cuenta por qué. Es ese momento mi grupo empresario, que era un grupo familiar, entre otras empresas tenía un banco que estaba con un plan de encuadramiento con inspección del Banco Central desde hacía cuatro años. De modo que el banco no podía tener ningún tipo de problema, porque estaban los inspectores que no permitían hacer ninguna operación que violase las reglas del Banco Central.
El 29 de marzo compro el diario La Razón con la oposición de mi grupo familiar. El miércoles 3 de abril nos reuníamos todos los miércoles , me reuní con el Comité Ejecutivo del sindicato de Papel Prensa que se mantuvo oculto durante tantos años, y tuve la primera reunión con Magnetto y Mitre donde comenzamos a hablar de los acuerdos previos. Allí manifesté que yo no iba a cumplir los acuerdos previos si antes no hablaba con la señora Ernestina Herrera de Noble, porque el convenio de sindicación era entre dueños de medios, y él revestía en ese momento el carácter de gerente general. Eso hizo que montara en cólera, me contara ciertas cosas algunas declaré ante la Justicia y otras todavía no de empresarios, banqueros como dijo alguien que me precedió en el uso de la palabra , grandes empresarios de la construcción, del petróleo, del transporte marítimo; me refiero a la pata civil que tuvo la dictadura y que acá todavía se trata de no tocar. Sin embargo, Dios mediante y mientras la presidenta pueda seguir con esta política de esclarecimiento de la opinión pública, estoy seguro de que vamos a lograrlo.
Vuelvo al motivo por el cual cuento esta anécdota del banco de mi familia, que se llamaba “Banco Cabildo”. El día 29 de marzo compro la Razón, el 3 de abril concurro a la primera reunión. Hacía un mes y medio que el Banco Cabildo había obtenido el visto bueno del Banco Central para un plan de saneamiento que habíamos presentado, con un aporte de casi 10 millones de dólares; oh casualidad, el 15 de abril el Banco Central decide cerrar el Banco Cabildo.
No voy a hacer ningún comentario al respecto y espero que todos ustedes entiendan por qué. Llama la atención que haya pasado lo que pasó con una empresa de nuestro grupo familiar. Con el tiempo supe qué fue lo que pasó realmente, pero dejo que cada uno saque sus propias conclusiones.
Todo esto pudo también llevarse acabo a través de Clarín y La Nación, porque a la hora de comprar funcionarios, de comparar personas, no tienen límites, no tienen códigos; saben exactamente cómo someter a un legislador, a un gobernador, a un juez. Para que ustedes se den una idea, teníamos los gastos de las tarjetas de crédito de los jueces como medio de presión para ver si lo que gastaban en crédito con sus tarjetas era acorde con lo que ganaban como jueces.
Acá se utiliza mal el término “Justicia”. La Justicia no es la que está corrupta, hay algunos jueces que trabajan en la Justicia que son corruptos y otros que los corrompen, a través de la presión y del dinero, estos señores Magnetto, Mitre y compañía.
Tampoco voy a dejar de reconocer que hay gobiernos que han claudicado, políticos que han claudicado y siguen claudicando.
Entonces, no puedo estar más que feliz, a pesar de haber estado casi cuatro años detenido en Villa Devoto por un delito que jamás cometí.
Vine extraditado de Brasil; yo me iba a presentar espontáneamente a la Justicia argentina, no me escapé del país sino que me fui por un tema de seguridad porque corría peligro mi vida y me amenazaron. Entonces, mi amigo Facundo Suárez de la SIDE me aconsejó que dejara el país. Por eso me fui en el año 1987. Me detuvieron en Brasil y me extraditaron a la Argentina, una vez que robaron las acciones de Papel Prensa.
Tengo la suerte de poder documentar todo lo que digo. En el año 1991, no José Pirillo, el delincuente o el que toma café con agua común y no con agua bendita, sino la Corte Suprema de Justicia dijo que se cometieron serias irregularidades en la transferencia del paquete accionario de José Pirillo de La Razón y de las acciones de Papel Prensa propiedad de La Razón al grupo Clarín y al grupo Nación. La resolución está, la ejecución nunca llegó; nunca se llegó a ejecutar por qué uno de los jueces corruptos que actuaron acá, hoy goza de buena salud y vive de sus ahorros. Es mucho el dinero que logró ahorrar durante todos esos años en los que fue juez. Hubo otros jueces, como el que actuó en mi quiebra personal, que permitió que votase Papel Prensa, a pesar de que no podía, porque tenía intereses encontrados; una cláusula del convenio de sindicación hacía que perdiese las acciones, tanto en La Nación como en Clarín, no votar en contra mío. Sin embargo, nunca se hizo nada.
Ese mismo juez que no quiso prorrogar mi junta de acreedores hasta no terminar con la junta de acreedores de La Razón fue el que homologó después un concordato resolutorio de Clarín en 2001/2002 sin haber cumplido Clarín con el capital mínimo que exige la ley; es el mismo juez y el mismo síndico.
Entonces, las conclusiones se las dejo a ustedes, que son personas inteligentes, y si están hoy acá es porque tienen interés en saber la verdad.
Para terminar lo único que quiero decirles es lo siguiente: no es que se apropiaron de la prensa escrita, se han apropiado de la verdad del país y si no los detenemos van a escribir lo que para ellos es la verdad, no la verdad objetiva como debe ser.
Exhorto a todos los diarios del interior, a todos los pequeños diarios, sin que ellos supieran, en el año 1985, yo le decía a Clarín que era una burla lo que estábamos haciendo, manifestando en nuestra memoria que proveíamos de papel a noventa diarios del país; lo que no decíamos era que de los noventa diarios, en realidad les dábamos trescientas toneladas por mes, sobre doce mil que producíamos.
En los fundamentos de la creación de Papel Prensa se decía que la base era justamente abastecer de papel a todos los diarios del país, pero por algún motivo eso no se cumplió y Clarín terminó apropiándose del 85 por ciento de la producción, La Nación participó con un pequeño porcentaje y yo peleé por mi 33 por ciento; era lo justo, si tenía el 33 por ciento del poder quería el 33 por ciento del papel, sobre todo por un precio –que también denuncié de 320 pesos la tonelada, cuando los otros medios estaban pagando 650 dólares por tonelada.
Luego se logró una resolución en la Secretaría de Comercio de elevar el papel a 590 dólares, porque el doctor Alfonsín me preguntó cómo se solucionaba eso y yo le dije: “Presidente: es muy sencillo, elevando el precio de Papel Prensa”. El doctor García Vázquez puedo dar nombres porque algunos directores de aquella época todavía viven , Malamud Goti, Yofré, Carrettoni pueden dar fe de lo que pasó.
Sin embargo, cuando llegó a Papel Prensa la resolución de la Secretaría de Comercio se aumentó nada más que cien pesos la tonelada, y no los trescientos dólares que teníamos de más. Esa diferencia le significaba a Clarín una ganancia extra de 2 millones 500 mil dólares mensuales.
Ahí es donde realmente comienza el monopolio de Clarín. No los voy a cansar con más detalles. Les agradezco mucho y espero que los señores diputados y los políticos, en general, entiendan la gravedad de esta situación. Apoyen
a la presidenta que tuvo la valentía de enfrentar este tema, y que Dios nos ampare si esto fracasa y no se llega a modificar lo que se está haciendo, que es tergiversar la verdad. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Oscar Ortiz, del Atlántico de Mar del Plata.

Sr. Ortiz.- Muchas gracias por la invitación y fundamentalmente por escuchar a los que realmente necesitamos ser escuchados.
Recién con muchísima atención oíamos todo lo que nos decía el señor José Pirillo, ex director del diario La Razón.
Recuerdo que en un informe sobre Papel Prensa, el “ceo” de Clarín, este señor Héctor Magnetto, dijo que los gobiernos duraban seis años y los diarios cien. Entonces, los diarios debían apoyar al gobierno los dos primeros años para poder sacarle todo lo que pudieran, los dos años siguientes había que atacarlo para poder sacarle más cosas, y en los últimos dos años había que voltearlo para que viniera otro gobierno y el ciclo se renovara.
Vengo de Mar del Plata, “ciudad feliz” para muy pocos. Esta misma práctica se viene implementando desde 1982, pero con otros aditamentos que le suman más gravedad a la situación, a este panorama.
“Cuando quiero lo saco, ya no me sirve”. Esto es para que todos sepan quién es el que manda. Esta es una frase del Magnetto que tenemos en Mar del Plata, porque existe. Es el mensaje permanente del multimedios La Capital, de boca de su titular Florencio Aldrey Iglesias, el Magnetto de Mar del Plata, no solamente avalado y consentido por la clase política local y el poder económico marplatense, sino también fiel reflejo del alto grado de genuflexión hacia su socio, el grupo Clarín.
En noviembre de 1979 Héctor Ricardo García había comprado el diario El Atlántico. Desde abril de 1980 hasta 1983 salió como edición vespertina convirtiéndose realmente en un auténtico boom, quizás rememorando otras épocas, el lapso comprendido entre 1970 y comienzos de 1976, en las que todas las tardes se vendían entre 18 mil y 20 mil ejemplares.
Paradójicamente el éxito de El Atlántico fue en detrimento profesional y leal del diario La Capital y también del desparecido diario El Trabajo. A tal punto que el diario La Capital estuvo a punto de cerrar sus puertas a fines de los años 70, con interventores que luego terminaron siendo sus principales directivos. Lo hacía Papel Prensa.
Pero antes, como sabrán aquellos viejos maestros del periodismo, estaba el papel y los diarios se manejaban con la importación del papel, cuyos orígenes variaban entre sueco, finlandés y canadiense.
Como generalmente ocurre, un oxígeno financiero llegó de la mano de Florencio Aldrey Iglesias, quien por entonces sólo era dueño del hotel Hermitage. El negocio se lo había sugerido el recientemente fallecido y queridísimo maestro del periodismo, “Beto” Devoto, por entonces jefe de Redacción de La Capital, a quien poco tiempo después le pagó con su despido.
Entonces, nació en Mar del Plata una nueva forma, por cierto desconocida, de llevar adelante una empresa periodística gráfica. Comenzó a incurrirse en estrategias similares a las de Clarín con el diario Crónica. Esa nueva forma tenía como objetivo que La Capital debilitara al diario El Atlántico y, si era posible, hacerlo desaparecer de inmediato.
¿Cómo ejerce el poder este multimedios? Una primera respuesta podría ser en su grado de convicción -la de ellos- a la hora de emitir un juicio de valor hacia personas o situaciones; los periodistas llamamos a esto “opinión”.
Otra respuesta podría ser el grado de inserción por cuestiones de tradición. El diario La Capital fue fundado el 25 de mayo de 1905 y es toda una tradición en la ciudad de Mar del Plata.
Otra posibilidad podría ser su línea editorial o quizás subeditorial. Absolutamente nada de eso. Es la cantidad de papel que vende. Para vender papel necesita conseguirlo, para lo cual es indispensable estar en buenas relaciones con quien lo maneja; y para estar bien con quien lo maneja es prioritario hacer lo que el patrón diga. Hasta hoy, eso es lo que se hace. La Capital es socio de Clarín, por eso no es extraño que las prácticas sean similares.
El poder comenzaba a poner en práctica toda una batería de presiones que no sólo tenía que ver con la provisión de papel, sino también con ejercer un fuerte sentido extorsivo, despojando al diario El Atlántico de su publicidad. El Atlántico era un factor de riesgo para este poder. Su crecimiento fue un ejemplo. La posibilidad cierta de que los sectores populares tengan un nexo de comunicación para expresarse es algo que siempre molestó; la identificación con ese medio para reclamar por necesidades concretas que aún no se ven reflejadas en las páginas de los grupos de poder, y fundamentalmente la publicación lisa y llana de la verdad con un sentido claro y objetivo que ningún medio, si se jacta de tal, debe abandonar jamás.
Estimados amigos: este es el poder del papel. El que lo tiene surge como una figura dominante: usa y abusa de esa condición y hasta convierte algún palacio municipal en una simple gerencia. Señoras y señores: evidentemente en los últimos años en Mar del Plata no ha habido intendentes, pero sí gerentes, lamentablemente.
Es allí donde surge El Atlántico, un diario que va a cumplir -y pido a los que no lo conocen que escuchen bien esto- setenta y tres años de vida.
Esta historia periodística vivió momentos buenos y otros malos, transitó por el éxito y también deambuló entre errores. Lo paradójico de su trayectoria es que precisamente cuando crece emerge nuevamente el aparato para poner piedras en la rueda, perjudicarlo y tratar de silenciarlo. No lo van a lograr.
El Atlántico forma parte del grupo Crónica y fue por el esfuerzo de Crónica de estos últimos cinco años que ha podido subsistir, porque sobre finales de la década de los 90, por aquellos designios del poder, El Atlántico perdió su cupo con Papel Prensa.
Las presiones del multimedio comenzaron por aquella época a hacerse carne, porque ese poder no concebía la existencia de otro diario con un gran tiraje, con una excelente venta, con una gran cantidad de publicidad privada y estatal, y por sobre todas las cosas, con un alto grado de inserción dentro de una sociedad que quería ser reflejada en papel como la Mar del Plata real, la ciudad verdadera, la del gran turismo de verano, pero la que también esconde en sí misma problemas y situaciones, muchas veces, tapadas por el poder.
A pesar de ingentes tratativas aún hoy el diario El Atlántico sigue sin recuperarse; es más, sistemáticamente se le niega la posibilidad de volver a anotarse en el cupo de papel que le permitió, en sus épocas de esplendor, ser el diario más leído del interior de la provincia de Buenos Aires.
Otro ejemplo palpable del uso y abuso del poder, en sintonía con maniobras de Clarín desde siempre hacia el diario Crónica, fue que a El Atlántico le arrancaron su corazón, le remataron su rotativa y le sacaron el alma. La paradoja es que quien la pidió fue el mismo propietario del multimedio de La Capital. Queda en cada uno de ustedes reflexionar y preguntarse para qué pretendía La Capital la rotativa de El Atlántico, cuando poseía dos máquinas. El señor Florencio Aldrey Iglesias no tiene virtudes de coleccionista. Pasó. Ese plan maquiavélico que se había iniciado con la inducción de un sector muy importante hacia Papel Prensa de cortar el cupo a nuestro diario pretendió terminar con la vida de El Atlántico arrancándole de sus entrañas su rotativa.
El poder no solamente manejaba el papel, también contaba con números –contundentes, por cierto de venta de El Atlántico, que le preocuparon y que tenían que ver con la comercialización de ejemplares, la publicidad oficial y privada, y los avisos clasificados y edictos judiciales que poblaban diariamente las páginas de dicho diario.
El autoritarismo seguía pergeñando maniobras para todo eso. El Atlántico había logrado con muchísimo esfuerzo que fuera –como el papel de exclusiva propiedad de La Capital en la Ciudad de Mar del Plata. La Capital siempre quiso todo aquello que le pertenecía, y le pertenece, al diario El Atlántico.
De todas maneras, les puedo asegurar que eso lo lograron: nos quedamos sin papel, nos quedamos sin rotativas.
Y la maquinaria del apriete instaló una nueva instancia para tratar de culminar su obra de destrucción.
Todos los avisadores que por entonces tenían publicidad en El Atlántico comenzaron a recibir llamados invitándolos a dejar de publicitar allí y a hacerlo en La Capital con beneficios fabulosos, según ellos; eso llevó un tiempo, y también lo lograron. El diario El Atlántico de terapia intensiva pasó a un coma profundo; su muerte era inminente.
Antes, el equilibrio publicitario oficial existía, desde hace años la relación es de veinte y hasta de treinta a uno. A partir del año 2000 fue Editorial Sarmiento quien comenzó a proveer de papel a El Atlántico, y a partir de 2001, pese a sus delicadas arcas, hubo que recurrir también a Papel de Tucumán.
Cuando estaba herido de muerte llegó la actual empresa y les puedo asegurar que tomó la decisión que menos esperaban en Mar del Plata. La decisión de la actual empresa fue: El Atlántico va a seguir con vida. Y aquí estamos, recuperando el prestigio del diario, su historia y su compromiso con la verdad, sobre la base del tremendo esfuerzo de su empresa, de su gente y de sus trabajadores.
Entre muchas acciones la empresa, por ejemplo, promovió la recuperación de su rotativa y la adquirió; y hoy volvemos a tener nuestro corazón. Hoy estamos más vivos que nunca, respondiendo a quienes pensaron que nos pondrían de rodillas.
A veces el poder y finalizo con esto cae en lo infantil y no se pone a pensar que la vida es como un juego de ajedrez: reyes y peones terminan en el mismo cajón. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra la señora Estela Barnes de Carlotto, presidenta de “Abuelas de Plaza de Mayo”, quien tiene que retirarse para concurrir a la marcha.

Sra. Barnes de Carlotto.- Desde ya agradezco la invitación. Hay que repartirse en varias cosas a la vez, pero eso es un buen síntoma; señal de que nos estamos moviendo y no nos quedamos sin hacer nada porque hace frío o estamos un poquito enfermos.
Todos son temas de mucho interés para los ciudadanos. Yo soy una ciudadana común, quizás sólo soy experta en lo que la dictadura me impuso: buscar a nuestros nietos abriendo caminos en muchas direcciones.
Soy una ciudadana, y como tal, creo que todos los ciudadanos tenemos la obligación de defender la democracia, los logros y las iniciativas que se van produciendo a través del Poder Ejecutivo y que se trasladan, por supuesto, a los diferentes poderes, como es el caso de Papel Prensa, que hoy está teniendo esta convocatoria.
Voy a contarles una anécdota y luego leeré un pequeño documento que preparamos en “Abuelas”. Se trata de una pequeña anécdota sobre cómo este es un tema viejo y que ya era preocupación de los que hoy están siendo acusados de apropiadores y de ilícitos compradores de Papel Prensa.
Las “Abuelas de Plaza de Mayo” ya teníamos información, allá por los años 1984 o 1985, de que los dos chiquitos entonces adoptados por la señora Herrera de Noble podían ser hijos de desaparecidos, entregados quizás por el general Camps siniestro personaje , monseñor Plaza más siniestro todavía o Videla.
Nosotras, considerando que era una ciudadana civil que había adoptado sin saber –porque había otros casos-, y decidimos ir a verla. Fuimos tres abuelas, pero no nos recibió. Nos recibió el señor Magnetto muy sonriente, pensando quizás que íbamos a pedir alguna donación; pero cuando le dijimos que íbamos porque había denuncias que decían que esos chicos podían ser nuestros nietos, se puso muy enojado y dijo: “Esto es Guillermo Patricio Kelly, que está haciendo denuncias infundadas...” es cierto, las hacía; este hombre ya no vive y fue altamente conocido por la sociedad “...o Menem por el Papel Prensa.”
De manera que ya entonces estaban con el tema de Papel Prensa. Si hubiesen dicho: “Las hojas que caen en Canadá en otoño”, para las “Abuelas” habría sido lo mismo, porque Papel Prensa no era parte de nuestra dinámica ni tampoco creo que lo fuera para el resto de la ciudadanía, como preocupación. Todos éramos –incluso ciertos sectores de la sociedad- medio ignorantes de esta compra, de este robo, de esta situación.
Ya existía esa actitud siniestra de echar culpas sobre un delito aberrante -que hoy estamos probando las “Abuelas”-, que es el robo de dos chicos, más la preocupación de otra estrategia siniestra que fue la apropiación de Papel Prensa.
De manera que estamos todos involucrados, vengamos de donde vengamos, estemos donde estemos en la sociedad. Por eso tenemos que insistir en que este delito se esclarezca en la Justicia y se ponga en orden en el Parlamento.
Agradezco estar acá, y como tengo que correr para otro lado, porque se han superpuesto dos acciones muy importantes, como también lo es la marcha por los medios, voy a dar lectura a un pequeño documento que elaboramos no hace mucho en la asociación “Abuelas” y que habla de la preocupación de este tema y su solución.
Dice así: “Un paso adelante para la democracia.
“El proyecto de ley que declara el funcionamiento de Papel Prensa de interés público tiene una importancia fundamental, sin entrar en cuestiones jurídicas ni en los aspectos técnicos de la investigación presentada por el Ejecutivo, se trata de un paso adelante en la consolidación democrática de nuestro país.
“Si bien es cierto que el caso de Papel Prensa es bastante viejo y por diversos motivos nunca un gobierno había hecho nada al respecto, el momento llegó y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha demostrado la firme decisión política de poner las cosas en su lugar, y que se sepa quién es quién en este país y qué ha hecho cada uno en esta historia.
“Cometen un reduccionismo quienes hablan de una guerra del kirchnerismo contra Clarín. Hace más de treinta años se cometió un delito a raíz del cual un grupo se apropió de una empresa y monopolizó el papel para los diarios. De ahora en más es la Justicia la que tiene que actuar sorteando dilaciones y obstrucciones que no tardarán en aparecer.
“Es precisamente la confianza depositada en la Justicia y en el Parlamento lo más destacable del anuncio de la presidenta de la Nación. Esto es lo que hay que acompañar y que celebrar. Una democracia genuina se nutre de valores, y la confianza es uno de ellos.
“El 24 de marzo de 1976 la última dictadura dio el puntapié inicial a un proceso de vaciamiento de la política que se extendió por más de veinticinco años, y que recién empezó a quebrarse en 2001 cuando el pueblo dijo ‘basta’. El retroceso de lo público, la pérdida de espacios de participación real y el sometimiento a la lógica de unos pocos se instalaron con la fuerza de lo que parecía natural e inmutable, pero con voluntad transformadora y capacidad de representación la política está siendo capaz de revertir el escenario montado por el terrorismo de Estado y avalado por sucesivos gobiernos neoliberales.
“Así como la ley de medios audiovisuales apunta a amplificar la voz de los que no tienen voz, la iniciativa del Ejecutivo en relación a Papel Prensa está orientada a dar acceso al papel a quienes hoy se ven desfavorecidos por la ausencia de un marco regulatorio que se lo garantice.
“Las Abuelas de Plaza de Mayo y el resto de los organismos de derechos humanos nos hemos guiado siempre a partir de tres ejes: memoria, verdad y justicia. La investigación administrativa llevada a cabo por el gobierno y presentada ante el Poder Judicial le hace honor a nuestra premisa. Y el proyecto elevado al Congreso le agrega la impronta de futuro que debe regir a las políticas públicas.
“Conocer la verdad sobre Papel Prensa nos va a hacer muy bien a todos los argentinos y argentinas. Un emporio consustanciado con la dictadura, por más poderoso que sea, no puede falsear toda la realidad según sus intereses. La memoria de las víctimas tiene que ser escuchada y respetada.
“Estamos en un momento de inflexión. El debate que generó el año pasado la ley de medios abrió el camino para profundizar los cambios. Enhorabuena, se ha puesto en cuestión un modelo dominante que le ponía límites a la propia construcción democrática”. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- A continuación hará uso de la palabra el secretario General del Sindicato de Prensa de Tucumán, señor Oscar Gigena.

Sr. Gigena.- Señora presidenta: quiero agradecer la invitación que nos han hecho.
Para nosotros es un verdadero honor participar de este foro. Como aquí se ha dicho, no son muchas las oportunidades que tenemos para hablar en ámbitos tan importantes como este, de la Cámara de Diputados de la Nación, y sobre temas tan trascendentales como el que nos ocupa.
Brevemente voy a reseñar algunos puntos que consideramos salientes en este proyecto de ley, al tiempo que formularé algunas propuestas tendientes a enriquecerlo.
El simple hecho de estar en este foro, como representante de los trabajadores de prensa de Tucumán, es considerado aún por muchos de nuestros compañeros un privilegio que no debería ser tal, ya que es un derecho que tenemos todos los argentinos.
Hacer oír nuestra voz ante los representantes del pueblo y en foros democráticos, como se ha venido dando la dinámica de la discusión política sobre la comunicación en la Argentina, ha sido algo que durante muchos años no fue posible por las circunstancias políticas, pero sobre todo, por las decisiones o falta de decisiones de los diferentes gobiernos que llegaron al poder en el país.
Por lo tanto, que se abra esta posibilidad habla de una decisión que saludamos, porque devuelve la voz a un sector principal en el proceso de la comunicación, como es el de los trabajadores de prensa y la comunicación.
Nosotros somos los que llenamos los medios de contenido, los que con nuestro trabajo y esfuerzo damos sentido y contexto a lo que la gente lee, mira o escucha, pero sin embargo, somos los más silenciados cuando levantamos la voz en contra de lo que nos parecen líneas editoriales atravesadas por intereses que no son los nuestros, y que siempre terminan tributando a favor de los poderosos de siempre; no hablo precisamente del poder político, sino del poder económico de este país. El mismo que estaba oculto en la Argentina hasta no hace mucho, pero que ahora muestra su cara claramente, aunque maquillada de una falsa victimización. Nosotros, los trabajadores de prensa, no les creemos.
Una democracia se cultiva en el diálogo, en el debate y en foros como a los que estamos asistiendo en diferentes lugares del país. Más allá de cuál sea el resultado de la votación de los señores diputados y de los señores senadores, esta forma de participación ha comenzado a desatar en la Argentina un proceso que, tarde o temprano, va a cambiar y modelar una Nación diferente.
Es nuestra opinión por lo que vemos y escuchamos de nuestros compañeros y la opinión pública de los centros donde, en estas horas, se están formando los futuros trabajadores de la comunicación.
Dicho esto, queremos señalar el carácter público que este proyecto de ley da a la elaboración, distribución y comercialización del papel para diarios. Cuestión que resulta fundamental para entender que este soporte físico de la comunicación debe ser resguardado para bien del pueblo, y considerar a la información como un bien social.
La información no es patrimonio de las empresas periodísticas, de los trabajadores de prensa, de los políticos ni del Estado; es del pueblo, y por lo tanto, debe ser resguardada, regulada y defendida para que los argentinos podamos decidir, controlar y votar con libertad y sin intereses sectoriales que modifiquen la información, la moldeen o la disfracen.
Además, creemos que si logramos que la sociedad despierte a la conciencia del valor que tiene la información y la incorpora al lote de lo que considera sus derechos inalienables como la seguridad, la salud, la educación, el trabajo, una vivienda digna y los derechos humanos en todas sus categorías, habremos ganado la batalla de la comunicación para mantener este elemento tan vital para la vida en democracia como es la información.
El papel para diarios como soporte y sustento de grandes y pequeños medios de comunicación debe ser entonces resguardado y puesto al alcance de todos.
Por eso apoyamos este proyecto de ley, y porque además forma parte de una nueva acción destinada a romper la matriz de la elaboración de noticias que viene modelando la opinión pública con el objeto de imponer, por sobre el poder de la democracia, un poder que se siente por encima de los representantes del pueblo.
Hay manifestaciones claras de cómo los diferentes sectores del poder concentrado y sus aliados políticos se enfrentan a estos nuevos proyectos y leyes. Las cautelares en contra de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales son una manifestación clara de esta situación y aún no podemos tener en el país, a pesar de que el debate fue intenso en las dos Cámaras, la vigencia plena de esta herramienta fundamental para la vida democrática y para el nuevo país que queremos.
No caben muchas dudas sobre la importancia que tiene el papel para diarios, e incluso el multimedios Clarín lo ha manifestado al decir: “el gobierno quiere quedarse con el monopolio del papel para diarios”, dando cuenta de que esa concentración existe y que son ellos los que lo manejan a su antojo.
Consideramos que esta ley consolida este proceso de democratización de la información y del proceso de la comunicación en el país. Por lo tanto, a nuestras organizaciones gremiales y sociales vamos a defenderlas en la calle y en todos los estrados en los que logremos participar.
También se esgrime como argumento que este proyecto, como la ley de medios y otras medidas del Estado nacional, es un ataque a la libertad de prensa; cuestión que se desbarata fácilmente con el simple hecho de leer las portadas de los diarios, escuchar cómo algunos periodistas editorializan mintiendo y diciendo lo que se les da la gana en contra del gobierno, pero también de los trabajadores y los dirigentes políticos que opinan libremente o que si quiera osan en no obedecer las líneas que se bajan desde los multimedios concentrados de la información.
Los trabajadores de prensa y los periodistas de gráfica como es mi caso , sabemos que esos mismos medios que se suben al púlpito de la división de poderes, la democracia, la República, la ética y la moral, ejercen una verdadera dictadura puertas adentro de sus medios de comunicación. Los periodistas no tenemos la posibilidad de expresar libremente nuestras ideas sin que corramos el riesgo de perder el empleo. Empleo que, muchas veces, es en negro, con monotributo y con evasiones a los aportes del sistema de la seguridad social. Estos son los mismos que hablan de ataque a la libertad de prensa con hipocresía e impunidad.
Por eso creemos que la pelea es de fondo, hoy tiene forma de proyecto para declarar de carácter público el papel para diarios, pero va mucho más allá y los trabajadores de prensa hace tiempo que nos dimos cuenta a pesar de que nos quieran encerrar solamente en el rol reivindicativo que también tienen que cumplir nuestras organizaciones sindicales , no importa si pertenecemos a la CGT o a la CTA como en nuestro caso.
Además, pedimos una mayor protección para las comisiones internas, que son donde se expresan las políticas activas del sindicato y las verdaderas guardianas de nuestras líneas de acción y pensamiento político.
Está bien que en el proyecto se señale y discrimine la importancia de las etapas de producción, distribución y comercialización, porque debe garantizarse la cantidad necesaria de papel para el abastecimiento adecuado, pero además que llegue a todo el país y en condiciones equitativas para todos los medios.
Eso quiere decir que no deben ser iguales para todos sino mejores condiciones para los que menos posibilidades económicas y de compra por escala tienen. De otra manera, no será posible garantizar que el insumo llegue y esté a disposición de todos.
Los pequeños medios del interior tienen demasiados inconvenientes para poder subsistir como acá se ha dicho en varias oportunidades sin la asistencia de una cuota de la pauta oficial de gobiernos locales o del propio Estado nacional.
Por lo tanto, nos parece necesario que mientras se discutan estos importantes proyectos, también se comience con la discusión de una distribución de la publicidad oficial, que garantice pluralidad de voces y diversidad de líneas editoriales con diferentes pensamientos para ponerlas a disposición del pueblo, con la condición, como lo establece la ley 12.908 que es el Estatuto Profesional del Periodista , que los medios y las empresas que accedan a la cuota de la pauta oficial cumplan con las legislaciones laborales vigentes.
Sabemos que es una discusión que, sin dudas, tiene un alto contenido político, pero también lo tienen todas estas leyes, y los tiempos que vive la Argentina hacen que el debate y la confrontación de ideas no sea solamente necesaria sino inevitable.
En este punto queremos señalar que los trabajadores de prensa deberíamos tener y pedimos una participación porcentual, aunque sea mínima y controlada por el Estado de esa pauta oficial para destinarla a la formación de cuadros políticos y periodísticos que nutran nuestros propios medios de comunicación o los comerciales, pero con una mirada integral de lo que significa la información para todos y cómo debe ser tratada.
Los multimedios forman sus propios cuadros periodísticos y políticos, porque eso es lo que hacen: política desde el periodismo, desde las páginas de los diarios u otros soportes informativos; y nosotros, los trabajadores y las organizaciones libres del pueblo, no estamos en condiciones hoy de acceder a la posibilidad de montar nuestros propios centros de formación.
Entendemos que, además de política y económica, esta batalla es cultural, y debemos estar preparados para cambiar la forma en que se comunica en el país; cada periodista debería entender para quién escribe lo que escribe y a quién defiende cuando se prende de los discursos que no defienden sus intereses.
Por eso, creemos que el Consejo Federal propuesto en el proyecto para controlar la elaboración, distribución y comercialización del papel de diarios, además de la participación de los sectores que representan a los lectores también debería tener la de los trabajadores. Necesitamos garantías para participar de este nuevo proceso que se propone para el manejo de este nuevo soporte vital, que debe ser propiedad de todos.
Finalmente decimos que esta es una pelea que incumbe a todos los sectores y principalmente a los señores diputados, senadores y miembros del poder político de la Argentina, porque si no logramos romper la matriz que engendró este monopolio, el país va a seguir debatiéndose en una realidad artificial, inventada y manipulada.
El poder político es también víctima de esta realidad y se equivocan los que creen que con el dueño o el patrón de esta historia se puede pactar o acordar.
Ya lo saben muchos de los que estuvieron en el poder en la Argentina. Más tarde o más temprano, solamente prevalecen los intereses y los beneficios de los que nunca tuvieron empacho alguno en pactar hasta con el demonio. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra la licenciada Noemí Falco, del grupo La Matriz.

