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En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 6 días del mes de octubre, a la hora 16 y 41
Sr. Presentador.- Buenas tardes. Ante todo les pedimos disculpas por la demora.
Vamos a comenzar con la audiencia pública y si bien tenemos un problema técnico, estamos tratando de conseguir sillas para los compañeros que están parados y también vamos a solucionar el tema del agua para el mate.
Para dar comienzo a la audiencia tomará la palabra la señora diputada Parada y luego algunos miembros del Frente Parlamentario Contra el Hambre, que son quienes convocan a esta audiencia pública.
Sra. Parada.- Buenas tardes. En primer lugar, por un lado estoy contenta de que esta sala esté desbordada pero por otro me gustaría que todos estuviéramos cómodamente sentados. El tema burocrático en el Congreso es difícil y está bueno que podamos romper con ese aislamiento, con esa falta de capacidad para recibir a todos aquellos que quieran sumarse a un debate público como el que abrimos desde el Frente Parlamentario Contra el Hambre.
Quisiera contarles que el Frente Parlamentario Contra el Hambre procede de una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para América latina y el Caribe sin hambre, para la alimentación y la agricultura, cuyo objetivo principal es poner en la agenda política la problemática del hambre.
Desde ese lugar y con parlamentarios nacionales de todos los países de la región la idea es legislar y llevar adelante políticas públicas que estén relacionadas con la seguridad y la soberanía alimentaria.
Digo soberanía alimentaria porque en el segundo foro que se realizó en Bogotá -al que concurrimos dos parlamentarios de este frente, la señora senadora Díaz que se encuentra presente y quien les habla- logramos introducir en las conclusiones y como meta de esta iniciativa, la cuestión de la soberanía alimentaria, algo que desde la FAO sabíamos que era muy difícil. Con otros países de la región, como Ecuador, fue una pequeña y dura batalla que ya logramos introducir término que para nosotros es mucho más que un término.
En esta meta, teniendo la excelente oportunidad que nos da el debate que se inicia por el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo sobre la protección del dominio nacional, sobre la propiedad, protección y tenencia de las tierras rurales, es que pensamos y estamos convencidos de que este frente no podía estar ajeno a esta discusión, siendo esencial para la alimentación la problemática del hambre y también el tema de la tierra como recurso esencial.
Al pensar que no se puede estar ajeno y también que este Congreso debe escuchar y hacer circular la palabra del pueblo, la primera iniciativa que tenemos en ese sentido es convocar a las organizaciones sociales campesinas, políticas y a todas las que tengan algo que decir -que tienen una trayectoria que respetamos, que vienen luchando, batallando por cuestiones como la extranjerización y la concentración de la tierra.
Por eso y viendo cómo se ha desbordado esto, voy a apelar a cada uno de ustedes para que sea sumamente breve en el sentido de poder hablar y exponer en un máximo de cinco minuto las ideas que sean ejes y que puedan servir a esta audiencia.
Tenemos la pretensión de poder abrir un debate luego de escuchar a los expositores, ya que están quienes exponen y quienes vinieron a participar.
En este sentido, la primera que tiene que ser breve soy yo, por eso los invito a iniciar esta audiencia.
Los compañeros que se han puesto en la espalda la organización de este debate irán dando la palabra a quienes se anotaron como expositores.
La idea es finalizar este encuentro con un informe de esta audiencia que va a realizar el Frente Parlamentario –en ese sentido agradezco al cuerpo de taquígrafos aquí presente-, y que va a surgir de las exposiciones y del debate. Ese informe lo vamos a presentar en las tres comisiones donde se está discutiendo el tema de extranjerización de tierras. Es decir, en aquellos lugares institucionales donde se está dando este debate y donde se discute una ley que puede llegar a aprobar este Congreso.
Por lo tanto, y viendo el escaso tiempo, hemos pensado que todos los participantes y los expositores puedan acompañar, en un plazo de una semana y con un máximo de 15 días, un escrito que amplíe la exposición. Esto para que no se sientan afectados porque estamos corridos por el tiempo debido a la cantidad de personas -a las que agradezco nuevamente- que han decidido participar de este encuentro. De esta manera los escritos serán anexos de este informe que vamos a presentar desde el Frente Parlamentario Contra el Hambre.