Sra. Falco.- En primer lugar quiero agradecer que los medios del interior hoy podamos tener acceso a este lugar, lo que indica que nos están teniendo en cuenta por primera vez en la historia.
En realidad, iba a decir muchísimas cosas; pero como el 90 por ciento ya ha sido dicho, voy a ser muy breve.
En función de todo lo que pasó en este país en términos de prensa, nuestra revista Matices, del Grupo La Matriz, surgió como un producto que dio lugar a una empresa.
Nuestra revista nace en 1990, cuando ya se notaba seriamente el vacío de medios de prensa en todo el país. Córdoba, en particular, que ha sido tan revolucionaria y tan contrarrevolucionaria en algunas situaciones, tiene hoy, y desde los años 90, una escasez enorme de medios, pese a su enorme patrimonio histórico, cultural, productivo y social. Estos vacíos que se fueron generando dieron lugar a expresiones como la nuestra.
Voy a hablar desde las dos facetas que me involucran. Como hice la carrera de Ciencias de la Información, siento el compromiso con la comunicación social, y también me formé en Ciencias de la Información en Córdoba durante los años 70. Mi carrera, que era de cuatro años me costó diez terminarla, porque las fuerzas políticas de ese momento eran de una enorme efervescencia y se cerraba la facultad permanentemente. Por eso cuando digo estas cosas, lo hago en nombre de mucha gente que quedó en el camino y no pudo hacerlo.
Como buenas estudiantes de comunicación soñábamos con un medio propio; sueños que naturalmente tuvimos que resignar a la hora de crear algo que representara una opción del diario tradicional. No podíamos hacer un nuevo diario que apuntara –como al principio- a algo similar al diario El Tiempo de Córdoba y tantos otros que hicieron historia en nuestra provincia.
Encontramos que la salida podía ser la revista típica de distribución gratuita, puerta a puerta. Pudimos hacerlo, nos costó prácticamente quince años consolidarnos; fue durísimo, no sólo por el tema del papel, que es el tema que nos ocupa acá, sino por muchas otras crisis que atravesó este país.
Solventar una revista que hoy tiene cien páginas exclusivamente con publicidad privada fue toda una odisea, más aún cuando, como editora, no podíamos vender nuestras ideas. Nuestras ideas tenían que ser siempre lo que habíamos pregonado desde nuestras épocas de facultad. Lo pudimos hacer, resignando contenido en pos de publicidad.
Hoy reconocemos que tenemos una revista que tiene alrededor de cien páginas, en algunas ediciones más, con un 60 por ciento de publicidad. No obstante, tenemos 32 mil ejemplares en la calle en el sector noroeste de la ciudad, y actualmente intentamos hacerlo en el sector sur de la capital.
Hemos venido ocupando un espacio que está faltando en cuanto a los medios tradicionales de la capital. Por eso, este proyecto de ley que la presidenta de la Nación ha presentado nos parece vital, porque creemos que va a ir desarrollando las nuevas perspectivas periodísticas que están necesitándose en Córdoba, y me imagino que en el resto del país o en el “interior del interior”, como decía el coterráneo de Alta Gracia.
Remarco particularmente la valentía de la presidenta de inmiscuirse en un tema como éste. Además, como comunicadora, quiero referirme a que esta es la primera vez que nos remitimos a lo establecido en la reforma constitucional del año 1994: el derecho a la información. Creo que esa aplicación que se introdujo en la Constitución nunca se llegó a garantizar.
El tema del papel y de garantizar que el Estado intervenga seriamente para poder facilitar un precio y condiciones igualitarias a todas las revistas y diarios del interior, es fundamental. Recién ahí vamos a estar garantizando este derecho a la información. Además, la ley de medios es otro elemento que hace a la variedad y diversidad de opiniones.
Nosotros observamos que en Córdoba hay intelectuales brillantes, gente interesantísima y hoy no tienen medios donde escribir; estos últimos son escasísimos. Nosotros, por ejemplo, tenemos una edición mensual. De hecho, si fuera por el contenido y el papel nos pudiera facilitar otros niveles de precio y otro tipo de condiciones, tendríamos muchísimo material para publicar.
Hay otro tema que no podemos dejar pasar y que es la influencia que tienen los medios en estas localidades. No quiero ser redundante, porque ya han hablado de esto muchos maestros del periodismo y editores de toda la vida, pero lo quiero resaltar, porque si no parecería que somos injustos con esta gente que ha dado una enormidad de cosas.
Nosotros hoy tenemos una diversidad de temas que deberíamos multiplicar, porque son las ideas que siempre hemos querido llevar a cabo. Hoy en día nos cuesta muchísimo ir contra la corriente. En Córdoba son escasísimos los medios, y muchos menos los que apoyan proyectos como estos. Somos una especie de mosca en la leche. Entonces, nos cuesta mucho trabajo tratar de imponer estas ideas. Nos parece que cuantos más medios haya son más las ideas que van a prosperar; son los diferentes grupos sociales los que necesitan sus propias voces. Hoy la escasez de medios es realmente notable.
En una oportunidad intentamos hacer una revista para empresarios que no fuera la clásica revista de empresarios que creen que son el ombligo del mundo, sino de los típicos empresarios pyme que están al lado de sus trabajadores. En realidad, hoy no hay diferencia entre un propietario pyme y sus trabajadores. Estamos todos tratando de que la empresa sea la que salga a flote y de que continúe y sobreviva. Lo mismo sucede con los medios de comunicación.
A raíz del tema del papel, nos resulta dificilísimo entrar en otras áreas de la comunicación y abrirnos en otros lugares y barrios, y me imagino que es lo mismo que sucede con otras comunidades.
Por lo tanto, me parece que este proyecto tiene que ser defendido de la manera más enérgica posible. Creo que este es el momento y la coyuntura histórica para que se puedan escuchar todas las voces, porque de lo contrario, la verdad, de la que hablaba algún compañero, que pretende llegar a todos los lugares, no llega. La verdad que existe en las pequeñas localidades del interior y hasta en grandes zonas regionales de las capitales es la que a diario vamos construyendo los periodistas, editores y redactores con la misma gente. Esa es la verdad de cada lugar para que exista la diversidad, que es la diversidad de todos.
Por lo tanto, señora presidenta, les pido que no aflojen con esto, porque nos parece que es el inicio de un nuevo capítulo para los medios en la República Argentina. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- A continuación hará uso de la palabra el señor Alberto Chiarello, del Diario Formosa.

Sr. Chiarello.- Señora presidenta: en primer término quiero aclarar que no vengo en representación del diario en particular, pero puedo contar su historia y la de otros periódicos. He trabajado en varios diarios y también soy locutor nacional. Luego de mi exposición en este auditorio me iré a la marcha por la ley de medios.
He vivido durante veinticinco años en Buenos Aires, en La Recoleta, y de allí me fui a Formosa, donde la realidad es totalmente diferente. La visión que tenemos desde aquí es distinta a la que tenemos desde allá. El país no termina en la General Paz. Muchas veces nosotros vemos, a través de esta bendita o maldita globalización, hablando específicamente de la ley de medios, que las radios de Formosa, por ejemplo, pasan exclusivamente una señal de Buenos Aires, mientras que en un lugar de esa provincia la gente sólo se informa del paro de subtes o de taxis en la Capital Federal, o bien del corte de la Panamericana por la marcha de Craft.
Y no se enteran de lo que pasa en Formosa.
La ley de medios viene a corregir eso, aunque ya no se trata justamente de un decreto de la dictadura sino de una ley de la democracia votada aquí en el Congreso, en donde los medios del interior, y de todos lados, están obligados a tener determinada cantidad de horas de producción local por día. Esto implica contratar periodistas como yo, contratar locutores como yo o como tantos otros que debe haber por acá, contratar operadores de radio, contratar gente, generar trabajo; y no lisa y llanamente bajar una señal de Radio 10, Radio Mitre o de cualquier cadena.
Yendo específicamente al caso de Papel Prensa, escuchaba a los dueños de diarios, a Pirillo, ex dueño de La Razón, y me parece muy importante esta participación que también tenemos los medios del interior.
Además antes de ir al tema del papel voy a ir al del cable, porque también tiene que ver con el grupo Clarín. Yo trabajé en un cable, por eso me fui a Formosa y vi como la misma política de apriete que mencionaron acá con el papel, discriminándoselo a determinado diario del interior si no publicaba su verdad y nada más, se aplicaba en el fútbol, que ahora está estatizado o es de todos, y antes era exclusivamente de un determinado grupo que también era el grupo Clarín.
Entonces, he visto cómo en el cable con treinta o cuarenta mil abonados, que para allá era mucho, llamaban y le decían al empresario que le compraban el cable, y él que era de una empresa familiar, que empezó de abajo, cableando dos o tres cuadras por día, decía que no que quería vender. “Bueno, pero te lo compro igual”, le decían, y contestaba: “No quiero vender.” A la semana –con el mismo modus operandi lo llamaban y le decían: “No te vendemos más el fútbol.” El hombre sin fútbol veía cómo sus abonados empezaban a irse, porque el cable vale por la cantidad de abonados que tiene. Al mes lo llamaban y le decían: “¿Cuánto cuesta tu cable?”; costaba diez millones de dólares. “Entonces, te lo compramos en cinco millones; vendelo ahora, porque si no desaparecés”.
Así compraron todos los cables del interior y lo compraban como Multicanal, o como Cable Visión, y de esa forma se dividieron el país, y muchas empresas familiares, netamente provinciales, tuvieron que vender. La plata la malgastaron o la invirtieron en otra cosa, pero el esquema de dominación que avanzó en cada provincia fue impresionante.
Hoy tenemos un Multicanal o un Cable Visión en cada una de las ciudades de la Argentina, y no lo vieron; mi familia que vive acá no vio ese avance, esa dominación que hubo en el tema de los cables, pero también en el de los diarios y el fútbol.
Ahora, a través de distintas leyes se están corrigiendo asimetrías y se las disfraza con una guerra entre los Kirchner y el grupo Clarín, Magnetto o los hijos apropiados por la señora de Noble, pero va mucho más allá. Me parece que lo que se está buscando –y yo no soy kirchnerista es corregir asimetrías; corregir beneficios que se dieron en determinado momento a determinados grupos corporativos, no importa de qué signo político era el gobierno, si era un gobierno de facto, mejor, y de esta manera iban consiguiendo lo que sea, hasta los hijos. Por ejemplo, respecto de la pesificación de la deuda del grupo, que era de 3 mil millones de dólares, se la pesificaron uno a uno; a nosotros no.
Esos beneficios, esos acomodos, esos privilegios son lo que ahora se están corrigiendo. Por eso me parece importante que esto lo voten los legisladores de todas las provincias. Lo dijo alguien por aquí, y yo invito a los legisladores de las provincias más chicas, como Formosa, Chaco o Corrientes, a que lo hagan. Me parece que un legislador que representa a esas provincias no puede negarse a votar una ley en la que se democratiza la distribución del papel; si lo hace estaría votando en contra de los diarios de las provincias. En la capital de mi provincia hay cinco diarios: uno oficialista, otro opositor, otro está en el medio, otro imprime de vez en cuando si tiene papel. Hay diversidad de opiniones y es importante que exista, así como también que haya diarios y no solamente en mi provincia.
Escuchaba a la señora de Córdoba que decía que hay pocos diarios, una provincia tan grande con tan pocos diarios, y una provincia tan chica como la nuestra que tiene muchos.
Hay otros diarios en Chaco, Misiones, Corrientes y en tantas otras provincias que se merecen que este papel sea más democrático. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Néstor Miguel Gorojovsky de la Revista Política para la Independencia y la Unidad de América latina.
Les comento que es el anteúltimo orador.

Sr. Gorojovsky.- Agradezco la posibilidad que me dan de hablar y de ser el anteúltimo orador, así podemos irnos rápido a la marcha.
Voy a ser breve. El memorial de injurias y maltratos que se ha escuchado aquí casi debería obviar toda intervención ulterior. Así que yo no voy a dirigirme a los acá presentes; voy a dirigirme, a través de la versión taquigráfica, a aquellos legisladores que por un mal entendido ejercicio de lo que es la acción democrática y parlamentaria, ejercen su derecho a vaciar una audiencia pública sin darse cuenta, sin embargo, de que hay algo que va más allá de la mera formalidad jurídico-legal y del reglamento que autoriza ciertas cosas.
Dirijo la Revista Política para la Independencia y la Unidad de América latina, que es importante en estos momentos en que los argentinos sabemos aun aquellos que se oponen históricamente a la reunificación con el resto de los países de América latina , que nuestro país no tiene salida real si no es en unidad con el resto de los países de América latina.
Esta conciencia común debería primar por encima de toda consideración, en particular cuando se toma en cuenta que los grandes medios monopólicos de todos y cada uno de los países latinoamericanos han estado batallando, no ahora, no desde el proceso, no desde el siglo XX, sino desde mediados del siglo XIX, por fomentar la división de los latinoamericanos.
En el caso argentino, la situación es realmente dramática. Este actual monopolio de la comunicación y de la prensa que los argentinos toleramos o soportamos, que se ha impuesto por estos mecanismos que tanto nos horrorizan, no es ninguna novedad.
Yo me permito recordar y llamo la atención a aquellos legisladores que no están acá especialmente , que este monopolio no ha hecho más que reproducir, en el último cuarto del siglo XX, la práctica del primer gran monopolio mediático informativo que hubo en la República Argentina: el del diario La Nación.
El diario La Nación fue conducido por Bartolomé Mitre después de que dirigiera las campañas de exterminio de los argentinos y paraguayos, que le dieron sentido histórico a su gobierno; el diario La Nación fue el guardaespaldas que se puso Mitre para convencer a los argentinos que había sido una acción noble y buena, y en beneficio del conjunto del país.
Tenemos tradición, y no es casualidad que hoy tengamos del lado de enfrente a un Mitre nuevamente; esto no es una casualidad, esto está en los genes de la historia argentina.
Les reitero a los legisladores que aquí no están: entérense de qué lado se han puesto. Se han puesto del lado del señor que puso un diario para que nadie supiera que en las provincias donde fueron sus tropas se quemaba a la gente viva porque no se tomaban prisioneros. Vayan y pregúntenle a los riojanos; eso es lo que estamos enfrentando.
Por eso quieren tener el monopolio que quieren tener, porque no operan como un monopolio y nunca operaron como un monopolio de prensa, operaron como un ejército de ocupación; y no hay ejército de ocupación que tolere competencia.
Este es mi único mensaje, breve y directo a aquellos que aquí no están, porque los que estamos aquí de un modo u otro tenemos cierta conciencia de esto, y por eso estamos presentes. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Gabriel Fernández, director de La Señal.

Sr. Fernández.- Gracias por la invitación y por escuchar.
Después de varias experiencias en medios de circulación nacional, me lancé con un grupo de periodistas y gráficos a la realización de dos experiencias profesionales en tabloide, con carácter genuinamente independiente en lo comercial y alta calidad en la concreción: La Señal y Question Latinoamérica.
El primero, a un color, está orientado a la cobertura de la actualidad nacional y análisis de los complejos procesos que enlazaron el siglo anterior con el presente. El otro, a cuatro colores –un medio hermano al de Néstor-, destinado a la promoción y al estudio de la realidad latinoamericana en este período de unidad y potencia, como bien decía Martín al comienzo de estas audiencias.
Los dos medios contaban con excelentes periodistas, un apreciable número de lectores -que hoy siguen la producción por internet- y una publicidad acorde a tiradas que superaban los diez mil ejemplares, promedio.
Cuando todo preludiaba una subsistencia digna, sin afán de obturar otros productos periodísticos, las crecientes dificultades para acceder al papel en tiempo y precio razonable fueron deteriorando esas experiencias.
Esta es la realidad, como han escuchado ustedes, que viven miles de publicaciones populares en la actualidad; miles de fuentes de trabajo y de información que arañan la subsistencia con dificultades o desaparecen ante la imposibilidad de afrontar los costos.
Más allá de un tema u otro, de una orientación editorial u otra, esta es una cuestión de censura social de miles de personas.
La perspectiva abierta por el nuevo proyecto de ley implica -lejos de maniatar medios ya existentes-, la continuidad de muchos y la apertura de otros. En este punto se encuentra en consonancia con algo que hablamos aquí en otra ocasión respecto de la ley de medios, que ofrece esa posibilidad en diales y pantallas. Más referencia, más información, más cultura, más investigación; no menos, como están diciendo.
Es probable que en ambos casos, lo que se observe como cuestionamiento no sea otra cosa que un terror profundo a la competencia, curiosamente enarbolado por quienes dicen sostener un ideario liberal.
Si no hay eliminación de medios, sino potenciación de otros, por qué no se permite que en la cancha se vean los pingos.
Como contracara, desde lo mejor de nuestro periodismo nacional, Arturo Jauretche sólo pide, igualdad y largamos.
No queremos ningún tipo de prebenda especial, ni subsidios ni nada por el estilo. Lo único que queremos es tener condiciones adecuadas. Necesitamos acceso a los insumos y a las licencias, a los lugares de distribución y a la publicidad en condiciones equivalentes, no más que eso.
Es curioso que medios de larga trayectoria, como se ha dicho, con fuertes finanzas y clara instalación, se nieguen a competir con otros de menor estructura.
Conociendo el paño podemos decir que es muy probable que teman el desarrollo de aquellos medios que enlazan con lo mejor de nuestra historia -no sólo Jauretche, sino también Rodolfo Walsh y Scalabrini Ortiz, entre tantos otros-, y teman competir con aquellos medios que tienen miradas diferentes sobre la vida. Tienen miedo a las decisiones de la población.
Es curioso lo que está pasando aquí. El Estado está interviniendo en la República Argentina para garantizar que la competencia sea libre, y los que quieren el monopolio piden al Estado que intervenga para garantizar que no exista la competencia. Algo verdaderamente antiliberal, podrían decir aquellos que defienden ese ideario.
Finalmente, después de tanto tiempo y de tanta tempestad, venimos a entender una verdad sencilla, puesta en duda largo tiempo. Los que ganan no son siempre los mejores. A veces son aquellos que supieron torturar a la persona indicada en el momento indicado. Yo sólo pido que se haga justicia. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Hemos terminado con la lista de oradores de la cuarta audiencia.
El jueves próximo, un poquito después de las 10 de la mañana empezamos con la última y quinta audiencia sobre los dos proyectos que están en consideración: el del Poder Ejecutivo que declara de interés público la producción, comercialización y distribución de pasta de celulosa para el papel de diario,
y el proyecto del señor diputado De Marchi por el que se propone la venta de las acciones de Papel Prensa por parte del Estado.
Las versiones taquigráficas del resto de las audiencias irán siendo colgadas en la página web de la Cámara, al igual que la televisación de las audiencias públicas.
Para la audiencia del jueves sigue abierta la convocatoria para que más diarios y voces puedan ser escuchadas en este ámbito.
Damos por finalizada la audiencia pública del día de hoy.
- Es la hora 18 y 11.

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los treinta días del mes de septiembre, a la hora 10 y 35:
Sra. Presentadora.- Tengan ustedes muy buenos días. Les doy la bienvenida en nombre de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Nos encontramos aquí reunidos para llevar a cabo la última jornada de audiencias de carácter público convocadas por la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara y por su presidenta, la señora diputada nacional Juliana Di Tullio. Las mismas han tenido como eje central del debate el tema del papel prensa. Como he dicho, hoy es la última jornada en que se celebrará esta audiencia pública.
Voy a dar lectura de la convocatoria que dio origen a esta audiencia. Dice así: “Autoridad convocante. La Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.
“Objeto. Consideración de los expedientes:
“24 PE. 2010 (TP. N° 121).- Mensaje número 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010 por el cual se declara de interés público, la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
“6.422-D.-2010 (TP. N° 124).- De Marchi: de ley. Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámase a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
“Fecha, hora y lugar de celebración. La Audiencia Pública se llevará a cabo en el Auditorium de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010, desde las 10 hasta las 18 horas.
“Normativas. Se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
“Vista de los expedientes, inscripción para ser participante y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia. Los interesados, podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la Audiencia Pública a través de la página Web de la Honorable Cámara de Diputados: www.hcdn.gov.ar
“La inscripción de los participantes se llevará a
cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010, en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso segundo, Oficina 211 (Presidencia) u Oficina 108 del primer piso (Sede Administrativa), Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados también podrán inscribirse, por e mail a: ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188 o al 6310-7100, interno 2110. Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento en soporte papel (hasta doce páginas tamaño A4) y en soporte CD.
“Publicación de las ponencias realizadas durante la Audiencia Pública. En la Audiencia Pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación: www.hcdn.gov.ar”
A continuación escucharemos a la señora diputada nacional Juliana Di Tullio.

Sra. Di Tullio.- Buenos días a todos y todas. Agradezco la presencia de los expositores, del público en general y de la señora diputada que acaba de llegar. En este momento hay varias reuniones conjuntas de comisiones, por lo que estamos esperando a los señores diputados que están participando de ellas para que vengan a esta audiencia pública.

Esperamos la presencia de todos los señores diputados, si bien en general los integrantes de la oposición no han venido, los seguimos esperando.
Quisiera recordarles que cada expositor tiene diez minutos para su ponencia y que pueden dejarla por escrito. De todas maneras, contamos con taquígrafos en la sala y por lo tanto todas las presentaciones serán incluidas en la versión taquigráfica en la página web de la Cámara y de la Comisión de Comercio. Durante el transcurso de las exposiciones no hay lugar a preguntas.
En esta etapa de la mañana y hasta el receso a las 13 horas –o hasta que se terminen las ponencias- contamos con once expositores y continuaremos con los últimos dieciséis por la tarde.
Tiene la palabra el doctor Eduardo Barcesat, abogado, constitucionalista y docente de la UBA.