Me olvidé de decir que en la República Argentina este Frente Parlamentario Contra el Hambre se conformó en marzo de este año y está integrado por quien les habla, el diputado Claudio Lozano, la diputada Victoria Donda Pérez, la diputada María Luisa Storani, de la Unión Cívica Radical, las diputadas Adela Rosa Segarra y Julia Perié, del Frente para la Victoria, Liliana Fadul, del Partido Federal Fueguino, la senadora María Rosa Díaz aquí presente, el senador Samuel Cabanchik que no podía venir pero envió a sus asesores, el diputado Eduardo Macaluse también presente, la diputada Mónica Fein y Alicia Ciciliani del Partido Socialista, el diputado Alcuaz del GEN y el senador Juez, del Frente Cívico y Social de Córdoba. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el señor Manuel Bertoldi, de la Facultad de Ciencia Agrarias y Forestales de la Universidad de La Plata, del Frente Popular Darío Santillán y miembro de la COMPA, Coordinadora de Organizaciones y Movimientos.
Sr. Bertoldi.- Buenas tardes a todos. En primer lugar nos parece que este espacio es muy rico y esperamos que sea provechoso.
Fundamentalmente, saludamos que este tipo de debates se estén dando hoy en la sociedad en general. El tema de la tierra es un tema estratégico e importantísimo.
Cuando debatíamos esto en la facultad, en la universidad, en el Frente Darío Santillán y en la COMPA entendíamos que el proyecto de ley de tierras y de extranjerización se tenía que debatir de la mano de la presentación que se hizo hace pocas semanas del plan agroalimentario.
Son dos políticas que van de la mano y que ponen sobre agenda la discusión del modelo de producción, que entendemos se ha venido profundizando desde hace unos treinta años, pero fundamentalmente a partir de la devaluación.
Entendemos que este modelo de producción que hoy estamos debatiendo tiene consecuencias muy profundas sobre el uso de la tierra.
La concentración de la tierra es un tema muy importante, no sólo por capitales extranjeros sino también por capitales nacionales, pero también hay que discutir cómo se la está usando.
Hoy gran parte de la producción es hecha a partir de capitales financieros que arriendan la tierra durante un corto plazo, la utilizan a su máxima capacidad, no devuelven ningún tipo de nutriente y hacen un uso totalmente extractivo del recurso; entendemos que eso en el mediano y largo plazo lleva a un deterioro irreversible.
Consideramos que el proyecto que ha circulado sobre extranjerización, concretamente el que ha presentado el gobierno nacional –si bien por lo menos hay catorce proyectos- deja de lado discusiones fundamentales que hay que dar, no sólo respecto de en manos de quién está la tierra sino también cómo y quién la usa.
Queremos plantear dos cuestiones, y por eso relacionaba al principio el tema del plan agroalimentario, ya que creemos que dicho plan también va a profundizar un modelo de producción que está siendo hegemónico.
Cuando hablamos de aumentar la superficie de hectáreas sembradas en 9 millones más, nos preguntamos dónde van a estar si hoy tenemos 31 millones de hectáreas sembradas de los cuales 20 millones están sembrados con soja.
Por otro lado, no sólo se plantea aumentar la superficie agrícola sino también aumentar la productividad. Pasar de 100 millones de toneladas a 150 millones tiene que ver con una intensificación del modelo de producción vigente. Por eso, nos parece importantísimo discutir modelos alternativos que planteen un paradigma de soberanía alimentaría.
Desde la Facultad de Agronomía elaboramos dos documentos: uno de diecisiete páginas en el que planteamos el paradigma de la agroecología como modelo de producción; y otro de ciento sesenta páginas con el sujeto de la agricultura familiar y la necesidad de que eso tenga una relevancia en el plano agroalimentario.
Cuando leímos el plan nos llamó la atención que sólo se dedicaran unos pocos párrafos a esto. Por lo tanto, desde la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales pedimos que haya una redistribución de este plan. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Gracias por la brevedad. A lo largo de toda la tarde voy a molestarlos marcándoles el tiempo de las exposiciones que no se extenderán más allá de los cinco minutos.
El siguiente expositor es Carlos Vicente, pertenece a GRAIN y es parte de Acción por la Diversidad.
Sr. Vicente.- Buenas tardes a todas y a todos.
Desde ya festejo la oportunidad de tratar el tema de la extranjerización, que se empiecen a discutir proyectos y también la posibilidad que nos da el Frente Parlamentario Contra el Hambre para escuchar las voces de otros.
Básicamente quiero sentar mi posición en dos cuestiones que hacen a que discutir la extranjerización de la tierra tiene que partir de un paradigma político.
Si planteamos hablar de extranjerización y cuál es la política de tierras que queremos para la Argentina, ello significa ver la situación de tierras en el contexto mundial en este momento.
Entonces, por un lado, quiero plantear esta situación de acaparamiento global de tierras que en este momento se está dando mundialmente. Prácticamente desde hace cuatro años hay estados y corporaciones que de la mano de otros estados han salido a comprar o arrendar tierras en distintas partes del mundo para garantizar su seguridad alimentaria. GRAIN fue una de las primeras organizaciones en denunciar esto.
Pero a lo largo de estos años la FAO y distintas organizaciones internacionales han salido a decir que hay un problema en este sentido. Por supuesto que lo que se ha planteado en estos organismos internacionales es que necesitamos lograr inversiones agrícolas responsables. Desde la sociedad civil y las organizaciones con las que compartimos tanto el camino como la vida campesina, vemos claramente que esto de las inversiones agrícolas responsables es un absurdo. No se puede pedir que estos enormes poderes y capitales sean responsables cuando llegan para arrasar los territorios con sus monocultivos, el agronegocio y todo lo que vivimos claramente los argentinos. El acaparamiento ya está en la Argentina. China y Arabia Saudita se están instalando en Río Negro y en el Chaco, respectivamente. Tenemos que pensar que en la discusión de este proyecto de extranjerización estos intereses no se tocan, porque a China, a Arabia Saudita y a muchísimos de los inversores que van a llegar no les interesa comprar tierras.
Entonces, tenemos que incluir esta problemática en el debate porque la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay son los focos principales para estas inversiones, que desde los países del Golfo, China, La India y Japón están llegando a controlar en este momento cerca de 50 millones de hectáreas en el mundo, logrando este acaparamiento que, como digo, consiste en tomar las tierras, hacer monocultivos y exportar toda la producción.
De manera tal que este es un elemento central. Por un lado, el Frente Parlamentario contra el Hambre y nosotros como colectivo hemos podido expresarnos adhiriendo a este llamamiento de Dakar que salió en el Foro Social Mundial de Senegal, en el que se rechazaron las inversiones agrícolas responsables y se pidió que se detenga el acaparamiento mundial de tierras.
Por el otro, se presentó ante el G-20 una carta en la que se planteó que se termine con este acaparamiento de tierras porque está profundizando tremendamente las situaciones de expulsión y exclusión de campesinos en todo el mundo. Basta ver el mapa que existe sobre esta problemática. Las zonas en las que se está registrando un mayor acaparamiento de tierras son aquellas en las que hay más hambre. Esto está pasando en Kenia y en muchísimos otros países de Africa. Y también nos va a pasar a nosotros, porque como dije la mira para seguir acaparando está puesta en el Cono Sur.