Sr. Barcesat.- Muchas gracias por la invitación.
Voy a formular dos bocetos y dos propuestas a propósito de la ley que declara de interés público la fabricación, distribución y comercialización del papel para diarios.
El primero de esos bocetos se refiere al sentido de la información, del saber en general y el segundo estará destinado a la idea de la igualdad ante la ley.
Voy a remontarme un poco en el tiempo, unos dos mil años antes de nuestra era, en aquello que consideramos la cuna de la civilización de Occidente donde se generaron leyendas indocumentadas que intentaban normalizar la conducta allí donde no había un aparato de Estado muy eficiente; me refiero a la sociedad griega.
Si uno recorre esas creaciones mitológicas, me refiero a las leyendas indocumentadas de Tántalo, de Prometeo y de Sísifo, los bienamados de los dioses son sin embargo condenados a suplicios inenarrables, casi imposibles de ser asimilados por su crueldad. ¿Cuál era el pecado que habían cometido los bienamados de los dioses? Habían pretendido apropiarse de la antorcha del saber.
El gran desafío a los dioses léase a los poderosos es apropiarse de la antorcha del saber, democratizar y llevar al pueblo esa antorcha, ese conocimiento, factor fundamental para la condición humana.
Podría proseguir este relato recordando también que el árbol del fruto prohibido del relato bíblico no era por cierto el árbol de la sexualidad; el fruto prohibido era el del árbol del saber y la condena proviene también de haber pretendiendo apropiarse del saber desafiando a los dioses –léase, a los poderosos.
Más luego, ya en la historia social, advertimos que el conocimiento se va convirtiendo paulatinamente diría de manera irrefrenable- en el valor más preciado en la producción de mercancía y prestación de servicios.
Si el conocimiento es aquello que posibilita abreviar el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mejores mercancías y mejores servicios, evidentemente se ha convertido en el valor más importante de aquello que reconocemos como fuerza del trabajo.
Reducir el tiempo de trabajo socialmente necesario es incrementar el conocimiento, pero para hacerlo hay que posibilitar el acceso uniforme a dicho conocimiento. Es decir, que en la dimensión de lo universal –en el todos o el para todos que predica la semántica constitucional- se pueda configurar efectivamente ese acceso al conocimiento y a la información.
Voy a tomar el Paradigma de Habermas de acción comunicativa cuando refiere y expresa: no nos relacionamos con las cosas, a propósito del conocimiento, nos relacionamos entre seres humanos y a propósito del conocimiento. Y según sea la forma de esta relación será el resultado de la práctica.
Es decir, será una práctica democrática si la forma de acceso es democrática o será autoritaria, si los conocimientos vienen informados en una cierta verticalidad direccional o respondiendo a intereses particulares mal presentados como interés general de la sociedad.
Concluyo con la afirmación relacionada con la información que pudo introducirse dificultosamente con un arduo debate en la Convención Constituyente de 1994. Me refiero a la cláusula 42 de la Constitución cuando se refiere a derechos de usuarios y de consumidores y expresa la obligación de brindar información veraz y adecuada.
Quiero recordar a quienes no hayan presenciado o leído los debates que originalmente la cláusula elaborada en la Comisión de Nuevos Derechos no tenía esta mención. Fue un trabajo casi sobrehumano lograr que en la sesión plenaria se introdujera el recaudo de información veraz y adecuada como uno de los derechos que integran los derechos de usuarios y consumidores.
¿Qué se oponía a esta formulación que parece tan inocente o tan desprovista de implicancias constitucionales? El lobby de los medios de comunicación que rodearon y presionaron a la Convención Constituyente. Repito, conseguimos introducirla en el último minuto del debate de la sesión plenaria ya que no había podido lograrse durante la discusión en la comisión específica.
Por lo tanto, esto demuestra la importancia que tiene tanto en su significación económica como institucional el acceso a la información, a la distribución, circulación y consumo de la información con ese deber de proveer una información veraz y adecuada.
En cuanto a la igualdad de condiciones para el acceso al derecho de la información, también en este punto me voy a remontar dos mil quinientos años atrás pero esta vez para mencionar a un conocido filósofo, Aristóteles.
Quiero aclarar que la mención que voy a hacer no está en algunas ediciones de la obra Ética a Nicómaco, sino que me guié por The Great Book, La Enciclopedia Británica, que cuenta con dos expresiones que no aparecen en otras publicaciones de la obra de Aristóteles. La expresión “lucha de clases” y la que tomo ahora relacionada con que si un derecho igual se aplica a aquellos que están en condiciones desiguales de existencia real, el derecho igual lo que hace es profundizar la desigualdad real.
El derecho tiene que ser desigual para posibilitar una igualdad real en las condiciones de existencial social. ¡Vaya que se adelantó Aristóteles!
Ahora quisiera hacer otra cita con un poco más de humor. Me refiero a una de Anatole France, el gran historiador de la Revolución Francesa, cuando proclamaba: “La ley francesa es igualitaria. Prohíbe a todos, tanto a los ricos como a los pobres, dormir bajo los puentes de París.”
Queremos una ley que sea igualitaria tal como dice el proyecto del Poder Ejecutivo en su artículo 2º, inciso b). Es decir, que todos los medios pueden acceder en igualdad de condiciones a este servicio, a este insumo esencial que es la provisión del papel, soporte material de la palabra y que por lo tanto implica el conocimiento, la información en igualdad de condiciones en su distribución y consumo.
Tengo dos sugerencias para formular. La primera de ellas es que en los extensos fundamentos del proyecto por cierto brillantes se agregue el artículo 42 de la Constitución nacional en cuanto expresa el deber de proveer información veraz y adecuada, ya que si hay algún lugar donde debe ser exigido, ese lugar es precisamente el de la información pública.
El segundo aporte que quiero hacer, sería que en el órgano federal o consejo consultivo que va a colaborar con la comisión bicameral de seguimiento de esta iniciativa legisferante se incorpore a los usuarios y consumidores de información, para que no solamente los productores de información estén representados en dicho órgano sino también aquellos que consumen la información y de esta manera pueda darse el circuito completo.
Finalmente, retomando la imagen inicial, invito al Honorable Congreso de la Nación a que tome la antorcha del saber, que sirve para iluminar y no para quemarse. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Antes de otorgar el uso de la palabra al próximo orador, la Presidencia cumple en informar que en estos momentos se está realizando en el Chaco el tercer foro sobre Papel Prensa, con la presencia del Ministerio de Economía y los diarios de dicha provincia. Este foro, al igual que otros que se están llevando adelante en el país, contribuirá con su aporte al marco normativo que acompañará al proyecto de ley.
Tiene la palabra palabra el señor Juan Amarilla, quien ha venido en representación del diario El Comercial, de Formosa.

Sr. Amarilla.- Señora presidenta: soy un pequeño editor de Formosa. Ingresé a esta profesión, a la que tuve la suerte de integrarme desde las bases porque fui canillita de otro medio, hace dos décadas.
Quiero reseñar la historia de la lucha que hemos librado desde el nacimiento de nuestro diario –allá por la década del 90 por obtener el insumo básico. Rescato el trabajo realizado por el editor de Ámbito Financiero, el señor Ramos –hoy desaparecido , a quien tuve el honor de acompañar en aquella época en esta lucha en la que ahora, por suerte, se ha involucrado el gobierno nacional.
Formábamos parte de un pequeño grupo que no tenía acceso a un cupo de Papel Prensa. El señor Ramos encabezaba esa guerra virtual que hoy, cuando desgraciadamente ya no está entre nosotros, continúa, porque era no sólo por el insumo básico para la producción del diario sino también por el formato electrónico.
También recuerdo sus peleas virtuales por la transmisión de los partidos. Digo “virtuales” porque éramos pocos; en el caso de la guerra contra TyC, por ejemplo, la lucha fue casi en soledad.
A partir de aquella embestida del señor Ramos, con la que él no se benefició los beneficiarios fuimos los pequeños editores, y en este punto recuerdo la participación del señor Linari, quien representaba la parte de pautas publicitarias , tuvimos la suerte de acceder a un cupo en Papel Prensa. Estoy hablando de mediados de la década del 90, cuando a partir de una negociación comenzamos a comprar papel.
Antes comprábamos las bobinas a los revendedores. Lo mismo le pasaba a Página 12, que compraba día tras día. Pero a partir de la obtención de ese cupo, por suerte siempre tuvimos papel. Pero no era suficiente; a veces, al ser un pequeño medio, teníamos que incorporar algún juego o promoción para incrementar la tirada. En esos casos, debíamos salir a comprar papel a los importadores; cuando surgió Papel de Tucumán, también le comprábamos a ellos.

De manera que la historia del papel y los insumos para los diarios ya la conocemos bien. Y sabemos lo crítico que es.
Por supuesto que a partir de 2001 cambió; la tirada disminuyó y ahí bajamos nuestra circulación y cerramos tres medios que teníamos: uno en Reconquista, que era el NEA; uno en Santa Fe a la mañana, que era el diario La Provincia, y un insert del mismo diario en Rosario, antes de que saliera El Ciudadano. Insisto en que para cubrir todo eso tuvimos que comprar el papel a revendedores.
Hago esta historia porque tengo que rescatar también que Papel Prensa nunca nos dejó de vender, pero siempre nos limitó en cuanto a cupos y condiciones cada vez más estrictas. Primero teníamos treinta días y pagábamos con cheques. Después teníamos que pagar por adelantado y posteriormente mediante transferencias. Esa es nuestra realidad.
En 2003 comenzamos a mejorar nuestra tirada y empezamos a pedir aumento del cupo. Ahí tuvimos problemas. La economía empezó a mejorar y, por ende, se vendían más diarios. Ahí tuvimos que recurrir nuevamente a los revendedores, importadores y demás. Por suerte en 2008 comenzamos a hablar con algunos editores del interior y algunos locales aquí también, y pudimos constituir una cooperativa que vino a suplir ese vacío, que es DIPRA, de la cual somos integrantes, y ahí el flagelo del papel para nosotros pasó a ser una historia.
Mientras importamos no nos faltó papel. Y ahora, últimamente y milagrosamente, a partir de una movida de Papel Prensa también nos está ofreciendo un cupo mayor. No sé si es porque sobra papel o porque la política del gobierno les está abriendo la mente para vender a los pequeños editores del interior.
En 2003 ya veíamos lo que se venía porque nosotros mejoramos nuestra distribución y venta y teníamos el problema. Entonces propusimos, con un grupo de editores y gente que estaba en el gobierno y que hoy sigue estando, que el director de Papel Prensa tendría que ser alguien que estuviera en la actividad privada. Tengo testigos para documentar eso, es decir, lo que nosotros propusimos en 2003, cuando estaba el entonces diputado Dovena, al cual pedí una audiencia y que nunca tuve la suerte de que me atendiera.
Por supuesto que ahora con DIPRA estamos más tranquilos porque al poder importar el papel ya no es un flagelo. Ahora, por ejemplo, estamos mejorando nuestra distribución a través de promociones que estamos haciendo, y reitero que Papel Prensa ahora aparece con su propuesta.
Nuestra propuesta, para que los señores diputados la estudien, es que nadie sabe -yo por lo menos no lo sé- cuánto se está produciendo. Siempre decían que había falta. Papel Prensa decía que no producía para todos los editores y que por eso se importaba.

Yo no puedo saber si no tengo acceso a esos números y si no tengo alguien que me lo explique. No sé si hoy falta o sobra papel. Considero que saberlo sería la tarea de los directores o de aquellos que tienen participación en la empresa.
La sugerencia es que los diarios del interior participemos, aunque sea del control, si no tenemos participación accionaria. Si el Estado puede ocuparse y ayudarnos a ser parte -aunque sea con un porcentaje mínimo- creo que podría andar mejor y se podría controlar.
Con respecto a la empresa, tampoco sé cómo compra el resto. Nosotros no consumimos como los grandes editores de “La Nación” o de “Clarín”, pero creemos que los ciento setenta diarios chicos que somos debemos tener un cupo interesante para también tener buen precio.
Nuestra propuesta para los señores diputados es que participemos, no sólo en el área de control sino que nos den la posibilidad de hacerlo accionariamente.
De manera eventual, si hace falta papel y se sustituyen inversiones, que participe el Estado o que lo hagamos todos de una u otra forma para que se aumente la producción y se deje de importar papel.
Para finalizar, quiero rescatar que esta es una vieja idea de un pequeño grupo de editoriales, hoy ampliado ya que en DYPRA somos muchos más y estamos haciendo conciencia para seguir involucrándonos.
Si bien esta es la primera vez que estoy aquí y no estoy preparado, no quiero dejar de remarcar la posibilidad que nos dio el gobierno; estoy decidido a acompañar cualquier proyecto que mejore e integre a los medios del interior que estamos bastante olvidados no sólo por el problema del papel sino por la pauta publicitaria que es nuestro mayor problema.
Hoy puede haber producción, se puede importar y puede haber papel pero los diarios no recibimos pauta y también me gustaría que eso se incluya en el proyecto. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Héctor Amichetti, secretario adjunto de la Federación Gráfica Bonaerense.

Sr. Amichetti.- Buenos días a todos. Yo soy el secretario adjunto de la Federación Gráfica Bonaerense, entidad que representa a veintiún mil trabajadores que trabajan todos los días en aproximadamente dos mil quinientos establecimientos gráficos de Capital y Gran Buenos Aires, muchos de los que consumen el comúnmente llamado papel de diario.
En las distintas audiencias aquí hubo expresiones in extenso con respecto a las dificultades que tienen los medios en relación con el acceso en igualdad de condiciones a ese insumo básico. Nosotros sufrimos esta situación doblemente. Es decir, por un lado lo que tiene que ver con limitar la libertad de expresión y por otro, lo relacionado con las fuentes de trabajo.
Hemos visto que la información a través de los medios gráficos tuvo que competir con el correr de los años cada vez más duramente con lo que era la televisión. Por ello fue necesario que el producto gráfico que brindaba información fuera mejorando y aumentando, teniendo no sólo mayor calidad en su impresión sino también más contenido.
En este punto era fundamental disponer o no de papel, poder agregar suplementos, ampliar y dar diversidad de información y de contenidos. Quienes manejaban el papel podían lograrlo y crecer, quienes no lo hacían estaban condenados a achicarse, a no poder competir con los medios audiovisuales y a desaparecer o entrar en fuertes crisis. Allí perdimos muchísimos puestos de trabajo producto de esta situación.
Mientras que quien manejaba el papel ampliaba, mantenía y crecía en su tirada, quien no lo manejaba se achicaba y despedía personal. Esto también ocurrió en el Gran Buenos Aires con lo que eran los periódicos regionales tan arraigados a lo que eran las localidades de esa provincia. Quien tenía el papel podía sacar el suplemento regional determinado día de la semana e ir con información muy local.
De esa forma fueron desapareciendo muchos diarios históricos y tradicionales que también daban trabajo a los empleados gráficos de las distintas localidades.
En el camino quedaron diarios, partes de diarios como “Crónica” y sus ediciones vespertinas, el diario “La Razón” que después de vender las acciones de Papel Prensa presentó quiebra , desaparecieron diarios como “Tiempo Argentino”, “La Voz” y muchos otros de localidades del Gran Buenos Aires.
Asimismo quisiera referirme a otra ventaja que tuvieron quienes manejaban el papel y voy a marcar concretamente dos empresas. Una de ellas, el diario “La Nación”, que además de producir el diario incorpora trabajos comerciales y empieza a imprimir los folletos de los supermercados -trabajo que hacían otras imprentas que no pudieron competir- haciendo ese tipo de publicaciones dentro de su propia imprenta y aprovechando las condiciones favorables que tenía para acceder al papel.
La otra empresa es Artes Gráficas Rioplatenses, perteneciente al grupo Clarín del sector obra, que no sólo hace la revista “Viva”, sino también otro tipo de publicaciones y folletería para supermercados; en esas publicaciones siempre contó con la ventaja de poder acceder con privilegio al consumo de papel.
¡Qué casualidad! en las dos empresas se produjeron situaciones en las que se incorporó el sistema de la flexibilidad –no sin conflictos- tratando de abaratar los costos producto de los conflictos laborales.
Al igual que “La Nación” achicó personal, en Artes Gráficas Rioplatense durante el año 2004 por una situación de falta de respeto a los convenios laborales, se desató un conflicto y despidieron a más de cien trabajadores e inclusive a la comisión interna que hasta el día de hoy no ha sido reincorporada –utilizando los mismos mecanismos que utiliza el grupo para trabar jurídicamente todo lo que no les conviene, esto también lo hacen en el terreno laboral.
Es decir, que no sólo tuvieron la ventaja del papel –y la siguen teniendo en algunos casos-, sino que no respetaron las normas mínimas y básicas para competir en igualdad de condiciones con otras empresas que sí respetan las leyes laborales y la organización sindical; el mecanismo que utilizan es totalmente perverso.
Nosotros tenemos una cantidad de empresas muy perjudicadas por este tema del papel, casi todas son pymes. Contamos con un grupo importante de cooperativas, resultado de un gran esfuerzo y de una gran lucha por la recuperación de empresas.
El famoso proceso de las empresas recuperadas en nuestro gremio ha contado con el apoyo total de la organización sindical porque entendíamos que eran empresas que podían seguir con vida. Por esa razón, respaldamos a los compañeros para que las recuperaran, armamos una red de cooperativas gráficas –esta red está incorporada a Dypra- y batallamos en conjunto ya que varias de estas empresas recuperadas trabajan con el papel prensa y necesitan esa igualdad de condiciones.
Quisiera referirme a algo que tal vez no se ha remarcado lo suficiente. Estamos hablando de diarios de carácter nacional, de diarios regionales y del sacrificio de muchos diarios del interior pero también tenemos que referirnos a una parte muy importante vinculada con la libertad de expresión que son las publicaciones y los periódicos de las organizaciones del pueblo.
Es decir, organizaciones sociales, políticas y culturales; o sea que hay diversidad de publicaciones.
Quiero hacerlo en honor a nuestra experiencia, porque entiendo que la voluntad y las posibilidades están totalmente entrelazadas. Como gremio, hemos sido partícipes activos en la historia del diario que se conoció como La CGT de los Argentinos. Entre 1968 y 1972, publicó 55 números; cuando iba por el número 33, ya llevaba un millón de ejemplares vendidos. Se podía comprar en quioscos salvo los últimos números, que se vendieron en la clandestinidad, de mano en mano y tenía corresponsales populares.
Desde La CGT de los Argentinos se expresaba el pueblo, algo que jamás ocurría con los diarios comerciales. Se denunciaba a los monopolios, la corrupción, y se hacían investigaciones. Junto con nuestro secretario general, don Raimundo Ongaro, y la pluma brillante de Rodolfo Walsh, quedaba demostrado que con La CGT de los Argentinos era posible que el pueblo se expresara a través de su propia voz y no por intermedio de otras voces.
Creo que es una experiencia para tomar en cuenta. Por supuesto, hay infinidad de publicaciones con el mismo espíritu e igual sentido; pero chocan con la misma dificultad: en muchos casos, jamás pueden salir a la calle porque no están en condiciones de acceder al insumo básico, que es el papel. Es decir, está la voluntad pero no la posibilidad, porque no existe igualdad de oportunidades para que grupos de ese tipo puedan producir sus publicaciones. Como consecuencia de ello tampoco podemos conocer sus contenidos; es una oportunidad que nos estamos perdiendo al no poder salir esas publicaciones.
Fundamentalmente, quiero remarcar que este proyecto de ley alienta el entusiasmo y el espíritu de todos los que históricamente hemos defendido la plena libertad de expresión en un marco de igualdad de oportunidades, tomando inclusive –como decía el doctor Barcesat a quienes va dirigida esa expresión. Muchas comunidades necesitan que ese periódico, esa publicación que producen, refleje lo que sienten; por eso es importante que puedan tener opinión y que ésta tenga peso.
Somos muchos los que estamos involucrados en este enorme desafío de lograr que sean declaradas de bien público la producción, la distribución y la comercialización del papel. Los trabajadores gráficos lo apoyamos decididamente y nos comprometemos a participar toda vez que sea necesario para librar esta gran batalla que se ha abierto en defensa de la libertad de expresión. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra la señora Liliana Belforte, quien ha concurrido en representación de la Asociación Mundial de Radios Cooperativas (AMARC).

Sra. Belforte.- Señora presidenta: como miembros de un sector vinculado con la construcción de una mirada alternativa y comunitaria en materia de medios de comunicación, queremos agradecer a los diputados integrantes de la Comisión de Comercio la posibilidad de estar presentes en esta audiencia.
En primer lugar, quiero dar cuenta de lo que es AMARC y explicar por qué un sector vinculado con las radios comunitarias participa en esta instancia. En segundo término, deseo referirme a la cuestión específica que nos atañe y aportar distintas miradas acerca del proyecto de ley por el que se declaran de interés público la fabricación, distribución y comercialización de pasta celulosa y de papel para diarios en la Argentina.
La Asociación Mundial de Radios Comunitarias fue creada en 1983; desde entonces se ha constituido en un espacio de encuentro y de acción colectiva fundamental para debatir acerca de las políticas públicas en materia de comunicación.
AMARC es una red que tiene como protagonistas a radios, centros de producción y televisoras comunitarias. Hay muchos medios comunitarios que también están en línea con lo que planteaba el señor Amichetti; es decir que no sólo hay diarios sino también producciones vinculadas con organismos y movimientos sociales.

Por lo tanto, de ahí deriva la pertenencia de participar en estos espacios. Esta gestionada con procedimientos institucionales consensuados que obviamente lo que intentan es la promoción de la participación y la instancia de generar condiciones para incidir en esta tendencia a los procesos de democratización que tanto hacen falta, sobre todo en la región latinoamericana.
En ese aspecto, el lugar que entendemos como AMARC es la recuperación del sentido de la política, la construcción de relatos que acompañen y produzcan el cambio. Hoy AMARC en América latina cuenta con más de 400 asociadas y distintas representaciones nacionales que impulsan actividades en los diferentes países. Este año AMARC Argentina por primera vez en Sudamérica va a ser anfitriona de compañeros y compañeros que desde cualquier parte del planeta tienen la necesidad de compartir la certeza política y el entusiasmo e insistencia de lo que tantas veces se replica, es decir, esto de construir un mundo mejor. Nos vamos a encontrar en la ciudad de La Plata del 8 al 13 de noviembre, con la participación de más de mil ciudadanos y ciudadanas comunicadores sociales que intentan trabajar desde esta línea.
Algunos de estos proyectos que se vinculan en AMARC Argentina tienen más de veinte años. No voy a entrar en todo el detalle de lo que implicó porque muchos somos parte de distintos lugares de esta historia reciente de la Argentina. Obviamente nacieron a fines de la década del 80, pero sobre todo después de lo que significó la última dictadura en la Argentina o la institución de lo que ha sido el terrorismo de Estado en nuestro país.
Obviamente entendemos la concepción del rol político del campo popular de la cultura y especialmente lo vinculado con los medios de comunicación, que en estos últimos años y sobre todo en nuestro país a partir principalmente de 2000 para aquí fue la posibilidad de la aparición de nuevos sectores y voces, pero sobre todo vinculando y marcando lo estratégico de la comunicación como parte de la organización política.
Entendemos que si se quieren generar políticas que modifiquen los procesos de transformación y particularmente en lo que hace al campo de las comunicaciones, hace falta construir legitimidades que se definan no sólo por lo que se hace sino también por lo que se dice que se hace. En ese sentido, los medios de comunicación, sobre todo del sector comunitario, se han constituido como factores legítimos y canales de presiones para muchos sectores sociales excluidos o marginados que han sido privados durante mucho tiempo de ejercer legalmente ese derecho.
Me parece que la defensa de lo que es el derecho a la comunicación hoy se juega especialmente en dos campos sustancialmente importantes, que son el legal y el jurídico. Desde cada espacio, desde las redes que hemos conformado e incluso desde la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que en su momento participó de la generación de los 21 puntos que han sido los principios fundantes de lo que fue la sancionada ley de servicios de comunicación audiovisual, se ha emitido respecto del que tema que nos compete una declaración enmarcando un pronunciamiento y lo que es la declaración de interés público y la discusión vinculada con el tema de la fabricación, distribución y comercialización de la pasta de papel.
Tal como expresan una serie de principios elaborados por la AMARC para el marco regulatorio de la radio y la televisión, las libertades de expresión, de información y de comunicación son derechos humanos fundamentales garantizados por tratados internacionales a los cuales la Argentina en muchos aspectos ha suscripto y que deben ser reconocidos como tales por los estados que se consideran democráticos, a fin de contribuir de esta manera a la diversidad y el pluralismo en lo que es cualquier marco regulatorio.
Estos derechos e incluso el acceso justo y equitativo a los medios de comunicación -y aquí voy a entrar específicamente a la segunda parte de lo que hablaba, que es el tema en cuestión- deben protegerse y extenderse en el contexto de los rápidos cambios que hacen a la tecnología de la información y la comunicación.

En esta línea, la defensa de un acceso equitativo al insumo básico que requiere un medio gráfico para su funcionamiento constituye un punto en el que se materializa el derecho humano a la libertad de expresión.
Toda vez que se habla de la fabricación, distribución y comercialización de pasta de celulosa y de papel para diarios, se refiere a eso que se encuentra hoy concentrado en la Argentina en dos empresas propietarias de medios gráficos que explotan el beneficio de su posición dominante en el mercado en detrimento de la diversidad y de la equidad.
En ese sentido, al tratarse de un recurso cuya producción es cuasi monopólica y considerando que el Estado ha tenido una participación minoritaria como accionista desde la creación de la empresa que produce el mayor porcentaje de este insumo, entendemos que resulta indispensable discutir en términos de participación pública desde el ámbito parlamentario competente, pero también desde los diversos sectores de la sociedad.
Si bien no voy a hacer historia porque ha circulado mucho material en este tiempo -incluso las diferentes ponencias dan cuenta de que esta empresa fue creada en un Estado vinculado al terrorismo-, hay distintas maneras de entender el Estado. Para entender de lo que hablamos debemos ponerlo en un contexto porque también hubo gobiernos democráticos que tuvieron connivencia con este sector.
En ese sentido, la propuesta vinculada a la discusión del proyecto de ley de concebir la intervención estatal en pos de garantizar el derecho humano universal a la libertad de expresión y a la información por distintas vías, estaría en sintonía con las mejores prácticas internacionales, recomendaciones y estándares interamericanos vinculados a los derechos humanos.
Entendemos que es un paso relevante continuar en la senda de la modificación de un sistema de medios que se ha configurado sobre la base de la concentración en manos privadas. En 1977 se concretó la creación de una empresa productora de papel prensa –en manos del Estado en términos minoritarios- y desde entonces dos diarios de tirada nacional dominan ese sector de la industria cultural, lo que afectó tanto la libertad de expresión como la igualdad para la competencia.
De aprobarse este proyecto sería una referencia fundamental para los países de la región. Para democratizar la comunicación y la cultura es necesario hacerlo mediante un conjunto articulado de normativas, leyes, resoluciones y acciones planificadas. Es decir, reglamentación de la ley de servicios de comunicación audiovisual, discusiones en torno a la distribución de la publicidad oficial –podríamos incluir también a la publicidad privada que mueve muchos recursos en Argentina-, el acceso a la información y el tema que hoy nos compete.
Por lo tanto, destacamos dos elementos centrales en la economía de los medios: tienen altos costos fijos y bajos costos variables. Es decir, no hay un incremento de los gastos cuando se logra el crecimiento de la demanda.
En estos tiempos ha circulado cantidad de información relacionada con la acumulación del grupo Clarín y Nación y hemos escuchado en estas audiencias las distintas posturas de quienes han sufrido los detrimentos de esta situación.
De este planteo se deriva la tendencia a la homogenización de los contenidos a partir de la necesidad estructural de desarrollar lo que se llama las economías en escalas. La arbitrariedad de la demanda es altísima en relación con los consumos culturales que además varían podemos dar cuenta de eso- histórica y constantemente.
En la actualidad la oferta es mucho más restringida que al momento en que fue creada la empresa Papel Prensa S.A. y esto no sólo se debe a los cambios de los consumos.
La tendencia a la concentración de la demanda deviene de lo que se define como concentración en la oferta. Esto se expresa muy claramente en el sector de la prensa a partir de que la mayoría de las publicaciones demandan un insumo generado por una empresa cuyos dueños, además, son competidores directos.
La Argentina compone un mercado. Las cifras que voy a mencionar van entre ciento treinta y ciento setenta diarios de distinto tamaño y fluctúa bastante -por eso la diferencia no es menor en lo que se refiere a todo el país. Se consumen entre 220 mil y 250 mil toneladas de papel prensa anuales.
Para cubrir esta demanda hay dos opciones: comprar a Papel Prensa o importar. Aunque circunstancialmente el producto importado se llegó a ubicar por debajo del valor del producto nacional, lo normal es lo contrario. Actualmente el valor promedio final del papel importado se ubica entre el 5 y el 15 por ciento por encima del valor normal de Papel Prensa.
Entre los años 2005 a 2009 el 71 por ciento de las 170 mil toneladas promedio anuales fueron para “Clarín” y “La Nación”; las dos terceras partes para “Clarín” y el excedente se repartió entre varias docenas de clientes que debieron aceptar condiciones comerciales y no dejar de comprar el cupo asignado, porque obviamente estaba el riesgo de que si no se seguía ese cupo al período siguiente se perdía la posibilidad de comprar.
El resto del mercado fluctúa entre 50 mil y 80 mil toneladas y está condenado a importar. Ello genera condiciones de desigualdad para competidores de distintos tamaños y con incidencias disímiles.
Por todo esto es que desde AMARC Argentina destacamos la necesidad de implementar medidas a favor de la diversidad dada la tendencia de los medios a la concentración, por su lógica económica, altos costos fijos y bajos costos variables; además, destacamos el rol central que debe cumplir el Estado respecto de esto.
Asimismo, proponemos que el nuevo marco regulatorio genere un organismo de control y aplicación del que formen parte los principales medios gráficos, además de los organismo competentes del Estado.
Entendemos que sería interesante replicar la lógica que tiene la ley del servicio audiovisual cuando se refiere a “con fines de lucro” y “sin fines de lucro”. Proponemos incorporar a los medios gráficos de provincia que no pertenezcan a los grupos de capital concentrado, como así también a los colectivos de trabajadoras y trabajadores de este tipo de empresas.
Como sostenemos en nuestra última publicación, en los principios para garantizar la libertad y el pluralismo, es necesario el entendimiento de nuestras sociedades para crear un análisis serio de la actuación de los medios de comunicación y de la presencia de obstáculos claramente identificados para el ejercicio de los derechos informativos.
Aparece algo así como un derecho tipo garantía porque resulta soporte de la demanda de otro tipo de derechos. Justamente tiene que ver con la ausencia de garantías, de pluralidad y de diversidad en las distintas normativas que refieren a los medios de comunicación cualquiera sea el soporte.
Entendemos que esta es una excelente circunstancia, es la oportunidad de que un sector comunitario pueda expresar su posición para que después sea considerada y se articule con quienes tienen funciones específicas en el marco parlamentario. Creo que es una cuestión para ponderar porque no sólo se refiere a lo vinculado a los medios de comunicación.
Esta es una excelente etapa en pos de garantizar mejores condiciones, para tener un pleno ejercicio de lo que hace a las libertades informativas de los ciudadanos y ciudadanas, para continuar generando políticas públicas de comunicación que contribuyen, de alguna manera, a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor José Cornejo, en representación de la Agencia de Noticias Paco Urondo.
Sr. Cornejo.- Señora presidenta: ante todo quiero agradecer a usted, señora diputada Di Tullio, y a los asesores por permitirnos estar presentes en esta audiencia. Nos sentimos muy contentos por tener la posibilidad de venir al Congreso para exponer nuestro punto de vista y, sobre todo, muy cómodos por la asistencia de legisladores que consideramos amigos. Por ejemplo los señores diputados Dante Gullo, Raúl Barrandeguy y otros que también son miembros de las comisiones de Libertad de Expresión y de Comunicaciones e Informática. Ellos, junto con otros que ahora no están presentes pero que también marcan el signo político de la época, nos hacen sentir muy orgullosos a quienes hemos asistido a las comisiones.
La agencia de noticias Paco Urondo, que funciona en formato web, se fue conformando a partir de compañeros provenientes del área de la comunicación, sobre todo del espectro de la militancia y de la participación política.
Las razones por las que hemos asistido a esta audiencia tienen que ver con tres elementos.
Primero, para plantear la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente. La idea, que funciona muy bien en los Estados Unidos, de que los medios tienen una posición política, ideológica y partidaria contribuye a la construcción de la democracia y la fortalece. Por ello, el primer punto que queremos desarrollar brevemente –no queremos extendernos demasiado con nuestra exposición porque sabemos que hay muchísimos oradores tiene que ver con la intencionalidad política de los medios.
El segundo punto, que también nos gustaría que formara parte de los fundamentos del proyecto de ley, es la importancia que tienen los medios de comunicación en los regímenes democráticos y, sobre todo, en aquellos que no lo son. A partir de allí podemos analizar cuál ha sido, particularmente en el caso específico de Clarín, el rol que tuvieron en los sistemas democráticos o no democráticos.
El tercer punto se relaciona con nosotros, porque apunta a los medios digitales o que se desarrollan en la web. Para las comunicaciones y la democracia en la Argentina, el destino de Papel Prensa en 1977 fue un tema de mucha importancia, lo mismo que lo ocurrido con Canal 13 a mediados de los 90. Por eso hoy, en la época de los medios digitales, nos preocupa que no vuelva a repetirse aquella historia.
Paso a desarrollar rápidamente los tres puntos que mencioné antes, para dar lugar a que expongan otros oradores.
El primer ítem, que como dije trata sobre la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente, se vincula con una idea que tomamos de Ignacio Ramonet, quien desarrolla su actividad en Francia y es conocido por sus publicaciones en el diario “Le Monde Diplomatique”.
Concretamente, el planteo es que los medios siempre son expresión de los intereses de determinados sectores. En el caso particular de Clarín, se ha conformado como la expresión de los intereses de un gran grupo económico de los últimos años: el propio Grupo Clarín. En verdad, se transformó en un sector que se ha apropiado de empresas del Estado y ha avanzado sobre muchos aspectos de la economía. En suma, en un sector cuyos intereses lo han llevado a atentar contra el estado de bienestar y a legitimar dictaduras.
En cualquier carrera de periodismo del mundo más o menos seria se estudia que los medios establecen estrategias discursivas para convencer a la opinión pública o, por lo menos, a sus lectores. Dichas estrategias se insertan en un contexto político histórico determinado. Muchas veces, la intencionalidad de un medio no está en la literalidad de las palabras, y si se me permite citaré un breve ejemplo.
La tapa del diario “Clarín” del 25 de marzo de 1976, es decir, del día posterior al inicio de la dictadura, dice: “Total normalidad”. Si analizamos la expresión “total normalidad” semióticamente, quizás concluimos que no tiene mucha intencionalidad política; pero en el contexto del día posterior a la asunción de un régimen genocida, toma otra dimensión.
El segundo ítem tiene que ver con el rol que han tenido y tienen los grandes medios en la democracia, en especial “Clarín”. Pensemos que en un país como la Argentina, con 40 millones de habitantes, las relaciones entre los individuos no pueden ser nunca en términos personales. Es allí cuando los medios cumplen un rol central, y esto ocurre en casi todas las democracias modernas.

En el caso específico de “Clarín”, hay muchos desarrollos del rol que ha tenido en la captura de lo que fue Papel Prensa. Está el informe que presentó la presidenta hace muy poco, este mismo mes; la denuncia que hizo la Secretaría de Derechos Humanos la semana pasada, que se constituyó como querellante en la causa; el informe de “Papel Prensa: la verdad”, que desarrolló la Secretaría de Comercio de la Nación. Hay una gran cantidad de denuncias que se acumulan sobre cómo “Clarín” juega a la política y no solamente como se ha planteado en cuanto a las estrategias discursivas de sus contenidos, sino también que tuvo reuniones con altos dirigentes de la dictadura. Hay denuncias en el sentido de que ha participado en reuniones previas o posteriores a actos de tortura, con narraciones aberrantes. Lo cierto es que esa actuación de “Clarín” durante la apropiación de Papel Prensa no es el único ejemplo.
También a mediados de la década del 90, con la concesión de Canal 13, “Clarín”, con otro marco y otra conducta política y bajo un régimen constitucional, estableció relaciones con el gobierno del entonces presidente Carlos Menem, no legitimando la figura de éste con quien iba a terminar enfrentado hacia la segunda mitad de los años 90, sino más bien las reformas neoliberales. “Clarín” legitimó ese gobierno y una parte de la paga de eso fue la apropiación de Canal 13. Con esto vuelvo sobre el segundo punto, que es la consecuencia que tiene sobre una democracia moderna o sobre cualquier sociedad política cuando un medio concentra tanto poder que puede legitimar dictaduras y denostar al conjunto de la clase política, que se ve amenazada en su existencia con las consecuencia que eso tiene para la democracia, lo que hemos visto muy de cerca en los años 2001 y 2002. Además, “Clarín” eso no lo hace inocentemente, sino que en el camino va capturando empresas que le permiten concentrar y convertirse en el monstruo mediático que es hoy, como lo fue Papel Prensa en la dictadura y como lo es hoy con Canal 13.
Aquí viene el tercer tema, con el que quiero cerrar. Así como la apropiación de Papel Prensa primero y de Canal 13 después marcaron fuertemente el destino de la comunicación y lo que es la democracia moderna en la Argentina, en la era de los medios digitales sería muy bueno si esta ley pudiera contemplar en sus considerandos la idea de prever lo que va a ser la administración de la comunicación digital, porque se corre el riesgo de que se repita la historia y los estudios que existen hoy indican que uno de cada dos argentinos a lo largo de un mes entran en una página del grupo Clarín, ya sea en el diario “Olé”, en el propio “Clarín” o en algunas empresas vinculadas.
Entonces, si nosotros pensamos también en el marco de lo que son los medios digitales y de la importancia que van a tener en esta década que está empezando, la verdad es que se corre el riesgo de que otra vez un grupo se apodere de los medios de comunicación, vuelva a determinar la agenda de los argentinos y pueda desprestigiar al conjunto de la clase política y de la democracia.
En consecuencia, este es el tercer ítem que queremos proponer. Si nosotros podemos pensar que los medios no son imparciales y que además tienen consecuencias sobre la democracia en la Argentina y lo que viene en el futuro, que son los medios electrónicos, estaremos haciendo un gran aporte a nuestra democracia. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- A continuación hará uso de la palabra el señor Marco Giommi, del diario “El Observador”, de la localidad de O’Brien, provincia de Buenos Aires.

Sr. Giommi.- En primer término quiero expresar mi agradecimiento a DIPRA, que es la cooperativa que nos une; a la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara; a su presidenta, la señora diputada Juliana Di Tullio y a la gente que trabaja con ella, que nos ha tratado muy bien y que hace una semana que nos viene llamando por teléfono.


Traje dos cosas que quiero que vean para saber de qué hablamos. Este es el pliego de nuestro diario, donde se imprimen cuatro páginas. A veces creemos que todos los diarios son como "Clarín". No, nosotros imprimimos muy poquito y ustedes lo pueden ver.
Vengo de una localidad que tiene 2.500 habitantes. Imprimimos un semanario hace ocho años como un servicio a la comunidad que no puede prestar "Clarín", "La Nación" ni "Perfil". Por ejemplo, nosotros anunciamos la Fiesta del Cosechero en un pueblito del partido de Junín que se llama Morse. Es su fiesta anual, donde la gente se reúne y se reconoce, en el marco de un pueblo que tiene cuatrocientas casas.
Cuando nosotros venimos a la Capital y nos preguntan de dónde procedemos, contestamos que somos de la Pampa Húmeda, en donde hay mucha gente que trabaja todos los días y se levanta muy temprano a laborar en un pequeño tambo en donde las vacas todavía se ordeñan a mano; no vayan a creer que todos los tambos son mecánicos. Nosotros le prestamos un servicio a esa gente mediante un periódico que tiene una tirada de mil ejemplares. A "Clarín", "La Nación" y a los dueños de Papel Prensa no les importa que esto salga.
Nosotros arrancamos en 2002 después de la crisis, y allá todavía había familias que estaban haciendo trueque.
Comenzamos vendiendo ciento cincuenta ejemplares y cuando llegamos a tener una tirada de mil ejemplares se nos puso fea la cosa porque no tenemos una imprenta y es muy difícil acceder a ella desde un medio de este tipo dado que nuestra economía no nos lo permite. Entonces tercerizamos la impresión a dos talleres gráficos -"La voz de Bragado" y "Democracia", de Junín, importante diario de la región creado por don Moisés Lebensohn y hoy manejado por su hijo Héctor- quienes durante mucho tiempo nos imprimieron y a quienes doy mi agradecimiento. La "Voz de Bragado" cuenta con el trabajo de Hugo Soto, uno de los creadores de DIPRA, una cooperativa creada con el fin de conseguir papel.
Cuando nosotros crecimos, en el tercer o cuarto año, Soto nos dijo que era muy difícil imprimirnos porque no tenía papel ni siquiera para él. Entonces fuimos a verlo a Héctor Lebensohn, quien haciendo un esfuerzo nos imprimió el diario.
Luego en 2006 se nos ocurrió la feliz idea de agregarle al diario un suplemento de ocho páginas dos pliegos para hacer un suplemento rural. Ahí le dábamos información a la gente sobre nuevas tecnologías, hacíamos reportajes para ver cómo se trabajaba, y nos dio muy buen resultado aunque sólo duró un año porque no había papel para imprimirlo.
El espacio actual de la "Voz de Bragado" era un pequeño taller gráfico con una máquina rotativa de dos cuerpos; hoy nos encontramos en ese diario con unas treinta bobinas de papel. Una bobina de papel de 74 centímetros de ancho como la que utilizamos nosotros pesa entre 450 y 500 kilos.
Que lástima que "Coco" hace un año que se murió. ¡Qué feliz estaría de ver tanto papel dentro del taller, cuando hace años esperábamos el camión del papel el viernes a la noche y no llegaba...! ¡No teníamos una bobina! ¿Cómo no apoyar esto este proyecto, que se debe convertir en ley? Tenemos que hacer todos los esfuerzos. Lo veo a Amarilla viniendo de Formosa, con el esfuerzo que ello representa; yo hice apenas doscientos kilómetros. Imagínense lo que necesitamos esta ley, que el papel sea declarado de interés público, porque lo es. Más allá de lo que contenga, este pequeño periódico es un servicio para seis comunidades del interior del partido de Bragado en el medio del campo.
En O'Brien vendemos alrededor de 250 ejemplares. ¿Sabe cuánto vende "Clarín" el mismo sábado? Cinco. Para los anunciantes es más interesante anunciar en mi periódico y no en "Clarín".
El otro día veía una película donde se demostraba cómo la unión hace la fuerza. Si uno corta una ramita de un árbol y la rompe, lo hace muy fácilmente; si uno junta seis o siete y las ata, no las van a poder romper. Esto es lo que debemos hacer: juntarnos para pelear contra un monstruo, porque solos es imposible.
Esta cooperativa tuvo que importar papel de Chile para poder seguir imprimiendo, por lo que espero que esto crezca mucho más allá de nosotros. Hoy con mis cincuenta y siete años no tengo muchas ganas de seguir haciendo esfuerzos, pero seguramente va a haber un hijo mío o alguien más que lo hará.
Trabajamos en el diario como si fuera una cooperativa, pero no lo teníamos concretado, y ayer empezamos los trámites para crearla. Este periódico muy pequeño del interior de la provincia de Buenos Aires va a ser una cooperativa, porque sigo sosteniendo que el esfuerzo individual a veces no alcanza mientras que el colectivo va a hacer que esto que tiene ocho años de esfuerzo de levantarse muy temprano a la mañana y repartirlo siga adelante.
La redacción de este diario cuenta con una sola computadora y lo hacemos mi señora y yo. Contamos con seis o siete personas que nos reparten el diario todos los sábados a la mañana y cobran un porcentaje por eso. Por ello vamos a constituir una cooperativa, y para eso queremos el papel, nada más que para eso. Nosotros no pretendemos hacer otra cosa sino que queremos ser un servicio en donde no llega absolutamente nadie.
Ojalá que no desaparezca el papel, porque si desaparece, también desaparecerá el diario. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Ricardo Forster, escritor y doctor en Filosofía.

Sr. Forster.- Señora presidenta: en primer lugar, deseo expresar mi agradecimiento por haber sido invitado a esta audiencia que, en realidad, es un foro de la democracia. Llaman mi atención tantas sillas vacías y no ver a diputados de la oposición. Es un momento extraordinario de la vida política, institucional, económica y cultural tanto para la Argentina y como para Sudamérica; por eso no se entiende que un hecho tan trascendente y decisivo para generar las condiciones tendientes a profundizar la democracia, no interese a todos aquellos que decidieron dedicar su vida nada más ni nada menos que a la vocación política, el eje alrededor del cual una democracia puede discutirse, articularse y desplegarse.
Esto es todavía más complicado y grave si tomamos en cuenta lo extraordinario de este momento histórico. Pareciera ser que después de mucho tiempo, luego de épocas de degradación cultural, económica, política e institucional, de pérdida de referencias y de esperanza e incluso de desestructuración de tradiciones ligadas a lo popular, lo emancipador, lo igualitario y lo democrático, hemos llegado a un momento en el que todo se pone en discusión. Es una instancia formidable, fabulosa, y tendríamos que celebrar porque es muy raro, inusual, inédito y casi extraordinario que una sociedad asuma un compromiso tan profundamente democrático como revisar con intensidad sus tramas sociales, económicas, políticas y culturales.
Si miramos hacia atrás y pensamos en la intensidad de los años pasados, advertiremos que fueron años de vértigo, de profundas discusiones y de grandes conflictos. Esto también hay que decirlo, porque algunos plantean que la democracia es, supuestamente, un lugar de consenso, de carencia de conflictos, cuando en realidad, desde la alborada griega, la democracia guarda dentro suyo una lógica de conflicto que ha sido desde siempre el litigio por la igualdad.
Nos han tratado de convencer de que la democracia sólo gira alrededor de una esfera –entre comillas de determinada concepción de la libertad. Nos han borrado o cercenado aquella otra dimensión sin la cual la mesa de la democracia es una mesa fraudulenta, donde los incontables de la historia tienen un lugar en la mesa igualitaria de la formación democrática pero no un sitio decisivo en la distribución equitativa de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Por supuesto que el debate alrededor de la democracia está atravesado por la libertad. En un país como el nuestro, asolado por diferentes dictaduras y también por complicidades civiles con los gobiernos militares dictatoriales, eso es una ganancia histórica.
Queda claro que si podemos hablar de la libertad con absoluta libertad, es porque muchos han puesto el cuerpo para defenderla cuando los poderes corporativos –e incluyo aquí a la trama de la corporación mediática fueron cómplices y gestores de un modelo de apropiación o de expropiación, en algunos casos, de los cuerpos, de las ideas y de la vida de una parte fundamental de nuestra sociedad.
Se puede estar de acuerdo o no con este proyecto de ley, decir que tiene carencias y plantear alternativas; pero estar ausente de este debate equivale a infligir una herida real a la democracia y a un espacio clave de la trama democrática, como es el Poder Legislativo.
Hay un aspecto que considero fundamental. Cuando hablamos de distribución igualitaria, no estamos regresando a una especie de espectro o de fantasma como aquel con el que comenzaba una obra publicada en 1847 que decía: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo.”
Para algunos la palabra “igualdad” -fíjense qué regresión al día previo a la Revolución Francesa- supone algo así como esa visión loca, alucinada, de algún retrógrado troglodita falangista que pensaba que los comunistas se comían a los niños y desplegaba propaganda e ideología, asolando el concepto de igualdad y transformándolo en una especie de acción terrorista y de impugnador de la libertad. Y no hay nada más venerable, claro y decisivo en la gran tradición del debate democrático del pensamiento moderno que el debate en torno a la igualdad y al vínculo entre igualdad y libertad. Desde el comienzo de la filosofía política de la modernidad hay un debate histórico entre Hobbes y Spinoza. Para el primero el miedo funda la posibilidad de dar cuenta de un orden social, de otorgar el poder al soberano para que ejerza la coacción legislativa sobre aquellos que han decidido no hacer un uso indiscriminado de la violencia. El miedo es una pasión útil para la construcción de la sociedad civil.
Por el contrario, lo que Spinoza dirá es que lo que el miedo hace es sujetar a los individuos e impedirles ejercer su autonomía, su libertad de pensamiento y la construcción de una república de los iguales.
Somos hijos de ese debate. Cada una de esas palabras son intensas, venerables y profundas, y habría que ir reconociéndolas y actualizándolas para ver qué estamos diciendo en la sociedad argentina. Cuando decimos “distribución igualitaria de la palabra y de la imagen”, lo que decimos es que la trama cultural simbólica es fundamental en el interior de las democracias contemporáneas. Los lenguajes comunicacionales, audiovisuales y gráficos, y la multiplicidad alrededor de la cual se fue desplegando el mundo de la comunicación tienen una incidencia decisiva en el espectro democrático, en la construcción del sentido común, en el forjamiento de la opinión pública, en la definición de aquello que es visible o invisible, su retórica, sus construcciones argumentativas y sus lógicas gramaticales. Sus estructuras de sentido matan o pueden otorgar vida. Pueden incluir y pueden excluir. Fíjense qué decisivo es para una sociedad que se dice democrática definir las condiciones que le permitan al conjunto de las diversas voces y sujetos que habitan en el interior de nuestra sociedad poder encontrar protección a la hora de tener derechos que le permitan efectivamente proyectar su mirada, sus puntos de vista y sus convicciones.
Lo que no existe en este momento porque no está legislado en la Argentina es una garantía que le permita a la multiplicidad de actores -pequeños, muy pequeños, insignificantes y también seguramente grandes- tener una relación -los griegos la llamaban “de isegoría”- con la palabra, es decir, que cada uno -sea un gran retórico, un tartamudo, un dueño de campos o un pequeño labrador- pueda ir al centro del ágora y decir su palabra. Mientras esto no se pueda garantizar la democracia estará fallida. A la democracia le falta algo, que es justamente la posibilidad de unir profundamente esa declaración de principios que debe garantizar la libertad de prensa y de opinión con la igualdad de acceso a los recursos a partir de los cuales cada individuo y colectivo que integra nuestra sociedad necesita para expresar su visibilidad, sus padeceres, sus sueños, sus miradas y sus convicciones.
Me parece que en realidad, en última instancia, lo que estamos discutiendo sigue siendo qué república. Muchos hablan de la república, de la calidad institucional y de la división de poderes. Se desgarran las vestiduras una y otra vez en torno a estos debates que supuestamente vienen a expresar una carencia de república en la sociedad argentina contemporánea cuando en realidad la república, si la tratamos de pensar en el interior de una tradición democrática y no fuera de ella -porque se la puede pensar de esta última forma-, debe tener como sustancia, núcleo o cuestión decisiva la posibilidad de que esa multiplicidad que expresa el tumulto de la vida social encuentre derechos y representaciones igualitarias.

El viejo litigio en torno a la igualdad fundó la democracia e hizo posible la política. Cuando a algunos se les ocurrió producir algo así como la democracia, se enfrentaron a un problema que se invitó a todos aquellos que tenían que entrar en la democracia a decir lo que pensaban. Pero en un momento aquellos que quisieron ser parte de la democracia y que fueron reconocidos como iguales le dijeron a los otros que los derechos no terminan sólo en decir lo que se piensa sino que también avanza sobre la necesidad de distribuir mejor las riquezas materiales y simbólicas de una sociedad. Una democracia más profunda y más genuina es aquella que logra establecer los vasos comunicantes entre esas dos maneras esenciales de distribución de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Desde esta sociedad de la que estamos hablando en la que los medios de comunicación son fundamentales en una época estructuralmente dominada por los flujos de la comunicación, que ha producido transformaciones claves en los imaginarios colectivos, en la construcción de sujeto, que ha entrado incluso en las prácticas políticas y de institución de la sociedad, desde las instituciones de la República que reclamamos como democráticas, si no somos capaces de legislar a favor en este caso específico que tiene que ver con la prensa gráfica y con todo lo que hace al mundo de la palabra escrita e impresa, si no somos capaces de legislar a favor de la garantía de todos, los tartamudos y los que hablan bien, los ricos y los pobres, si no capaces de garantizar el acceso equitativo e igualitario a la pasta de papel el insumo clave sin el cual se impide lo igualitario en ese plano , estaremos cercenando no solamente el derecho al acceso a ese bien material sino también impidiendo la distribución igualitaria de los bienes culturales simbólicos. En el mismo momento estamos retrocediendo, invalidando la democracia y vaciando a la República para simplemente transformarla en una República de los desiguales.
No discutimos desde un lugar artificial, abstracto o ahistórico sino que lo hacemos de frente a todo una trama de la historia argentina. Papel Prensa no es sólo un nombre abstracto o el nombre de fantasía de una empresa. No voy a hacer en este momento ningún juicio de valor ni me voy a meter en lo que ha sido la historia de Papel Prensa, que ya se ha discutido muchísimo, pero está allí como un núcleo clave para entender lo que en la Argentina ha tratado de impedir sistemáticamente una y otra vez que la democracia sea ese momento en el que el litigio por la igualdad se encuentre con el deseo de la libertad, porque ha sido el espacio de la apropiación sistemática del derecho de los muchos.
Vuelvo al comienzo: creo que hoy estamos en un momento extraordinario y fundamental porque nos hemos animado como sociedad a discutir absolutamente todo. Me resulta escandaloso que haya quienes crean que el conflicto, la crispación y la violencia retórica colocan a la Argentina en una especie de abismo totalitario. Utilizan recursos salvajes y brutales que en realidad le hacen un daño brutal a las víctimas reales de los fascismos y los totalitarismos, acusando a un proyecto que busca por un lado que el Poder Judicial de la Nación investigue con seriedad el origen y desarrollo de Papel Prensa y que, por otro, eleva una iniciativa a ser abierta y discutida por la comunidad de legisladores, un proyecto que garantice que se convierta en cuestión pública nada más ni nada menos que la producción y la distribución igualitaria del insumo clave para que sea más libre la escritura en la Argentina.
Sabemos que todavía, por suerte, la palabra escrita e impresa tiene un nivel de responsabilidad a veces mayor que la que uno va diciendo por allí, que se las suele llevar el viento. La palabra escrita, la que se pone en los moldes y que nos recuerda a los viejos linotipistas y a las viejas luchas de quienes defendieron la libertad de escribir y de pensar contra las tiranías, sigue teniendo un poder simbólico inmenso y es decisiva, por más que haya nuevas tecnologías audiovisuales complicadas.
Agradezco que me hayan invitado a poder decir esto que pienso. Me parece fundamental y decisivo para la democracia avanzar con un proyecto de estas características. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tulio).- Tiene la palabra Claudio Morales, coordinador del taller de periodismo de la Escuela N° 19, Luis Pasteur.

Sr. Morales.- Buenos días a todos. Es un placer muy grande estar aquí.
Soy periodista y docente. Desde hace diecisiete años coordino el taller de periodismo del Colegio N° 19, que es un grupo formado por ex alumnos del taller en el denominado Grupo Pasteur. Me gustaría invitar a compartir esta breve disertación a Joaquín Túñez y Diego Sívori, quienes podrán comentarles qué es lo que hacemos en la escuela y lo que significa el costo del papel en un proyecto educativo de medios.
En la reunión de producción en las horas tardías de la noche de ayer pensábamos cómo afrontar esta conversación. Imaginaba que la última jornada de la audiencia iba a estar repleta de gente, no sólo de público, sino fundamentalmente de medios de comunicación, no sólo del monopolio sino de otros que hablan mucho de la libertad de expresión. Suponíamos también -ingenuamente- que nos íbamos a encontrar con muchos legisladores de la oposición.
Obviamente uno a veces es muy ingenuo: este es el país real. Lo que los chicos ven permanentemente en las clases del taller de periodismo es el país virtual; ven tapas de diarios hablando de lo que profesor recién dijo, hablando de crispación, violencia y caos. No hay medios ni políticos en el Congreso, en la casa del pueblo.
La señora diputada Di Tulio y otros compañeros legisladores han tenido la valentía de realizar estas audiencias públicas para permitir que distintas voces del pueblo expresen lo que piensan y sienten, por lo que esta posibilidad es enorme. Han venido periodistas de Formosa y de distintas partes del país. Para nosotros es más fácil dado que estamos en Villa Devoto, en la ciudad de Buenos Aires. No sé si esos periodistas y legisladores que utilizan un discurso virulento se dan cuenta de cómo los sectores sociales toman esa actitud.
Hoy íbamos a venir con un buen número de estudiantes del taller de periodismo, chicos de trece a diecisiete años, no para escucharme a mí sino para que vieran lo que es el Congreso de la Nación y que no todo es lo que se dice en los medios. Pero solamente vinieron dos; anoche leía los mensajes que se mandaban por Facebook o correo electrónico y los chicos me decían con mucha bronca que los padres no les dejaban venir, que no querían que vinieran porque se los estaba utilizando.
Nosotros queremos un periodismo independiente.

No sé qué significa “independiente”. Yo soy de Boca y la verdad es que no entiendo qué quiere decir esa palabra. (Risas.)
Lo que sí entiendo es que en diecisiete años de taller de periodismo conformamos un periodismo comprometido con una agenda que establecemos nosotros mismos en función de lo que los chicos sienten y de lo que vemos en la realidad.
Este es el país real: el país en el que los legisladores decidieron escuchar distintas voces y están dispuestos a debatir el proyecto de ley presentado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Son legisladores dispuestos a sacar de entre las sombras el tema de Papel Prensa, que estaba en el arcón de los recuerdos. Es vergonzoso que recién ahora, luego de veintisiete años de recuperada la democracia, se hable de esto. Obviamente nos parece auspicioso que se debata sobre Papel Prensa, pero es escandaloso que se lo haga luego de tanto tiempo.
De todas formas, este hecho habla de un momento político que para mí es increíble. Cuando veo a los chicos, alumnos o ex alumnos, aquí o en las marchas estudiantiles, no puedo creer cómo se ha recuperado la participación y cómo hay un gobierno que envía proyectos pensando en la inclusión social, en la libertad de expresión, proyectos tendientes a que todos los sectores de la sociedad sean escuchados. Esto no es poco; por el contrario, es mucho.
Los chicos quizás no lo saben, pero hemos esperado mucho para poder decir estas cosas. Veo en esta audiencia a colegas periodistas, al profesor Forster y a políticos a quien uno admira porque conoce la lucha que llevan adelante. En ocasiones los vemos en televisión tratando de defender cuestiones sobre las que es difícil discutir. Hace dos días vi el debate que trataba de dar el señor diputado Dante Gullo en TN; en verdad, era vergonzoso lo que se decía en nombre de los derechos humanos.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo defiende e investiga no sólo los derechos humanos sino también todo aquello vinculado con la libertad de expresión. Espero que esta iniciativa, que es muy cara para todos nosotros, permita a los medios chicos seguir trabajando. En nuestro caso, esperamos poder continuar publicando nuestro periódico con mayor asiduidad. Para los pequeños emprendimientos es muy difícil desarrollarse y trabajar.
A continuación, cederé el uso de la palabra a uno de los ex alumnos, el señor Diego Sívori.