El otro aspecto al que quiero referirme, que es totalmente complementario y que tiene que ver con la cuestión específica de la Argentina, es la situación que vivimos en cuanto a la instalación del agronegocio. Como dijo anteriormente un compañero, el Plan Estratégico Agroalimentario no sólo deja las puertas abiertas para esto, sino que además plantea su profundización. En este contexto, hay dos situaciones. Una es la tremenda concentración de la tierra que está habiendo no sólo en manos de capitales extranjeros, sino también nacionales. La otra es la necesidad de rever la cuestión del capital del agronegocio, que no tiene nacionalidad. Entonces, hoy en día hablar del grupo Grobocopatel como un capital nacional es un absurdo porque es una multinacional que también está instalada en Brasil, Paraguay y Uruguay. A estos capitales les importa poco el tema de la nacionalidad, sobre todo cuando son pools de siembra que reciben capitales financieros a nivel internacional. En ese sentido, justamente estaba elaborando un apunte pensando que las inversiones agrícolas responsables tienen la sigla IAR y que lo que realmente deberíamos hacer es invertir el orden de las letras que la integran para pasar a hablar de la RAI, es decir, de la reforma agraria integral. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Quiero señalar que Acción por la Vida y la Diversidad recibió el Premio Nobel Alternativo por la Soberanía Alimentaria. (Aplausos.)
Sr. Vicente.- Muchas gracias. Simplemente quiero decir que nosotros sentimos que es un premio a todos los que luchan por la soberanía alimentaria.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra la doctora Florencia Gómez, experta en políticas de tierras rurales, coordinadora del equipo nacional de tierras de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, miembro del equipo redactor del proyecto de ley que hoy discutimos y parte de la Asociación Civil El Ceibal.
Sra. Gómez.- Muchas gracias a los señores diputados miembros del foro por la invitación.
Antes que nada no voy a redundar en cuanto a los contenidos del proyecto, pero sí voy a dar mi opinión acerca de él y lo que considero fundamental.
Desde ya coincido con el proyecto enviado por la señora presidenta el pasado 27 de abril pero reconozco que no es el único, incluso se han seguido presentando otros después de esa fecha.
En primer lugar quiero plantear el límite a la extranjerización, a partir de la producción del dominio nacional y pensar nuevamente estas cuestiones en esta mirada argentina desde adentro, de volver a la soberanía territorial como parte intrínseca de la soberanía nacional banderas olvidadas desde hace ya sesenta años.
Por otra parte, en el marco de la recuperación de la soberanía, decir que la compra de tierras no es una inversión sino sólo una transmisión entre titulares es fundamental para poder escindirnos de esta prórroga de jurisdicción que se hizo en los años 90 -en el marco de las políticas post consenso de Washington, con la firma de tratados bilaterales de inversión- que me parece fue una salida mucho más rápida e incluso interesante que denunciar uno por uno dichos tratados.
Ustedes saben que dichos tratados han sido totalmente inequitativos. Por ejemplo, el firmado con los Estados Unidos es un tratado violatorio porque ellos pueden hacer lo que quieran aquí pero nosotros allá no podemos ni comprar medios de comunicación ni bienes raíces.
Por último, quisiera traer un planteo en forma personal, como militante de los movimientos sociales, como santiagueña por haber conocido y conocer la realidad del campo. Quizás este proyecto no abarque la totalidad de la cuestión de la tierra, pero celebro esta iniciativa de discutir y pensar cómo vamos más allá en la construcción de esta Argentina que queremos.
Por otra parte, que la Cámara de Diputados y la de Senadores no se aboque a la derecha, como se está haciendo en la Comisión de Asuntos Constitucionales o en la de Agricultura, en las que directamente se niegan a tratar el asunto y están invitando a corporaciones, colegios de escribanos, los que siempre han conservado el privilegio, han hecho leyes y permitido estas cuestiones injustas como el desalojo del compañero Riera en Salta.
Hay que pensar que se ha avanzado, que vamos hacia delante y también que por primera vez se está hablando de la tierra en la Argentina, tema que desde hace doscientos o quinientos años no se mencionaba.
Me parece que es la puerta de entrada, tal vez no es sólo el camino, quizás es sólo un eslabón de la reforma agraria a la que se refirió Carlos, pero me parece fundamental darnos cuenta de que gracias a esto la cuestión de la tierra ha ingresado en la agenda pública del gobierno.