Sr. Sívori.- Señora presidenta: trabajo en este proyecto con el señor Claudio Morales desde hace varios años.
Sobre todo quiero recalcar algunos puntos referidos a la producción del diario; es decir, a la tarea más casera, a la cocina, por decirlo de alguna manera.
Nuestro diario es totalmente gratuito. O sea que no tiene ningún fin comercial y su propósito es informativo, cultural y educativo. Nos cuesta mucho salir adelante. Actualmente, la tirada está entre los 5.000 y 6.000 ejemplares. Muchos dirán que es una gran tirada, pero ahí viene la otra pregunta: ¿Cuánto cuesta todo esto? Justamente, ahí está el problema; el precio que hoy día tiene el papel y el presupuesto con que contamos nos lleva a un costo de entre 4.000 y 4.500 pesos por tirada para una publicación de dieciséis páginas.
Para quienes no conocen el diario, hemos sacado diferentes números; en ocasiones una vez al año y en otras, dos o tres veces. Insisto en que hacemos todo a pulmón, y al decir esto me refiero a aportes solidarios de la gente, a la utilización de mesas callejeras para difundir el diario, etcétera.
A esto se agregan las publicidades. Obviamente, los precios inciden mucho en la producción del diario. En los últimos años –sobre todo, en los últimos meses se elevaron esos precios de producción.
Y justamente en años anteriores -obviamente hablamos específicamente de “Clarín”- había sacado un diario barrial quincenal que nos impactó en forma muy fuerte a la hora de conseguir la publicidad, porque lógicamente el comerciante de barrio prefería publicar en un medio principal antes que en uno barrial, dependiendo de la cantidad de comerciantes que compartan la línea ideológica del diario.
Insisto en que todo es a pulmón. En 2006 fuimos declarados de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y esto nos dio una carta que ahora presentamos ante la sociedad, publicitantes y personas. Lo hacemos en Devoto para toda la sociedad. Insisto en que la distribución también es a pulmón y más que nada sería muy importante para nosotros tener acceso al papel a un costo mucho menor, ya que a la hora de producirlo nos resulta muy difícil.

Sr. Túñez.- Mi nombre es Joaquín Túñez y estoy acá como militante político y sobre todo como estudiante de educación pública. Me parece que esto es lo que venimos a afianzar. Lo que relataron antes los compañeros es en realidad un grupo multimedios, ya que hacemos radio, somos productores televisivos y audiovisuales y realizamos una producción gráfica que es un diario, Ecos 19, que tiene una impronta muy importante relacionada con la educación pública. Todo esto que uno viene viendo en el último tiempo, lo que pasa en los colegios secundarios, lo que tiene que ver -creemos que como todo en este país- con la contradicción principal, que es liberar o depender, se relaciona con dos modelos de país. Hay un modelo de país a cuyo lado están los monopolios y que intrínsecamente nos obliga a depender de comprar el papel a dos grandes monstruos, que son Clarín y La Nación, que hicieron su poder a punta de picana y no solamente siendo cómplices pasivos o como una acción de omisión de contar lo que pasaba durante la dictadura, sino activamente, mintiendo, reproduciendo la lógica. Esto, en términos de Althusser, forma el aparato ideológico que sustentó al aparato represivo para llevar adelante ese golpe de Estado. De ese lado están los monopolios, el neoliberalismo, la exclusión social y la política que lleva adelante, entre otros, el gobierno de Macri en la ciudad de Buenos Aires en cuanto al tema de la educación pública.
Del otro lado consideramos que está el bloque de lo nacional y popular, de los que entienden que la comunicación popular es efectivamente la que nos puede llevar adelante como un proyecto de liberación que implica una segunda y definitiva independencia que no se hace desde otro lugar que no sea la educación pública y la comunicación popular como dos conceptos que van completamente de la mano. Me refiero a la posibilidad de brindarnos a nosotros -recuerdo cuando hace un par de años estábamos en el colegio secundario- estas herramientas para decir lo que tenemos que decir. Esto permitió que cada uno de los que íbamos egresando del querido Colegio N° 19, bachiller público, nos posicionáramos en diferentes estructuras del proceso de comunicación.
Actualmente me encuentro desarrollando tareas en una radio comunitaria, que es Radio La Milagrosa, en Ciudad Oculta. Esto tiene que ver con lo mismo, es decir, de qué manera desde la comunicación popular se puede hacer democracia. Creemos que los monopolios son ontológicamente contrarios a la democracia. Y este proyecto de ley que nos convoca hoy tiene que ver con esto. Si nosotros logramos tener un control del Estado sobre todo aquello que nos fueron arrancando desde 1976 en adelante -se podría decir que hasta 2003- estaremos logrando realmente un avance del campo popular en lo que tiene que ver con estas cosas.
También creo que esta iniciativa viene de la mano de la ley de medios, por la que todos salimos a luchar y que nos encontró antes de ayer congregados en Tribunales. De alguna manera esa ley nuclea lo que tiene que ver con lo que son las radios y los canales de televisión.
En cambio, el proyecto que nos ocupa tiene que ver con la pata gráfica, que es el tercer soporte fundamental e histórico del periodismo. Y lo entendemos en la misma sintonía, es decir, como un derecho humano a la información en la búsqueda de una posibilidad real del campo popular -en nuestro caso, de las escuelas públicas- en el sentido de dar a conocer qué es lo que sucede con el presupuesto subejecutado y con las políticas públicas en torno a la educación.
Creo que cuando las bisagras de la historia rechinan es el momento en que hay que aguzar las contradicciones. En esto me permito tomar las palabras del compañero Forster, es decir, no hay forma de entender que la política correcta es el consenso. Me parece que justamente a partir del debate público y de pluralizar las voces es donde uno construye un mejor conocimiento de lo que sucede en la realidad.

Desde este lugar nosotros no lo venimos a solicitar sino que lo exigimos como organizaciones populares y de educación pública, porque estamos muy entrenados para agarrar las herramientas y hacerlas nuestras cuando los tiempos son adversos.
Cuando el viento sopla a favor, venimos a exigir un punto de vista legítimo que tiene que ver con tener la posibilidad de contar con un papel a un precio real y accesible para llevar adelante nuestra comunicación. Quizás no están presentes las personas a las cuales está dirigido este comentario, pero esta etapa es histórica, y la historia no perdona a los traidores. Los legisladores que deciden no venir, que "ningunean" lo que pasa acá, sufrirán un costo pues esta generación de la que soy parte va a dar cuenta de ello en estos años y va a tomar esas riendas.
Cuando las contradicciones se extreman, uno las abraza. Hay dos modelos de país desde la resolución 125 en adelante. Se ve muy fuertemente que a partir de ahí se sabe hacia qué lugar se quiere construir y desde este lugar lo celebramos.
Por último quiero citar a Jauretche: "O es pa’ todos la cobija, o es pa’ todos el invierno." Y creo que así viene la mano y nosotros queremos eso.

Sra. Presidenta (Di Tulio).- Tiene la palabra Francisco De Castillo, del "Semanario de Entre Ríos Rural".

Sr. De Castillo.- Para mí es una alegría estar acá.
Como ustedes saben, vengo de una localidad del interior de Entre Ríos que se llama Libertador San Martín, más conocida como Puiggari. No quiero pasar por alto mi felicitación por el respeto de los presentes al escuchar a los compañeros y colegas.
Lo poco que voy a exponer lo dividiré en tres aspectos. Quiero hablar un poco de este periódico que he traído para que lo vean en vivo y en directo, para que observen que también en el interior de nuestras provincias existe la cultura de la lectura. El día que esto se pierda, será por aquellos que están interesados en que la gente no lea, tal como se refleja en esta concurrencia.
Este es un periódico que tiene perfil agropecuario y de servicios. Yo soy el dueño y sé lo que es la lucha por lograr los objetivos que uno sueña. Acá estamos todos tratando de comprender por qué es importante todo lo que se ha dicho desde distintos ángulos y hacia distintas direcciones con el denominador común de concretar lo que la señora diputada presentó.
Agradezco la invitación que me hicieron cuando estuve en Paraná. Cuando me enteré, hice sesenta kilómetros a en ciudad en sólo cuarenta minutos. Así comprendí la situación de los medios en la provincia y conocí a muchas personas, como el matrimonio que habló recién.
También sé lo que es comenzar un periódico. Este periódico tiene un perfil agropecuario porque vivimos en un país basado sobre esta actividad, y nadie lo puede negar. Pero también hay gente que tiene cultura y que por medio de este periódico quiere manifestarse e interactuar con sus pensamientos y deseos.
Vengo de hacer el registro de propiedad intelectual y le dije a la funcionaria que quería lo mínimo de burocracia. Quise ser bastante convincente y por eso estoy acá. La localidad de donde vengo tiene una cosa muy importante para mi formación, que es el deseo de investigar, pero sobre todo la motivación de la educación para el servicio.
Yo comencé con cuatro páginas, y es difícil empezar. Me nuevo el contexto agropecuario y cooperativista. Los grandes empresarios y la red de cooperativas me dijeron que si sabía hacer un estudio de mercado, que lo hiciera, y así tuve la oportunidad de descubrir que soy el único medio agropecuario del Paraná.
De cuatro páginas pasé a tener veinte en la actualidad, pero caímos en el común denominador de que cuando vamos avanzando nos encontramos con una pared, que ya se ha mencionado bastante acá.
Ahora quiero hacer un poco de historia y hablar de la realidad y mi conclusión. No soy ingeniero agrónomo sino un profesor de Filosofía, que enseña en los colegios secundarios de la zona de El Pingo. Quiero decirles que es una gente muy interesante por el crisol de razas que se encuentra. Ellos me han enseñado a valorar la lectura y a reconocer que los argentinos no podemos desaparecer porque todavía tenemos la esperanza de que la cultura de la lectura es un elemento primordial para todo ser humano para poder debatir y redargüir al cuarto poder. Los que no están acá es porque han sido convencidos, y sabemos obviamente por qué medios.
Como a todo filósofo, me gusta la historia. Cada uno de ustedes tiene su historia. Cuando vamos al médico, el doctor nos dice que no nos automediquemos sino que debemos darle nuestra historia clínica; recién ahí el médico nos puede medicar.
Aquí tengo el número de agosto, en el año del bicentenario. Quiero utilizar el sentido de la imaginación, que es algo maravilloso que tiene el ser humano. Yo los estoy mirando a todos y les pido que piensen no sólo desde lo literal o pasajero sino de modo crítico lo que voy a leer rápidamente y sintetizándolo. Quiero remitirme a lo que yo escribí, usando la historia.

En uno de los párrafos, como siempre lo hago cada vez que escribo, pongo en consideración la realidad de todos los argentinos. Desde ese punto de vista, no puedo dejar de aclarar que cualquier persona con un poco de discernimiento ve que esa realidad no es como la que nos quieren mostrar a través de los medios masivos de comunicación sino que –aunque nos duela decirlo se presenta como un panorama que hay que analizar.
A continuación quiero ubicarlos nuevamente en la historia para mostrar, según los registros históricos, dónde surge a fines del siglo XVIII –concretamente, en 1789 la Revolución Francesa. Fue el proceso con el que se abrió un paréntesis en la monarquía; fue el pensamiento de libertad.
Si volvemos a viajar en el tiempo podemos llegar rápidamente a una época más cercana, al 21 de octubre de 1805 cerca del cabo de Trafalgar –en Cádiz, España donde la flota inglesa se enfrentó contra una flota combinada franco española.
Hago referencia a dos acontecimientos que tuvieron lugar cuando no había Internet ni medios audiovisuales ni radios FM. Tampoco había radios Spica; seguramente muchos saben a qué me refiero. No existían los medios de comunicación que tenemos hoy. Por eso hago hincapié en que el lector use su imaginación.
En aquel enfrentamiento el almirante Horacio Nelson resultó triunfador y así se inició, según la historia, el apogeo del imperio inglés. Según las crónicas, murieron en el mar cerca de 5.000 personas.
La consecuencia fue que en toda América del Sur, en los virreinatos, creció el deseo de libertad y de emancipación de esa férrea dominación que cercenaba la voluntad del hombre. Nosotros somos hijos de aquellas grandes revoluciones.
Luego de cinco años de aquella batalla, en 1810, se producen cambios en el Río de la Plata. Gracias a los grandes hombres que lucharon y expusieron sus vidas para lograr la emancipación, nosotros podemos gozar de amplias libertades.
Apreciados amigos: estamos viviendo una realidad de tantas, que en este caso tiene que ver con las riquezas de nuestro país. Si hoy vienen por el papel también irán por el agua, la tierra, los minerales estratégicos y el petróleo. Quieren amordazar a las personas para que no hablen ni escriban. Esta es la realidad histórica, mis apreciados amigos.
Quiero ser respetuoso de los tiempos y expresar simplemente que la realidad que estamos viviendo es dura. Si cada uno de los que están participando en esta audiencia usa su imaginación, podrá darse cuenta de que la historia habla. Analicemos cuál ha sido nuestra historia y luego apliquémosla a la realidad.
He escuchado las exposiciones de varios colegas, de filósofos y de docentes, y debo decir que me encuentro frente a un gran problema. Cuando voy avanzando, me llaman por teléfono y me dicen: “Señor del Castillo, yo no tengo trabajo.” Los que hablan son inseminadores, ingenieros agrónomos, cuidadores de campos. Enseguida publico sus anuncios, y la satisfacción llega cuando me dan las gracias y me dicen que ya consiguieron trabajo. Son satisfacciones que no tienen precio.


¿Y qué utilizamos? Un medio gráfico. En distinto contexto, pero sirve.
Por eso, ¿qué es lo que yo siento? Que vienen los estudiantes que se gradúan, a los que he escuchado acá. Sabemos por nuestra realidad que cuando tomamos un taxi nos encontramos que son médicos, ingenieros, abogados o psicólogos. Yo no quisiera, mis apreciados amigos, que en esa zona de la provincia, al no tener campo para poder desarrollar sus profesiones en lo que les gusta hacer terminen como tacheros -les pido perdón por la expresión-, porque es una realidad que duele.
Yo no puedo avanzar con mi proyecto porque también tengo mis paredes, una de las cuales es el papel. Tengo cupos. Yo quisiera avanzar hacia toda la provincia, pero llego a cuatro departamentos. ¿Y saben algo? Son cuatro departamentos que producen tres o cuatro cosechas. Es interesante, ¿verdad? Sin menoscabar la de Chajarí, que produce cosecha de cítricos, y la de San Salvador, que produce arroz en una sola cosecha. Esos cuatro departamentos hacen frente al aspecto fiscal ante el gobierno central.
Entonces, creo que les he podido explicar brevemente mi realidad, que es la de todos. Por eso tenemos que apoyar este proyecto. ¿Por qué? Como he escuchado a los expositores he aprendido otras facetas que no le había visto. Pero yo solamente vengo a plantear el aspecto agropecuario, que también es una gran realidad. Van a venir por las tierras -y ya están-, por el agua, por los minerales estratégicos, por el petróleo, por el papel.
Por lo tanto, tenemos que comprender que si no existiera el artículo 14 bis de nuestra Constitución, referido a la libertad, no estaríamos acá dialogando y viendo la posibilidad de llegar, desde distintos puntos de vista, a un común denominador.
Todos tenemos que apoyar este proyecto. Creo que también pondré mi granito de arena para que ustedes vean que esto también es libertad.
Muchas gracias por su tiempo y atención. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Damos por finalizada la primera parte de la última jornada de audiencias públicas.
Vamos a pasar a cuarto intermedio hasta las 15 y 30, hora en que daremos inicio a la segunda parte de esta última jornada, que contará con la presencia de quince expositores.

- Se pasa a cuarto intermedio a la hora 12 y 38.


- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los treinta días del mes de setiembre de 2010, a la hora 15 y 35:

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Buenas tardes a todos y a todas.
Antes de empezar con la segunda etapa de la última audiencia pública, me voy a permitir una licencia personal además, sé que no es solamente en mi nombre sino en el de todo mi bloque-, en función de los acontecimientos que están ocurriendo en la República hermana de Ecuador. Nuestra solidaridad en nombre del Frente para la Victoria para con el presidente Correa.
Yendo al tema de las audiencias que nos convocan hoy, quiero recordarles que se está realizando en la provincia del Chaco el tercer foro con los diarios de la provincia y de la región, para poder contribuir al anteproyecto del marco normativo que se va a agregar al proyecto que se está discutiendo y que es motivo de estas audiencias públicas, junto con el resto de las iniciativas que tienen como eje el tema de la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios.
Todo este material va a ser agregado en el transcurso de las discusiones que, terminando las audiencias públicas, la semana próxima vamos a comenzar a tener los diputados y diputadas de las cinco comisiones a las que han sido girados los proyectos.
Voy a solicitar a Alejandro Cartasso, que es representante del grupo Uno Medios y que tiene un vuelo en el que se tiene que retirar, que sea el que abra las audiencias de la tarde.

Sr. Cartasso.- En primer lugar, agradezco la invitación a participar de estas audiencias públicas. Mi exposición va a ser concisa y rápida, para contar un poco la experiencia empresaria de lo que ha representado Papel Prensa al cabo de los últimos 30 años. Este ha sido un tema de debate que ha estado en el seno de todas las empresas. Me refiero a las condiciones no igualitarias para comprar un insumo tan básico como es el papel de diario.
En lo que se refiere a la empresa que represento, me gustaría dar algunas cifras muy representativas de lo que verdaderamente ha pasado y que han sido publicadas durante el mes de septiembre.
El diario “UNO” de Mendoza, en los últimos cuatro años gastó 4,5 millones de pesos de más por no poder acceder a cuotas de Papel Prensa, contra su competidor, que sí la tenía. Pueden imaginarse que el competidor volcaba esos 4,5 millones de pesos de diferencia en acciones específicas de comercialización, causando condiciones verdaderamente desigualitarias de mercado. Lo mismo pasa con el diario “La Capital”, que en los últimos doce meses gastó 2 millones de pesos más, teniendo parte de cuota de Papel Prensa pero que sólo le alcanza para cubrir el 20 por ciento de la producción. Sobre una producción de 450 toneladas, sólo el 20 por ciento lo tiene cubierto por Papel Prensa.
Lo que pretendemos las empresas editoriales que siempre hemos tenido reclamos son condiciones equitativas para poder acceder a este insumo tan básico, como puede ser con el acceso a una cuota como la de Papel Prensa, por los costos que tiene. Aclaremos que el costo es de 140 dólares la tonelada. Al mismo tiempo, pretendemos tener cupos de importación para que podamos desarrollar nuestra actividad libremente.
Para bajar los pies a la tierra, el papel como insumo básico es tan fundamental para los diarios como lo es el trasporte para todos los que trabajamos. Imagínense qué pasaría si la mitad de la población pudiera acceder al trasporte a un precio un 30 por ciento más barato que la otra mitad.
Reitero mi agradecimiento por la invitación. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Agradecemos al señor Cartasso, que vino en representación del grupo Uno Medios.
A continuación voy ya pedir a Javier Azzali, del Centro Cultural Enrique Santos Discépolo, que se acerque para realizar su exposición.

Sr. Azzali.- En primer lugar, saludo a quienes nos han invitado y agradecemos profundamente la posibilidad que nos dan para participar en este debate, en especial a la diputada Juliana di Tullio y a sus asesores.
Vengo en representación del Centro Cultural Enrique Santos Discépolo y corriente política Enrique Santos Discépolo, que orienta y dirige Norberto Galasso. Hace aproximadamente diez años que nos dedicamos a la actividad de difusión ideológica, política y cultural de la historia, en especial con una perspectiva revisionista, latinoamericanista y federal.
Editamos un periódico mensual, "Señales Populares", que no tiene una gran tirada pero que ya hace un tiempo importante se divulga y tiene alcance nacional, en especial en lo que es Capital Federal pero también en el conurbano bonaerense, Neuquén, Mendoza, Santa Fe, San Juan, La Rioja, Santiago del Estero y parte del norte argentino, incluyendo Misiones.
En nombre del colectivo que represento vengo a apoyar el proyecto de ley de declaración de interés público a la producción, comercialización y distribución de papel para los diarios, y la iniciativa del marco regulatorio para el papel prensa. Lo hacemos porque creemos que es una cuestión vital en el momento histórico que estamos viviendo los argentinos, donde después de tanto tiempo volvemos a discutir qué modelo de país queremos tener.
Lo más importante de mi breve exposición va a ser lo relacionado con el concepto de interés público. A mi entender, este concepto se vincula con lo mejor de la tradición del derecho público argentino, que hoy está un poco olvidado.
Esa tradición del derecho público argentino se vincula con el surgimiento de los movimientos nacionales y populares y con una cuestión muy concreta, tanto en nuestro país como en América Latina, que es la intervención del Estado en la economía, en búsqueda del bien común.
Como ustedes saben, durante el siglo XIX el Estado argentino, nuestra Nación, se formó a partir de un concepto privatista. Nuestro país como modelo agroexportador con dependencia económica tuvo origen a partir de relaciones privadas, donde las relaciones sociales daban como prioridad la propiedad privada. Tanto la Constitución de 1853, que no prevé grandes herramientas normativas para frenar a los monopolios y a las oligarquías, en aquel entonces terratenientes y financieras, como muy especialmente el Código Civil de 1869, que ha venido a regir las relaciones sociales desde entonces.
Recién entrado el siglo XX es cuando en la Argentina empieza a aparecer un derecho público legitimando un rol activo y protagónico del Estado y esto coincide con el surgimiento del yrigoyenismo y del peronismo.
Si bien en la década del 30 se crean un montón de instituciones públicas que tienen que ver con la intervención del Estado, un intervencionismo estatal a la defensiva, con posterioridad, a partir de 1943, marca con mucha más claridad y evoluciona en forma profunda este derecho público.
Hay dos características que yo quiero hacer notar para comprender la importancia de hablar del concepto de interés público. El primero, como nota saliente, es que tiene cláusulas antimonopólicas y el segundo punto es la función social de la propiedad. Estos son conceptos propios de la evolución del derecho público argentino.
El proyecto de ley que venimos a apoyar y que hoy estamos discutiendo se enmarca en esta tradición del derecho público y muy especialmente en su carácter de antimonopólico. Esto no solamente se vio en la Argentina sino que, como les decía, coincide con la emergencia de movimientos nacionales populares en América Latina, no solamente un derecho público argentino sino que también es latinoamericano.
Es el caso, por ejemplo, de la Constitución mexicana de 1917, que coincide con la revolución mexicana y es consecuencia de ella. Lo mismo podemos decir de Guatemala en 1944, la época de Jacobo Arbenz, o de Brasil en 1946, con el último Getulio Vargas.
Entonces, estamos ante una cuestión que vuelve a ser discutida en la Argentina y que tiene que ver con las tareas históricas que los argentinos hoy tenemos pendientes para realizar. Se vincula directamente con la posibilidad de volver a discutir la intervención del Estado en la economía, buscando el bien común y lo que sería el objeto final, que es el derecho a la autodeterminación nacional, un derecho consagrado también en el derecho internacional público.
Para ir finalizando y dejar el lugar al resto de los expositores, quiero citar que en nuestro país también el derecho público tiene origen en la Constitución de 1949. Recuerdo y cito de memoria el artículo 15 que habla de la libertad de prensa. Se refiere a que el Estado iba a reconocer la libertad siempre y cuando no atentara contra la libertad. Esta es una cuestión novedosa que está en el fondo de nuestra historia y que nosotros necesitamos recuperar.
Por último, en el día de ayer he leído declaraciones del constitucionalista Gregorio Badeni que quiero citar acá. Se trata de un constitucionalista de prestigio y yo, con todo respeto, me animo a disentir con él porque se hace eco de las críticas, aquellas que arrecian contra esta intervención del Estado en la economía y contra este tipo de instituciones de derecho público, cuando las acusa de ser una indebida y desleal intromisión estatal que atenta contra la libertad de expresión.
Claramente me parece que volver a las fuentes y a tener en cuenta cómo fue la evolución del derecho público argentino, vinculado con los movimientos de masa y nacionales que han agregado mayor participación política y mayor democracia a nuestro país, es un poco el modo de dar respuesta a estas inquietudes que plantean algunos constitucionalistas formados en el liberalismo, tan propio de nuestras escuelas de derecho.
Ahora sí, para finalizar, cito de memoria a Arturo Jauretche, que hablaba de las cuestiones de la libertad individual. Cuando le preguntaban qué opinaba sobre la libertad él decía que los pueblos aman a la libertad pero no aman cualquier libertad sino primero exigen la libertad nacional. Es la libertad previa que crea las condiciones para poder garantizar el resto de las libertades.
Reitero el apoyo al proyecto de ley por parte de nuestro colectivo, el Centro Cultural Discépolo y corriente política y agradezco nuevamente la oportunidad que nos han dado para expresar nuestra opinión. Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Le voy a pedir a Rogelio Rotonda, vocal titular del Consejo Directivo de ADIRA que se acerque para hacer uso de la palabra.
También están presentes Fernando Cuello, Ramona Maciel, Jorge Ignacio, Jorge Botta, Rubén Formarelli y Nahuel Caputo, miembros de ADIRA.

Sr. Rotonda.- Señora diputada Juliana Di Tullio, señores legisladores, representantes de distintos medios, trabajadores de prensa, asistentes en general: en principio quisiera agradecer muy especialmente la invitación cursada por la diputada Di Tullio a un grupo de diarios integrantes de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina, ADIRA. Varios de sus asociados hoy me acompañan en este recinto, la señora presidenta recién los nombró y, si me permiten, voy a mencionar los medios a los que representan.
En representación del diario “El Día”, de La Plata, Fernando Cuello; por “La Reforma”, de General Pico, Rubén Formarelli; por “La Voz del Pueblo”, de Tres Arroyos, Ramona Maciel; por “Ecos Diarios”, de Necochea, Jorge Ignacio; por “Diario Popular”, Jorge Botta y por “El Litoral”, de Santa Fe, Nahuel Caputo.
No es frecuente que seamos escuchados y esta entonces es para nosotros una oportunidad casi de excepción, que naturalmente aprovechamos y agradecemos muy especialmente.
Desde la Capital Federal hay un concepto vago respecto de la existencia de la prensa del interior de nuestro país. Se sabe que existen algunos diarios pero, en realidad, no se conoce cuántos, cantidad de tiradas y poco de su rica historia.
Los diarios que conforman ADIRA, muchos de ellos más que centenarios, tienen un enorme arraigo en su lugar de influencia y circulaciones muy importantes que en su conjunto superan el millón de ejemplares al día. Además, el índice de credibilidad y de localismo del que gozan es tan significativo que se estima que en cada una de sus localidades entre el 90 y el 95 por ciento de los lectores de diarios se informa a través del medio local.
Hecha esta pequeña pero necesaria introducción y adentrándonos en el tema que se está debatiendo en la comisión, creemos oportuno hacer referencia a nuestra larga experiencia a través de la historia con relación al abastecimiento del papel.
La entidad que nos representa así como también todos los diarios del interior, a partir de las vivencias y de las diferentes situaciones sufridas, hemos expresado nuestra preocupación en numerosas oportunidades.
Con la creación del fondo para el desarrollo de la producción de papel prensa y celulosa, decreto ley 18.312 del año 1969, todos los diarios del interior contribuimos durante 10 años a la conformación de ese fondo especial en una suma que estimamos en 70 millones de dólares, en la inteligencia de que la construcción de una planta de fabricación de papel, para lo cual ese dinero se estaba destinando, nos abastecería satisfactoriamente. No fue así. La planta no alcanzó los niveles de producción deseables y no todos los diarios del interior, a pesar de haber hecho ese esfuerzo tan significativo, tuvieron el abastecimiento esperado sino que además carecieron siempre de capacidad de decisión en lo relativo a las políticas de papel para diarios, las que sí tuvieron los distintos representantes del Estado. Esto nunca fue orientado o ejercido a los efectos de subsanar los problemas de inequidad que padecíamos en la distribución de papel.
Por los directorios de Papel Prensa pasaron, en representación del Estado nacional, integrantes de las distintas corrientes políticas del país, sin contar, obviamente, los representantes de los gobiernos de facto. En todos los casos, la intervención del Estado resultó estéril y, por ende, perniciosa.
Basta con revisar la historia para constatar las numerosas restricciones aplicadas en forma directa, ya sea a la importación o al consumo, que fueron y van desde la expropiación de bobinas de papel importado hasta el establecimiento de cupos, lo que llevó a muchos medios a reducir a menos de un tercio la cantidad habitual de páginas y ediciones, pasando por la suspensión del otorgamiento de permisos de cambio para la importación de papel para diarios dispuesta por el Banco Central en 1947. A esto debe agregarse la imposición de gravámenes o aranceles que si bien no prohibían ni limitaban la importación, la encarecían a punto tal que llevaron a la quiebra a numerosas publicaciones. Todo ello, sin mencionar los cierres, intervenciones o clausuras de diarios por razones políticas.
Merecen un párrafo aparte las distintas formas de control que han ejercido los sucesivos gobiernos a lo largo de los últimos 60 años, a través de la instrumentación de intrincados mecanismos burocráticos que en la práctica no han hecho más que constituirse en una traba, en ocasiones insalvable, para las operaciones de importación a las que las empresas periodísticas se han visto obligadas a recurrir, atento a que la fabricación nacional de papel no alcanzó nunca a satisfacer su demanda.
A modo de ejemplo puede mencionarse la obligación de anticipar a distintas autoridades las necesidades de importación, la tramitación de permisos de cambio, de certificados de estadística previa, diferentes tipos de control del destino, inscripción en registros especiales, etcétera.
A partir del dictado del decreto 18.312, al cual ya hice mención, del año 1969, que dispuso la creación del fondo para el desarrollo de la producción de papel prensa y celulosa y se impuso una contribución equivalente al 10 por ciento del consumo de papel de todos los diarios. En el año 1978 se sumó a esta contribución un 20 por ciento de arancel de importación.
Espero no marearlos con estos números y porcentajes pero es muy importante que los escuchen con atención.
Entre los años 1979 y 1983, el arancel fue elevado al 45 por ciento. Entre 1979 y 1983 el papel pagaba más arancel que el whisky, manteniéndose con altibajos hasta el año 1988, en el que se redujo al 10 por ciento. Luego se bajó al cero por ciento hasta el año 90, y a partir del 91 volvió a gravarse con un 5 por ciento de arancel, aunque también se le sumó un 10 por ciento en concepto de tasa de estadística. Hasta el año 94 se mantuvo este arancel, reduciéndose la tasa de estadística al 3 por ciento.
Finalmente, a partir del año 1995, si bien se mantiene un arancel extrazona, mediante nota de tributación se estableció cero por ciento de arancel para los papeles de uso editorial.
Esta situación se mantiene en la actualidad, aunque no es menor la preocupación del sector, dada la fragilidad de la exención, sostenida sólo por una decisión administrativa fácilmente modificable. Esto no hace más que arrojar luz para confirmar que las formas de control continúan vigentes.
De esta experiencia surge la primera y clara conclusión para los diarios del interior respecto de la política de distribución y comercialización de papel, esto es, que el Estado no ha sabido o no ha querido garantizar con su intervención una política adecuada para el fortalecimiento de la pluralidad informativa de la prensa gráfica.
Por todo ello es que los diarios del interior hemos sostenido y sostenemos la necesidad de tener representación accionaria en la planta de Papel Prensa, de conformidad al aporte económico ya efectuado con la debida participación en el órgano ejecutivo de la misma.
Creemos firmemente que la pluralidad informativa es garantía insoslayable de la libertad de prensa, y que la libertad de prensa es garantía esencial del sistema republicano de gobierno.
En tal sentido –reitero , no podemos menos que participar en el debate sobre esta norma, habida cuenta de la sensibilidad del tema que aborda, no ya sólo para los diarios sino para todos los ciudadanos e instituciones de este bendito país.
Me permito volver a la historia para fundar las sugerencias antedichas. Como ya expresé, muchos de nuestros diarios son más que centenarios y han aquilatado una gran y dolorosa experiencia. Algunos de ellos en aquellos remotos años lamentablemente sucumbieron, en la época de los cupos de papel, eufemismo que en realidad planteaba que no se podía importar libremente el papel que se necesitaba para abastecer la tirada.
En dicha época todavía no había una planta nacional productora de papel para diario y el cupo de importación se constituía en un instrumento de asfixia de los poderes públicos a los diarios.
Así, los medios sometidos a cupos exiguos se encontraban en el dilema de tener que achicar la edición para mantener la tirada, o viceversa. El destino era inexorable: pérdida de lectores, pérdida de avisos, circuito vicioso de achicamiento y hasta cierre.
También de esto hace menos años- se reiteró la inequidad para diarios del interior, que al no ser provistos por las plantas papeleras locales se veían obligados a importar papel, pagando un costo sensiblemente mayor, y además soportando los aranceles de importación del insumo, todo lo que prácticamente duplicaba, en algunos casos, los costos de producción.
Nada de esto ocurre hoy en la Argentina, es cierto, pero debemos proveer lo necesario para que nunca vuelva a suceder.
Por las razones expuestas, que podrían traducirse en un número importante de casos que en homenaje a los tiempos que tenemos no abordaremos, entendemos que de sancionarse una norma debería contener una referencia explícita a que es de interés público el acceso al papel para diarios, no pudiendo el mismo volver a estar sujeto a cupos o restricciones de ningún tipo ni gravada su eventual importación con aranceles u otras gabelas. Sólo así podremos asegurar que las experiencias sufridas a lo largo de nuestra historia no volverán a repetirse.
Me permito, con la debida licencia de la diputada di Tullio, hacer una breve referencia a la enorme inequidad que padecemos los diarios del interior en cuanto al tratamiento impositivo. En principio, debemos destacar que los diarios forman parte de aquellos emprendimientos denominados de mano de obra intensiva, esto es, tienen gran cantidad de trabajadores para elaborar un producto en pocas horas.
Estudios hechos por ADIRA, que fueron analizados junto al titular de la AFIP, doctor Ricardo Echegaray, demuestran palmariamente que la capacidad contributiva de los diarios es menor cuanto menor es su circulación y mayor la lejanía de la Ciudad de Buenos Aires. Todo esto tiene una dosis de complejidad que también por respeto al tiempo de los presentes y de los demás oradores que tienen el mismo derecho que nosotros, me abstengo de desarrollar en su totalidad.
Pero a modo de ejemplo me permito dejar esta referencia. La incidencia de salarios de un diario del interior es del orden del 60 por ciento de su facturación, mientras que para un diario capitalino de gran tirada es tan sólo del 25 por ciento. De este modo, la incidencia del IVA representa para los primeros, o sea para nosotros, más de un 70 por ciento de las contribuciones patronales y menos de un 10 por ciento para los segundos.
En el caso de algunas publicaciones, el pago de los aportes patronales que, como sabemos, son una carga importante, agota la capacidad contributiva del medio.
Estamos en conocimiento de que este tema se halla en manos de la señora presidenta de la Nación desde hace algunos meses y no podemos menos que albergar la expectativa de que finalmente se plasme en un proyecto de ley que permita a los diarios del interior llevar adelante su actividad, asegurando su subsistencia y las fuentes de trabajo hoy seriamente comprometidas.
De esta forma estaríamos contribuyendo al pluralismo informativo aludido en beneficio de nuestro sistema republicano, representativo y federal, consolidando la democracia en nuestro país.
En síntesis, como conclusión final, para asegurar el pluralismo informativo aludido es imprescindible adecuar las alícuotas de IVA, ya que con las vigentes se asfixia a los diarios del interior del país, siendo este tema hoy el motivo más apremiante de su variada problemática.
Señora diputada Di Tullio: quedamos a su disposición, también a la de los demás legisladores, y agradecemos sinceramente, una vez más, esta invitación que nos cursara ya que para ADIRA es de vital importancia que nos tengan en cuenta. Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Agradecemos a Rogelio Rotonda, representante de ADIRA.
Dije antes que estaban presentes Fernando Cuello, Ramona Maciel, Jorge Ignacio, Jorge Botta, Rubén Formarelli y Nahuel Caputo, en representación de los diarios que mencionó el señor Rogelio Rotonda.
Tiene la palabra la señora Valeria Di Croce, periodista y comunicadora de la Fundación Walter Benjamin.

Sra. Di Croce.- Antes que nada, igual que lo hizo la diputada Di Tullio, quiero expresar mi solidaridad con el presidente Rafael Correa y el pueblo ecuatoriano.
Deseo aclarar que participo en este debate en mi condición de joven comunicadora y militante de la comunicación, pero sobre todo en representación de una generación de jóvenes ignorados y silenciados por los grandes medios de comunicación, miles de jóvenes que, a lo largo y a lo ancho de este país, luchan por construir una patria libre, justa y soberana. Jóvenes que comprenden que su tiempo no es ni ayer ni mañana sino que su tiempo es hoy y ahora.
No voy a hablar aquí acerca de cómo la junta militar, en complicidad con los diarios “La Nación”, “La Razón” y “Clarín”, le arrebató a la familia Papaleo Graiver la empresa Papel Prensa. El informe presentado el 24 de agosto del corriente año es contundente al respecto y no hace falta aportar nada más a las declaraciones de Lidia Papaleo y Rafael Ianover, las cartas ya están echadas en cuanto a este tema. Aportar al debate es la tarea que tenemos.
¿Por qué ahora? Se preguntan incansablemente los medios del monopolio. Déjenme compartir con ustedes una historia que tal vez ayude a resolver esa incógnita.
Corría el mes de noviembre del año 2000, época de la recesión que se había iniciado con Menem y que continuaba con De la Rúa, tiempos de la irrupción del fenómeno piquetero. A raíz de una consigna académica: realizar una investigación periodística acerca de una noticia a la cual no le dedicaran atención los medios, llegué a la puerta del “gran diario argentino”. Se rumoreaba en esos días que habían despedido a algunos empleados del matutino. Ningún medio gráfico, salvo la “Revista Veintitrés”, había difundido la noticia. Me dispuse a entrevistar a quien entonces era la editora del suplemento Zona, que había sido elegida secretaria adjunta de la comisión electa. Encendí el grabador y Olga Viglieca comenzó a hablar. Según “Clarín” los despidos son 74, sin embargo el número manejado por los trabajadores asciende a 117, teniendo en cuenta los colaboradores. Las razones de los despidos: disciplinarias, por innovación tecnológica en el área de corrección y por un proceso de reestructuración iniciado en el mes de junio. Tras una extensa charla con Olga y los trabajadores del diario comprendí, en aquel entonces, que detrás de los despidos se escondía una larga y oscura historia con la cual quedaba demostrado cuán difícil era enfrentarse al multimedios más poderoso de este país y los costos que se debían pagar por hacerlo.
El 16 de agosto de aquel año 2000-, fueron 565 los trabajadores que se acercaron a votar a una combi ubicada en las puertas del diario, la empresa había decidido no prestar las instalaciones para que desarrollaran los comicios. Eran las elecciones más participativas de la historia del diario, había votado más de la mitad del padrón, incluso un número mayor que el del regreso a la democracia. La nueva comisión estaba integrada, entre otros, por Ana Ale, de Economía, quien había sido elegida secretaria general de la comisión interna. Las autoridades del diario se negaron a recibir a la comisión electa por los trabajadores. “Atento a que usted participó en asambleas en las que se llegó a proponer gravísimas medidas contra los bienes de la empresa y la fuente de trabajo, lo que constituye una pérdida de confianza en usted depositada y un grave injurio a los bienes y personas de la empresa, prescindimos de sus servicios a partir de la fecha”. Este era uno de los textos de los telegramas de despido que llegaron a manos de los miembros de la comisión interna el 4 de noviembre de aquel año. Luego la represión y el cerco mediático. Aquí quiero detenerme.
El domingo 5 de noviembre un grupo de trabajadores y despedidos que realizaban una asamblea fueron filmados desde el techo del diario. Dos veces durante el día la Gendarmería Nacional los reprimió. Pese a que hay fotos de las filmaciones y de la represión, la empresa negó que esto haya ocurrido. Ya se sabe, la realidad se puede hacer tapa o se puede tapar.
El poder del grupo Clarín se vio en todas sus fuerzas en los días posteriores al conflicto. Salvo la información brindada por algunas radios, fue poco lo que se pudo difundir del hecho. En radio Continental un cartel impedía hablar de los despidos, sólo Víctor Hugo Morales en aquel entonces lo mencionó. El sindicalista Hugo Moyano sufrió una censura digna de épocas pasadas cuando al hacer mención a los hechos que ocurrían en la puerta del diario tanto TN como Crónica cortaron la trasmisión en directo. El cerco informativo al que se vio enfrentada la situación tiene su lógica en el poder que el multimedios posee en nuestro país. Era la conclusión a la que llegaba en ese momento con 21 años.
Algunos periodistas comentaban que “Clarín” amenazaba con no entregar papel a aquellos diarios que publicaran una sola línea acerca de los despidos y la represión. Estoy convencida, como entonces, de que la única verdad es la realidad. Lamentablemente quienes no fueron testigos de aquellas jornadas de lucha ignoran, aun hoy, lo sucedido en las puertas del diario en noviembre de 2000.
Aquella investigación de una estudiante de la Universidad de Buenos Aires concluía con el siguiente párrafo: “El grupo Clarín es actualmente el multimedios más poderoso de la Argentina. Posee el paquete publicitario más redituable del mercado y su presencia mediática es imponente. Diarios, revistas, televisión, cine, telefonía e informática”.
En un seminario del ILET, Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales, sobre periodistas y medios, llevado a cabo en 1983, el periodista Pasquini Durán decía: “Hay una fuerte tendencia a considerar que el medio de comunicación es virtualmente Clarín”. Es decir, si no trabajás en “Clarín” sos poco menos que un desgraciado, un marginal que no tiene ningún futuro en este país y que como periodista no se va a realizar en su vida. Descubrí a los 21 años que tal vez esto podría pasarme.
La verdad estuvo siempre al alcance de la mano, “El poder en las sombras”, escrito en 1984 por Ramón Camps, el responsable de las torturas sufridas por Lidia Papaleo y los familiares de David Graiver, entre otros tantos libros de los cuales dejo en mano sus copias, dan testimonio de las oscuras tramas de poder que se esconden tras los hombres y mujeres que conforman el monopolio consolidado durante la última dictadura militar.
Pasaron diez años de aquella experiencia que corrió el velo del “gran diario argentino” ante los ojos de una joven estudiante de comunicación que hoy está aquí. Controlar el papel es controlar la información, afirmaban en sintonía las editoriales de los diarios implicados en la apropiación de Papel Prensa días previos a la presentación del informe Papel Prensa: la verdad. Esa frase lo resume todo.
¿Por qué ahora? Se preguntan y gritan a coro los empleados del monopolio. Porque existe una decisión política que durante otros gobiernos democráticos no existió. Pasaron diez años para que finalmente no me sintiera tan sola. Hacer presente el pasado como una manera de desgarrar los velos de la época es nuestra tarea hoy.
Este proyecto político ha logrado desenmascarar el poder real, el poder de las corporaciones. Hoy se está interpelando a la política, se está preguntando si va a estar al servicio de las corporaciones o al servicio de los intereses del pueblo.
Le corresponderá al Poder Judicial determinar la complicidad civil con la dictadura, por parte de quiénes, en diciembre de 1976, según consta en el acta número 14 de la junta militar, le dijeron que no al pedido de Agosti, Videla y Massera, tal era el poder entonces de los grandes diarios. Le podían decir que no a los responsables del genocidio.
Les tocará a ustedes, diputados y diputadas de la Nación, tratar en el recinto el proyecto de ley que declarará de interés público la fabricación, comercialización y distribución de ese insumo básico, pasta celulosa y papel para diarios, y que creará una comisión bicameral que deberá trabajar permanentemente en el control y seguimiento de esta actividad.
Ustedes tienen en sus manos la posibilidad de que, de una vez por todas, la realidad no se pueda tapar.
Nosotros como jóvenes tenemos otra tarea. Generacionalmente pertenecemos a lo que podríamos denominar “los hijos de la dictadura”. Nacimos entre el 76 y el 83; tenemos varias herencias pesadas, eso es cierto, pero tenemos también una gran responsabilidad, un mandato histórico. Hemos nacido en democracia, hemos crecido en democracia, vivimos en ella. Fuimos adolescentes durante los 90 y resistimos la década neoliberal en las calles. Sufrimos la represión en democracia por oponernos a la entrega del Estado. Fuimos jóvenes durante las noches de diciembre de 2001 y participamos con el cuerpo en esos días agitados donde un presidente constitucional declaraba el estado de sitio. Fuimos “Pocho” Loprati, fuimos Maxi y fuimos Darío.
Tras la larga noche neoliberal de fuimos los que vieron, en aquel discurso del presidente electo Néstor Kirchner aquel 25 mayo 2003, que se podía volver, que era posible no sentirse tan sólo y que con la política se podía cambiar la realidad concreta. Volvimos a soñar con otra primavera y las banderas de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política comenzaron a ser levantadas incluso por nuevos actores sociales. Y aquellos que creían que nunca más las sacarían de los baúles, las desempolvaron y se las volvieron a cargar al hombro con una sonrisa. Esa sonrisa de reparación histórica que hoy estamos discutiendo acá, preparación de aquello que la dictadura militar y el neoliberalismo habían roto.
La tarde del 24 agosto 2010, por primera vez y en democracia, desde el Estado y en la boca de un presidente se enunció aquello que siempre se supo: que existió complicidad entre civiles y militares durante la dictadura en nuestro país, un acto de verdadero coraje de la presidenta de la Nación.
Quienes hoy dicen que a nadie le importa lo que sucede en Papel Prensa están diciendo que no les importa la complicidad civil con la dictadura, están diciendo que no les importa el Estado. El silencio es cómplice, la distancia justa para permitir que las historias se repitan.
Qué vamos a hacer con esa verdad enunciada el 24 agosto 2010 es una pregunta que debemos realizarnos todos. Nosotros como jóvenes tenemos un mandato histórico: defenderla. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Muchas gracias Valeria di Croce, periodista y comunicadora de la Fundación Walter Benjamin.
A continuación, Roberto Palma va a leer un comunicado de rectores de universidades nacionales.

Sr. Palma.- Otra deuda pendiente desde la dictadura.
Los rectores de las universidades e instituciones públicas de educación superior que suscribimos este documento manifestamos nuestro apoyo al tratamiento del proyecto de ley cuyo fin es declarar de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios, remitido a la Cámara de Diputados de la Nación por el Poder Ejecutivo nacional.
La producción de papel de diario influye directa y significativamente en la existencia de publicaciones que sustentan una parte relevante de las actividades que hacen a la educación y la cultura, así como a la información general.
Las nuevas tecnologías ocupan cada vez más lugar. No obstante, los diarios, las publicaciones periódicas y las revistas continúan siendo fuentes muy importantes de acceso a la información.
Para las universidades e instituciones educativas en general son elementos fundamentales. Tanto es así que prácticamente en todas las universidades públicas argentinas se producen revistas, publicaciones periódicas y libros impresos en papel.
Cuando alguno de los diarios más importantes de la Argentina afirman que controlar el papel para diarios es controlar la información, los universitarios no podemos dejar de decir que coincidimos, en cierto modo, con esa afirmación. Sabemos que al menos, una gran parte de la información se plasma en papel. En nuestras actividades cotidianas lo usamos corrientemente. ¿Cómo podríamos no estar decididamente de acuerdo con una ley que declare de interés público su fabricación, comercialización y distribución?
La libertad para expresar y difundir las ideas es un principio irrenunciable en las universidades e instituciones públicas de educación superior, y esto no es así porque lo hayamos decidido nosotros sino porque lo establece la Constitución Nacional, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Acta Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Está claro que nuestra Constitución Nacional considera la libertad de prensa como un derecho individual y un bien social. No cabe otra interpretación. El destinatario de esta garantía constitucional es el conjunto de los ciudadanos argentinos, no los dueños de los diarios y otros medios de comunicación.
¿Cómo garantizar la libertad de expresión sin garantizar que los medios a través de los cuales circula la información estén al alcance de todas las opiniones en igualdad de condiciones?
El papel para diarios tiene su historia en la Argentina y, como toda historia, abarca varias etapas. La parte comprendida entre los años 76 y 83 está directamente vinculada a la dictadura más feroz y sangrienta que hemos conocido. No es un descubrimiento del presente; no se trata de una novedad: consta en los diarios de la época. Ahí está relatada la historia escrita de puño y letra por los propios actores, quienes además la ilustraron con sus propias fotos.
Todos conocemos muy bien los métodos que se emplearon para la eliminación y expropiación de personas y bienes en este período. Y los conocemos porque se han establecido en los estrados judiciales, no porque se haya mostrado en los diarios de la época.
En estos días hemos escuchado y visto opiniones dolorosamente incalificables, una suerte de lamentable disquisición televisiva sobre grados de tortura, mediante la que se trató de argumentar en contra del tratamiento de este tema.
Aunque nos hiere muy profundamente, en honor a la libertad que defendemos, nunca censuraríamos esas expresiones. Sin embargo, no podemos dejar de recordar, a quienes esgrimen esos argumentos, que ya se han cumplido 25 años desde que por primera vez se demostró que aquí hubo un plan de exterminio, que no se trató de un conjunto de acciones aisladas ni descontroladas. Aquí se intentó una reorganización nacional mediante la aplicación de un plan basado en el terrorismo de Estado. ¿Por qué no dar lugar a que se investigue lo sucedido?
En el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo a la Cámara de Diputados de la Nación se propone declarar de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios, explicitando los siguientes fines: establecer las condiciones tendientes a asegurar la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa de papel para diarios con materia prima nacional; disponer las medidas que permitan el abastecimiento de todos los medios de información gráfico que lo requieran, en condiciones igualitarias, asegurando el respeto de la igualdad de los precios de compra-venta del producto y demás condiciones de contratación, debiendo evitarse la distorsión de los precios de mercado; promover el desarrollo de la prensa independiente garantizando los medios para la publicación de ideas y opiniones y contribuyendo al derecho de libertad de expresión; resguardar el acceso de todos los ciudadanos a las noticias.
El proyecto de ley también promueve la creación de una comisión bicameral de composición proporcionalmente representativa, así como la de un consejo consultivo federal integrado por todos los representantes de los diarios del país, para velar por que se cumplan los fines establecidos.
Desde una concepción democrática, representativa y federal, ¿es posible no estar de acuerdo con una ley de estas características? No, sin dudas que no.
El proyecto decididamente representa un avance significativo en la democratización y federalización del papel para diarios como un medio para democratizar y federalizar las ideas escritas.
Sólo pueden oponerse a él quienes temen a la libertad de expresión. Es probable, como toda obra humana, que el proyecto pueda ser perfeccionado. Seguramente algunos legisladores podrán contribuir a que así sea.
Estamos absolutamente convencidos de que el proyecto debe ser tratado y los ejes que conforman su esencia no deben ser modificados. Todos los legisladores y legisladoras, respondiendo a quienes representan, tienen el derecho y el deber de revisar y corregir el proyecto presentado, lo que no se puede hacer es impedir que se trate. Es otra deuda pendiente que existe desde la dictadura.
Firman la presente declaración los rectores y vicerrectores de la Universidad Nacional Arturo Jauretche; Universidad Nacional Chaco Austral; Universidad Nacional de Río Negro; Universidad Nacional de Chilecito; Universidad Nacional de La Rioja; Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco; Universidad Nacional de Misiones; Universidad Nacional de Luján; Universidad Nacional de Tucumán; Universidad Nacional Tecnológica Nacional; Universidad Nacional de la Patagonia Austral; Universidad Nacional de Río Cuarto; Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires; Universidad Nacional de Quilmes; Universidad Nacional de Santiago del Estero; Universidad Nacional de Lomas de Zamora; Instituto Universitario Nacional del Arte; Universidad Nacional de Jujuy; Universidad Nacional de Lanús; Universidad Nacional de General Sarmiento; Universidad Nacional de Entre Ríos; Universidad Nacional de Avellaneda; Universidad Autónoma de Entre Ríos; Universidad Nacional de La Matanza; Universidad Nacional de Villa María; Universidad de Buenos Aires; Universidad Nacional de Cuyo; Universidad Nacional de Córdoba; Universidad Nacional del Comahue; Universidad Nacional de San Martín; Universidad Nacional de La Pampa; Universidad Nacional de Rosario y Universidad Nacional de Moreno. Adhieren FEDUN, Federación de Docentes de Universidades Nacionales; Conadu, Confederación Nacional de Docentes Universitarios y FATUN, Federación Argentina de Trabajadores No Docentes de las Universidad Nacionales. Además adhieren a título personal los directores del Conicet, la doctora Dora Barrancos y el doctor Aldo Luis Caballero. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Agradezco al señor Roberto Palma, quien acaba de leer un comunicado de adhesión de rectores y organizaciones del mundo académico de la Argentina.
Tiene la palabra el señor Martín Bargas, secretario de prensa del Sindicato de Vendedores de Diarios.

Sr. Bargas.- En primer lugar, deseo agradecer por la invitación a la diputada Juliana Di Tullio, a la compañera Di Tullio, esto es algo que pedimos siempre a los medios, es decir, que nos digan desde dónde hablan. Nosotros, como trabajadores canillitas, queremos dejarlo en claro.
Durante este mes en el que se dieron las exposiciones quedó muy claro cómo fue la adquisición, entre comillas, de Papel Prensa. Todos los expositores hablaron de las torturas de la familia Graiver, de los vejámenes que sufrieron y nosotros, como trabajadores, el último eslabón de la cadena de comunicación gráfica muchos de ustedes conocerán que hoy la comunicación gráfica se basa en tres sectores, la edición, la distribución y la venta-, pedíamos dejar las anécdotas que tenemos para poder completar este relato.
Muchos hicieron hincapié en lo que fue el 2 de noviembre de 1976 y nosotros queríamos completar ese relato de cómo, durante estos 20 años, fueron quedándose no solamente con Papel Prensa sino también con los recursos de los trabajadores.
Haciendo un corte cronológico, pasando hacia 1990, no puntualmente en cuanto a lo que fue la industria gráfica pero sí reconociendo a los trabajadores del ex Canal 13, quiero contarles la otra pata: los trabajadores de la televisión, y cómo en ese año el grupo Clarín se queda con Canal 13 pagando cuando termine de hablar van a entender por qué explico esto-, 5 millones de dólares.
El grupo Clarín compra Canal 13 por 5 millones de dólares debiendo 7 millones de dólares de indemnización a sus 700 trabajadores, a quienes dejó en la calle. Es decir que el comprador, que ya en ese momento hacía bien las cuentas, se ahorró 7 millones, pagó 5 millones y se quedó con los nueve inmuebles de Canal 13.
Para que tengamos una idea de qué representaban esos 5 millones de pesos, les comento que 6 meses después compran un canal de cable, el primero con el que empiezan a armar su holding de cable, el de Avellaneda. Era pequeño, con 15 mil abonados y lo pagaron 10.200.000 dólares. O sea que ellos compraron un canal de cable al doble de lo que terminan pagando Canal 13. Digo esto porque quedaron afuera los 700 trabajadores de Canal 13. A fin de que podamos hacer una comparación, ese mismo año, dos o tres meses después, se privatiza Canal 11 en 8 millones de dólares, cuando todos los que venimos de la comunicación sabemos que en ese momento Canal 11 tenía una tecnología vetusta comparada con la del 13.
¿Cómo se queda con canal 13? El administrador y el único oferente es el grupo Clarín. Ellos administraron la licitación, rompieron los pliegos, echaron a los trabajadores y con lo que se ahorraron terminaron quedándose con Canal 13. Pasaron diez años más y acá ya sí hablamos de la gráfica. El 4 de noviembre, un día que seguramente el grupo Clarín recordará muy bien, el contador se levantó con el pie izquierdo y echó a 117 trabajadores, incluida la comisión interna del diario Clarín. Pero ese mismo día también anuncian a la sociedad la desregulación de la venta de diarios y revistas.
Quiero detenerme en esta parte para que podamos entender lo que significaba en ese momento para la sociedad la desregulación de diarios y revistas y esta cuestión de que desde ese momento los diarios se iban a poder comprar en supermercados, estaciones de servicios y farmacias.
Como sindicato, por supuesto, salimos a defender a nuestro sector, y está bien que así sea pero en ese momento hubo un planteo un poco más abarcativo y nos preguntábamos: ¿qué significa que todos los diarios van a poder estar en los supermercados, como Carrefour y Coto? Parecía que era entrar al Primer Mundo pero nosotros defendíamos a nuestros trabajadores y los intereses sectoriales, como tiene que pasar en un sindicato. En ese momento recuerdo que éramos agrupación porque el sindicato era amarillo y entregaba uno a uno los derechos al grupo Clarín.
Entonces, ¿cuál fue nuestro planteo? Decíamos: “Está bien, vamos a desregular. Ahora todos los diarios pueden llegar a los supermercados”. Hacíamos un escenario hipotético. Nos preguntábamos qué diarios iban a poder llegar. Nos imaginábamos las góndolas con “Clarín” y “La Nación” pero no nos imaginábamos las góndolas con “Página 12”, “Crónica” o con “Diario Popular”. Siempre dábamos un ejemplo: Si voy a un supermercado y encuentro una sola marca de mayonesa, quizás esa semana tenga que usar Hellmann´s o Rica. Me puede caer mal, me puede gustar con limón o sin limón, pero que 40 millones de argentinos vayan a un supermercado y solamente encuentren “Clarín” o “La Nación”, a nosotros nos hacía algo de ruido. Nos hacía ruido en 2000, un ruido que compartíamos en soledad con algunos sectores y algunos compañeros.
Nosotros decíamos que nuestro sistema de edición, distribución y venta, voy a ser muy sintético para explicar lo que significa ese sistema, fue creado en el año 45, a pesar de que venía de años anteriores fue consolidado democráticamente en ese año. Esto implica que el que edita, edita, el que distribuye, distribuye y el que vende, vende.
Así como se quedaron con Papel Prensa el 4 de noviembre de 2000, empieza la consolidación de lo que ellos pretendieron que sea el segundo monopolio, que era el de la distribución.
¿Y como lo querían conformar? Primero, por supuesto -y esto es algo que se dijo muchas veces-, si “Crónica” necesitaba 1.500 toneladas y le daban 300, imaginemos qué habrá pasado con “Crónica” y qué fue lo que pasó durante todos estos años.
Pero el Grupo tenía que controlar al segundo de los eslabones, que es la distribución. ¿Y cuál es la importancia la distribución? El sistema de edición, distribución y venta de diarios y revistas es el sistema más perfecto que hay de edición, distribución y venta, porque el 65 por ciento de los diarios y revistas que hoy circulan en la Argentina están bajo puerta antes de las ocho de la mañana, y las editoriales reciben el dinero a las 48 horas. Así que los que tengan canillitas, los que compren el diario y paguen por mes tienen que entender que el que financia este sistema es el último eslabón, el eslabón más débil, que es el vendedor de diarios, que financia a 30 o 45 días.
Entonces, decía, es con lo que “Clarín” y “La Nación” -que pueden competir en lo ideológico, hoy ya no lo hacen tanto, pero que son estratégicos socios comerciales- intentaron quedarse.
Para el resto de los diarios nunca hubo segunda vuelta. Y los que trabajan en la comunicación o en las redacciones saben a lo que me refiero. Cuando por algún hecho circunstancial, un partido de fútbol, un discurso o algún acontecimiento que ocurrió muy tarde, el cierre del diario se retrasa, con lo cual se retrasa el que termina la nota, se retrasa el armado de la hoja, se retrasa el PDF, se retrasa la imprenta, se retrasa todo. Llegan los diarios más tarde.
Ahora bien, durante muchos años segunda vuelta tuvieron “Clarín” y “La Nación”. Nunca la tuvo “Diario Popular”, nunca la tuvo “Crónica”, que se tuvo que quedar en la boca sin poder venderse, nunca la tuvo “Página/12”.
Entonces, ante este sistema de concentración, no quiero ser auto referencial pero fuimos los trabajadores canillitas los que aguantamos, los que luchamos durante muchos años desde nuestros lugares, diciendo "estos señores se están quedando con todo".
En los años 94 y 95 el gran Grupo representaba el 65 por ciento de las publicaciones que se exhibían en los puestos de diario. Teniendo esta posición dominante, la utilizaron muy bien para ese 4 noviembre quitar a los trabajadores vendedores de diarios el 20 por ciento de sus salarios. Para que todos tengamos una idea, eso representa 73 días. Es decir que de un día para el otro el presidente De la Rúa junto con el contador Héctor Magnetto decidieron que 5.600 trabajadores de Capital y Gran Buenos Aires y 32.000 trabajadores canillitas del país perdieran automáticamente 73 días de su salario. Esto nos llevó a no tener salud, a tener muy poca educación, a no poder continuar con nuestro desarrollo, es decir, a la precarización del trabajo.
Me hice un machete como para que veamos cómo se financia este grupo. Esos 73 días, ese 20 por ciento de nuestros ingresos, significó para “Clarín” y “La Nación”, las dos principales editoriales del país, 29 millones de dólares por año. En 10 años significó 290 millones de dólares que le pertenecían a los 32.500 trabajadores de todo el país tiene, los 5.600 trabajadores que hay en Capital y Gran Buenos Aires, y significó en estos 10 años algo así como 60.000 dólares para cada uno. O sea que el Grupo Clarín junto con La Nación le debe a cada vendedor una casa, más o menos, que es lo que nos fueron sacando durante todo este tiempo.
No me quiero extender mucho. He escuchado presentaciones de profesionales de la comunicación que han sabido explicar puntualmente cómo se fue dando todo esto, con estos datos: lo que significó la confiscación de los trabajadores, lo que significó cuando echaron a los trabajadores de Canal 13, lo que significó la Comisión interna.
Tenemos que empezar a buscar las salas donde todos los días se reúnen las comisiones de los diputados. En este sentido debemos hacer un reconocimiento a Ana Ale, que fue la mujer de Pablo Llonto, que murió muy joven y nunca el Grupo le reconoció su condición de delegada. Y me parece que los que venimos del campo nacional y popular tenemos que continuar reconociendo a nuestros mártires y esa compañera que murió peleando por que la reconocieran como trabajadora; era lo único que ella quería.
A los cientos de trabajadores canillitas que dejaron la vida en esta lucha, que muchas veces la llevábamos solos y que gracias a la valentía y el coraje de nuestra presidenta, que volvió a firmar la regulación de la venta de diarios y revistas, hoy volvemos a tener nuestros derechos.
Queda poco por decir. Para los que le guste y para los que no también, nosotros somos canillitas con “K”, y somos "paladar negro". (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Cuando me dicen "compañera" no puedo no decir "compañero". De manera tal que agradezco al compañero Martín Bargas, que es secretario de Prensa del Sindicato de Vendedores de Diarios.
Voy a pedir que se acerque a Edgardo Massarotti, del Foro Popular de la Comunicación de Entre Ríos.

Sr. Massarotti.- En un día como hoy, tan crítico para las democracias latinoamericanas, me parece esencial hacer lo que se está haciendo, porque esto precisamente también tiene que ver con la democracia.
Por la Unión Árabe de la ciudad de Paraná, integro un Foro Popular de la Comunicación, que es un colectivo de organizaciones no gubernamentales, profesionales de la comunicación, sindicatos, organizaciones religiosas, de la cultura, para tratar el tema de las políticas comunicacionales. Y en particular nos interesa mucho interiorizarnos sobre este proyecto del Poder Ejecutivo, de declaración de interés público a la producción, distribución y comercialización, tema que tiene muchas facetas. Así que voy a intentar a hacer una breve descripción de cada una de esas porque creo que hay que sistematizar todo esto.
En primer lugar, quisiera plantear lo que tiene que ver con el tema de las desregulaciones, porque nuestro país viene de un paradigma de desregulación.
Desde marzo del 76 hasta la crisis de 2001 el paradigma fue suprimir todas las regulaciones que había para corregir desequilibrios económicos o sociales; malas regulaciones donde hubo sustitución del Estado por los privados es decir, los casos concretos de privatizaciones como las ferroviarias, de aguas sanitarias, etcétera , y deficientes regulaciones en todas las condiciones de producción o calidad. Para citar un solo ejemplo, la falta de control sobre la mozzarella en la República Argentina.
Esto obedecía a un paradigma liberal de desregulación. Pero creemos que a partir de la crisis de 2001 hay un nuevo paradigma que replantea tanto la participación social como el rol del Estado, donde se plantea un rol del Estado no omnímodo pero sí mucho más presente.
Respecto del tema del papel para diarios, es interesante ver cómo se presenta a sí mismo Papel Prensa en la página de AFOA, la Asociación Forestal Argentina. Allí ellos se presentan como una empresa nacional dedicada a la fabricación de papel de diarios; hablan de su producción de 160.000 toneladas, dicen que utilizan 360.000 toneladas anuales de madera. Tienen establecimientos, entre ellos algunos en el Delta y otros en mi provincia. En realidad, esta es una forma aséptica de presentarse.
Tomando datos de sectores insospechados, la revista “Mercado” habla de que en la Argentina la producción del papel es una producción concentrada. Dicen que para la totalidad de los tipos de papel hay 60 empresas de celulosa y papel, aunque sólo 12 son verdaderamente relevantes. Si esto lo circunscribimos a la porción que corresponde para papel de diarios, Papel Prensa tiene claramente la posición hegemónica.
Papel Prensa es controlada por Clarín en un 37 por ciento, un 12 por ciento por CIMECO, que también es de Clarín, un 23 por ciento, por La Nación; 27 por ciento, por parte del Estado y un uno por ciento que todavía ha quedado remanente de inversores iniciales.
Aquí empiezan a aparecer algunos hechos. Si produce estas 160.000 toneladas al año, es importante ver que “Clarín” se queda con 100.000; 40.000 “La Nación” y 30.000 para otros diarios que se distribuye mediante el sistema de cupos o intermediarios.
Ahora bien, el mercado demanda en su totalidad unas 250.000 toneladas. Por lo tanto, el déficit está en alrededor de 80 u 90.000 toneladas, que básicamente hay que importarlas de Chile, Canadá, Finlandia o Rusia, dado que algunos de los competidores como Papel Tucumán -de Pierri, dicho sea de paso- dejó de fabricarlo.
Ahora bien, me parece que nos va indicando un camino, es decir qué pasa con los efectos de la concentración. Y en esto voy a hablar de valores absolutos, que a veces tienen ciertas variaciones según cambian condiciones del mercado, valores de importación, etcétera, pero hay algo que no cambia, las proporciones.
El papel importado, al que tienen que recurrir muchos de los diarios que no entran dentro de los cupos, cuesta entre 750 y mil dólares la tonelada, contra los 620 mil que cuesta el de Papel Prensa para los que acceden al cupo. Ahora en esto de los cupos hay que tener en cuenta que si aparecen intermediarios se eleva a 790, pero “Clarín” y “La Nación” pagan 500 dólares y hay algunos que bajan esa cifra a 390 dólares.
Papel Prensa provee a 130 o 170 diarios, es decir al 95 por ciento de los diarios que se publican, pero no vende a demanda sino por determinación de su directorio mediante cupos anuales que le permiten regular la producción. Este es otro de los efectos de la concentración. Voy a dar un ejemplo: si Papel Prensa hubiera ofrecido durante el último quinquenio todo el volumen que pudo producir, el ahorro por menores importaciones se estima en 123 millones de dólares. Los efectos concretos para un diario de 48 páginas, un diario chico como los que tenemos en el interior, el costo extra de ir con otros proveedores, es de 112 mil pesos al año. Ahora “Clarín” por ese mismo concepto ahorra al año 15 millones de pesos. Creo que está claro y lo dijeron aquí representantes de diarios del interior, también lo ha hecho DIPRA, la cooperativa de Diarios y Periódicos Regionales de la Argentina o, en el caso de mi provincia, Entre Ríos, el tesorero de ADDE, Asociación de Diarios de Entre Ríos. Se han hecho denuncias debido a que ellos están abonando el papel 3.200 pesos la tonelada.
Me parece importante destacar algo más. Hay otro efecto que muchas veces no se menciona que es la capacidad que tiene Papel Prensa para imponer valores a los productores de papel. No se olviden que ellos tienen 8.400 hectáreas denunciadas de producción propia pero también compran y en esta compra que le hacen al productor le están pagando alrededor de 95 pesos la tonelada, cuando su valor real es de alrededor de 200 pesos. Hago esta mención porque no es casualidad que cuando se habla del conflicto con las patronales agropecuarias ese sector siempre resalta lo que se le paga al productor. Evidentemente ellos esquilman a los productores sin que se les mueva un solo pelo.
Otro de los aspectos que tiene que ver con Papel Prensa y su origen, bien lo dijo aquí uno de los representantes de los medios, es que en la década del 60 o del 70 había que pagar el 10 por ciento del total del papel que importaban con el objeto de formar una producción propia, es decir, para que por primera vez hubiera papel de diario en el país sustituyendo las importaciones. Después aparecen todas estas cosas: Graiver compra las acciones, fallece en algo muy poco claro, familiares suyos son detenidos, está claro que hay una sesión bajo presión. Pero me parece que lo central y lo que demuestra lo sucedido es la solicitada de “Clarín” del 19 de mayo de 1977. Esto es central porque se puede admitir por contraste el silencio que tuvieron que hacer muchos por temor a la dictadura militar. Cuando se hacen buenos negocios con la dictadura, eso se llama complicidad.
Por eso, sin prejuzgar ni condenar de antemano, avalamos que la señora presidenta haya elevado la denuncia por delitos de lesa humanidad por la apropiación de Papel Prensa.
Otro de los aspectos que creo debe ser revisado por quienes tengan que ver con la economía y por ustedes en la Comisión de Comercio se relaciona con que éste es un gran y fabuloso negociado. Si uno empieza a sistematizar la apropiación económica, los hiperbeneficios que han tenido, y a desglosar algunos –habría que cuantificar pero yo no estoy en capacidad de hacerlo, sólo voy a mencionarlos- podemos llegar a alguna conclusión.
En primer lugar, el capital inicial formado por esa gabela del 10 por ciento –recién dio datos uno de los expositores- que equivalía a 70 millones de dólares.
Hubo aval del Estado para los créditos, por ejemplo los que se tomaron con el Banco Holandés y que después formaron parte de la deuda externa.
La provincia de Buenos Aires le dio energía casi gratuita por 10 años.
El precio de compra es vil, cuanto menos podemos decirlo así. La dictadura fortalece ese proceso hegemónico donde aparecen aquellos datos como por ejemplo que la Secretaría de Industria de la dictadura apretó a otros diarios. Uno de los ejemplos claros también fue denunciado aquí.
La elevación de los aranceles de importación, en su momento, del 44 al 48 por ciento, que más allá de que pueda haber tenido rebajas está claro que formaron parte de ese mecanismo de apropiación y expropiación.
Lamentablemente hasta ahora Papel Prensa todavía sigue recibiendo subsidios para forestación. Este es otro de los mecanismos de apropiación. También se benefició con la devaluación, la pesificación asimétrica. Está claro y lo mostraron todos cuando puso precios diferenciales y ejerció una verdadera competencia desleal. Es decir, ellos tienen un precio de venta de la bobina de papel menor a su costo de producción y cobran más a otros.
Reitero lo que dije porque esto hay que computarlo también. Bajo costo de producción, subsidios que le da el Estado y esquilman a los productores.
Un ejemplo interesante acaba de dar el compañero del Sindicato de Vendedores de Diarios en el mecanismo de la compra y devolución de diarios, es decir, los diarios rechazados por los canillitas. “Clarín” se lo vende a Papel Prensa a un valor similar al de tapa, no al valor de descarte ya que es un diario que no se ha vendido. Todas estas son formas de apropiación.
Está de más decir lo que esa hegemonía implica: captación del mercado, de más mercado, en donde obviamente tiene más páginas, más anunciantes, más clasificados. Si se multiplican todos estos valores los economistas tendrán que hacer ese trabajo-, para hacer una comparación, podemos decir que se trata de un negociado fabuloso que a mi juicio equivale a los escándalos de la “Década Infame”, la CHADE, la Italo o las exportaciones de carne. Por eso nos parece importante que quienes tengan herramientas puedan acercarlas, discutir y fundamentar para que el procurador del Tesoro haga y lleve adelante esa denuncia sobre el abuso de la posición dominante.
Otro de los aspectos de Papel Prensa tiene que ver con la implicancia sobre la comunicación. En primer lugar, está claro que el papel es un bien necesario para el desarrollo social, cultural, educativo y económico, está claro que hace a la libertad de prensa y de imprenta. La información es tanto un insumo como al mismo tiempo un requisito de la democracia. En este sentido, está claro que si unos pocos controlan la información no es posible una verdadera democracia. Papel Prensa ha venido administrando la palabra y ellos mismo lo dijeron: “Quien controla el papel, controla la información”.
Si me permiten, quiero resaltar algo. Uno de los expositores fue el representante del “Diario UNO”, que también vive en mi provincia y con quien hemos tenido serias discrepancias respecto de la ley de medios, pero también estamos dispuestos a “bancar” absolutamente este proyecto en función de la garantía de la libertad de prensa aún para aquellos con los cuales no estamos de acuerdo.
Para ir cerrando, me parece que es importante dado que es el objeto principal de esta comisión- centrarnos en la necesidad de un marco regulatorio y por eso hablé de dos paradigmas diferentes en cuanto a las regulaciones. En este caso la regulación va a tener dos aspectos, que a veces los técnicos, los científicos y los ideólogos dicen que son dos extremos, pero sinceramente creo que aquí se juntan perfectamente.
Un marco regulatorio que resguarde tanto el interés general, porque es el que hace a esa libertad democrática de prensa, como así también que haga de árbitro entre actores privados que son notoriamente desiguales. Pero está claro que para esto hay que definir los objetivos y las prioridades de la regulación.
Así, un eje se vincula con los debates y la articulación de los consensos necesarios en torno a la importancia que puede tener esta regulación, y también a los efectos diferenciales de la regulación sobre la actividad económica e inclusive la actividad cotidiana. Y esto requiere necesariamente un análisis político que debe realizar el Congreso, donde es absolutamente valioso que ustedes escuchen también las voces de la sociedad.
Otro eje abarca los aspectos técnicos normativos digo esto porque las experiencias de regulación en la Argentina han tenido varios traspiés- porque es importante tener precisión, evitar contradicciones, vacíos en los derechos y obligaciones de cada uno de los actores, así como tener bien en claro los procedimientos a seguir.
Es decir que un marco regulatorio eficaz debe preservar el funcionamiento de las reglas de mercado pero, al mismo tiempo, debe evitar la formación de monopolios indeseables, desacelerar la concentración del ingreso, proveer a una mayor justicia distributiva y estimular el crecimiento de la economía.
Para esto, en este nuevo marco regulatorio tiene que haber autonomía, visibilidad y transparencia en la gestión. Tiene que haber mecanismos claros de rendición de cuentas. Tiene que haber participación social, no únicamente corporativa. También corporativa, porque creo que los editores de periódicos del interior tienen que estar, pero también me parece importante que otros sectores de la sociedad de alguna manera participemos, sobre todo en hechos tan clave como evaluar la capacidad de producción.
Aunque pudieran llegar a producir 200.000 toneladas aún está faltando para el consumo del mercado interno. Evidentemente, si es un bien escaso va a haber que discutir mecanismos de cuotificación. Para eso habrá que tener criterios que sean objetivos, solidarios y justos, es decir, no que uno se lleve todo y que a otro se le exija más. Como decía Jauretche, hay que ver si la frazada es corta o si todos podemos tenerla.
Para concluir, sinceramente no se trata del problema de un gobierno versus un grupo. Por eso se requiere una capacidad institucional, legitimidad y poder coercitivo de los órganos reguladores. Pero también debe quedar en claro que como toda política pública que necesita un soporte institucional y organizativo, no basta con el ejercicio del poder del Estado a través de una ley. Sólo puede tener sustento y proyección si las organizaciones sociales de todo tipo constituimos ese sujeto político que pueda incidir y actuar, dando forma y pesando en las definiciones de esas políticas.
Espero que estas audiencias que ustedes están haciendo impliquen precisamente eso, para que la sociedad pueda incidir en la definición de esas políticas. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Gracias Edgardo Massarotti, por el Foro Popular de Comunicación de Entre Ríos.
A continuación hará uso de la palabra Luis Giletta, del diario “Tribuna” de Bell Ville, Córdoba.

Sr. Giletta.- En primer lugar, aclaro que no somos un diario; somos un semanario de la ciudad de Bell Ville, en la provincia de Córdoba, que el próximo 8 abril va a cumplir 80 años.
Uno de los problemas más serios que hemos tenido a lo largo de toda esta trayectoria siempre ha sido la provisión de papel. A veces uno escucha a los colegas de ADIRA y su realidad es totalmente distinta a la que vivimos los medios del interior en poblaciones de 10, 15 o 40.000 habitantes.
En ese sentido, quiero decirles que apoyamos totalmente este proyecto de ley porque creemos que si está bien aplicado no debemos caer en el temor que dejaban traslucir las palabras del representante de ADIRA, que es el temor a la presencia del Estado o a las regulaciones.
Es importante que de una vez por todas se asuma seriamente el problema primero de la fabricación y luego de la distribución de papel y, fundamentalmente, la posibilidad de que los medios chicos podamos acceder a un costo igualitario al de los grandes medios.
Debe quedar claro que en futuros debates que tendrán que darse sobre este tema tendientes a garantizar la auténtica libertad de prensa, la pluralidad de medios y de ideas, también tendrá que hacerse referencia a la problemática fiscal a la cual nos vemos enfrentados, ya que no es igual la capacidad que tenemos los pequeños medios que la que tienen los medianos o los grandes medios concentrados.
Nosotros decimos que a las pymes del periodismo no hay que verlas como empresas comerciales sino como empresas culturales. Y contra todo lo que se vino diciendo en los últimos años acerca de que la irrupción del periodismo digital iba a ir haciendo desaparecer a los medios gráficos, la realidad, por lo menos de nuestra región, es que en una zona de cerca de 100.000 habitantes hay 17 medios gráficos, muchos de los cuales han ido surgiendo en los últimos años como una clara demostración de que los pueblos necesitan tener un medio que registre la historia de todos los días.
También se observa la aparición de muchos medios gráficos que tienen que ver con la comunicación de las instituciones o de las empresas. Y eso por supuesto da cabida a la participación de muchos estudiantes de las escuelas de periodismo que han ido surgiendo en estos años y que de esta manera van teniendo posibilidades de encarrilar su vocación.
Antes de venir a esta audiencia pública conversé con la mayoría de estos colegas, medios que van desde tirajes de 1.000 a 4.000 ejemplares. Estamos hablando de poblaciones pequeñas. Por ejemplo, en Bell Ville, una ciudad de 40.000 habitantes, un medio como el nuestro está en el orden de 4300 ejemplares, mientras que Clarín, que dicen que es el diario nacional, vende 150 ejemplares.
Y esa es la realidad de todos los pueblos.
Hay ideas dando vueltas acerca de los pequeños medios y ojalá esta audiencia ayude a concretarlas. Hemos empezado a dejar un poco de lado ciertos egoísmos y a entender que entre todos podemos hacer suplementos conjuntos, por lo menos en lo relativo a contenido político y periodismo nacional.
No hace mucho tiempo en la provincia de Córdoba se realizó un estudio que arrojó como resultado que sumando los semanarios obteníamos un tiraje de 200 mil ejemplares, cuando al diario más importante de la provincia dice vender 65 mil ejemplares. Esto lo traigo a colación para que el Estado y el Poder Legislativo tengan en cuenta la importancia de los pequeños medios en el interior del país.
Es fundamental para la supervivencia e incluso para el surgimiento de nuevas publicaciones, la sanción de esta iniciativa para tener la posibilidad de obtener el papel de diario a un precio más accesible. No quiero explayarme mucho más. He escuchado atentamente a los disertantes y a los colegas y creo que lo han hecho con mucha solvencia.
He podido leer el informe brindado días atrás por el presidente de DYPRA, entidad a la cual nos sumamos después de haber integrado mucho años ADEPA. Hemos renunciado a esa asociación al igual que lo hicieron otros medios precisamente por sentirnos utilizados por los grandes medios concentrados. Y ese es el real sentido de la palabra, porque incluso utilizan a algunos medios del interior como fachada para darle carácter federal a la entidad que concretamente sólo sirve al grupo Clarín.
Hace mucho tiempo venimos luchando para crear una comisión de Pymes dentro de ADEPA, sin embargo nunca tuvimos eco. Sin embargo, los acontecimientos ocurridos en los últimos tiempos nos llevaron a tomar una decisión que deberíamos haber tomado mucho tiempo antes. Justamente en este momento surgió DIPRA Diarios y Periódicos Regionales Argentinos que nuclea fundamentalmente a los medios pequeños y a los cooperativos surgidos en muchos lugares del país. Y al respecto compartimos totalmente las expresiones del presidente de DYPRA.
Quizás lo que voy a decir no es tema de esta audiencia, pero quiero aprovechar la oportunidad para agradecer que por primera vez se tengan en cuenta las opiniones de ese interior del interior al que no se escucha.
También considero que es una buena ocasión para decir que se siga trabajando en la problemática de los pequeños medios del interior porque tenemos una realidad totalmente distinta a la de los grandes medios.
Recuerdo que hace un rato se habló de que desaparecieron muchos medios en la época de la regulación. Hace 30 años que estoy en esta actividad y la época en la que más medios desaparecieron fue cuando arreciaban las políticas neoliberales. Ese fue uno de los momentos más difíciles para los medios pequeños.
Asimismo recuerdo cuando el ministro Cavallo durante el gobierno de la Alianza impuso el IVA a la venta publicitaria, del cual los medios pequeños estábamos exentos. Eso nos complicó enormemente porque hay que entender que por lo general en el caso de los pequeños medios se trata de empresas familiares sin gran estructura administrativa como para manejar correctamente ese aspecto. Algunos pudimos sortear esa situación o nos pudimos acomodar, sin embargo los más pequeños fueron quedando en el camino por ese problema, entre otras cosas.
Hay que entender que los pequeños medios del interior tenemos un mercado publicitario muy acotado. Prácticamente se trata de pequeñas empresas y de comercios monotributistas a los que estamos castigando al cobrarles el IVA. Por ello entiendo que quizás también haya que estudiar esta problemática.
Entonces, otro punto a considerar es la publicidad, que sé que el actual gobierno lo está estudiando. Se trata de la posibilidad de que los medios concentrados, que dicen ser los medios que llegan a todo el país, no se queden con toda la torta publicitaria sino que pueda llegar a los pequeños medios.
Como mencioné en el ejemplo anterior, se demuestra que no es tan así el hecho de que Clarín es el gran diario nacional. Digo esto porque la Universidad de Villa María, en la provincia de Córdoba, hizo un estudio que señala que en nuestra región el conjunto de los medios nacionales vende en los kioscos solamente el 4 por ciento de lo que venden los periódicos locales. Creo que el Estado debería tener en cuenta ese aspecto a la hora de fijar las pautas publicitarias.
No quiero abundar en lo que ya se dijo. Simplemente agradecer una vez más esta posibilidad y ojalá esta iniciativa sea aprobada y los pequeños medios del interior tengamos un aliciente más para continuar adelante. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Sale, director del diario Noticias de la Costa de Viedma, provincia de Río Negro.

Sr. Sale.- Hoy somos todos viajeros, por lo tanto agradezco el gesto de haber violentado el orden.
El hecho de generar un espacio de audiencia pública por parte de la Comisión de Comercio de la Cámara de Diputados de la Nación, para considerar el proyecto de ley por el que se promueve se declare de interés público la fabricación, comercialización y distribución de papel para diarios, es ante todo un gesto y un hecho democrático.
Que se puedan escuchar voces que venimos desde lejos nosotros estamos a mil kilómetros de este centro de consumo , desde la otra Argentina como solemos decir nosotros, no hace otra cosa que ratificar que la inclusión es posible.
Nuestro diario fue fundado el 1° de abril de 1996, consecuentemente estamos en las puertas de los 15 años de vida. Y nació a partir de la necesidad de una vasta región de la Patagonia que no tenía su propio diario.
Como dato quiero decirles que Viedma, capital de Río Negro, es la única capital de provincia de la Argentina que no tuvo diario hasta 1996.
La motivación de aceptar la invitación a partir de esta audiencia, no tiene otra razón que contar lo que significa parir un diario todos los días.
Aquellos que estamos lejos de los grandes centros de consumo, sufrimos para conseguir los insumos básicos en tiempo y forma. Mil kilómetros es una distancia enorme en la Argentina.

No me gusta hablar de diarios grandes y de diarios chicos. En los pueblos, eso es relativo. El nuestro es el diario grande, hasta que nos comparamos con alguien. Somos el que más vendemos, hasta que nos comparamos con los grandes medios monopólicos, que no sólo están aquí; también andan dispersos en el resto de la República.
Entonces, ni grandes y chicos: iguales, con las mismas condiciones para todos.
Por ser iguales, debemos compartir las mismas reglas de juego, las mismas condiciones para comprar cada uno de los insumos, sobre todo, el papel.
Teníamos cupo. Eso significó durante años una discriminación por parte de Papel Prensa. En nuestro caso se nos otorgaba menos del 50 por ciento del que debíamos consumir, y la diferencia, por ser de los chicos, la debíamos comprar en el exterior a precios fuera de nuestro alcance.
Debíamos -dije- porque hace poco menos de un año un día el cupo se puso laxo. No sé si fue porque el socio Estado empezó a controlar o porque el monopolio y su otro socio empezaron a vender menos. ¿Entonces les habrá empezado a sobrar papel? No lo sabemos, pero eso ocurrió.
Quiero dar testimonio del destrato al que somos sometidos. Las empresas como la nuestra no son calificadas por Papel Prensa. Por lo tanto, debemos comprar en forma anticipada el papel, el insumo básico. Debemos transferir el dinero; debemos esperar que la empresa lo vea en una computadora y después se pone en marcha todo un operativo, que en muchos casos para llegar a nuestra empresa demora hasta seis y a veces siete días. Por lo tanto, nos llevan una gran ventaja, siempre tiene nuestro dinero dentro de su empresa. Esta no calificación no sé si la aplicarán al resto de las empresas del sector.
Pero no todo está perdido. Después de años y años de consumir Papel Prensa, hace dos días, oh sorpresa, nos llamó la empresa a nosotros. Años y años mendigando que nos atiendan. ¿Saben lo que es acceder a un gerente de Papel Prensa? Es una tarea casi imposible. Hace 72 horas, el gerente de comercialización de Papel Prensa nos llamó a nosotros, diciéndonos que querían visitarnos. ¿Qué significa eso? Que las audiencias públicas ya lograron algo. No sólo que nos consideran sino que los gerentes de Papel Prensa puedan conocer el país. (Risas.)
Desde aquí quizás no se visualiza exactamente lo que significan estos diarios, estas revistas, estas publicaciones. Suscribo el documento de ADIRA cuando habla de los diarios del interior, que en números groseros habla de 900.000 o un millón.
Y aquí hay una trampa que cometen hasta las grandes agencias de publicidad. Se olvidan de nosotros, creyendo que anunciando en “Clarín”, en “La Nación” o en los grandes medios de la Capital Federal están llegando a la Argentina.
Recién lo decía el señor de Córdoba y lo voy a ratificar. En nuestra región del sur bonaerense y el Este rionegrino desde Pedro Luro a Sierra Grande, aproximadamente 450 kilómetros-, “Clarín” vende 180 diarios; “La Nación” no llega a 150 ejemplares. Esa es la Argentina que van a ir a conocer los gerentes de Papel Prensa. Ojalá después les cuenten a sus patrones.
Podemos enumerar de a montones formas de destrato de la empresa. Quizás no suman más que para la anécdota. Por lo tanto, las vamos a dejar de lado.
La declaración de interés público de la fabricación, comercialización y distribución del papel para diario es una necesidad. Y no creamos que estamos hablando de libertad; estamos hablando de competencia. Nos quieren meter en la discusión de la libertad de expresión como si no la tuviésemos, cuando en realidad estamos hablando de competencia desleal por parte de quien producen papel en la Argentina.
La competencia se hace mucho más difícil, mucho más cruel, con la aparición de los nuevos modelos y sistemas de comunicación, pero lo que tenemos que evitar es que los privilegios sigan siendo de los mismos en la Argentina. Debemos cambiar la lógica; que los que más tienen, tengan igual que nosotros.
En la época del fútbol para todos, jubilación para todos, televisión digital para todos, que también haya papel para todos; papel para todos en las mismas condiciones: para el de Salta, el de Tucumán, el de Río Negro y el de acá a la vuelta. Entonces, va a haber una competencia más sana.
Y tengan la certeza de que habrá muchísima más libertad. No nos dejemos convencer por el discurso del miedo. Nosotros por lo pronto podemos decir, podemos escribir, podemos poner en Internet lo que tenemos ganas. Los que quieren imponer el discurso del miedo lo único que están haciendo es defender a las patronales. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Gracias Raúl Sale, director del diario “Noticias de la Costa”, Viedma, Río Negro.
A continuación tiene la palabra José Sbatella, presidente de la Unidad de Información Financiera.

Sr. Sbatella.- Agradezco la invitación. Es una obligación para mí, como presidente de la Unidad de Información Financiera, estar aquí, ya que como tal ejerzo parte del poder de policía del Estado en lo que hace al control y la aplicación de la ley contra el lavado de dinero, ya que esta ley tiene influencia en uno de los factores de acumulación de capital de este grupo dominante.
También quiero encuadrarme en mi anterior función, cuando fui presidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Y mucho se habló aquí de que la posición de Papel Prensa hace uso del poder monopólico, y por ende es aplicable la ley de defensa de la competencia.
Lamentablemente, quizá por desconocimiento o por miedo porque hay que reconocer que todavía ese fantasma lo utiliza este grupo dominante-, no hay antecedentes hasta este enero de denuncias de abuso de poder para aplicar la ley de defensa de la competencia. A pesar de que casi todos los diarios fueron víctimas de este abuso de poder, recién la primera denuncia aparece en enero.
Es muy sintomático el modus operandi, para hablar en términos delincuenciales, de Papel Prensa.
Esta posibilidad de tener el control del abastecimiento del papel producido en Argentina, le permite discriminar precios, que es una de las figuras de la ley, y a la vez negarse a la venta, que es otra de las figuras de la ley. Y como conclusión, estas dos figuras permitieron al grupo Clarín iniciar la primera etapa de acumulación e integrarse verticalmente a la producción de madera y a las compras pertinentes a las etapas previas de la fabricación de papel.
Posteriormente, utilizando este poder de mercado, compra periódicos del interior y en todo o en parte se va haciendo socio de la mayoría de los periódicos que pueden sobrevivir. Esta es la primera etapa de acumulación que de alguna manera termina cuando aparece la posibilidad de hacerlo por vía de la imagen. En ese entonces ve el negocio como grupo, es decir, el control de la distribución de imagen por cable. O sea que esta capacidad de acumulación lo obliga a continuar como en todo monopolio, y más aún en un país periférico como el nuestro.
Ellos no paran porque cuando dejan de acumular y de concentrar, se quedan fuera. Esta es la ley si hay Estado, pero ocurre que durante muchos años no hubo Estado en la Argentina. Por eso eran crudas esas leyes del capitalismo salvaje.
Por otro lado, la compra de Multicanal le permite entrar en el negocio del cable. Para ello hace algo que es una novedad para el mundo, que es acordar un contrato con la AFA a veinte años, del cual son cómplices de origen los que lo firmaron. En la historia de la regulación de la transmisión de imágenes de deportes de primera línea, no hay antecedentes de contratos a veinte años.
Ese contrato, junto con la posibilidad de adquirir la competencia, genera un nuevo sistema de acumulación económica, que es el más importante después de que nuevamente empieza a usar la misma figura usada con Papel Prensa. Me refiero a discriminación de precios y negativa a la venta. La discriminación de precios es en función de que fijan precio predatorio, en rigor así se llama, por el cual venden más barata la conexión. Y hay denuncias de que siguen haciéndolo en Punta Alta. Ellos venden la conexión a la mitad de su valor hasta que salen del mercado. Además ocurre que sacan Fútbol de Primera, que era lo que permitía la competencia. De ese modo fundieron o compraron a toda la competencia del cable en las principales ciudades y en ciento y pico ciudades del interior. Quedaron ellos solos.
Esta segunda forma de acumulación fue la más importante del grupo hasta la fusión con Cablevisión, que permitía llegar a una tercera etapa, Telecom. Para ser claros, se quedaron con la fibra óptica. En realidad se quieren quedar porque la batalla hay que darla y ganarla.
Consecuentemente en este esquema, controlarían todo el sistema de difusión y las tecnologías vigentes para poder manejar lo que se ve en el horizonte, el triple play de la transmisión de imágenes. Entonces, se quedan con las tres etapas tecnológicas, lo que les permitiría también difundir imágenes por teléfono, para lo cual necesitan línea telefónica.
Esta fue la historia hasta el uso de la jerarquía del Estado y de la regulación en un tema que se transformaba en una cuestión estratégica para cualquier proceso popular en la Argentina y en cualquier país del mundo. Este mismo problema que nosotros empezamos a resolver, lo está sufriendo el resto de los países latinoamericanos.
Samir Amin, que es un economista egipcio que yo nombro en mis clases, dice que en la peor etapa del capitalismo hay cinco monopolios que son la esencia de la construcción de poder. El primero es el monopolio de los recursos naturales, cuyo objeto son las rentas mineras, agrarias y petroleras. El segundo es el monopolio del recurso financiero, o sea el capital y la movilidad del capital. El tercero es el monopolio de la innovación tecnológica, que implica conocimiento en las casas matrices pero no para los países periféricos. El cuarto, que es el verdadero poder garante de la fuerza militar, es el monopolio de las armas de destrucción masiva. Y el que legaliza estos cuatro monopolios a nivel mundial, es el monopolio de los medios de comunicación. No hay posibilidad de romper los cuatro anteriores si no se rompe éste, que es el que maneja la difusión de la imagen y las ideas que se transmiten en el mundo. O sea que el tema de los monopolios de los medios de difusión es la batalla estratégica global.
A veces ocurre que no hay voluntad de la sociedad, otras que no se puede y otras más en las que las fuerzas populares no están en condiciones de dar batalla.
Esta situación económica, que es la madre de todas las batallas, es el monopolio por la difusión en Argentina, como no puede ser de otra manera en un país capitalista periférico salvaje donde quizás vivimos con mayor crudeza la corrupción desde los 90. No me refiero a la corrupción que sale en los diarios y en los medios sino a la que se manifiesta brutalmente en el caso de Papel Prensa.
No voy a repetir conceptos, pero desde el punto de vista comercial claramente la asamblea constitutiva de Papel Prensa es nula si se considera que son imprescriptibles los delitos de lesa humanidad.
Ningún socio puede entregar ni hacer traspaso de las acciones por la fuerza en la asamblea. Esa es la ley de derecho comercial del Estado. O sea que apenas sean imprescriptibles, será posible discutir la legalidad de la constitución y apropiación de Papel Prensa.
Hay una segunda instancia en la que este grupo comete otros delitos que están denunciados en la Justicia y en la unidad a mi cargo.
La asamblea constitutiva de Cablevisión está viciada de nulidad. Esta asamblea fraudulenta fue denunciada por la fiscal Gil Carbó, quien sufrió persecuciones por ese motivo. Este caso todavía no está resuelto. Ese dato no fue mostrado a la prensa en diciembre de 2007 cuando se lanzó la ampliación de capital, con acciones en Nueva York y en Argentina y luego se terminó la fusión.
Como no fue anunciado, la Comisión Nacional de Valores y los organismos dedicados a ello tienen en sus malos una denuncia que llamaría por mala praxis en la constitución de sociedades, debido a que hay un dato que no se dio a conocer públicamente. Y a eso hay que adicionar que el vicepresidente del GP Morgan para América Latina, apellidado Arbizu, viene a la Argentina y se autoimputa diciendo: yo, junto con mis doscientos clientes que tienen un patrimonio neto de más de 25 millones, hice ingeniería financiera lo que implicaba minimizar impuestos, léase evasión y trasladé capital de los clientes a paraísos fiscales. Y en diciembre de 2007, tres de los doscientos a los cuales inicié una denuncia penal, hicieron una maniobra que implicó que nosotros, como GP Morgan era evaluadora de riesgo, dijéramos que estaban en perfectas condiciones para colocar acciones y además que los iban a salvar de la crisis que se venía estábamos en 2008 y que por eso era urgente.
Por lo tanto, para poder colocar esas acciones hicieron una maniobra que contó con la complicidad de los gerentes de las AFJP que estaban manejando capitales privados que invertirían y la conducción del Grupo Clarín, además del Banco Patagonia y una consultora grande.
Entonces, hay una asociación ilícita que en febrero del año 2008 coloca acciones, sube su valor por encima de todo lo previsto, y esas acciones a ese valor son compradas por las AFJP. Esto es estafa al Estado, porque a los días de que esto se produjera, cuando esas acciones ya habían sido compradas por las AFJP, volvieron a bajar de valor. Y la pérdida del valor de esas acciones pasa a formar parte del pasivo o de las pérdidas de los jubilados del sistema privado, que hereda hoy la ANSES.
¿Por qué el organismo a mi cargo tiene que ver con esto? Porque para que haya lavado de dinero tiene que haber un delito precedente. La denuncia que hace Arbizu, la tiene un juez que todavía no pudo demostrar la forma en que este delito se haya manifestado y, por ende, no posibilita que la Unidad de Información Financiera ingrese como querellante.
Pero recurriendo a la capacidad que tiene el organismo que tiene secreto fiscal pero no los otros secretos , hemos juntado la información de los organismos del Estado -la Comisión Nacional de Valores y la ANSES- y hemos presentado una denuncia no por lavado de dinero sino por el delito precedente, que es la estafa al Estado produciendo una pérdida a los fondos de las AFJP. Esto significa que si se prueba la estafa luego se puede aplicar la ley de lavado de dinero, porque se trata de un dinero que se apropiaron los que colocaron a 30 pesos las acciones que luego bajaron a 8 pesos.
¿Dónde está ese dinero? Entre las cuestiones que quedaban pendientes era ver cómo se apropiaban del dinero. En un levantamiento del secreto fiscal que la semana pasada fuimos a apelar porque en primera instancia nos lo niegan, los mismos dueños de Clarín, Aranda y Pagliaro –que a esta altura ya son hombres públicos presentaron una certificación de una consultora internacional, Price, donde dicen que para el balance de 2008 su patrimonio creció en un 250 por ciento, y dicen que ese incremento no se debe a otra cuestión que a la suba del valor de las acciones que tienen en poder del grupo al que pertenecen, que se generó por la estafa que se comete a las AFJP, hoy la ANSES.
A confesión de parte, relevo de pruebas. Eso es lo que nosotros estamos diciendo al juez. Esto quiere decir que si tenemos el delito precedente y si se puede probar, lo cual ya es un tema de la Justicia, tendríamos el monto por el cual nosotros pediríamos el decomiso de los fondos apropiados por delitos precedentes, lo cual está habilitado por la ley contra el lavado de dinero.
¿Por qué cuento todo esto? Porque todas estas cosas están en la Justicia en distintas instancias, y lo que estamos asistiendo nosotros es al parto de la legislación. Luego viene la aplicación de la ley.
De la misma manera que no se aplicó durante años la ley de defensa de la competencia y la concentración en la Argentina fue escalofriante en los últimos 30 años , aplicar la ley implica una segunda batalla, mucho más sórdida y mucho más difícil, con la estructura de poder que ha quedado enquistada en distintos lugares del Estado pero muy fuertemente en la Justicia. Allí están muchos de los cómplices históricos de estos negocios pasados.
Entonces, en cada cuestión que uno va tratando de avanzar tiene que apelar y terminar apelando hasta la Corte, y cuesta seguir ese ritmo, en especial porque es desde un Estado que ha venido siendo desjerarquizado desde los 90, y cuya capacidad de aplicar el poder de policía recién comienza a utilizarse ahora, y creo que necesitamos cuatro años más para terminar de recuperarla.
En ese sentido, esta batalla es crucial y abre otras batallas mucho más concretas en los intereses que se tocan, pero éste es el corazón de la batalla. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Gracias José Sbatella, presidente de la Unidad de Información Financiera.
Voy a dar la palabra a Darío Minadeo, director del “Nuevo Diario Rojense”, de Rojas.

Sr. MINADEO.- Agradezco a la Comisión de Comercio por la oportunidad de estar en este lugar. El “Nuevo Diario Rojense” es un diario de la ciudad de Rojas. Lamentablemente, a veces tenemos que decir que estamos entre Pergamino y Junín para que lo ubiquen. Es un diario chico de una ciudad de 25 a 30.000 habitantes.
Había preparado montón de cosas para decir pero realmente muchas han sido dichas anteriormente. Eso certifica que todos los medios del interior sufrimos los mismos problemas.
Es muy difícil para un medio del interior salir en una ciudad a las ocho y media o nueve de la mañana, llenando el diario con información local. A veces ejemplifico con "el cumpleaños de la abuelita" o el extravío de algo de valor. Es meramente social.
He escuchado hoy el relato de medios muy grandes. Nuestro diario sólo tiene seis años pero mi papá que hoy tiene casi 70 años, a los siete años fue canillita. Yo le pedía que me contara historias de aquel tiempo, y una de las cosas que me dijo es que en el año 78 no había papel por ningún lado y tenía que salir a recolectar de los medios grandes los pedacitos de bobina que dejaban, cortarlos con un cuchillo -no existía el cúter-, apilarlos, ponerlos en la guillotina y así imprimir lo poco que se podía para seguir subsistiendo.
Como decía anteriormente, el diario tiene seis años de antigüedad, es un emprendimiento familiar: somos mi hermano, mi viejo, yo, y 28 personas, en relación directa e indirecta.
Escuché decir que los sueldos son el 50 por ciento de nuestros costos-lo corroboro-, que el papel es caro, más o menos todos decimos lo mismo. Lo importante que quede claro es que los medios del interior cumplimos una gran función social y cultural, porque vamos a lo más chico.
Yo he preguntado cómo se manejan los medios grandes. Ellos tienen trescientos periodistas y con suerte a cada uno le toman una pequeña parte de la nota que redactan. Allá todo sirve. Sin embargo, a nosotros diariamente nos cuesta llenar las páginas.
Respecto de la experiencia durante estos seis años, quiero comentarles que la falta de papel la sufrimos en las épocas de elecciones. Aprendí de mi padre que unos meses antes de las elecciones suben el precio del papel y por ello hay que comprarlo antes.
Y la última vez me ocurrió que tuve que presentarme a una papelera con un poco de banca porque no me querían vender papel. Y es necesario tenerlo para que todos los días esté el diario en la calle, porque es un compromiso con toda una comunidad.
Antes hizo uso de la palabra un señor que está a mil kilómetros de distancia, y aunque nosotros estamos a 200 y pico de kilómetros, igual tenemos que venir a Buenos Aires porque las cosas se consiguen acá, por ejemplo, los repuestos. Por eso reitero que es una enorme responsabilidad tener el diario en la calle todos los días.
Pertenezco a ADYPRA, fui uno de los fundadores, ya que acepté la invitación a participar. Creo que los medios del interior no tienen que dejar pasar la oportunidad de participar en lo que está haciendo la presidenta.
Días pasados estuve en la Quinta Presidencial y entiendo que esta política participativa es muy importante para los medios del interior. Yo me arrimé a la presidenta, me saqué una foto y le dije unas palabras. Y para mí con eso ya estaba.
Esta política es muy interesante siempre que se puede concretar el objetivo de la ley de medios y la iniciativa relativa al papel.
Considero muy importante el aspecto cultural, el social y la libertad de expresión. Además, cuanto más papel haya, más información tendremos.
No quiero cansarlos más. Invito a los diputados que todavía están indecisos que lleguen hasta Rojas. Compartiremos mate, torta frita o le que fuera y les mostraré cómo le cuesta a un diario del interior salir todos los días, pagar los sueldos y asumir el compromiso con la comunidad.
Agradezco a los señores diputados y espero haber estado a la altura de las circunstancias. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Tiene la palabra el señor Spalleppi del periódico Sur Capitalino, integrante de la Cooperativa de Editores Barriales.

Sr. Spalleppi.- Agradezco la invitación y que nos permitan expresarnos, ya que a veces es muy difícil para los periódicos de pequeña tirada.
He notado que hay mucha gente del interior del país. Nosotros somos del interior de la Ciudad de Buenos Aires. Particularmente estoy trabajando hace diecinueve años en un periódico barrial de las zonas de La Boca y Barracas.
Hace aproximadamente ocho años hemos formado la cooperativa EBC junto con compañeros que hacen periódicos similares al nuestro y que circulan por toda la ciudad.
El tema del papel no lo voy a explicar yo porque normalmente nosotros acudimos a las pequeñas imprentas de la ciudad que quizás tienen el mismo problema que los periódicos del interior del país.
En algunas épocas nosotros sufrimos el problema del papel. De todos modos aunque el imprentero tuviera papel de cualquier color o reciclado, igual imprimíamos.
Nuestro periódico, al igual que los medios de la cooperativa que me acompañan, apoyamos la iniciativa porque creemos en estos procesos de cambio.
Siempre nos tocó poner el hombre y trabajar con mucho sacrificio. De ese modo hemos conseguido algunas cosas que me parece interesante comentarlas ya que hemos crecido cualitativa y cuantitativamente.
Entre los años 1995 y 1996 junto con algunos legisladores de la ciudad y un grupo grande de medios zonales y barriales de la Capital, decidimos trabajar en la Legislatura porteña un proyecto de ley que entre otras cosas nos iba a permitir acceder a un 4 por ciento de la pauta publicitaria que se llevaban los grandes medios. Después de muchas marchas, panfleteadas y juntada de firmas, con el apoyo del entonces legislador Jozami, logramos que se aprobara la iniciativa.
Sentíamos que tocábamos el cielo con las manos hasta que llegó al Ejecutivo y el jefe de Gobierno de la Rúa la vetó.
Cuando el doctor de la Rúa iba a la zona sur, se llenaba la boca hablando de la importancia de los medios barriales para el vecino porteño. Sin embargo, jugó como lo hacen muchos políticos, para el sector más grande. La actitud en aquel momento del doctor de la Rúa, mucho me hace acordar a la de una diputada radical que integra una importante comisión, militante de mi barrio, que hablaba de libertad de expresión y acompañaba los medios barriales y zonales. Ella incluso ha colaborado en mi publicación que hoy está tan ligada al discurso de la libertad de prensa.
Volviendo a lo ocurrido durante el gobierno del doctor de la Rúa, quiero decir que el golpe fue muy duro. De todos modos, continuamos con las marchas y las movilizaciones y en el 2001, durante el gobierno de Aníbal Ibarra, conseguimos que se sancionara la ley. Ella permitió que los pequeños medios barriales con ediciones de 5 mil ejemplares en promedio, accediéramos al 4 por ciento de la publicidad oficial, me refiero a esa gran torta que se llevan los grandes medios de comunicación. Ese fue el momento en que dimos un salto cualitativo y cuantitativo ya que aumentamos la tirada, pudimos pagarle al diseñador, conseguimos más colaboradores y dejé de ser el hombre orquesta. Particularmente, pude empezar a tener una jefa de redacción.
Todo esto ayudó a mostrar otro medio al vecino, de forma tal que tuviera otra opinión e información de su barrio.
Debido a los cambios tecnológicos que se sucedieron a una velocidad que nos pasó por encima , desde la Cooperativa EBC en estos últimos años llevamos a la Legislatura porteña una propuesta de ley superadora. Evidentemente, teníamos más gimnasia y otro ritmo –los compañeros se movieron mucho y conseguimos rápidamente no solamente que se aprobara el proyecto de ley en la Legislatura porteña sino que el Ejecutivo la reglamentara prontamente. Claro que con este último proyecto de ley que habíamos llevado nos ganamos la enemistad de cierto sector de los medios de prensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque nos pusimos muy firmes en que se conserve la redacción de un artículo que establecía que por más que un propietario de medios tuviera cinco medios de comunicación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, solamente en ese registro iba a poder presentar dos; es decir que si tenía cinco, sólo iba a conseguir la pauta oficial en dos medios.
Traigo a colación este asunto porque expresa nuestro más profundo pensamiento sobre lo que es el monopolio y lo que significan aquellos medios que básicamente viven del Estado.
Por estas cuestiones es que hoy estamos aquí: porque creemos que se puede modificar la realidad, porque cada uno de estos logros que hemos conseguido fueron en beneficio del vecino porque hubo más democracia en la palabra escrita, porque nosotros somos del interior de la ciudad de Buenos Aires, porque tocamos temas que los grandes periódicos no tratan; somos el último eslabón en esta cadena.
Escuchaba los periódicos o semanarios del interior del país, que tienen otra estructura. No somos ni grandes, ni medianos, ni pequeños empresarios. Somos actores sociales que transitamos los barrios y tratamos de articular entre las organizaciones y reflejar la problemática que tiene nuestra comunidad, que el gran medio de comunicación salvo que sea un tema resonante no va a tratar.
Creemos en el espíritu de este proyecto y si, como dice su artículo 4°, se creará un Consejo Consultivo a cuya integración se invitará a los representantes de los diarios de la ciudad y del interior del país, nosotros queremos jugar ahí. Personalmente, compro este proyecto. Los muchachos que me acompañan en la cooperativa seguramente pondrán el hombro, y seguramente decenas de publicaciones somos 54 en la Capital Federal con nuestras características tomarán la iniciativa como propia.
No tengo dudas de que este proceso es de cambio y que si no es con lucha y poniendo el hombro es difícil que se dé, porque creemos que con más circulación del papel escrito tendremos una mayor y mejor democracia de la palabra. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Di Tullio).- Gracias Horacio Spalleppi, del periódico “Sur Capitalino”, integrante de la Corporación de Editores Barriales.
Antes de dar la palabra a la locutora para que formalice la finalización de esta última audiencia, quisiera hacer una muy breve evaluación de las cinco jornadas de audiencias públicas que tuvieron lugar en la Cámara de Diputados de la Nación.
En las tres líneas de convocatoria que hemos tenido en estos cinco encuentros hubo casi ciento veinte voces de expositores, entre dueños o editores de diarios, semanarios, periódicos pequeños, o actores sociales –como dijo recién Spalleppi , y grandes grupos que editan diarios en nuestro país. Para nosotros absolutamente todos son importantísimos y todos tienen la misma voz y el mismo peso.
La segunda línea que para nosotros fue muy importante escuchar fue la de los gremios y los trabajadores de prensa o de venta de diarios y revistas. Ha sido muy importante poder escuchar también esa voz desde la visión de los propios trabajadores.
La tercera línea ha sido la académica, la de los rectores, universitarios, estudiantes de ciencias de la comunicación o de periodismo.
Realmente ha sido enriquecedor para los y las diputadas que hemos escuchado cada una de las visiones acerca de los proyectos que dieron lugar a estas audiencias para el tratamiento de los proyecto de ley, tanto en el Poder Ejecutivo como el del diputado De Marchi. Además, hemos dado la posibilidad a quienes expusieron, de que pudieran tomar nota sobre los otros dos proyectos que no estaban dentro del marco de las audiencias porque al momento de aprobarlas no habían sido ingresados. Me refiero al de la diputada Merchán, del Interbloque Proyecto Sur, y al del diputado Mouilleron, del Peronismo Federal.
Reitero que para nosotros ha sido muy enriquecedor y muy importante haber podido escuchar esta visión de cada una de estas tres líneas que acabo de mencionar.
Lamento enormemente la ausencia, en estas audiencias públicas votadas por la mayoría de la Comisión de Comercio, de los diputados y diputadas de todos los bloques opositores, salvo honrosísimas excepciones, como el caso del diputado Kenny, del radicalismo, o del diputado Puerta, del Peronismo Federal, presencias fugaces pero presencias al fin.
Lamento también –esto lo digo a título personal pero sé que expreso parte de lo que el bloque del Frente para la Victoria siente el silencio de los grandes diarios, tanto “Clarín” como “La Nación”, por haber ninguneado –es la única palabra que encuentro estas audiencias públicas y las casi ciento veinte voces diferentes de todo el territorio nacional, que desde el extremo norte al extremo sur del país tuvieron presencia en este ámbito del Honorable Congreso de la Nación.
No puedo no hacer un paralelismo entre el silencio de la palabra escrita, tanto en los diarios “Clarín” y “La Nación”, y la ausencia absoluta de los diputados y diputadas que componen el arco opositor de esta Honorable Cámara.
Más allá de estas ausencias, seguimos trabajando. Y vamos a seguir haciéndolo para mejorar el país y para resolver definitivamente esta dramática situación que no sólo tiene que ver con el monopolio de la prensa escrita y la producción de papel para escribirla esas palabras, sino también porque la recuperación democrática todavía no lo ha hecho.
Creemos firmemente que éste es el momento para hacerlo en la Argentina. Y si no lo resuelve el Congreso de la Nación, no sabemos quién podrá hacerlo.
Por ello insisto en que seguiremos trabajando en esa dirección. Nuestro bloque junto con otros más lo estamos haciendo y continuaremos en el mismo camino. Creemos que podemos consensuar un dictamen de mayoría entre los bloques que integran esta Cámara de Diputados, que luego sea sancionado.
Por último, quiero agradecer al secretario de la Comisión de Comercio y en su nombre a todos los demás empleados, a los trabajadores del Congreso de la Nación y a los asesores que tanto han trabajado y que han sido muy mencionados en esta audiencia. (Aplausos.)
A continuación la señora locutora dirá las palabras de cierre de esta audiencia pública.

Sra. Locutora.- En nombre de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación damos por concluida la audiencia pública sobre Papel Prensa convocada por la presidenta de la Comisión de Comercio, señora diputada Di Tullio, celebrada los días 16, 21, 23, 28 y 30 del corriente mes en este auditorio.
Agradecemos el aporte y la presencia de todos y de cada uno de ustedes.(Aplausos.)
- Es la hora 18 y 7.

 

 

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