Hoy no sólo se está tratando este proyecto sino también hay un proyecto de ley de ordenamiento territorial que tiene que ver con los usos del suelo; hay un proyecto de ley que suspende los desalojos de las comunidades campesinas –que estamos trabajando con los compañeros del movimiento, del foro de la agricultura familiar de la mesa de agricultura familiar y de las demás organizaciones del Movimiento Campesino de Liberación.
Hoy se está discutiendo la cuestión de la tierra y tenemos que aprovechar esa instancia. Por eso celebro y agradezco esta invitación. Vamos por más y en este momento tenemos que juntar fuerzas porque el enemigo no está dentro de esta sala sino en las corporaciones, en los colegios de abogados y escribanos, en los que no tienen el más mínimo interés en que se toque el sistema sacrosanto del Código Civil de la Argentina.
Sr. Presentador.- Quiero agradecer la presencia del diputado nacional Orsolini, de la asesora de la diputada nacional Diana Conti, del señor Gustavo Druetta que está en representación del senador Cabanchik y de Silvia Ferreyra, asesora de Libres del Sur.
Tiene la palabra la diputada nacional Verónica Benas, autora de uno de los proyectos.
Sra. Benas.- Buenas tardes a todos.
Para no repetir conceptos que aquí ya se han expresado y que compartimos, voy a tratar de centrar mi exposición en el proyecto de ley que expresa la posición de nuestro bloque Unidad Popular y del Frente Amplio Progresista respecto de este tema, que aborda una pequeña parte de los grandes problemas que se dan en relación a la tierra en nuestro país y en el mundo, porque está claro que la realidad de hoy no es comparable. Por eso, cuestionamos a aquellos que hablan de inconstitucionalidad y se aferran a una interpretación de la Constitución planteando que cualquier restricción que pongamos a los extranjeros sería un gran pecado.
Lo cierto es que debe hacerse una diferencia entre aquellos extranjeros que vinieron a trabajar, a vivir, a hacer hijos y a morir en nuestra Patria y los capitales que vienen a invertir y a llevarse todo lo que puedan en desmedro de los derechos de los que hoy habitan el pueblo argentino, sean estos argentinos nativos o hermanos de otros pueblos que están aquí sufriendo las mismas injusticias que sufren los originarios.
Aclaradas estas cuestiones vamos a coincidir con el objetivo enunciado por el proyecto del Ejecutivo ya que abre un debate. El título del proyecto enviado es grande y no se corresponde con el articulado. Por lo cual entiendo, de manera auspiciosa, que seguramente hay voluntad de seguir discutiendo todos los temas que quedan pendientes y no se encuentran en el articulado del proyecto.
Además de discutir la posibilidad de que los extranjeros compren tierras en nuestro país, debiéramos discutir el problema de la concentración, de la distribución, el problema que tenemos con los reordenamientos territoriales. Por ejemplo, los hermanos de los pueblos originarios tienen una ley que supuestamente tendría que haber avanzado y garantizado el reordenamiento y esa no es la realidad.
También debiéramos discutir el problema de los usos de la tierra y el modelo de desarrollo de nuestro país. Está claro que la concentración y el uso de la tierra tiene que ver precisamente con qué modelo de país estamos construyendo y para dónde vamos.
La posesión y el dominio es un tema que el mensaje no aborda. En todo caso hace una referencia cuando habla de la construcción de un registro nacional, pero también en este punto tengo diferencias, que he planteado con muy buena voluntad de agilizar. Si vamos a hacer un relevamiento de la posesión y el dominio, vamos a tardar tanto tiempo –habida cuenta la eficiencia que hemos tenido para hacer el relevamiento territorial relacionado con los pueblos originarios- que la ley va a ser inaplicable.
¿Cuál es nuestra mirada? Hubo muchos proyectos. Los primeros se presentaron en función de la organización de la Federación Agraria, que fue quien generó el primer proyecto, y luego otros diputados se hicieron eco del mismo y lo presentaron en la Cámara. Pero también hubo unos cuantos proyectos más.
Nuestro proyecto data del año 2009, y hoy, después incluso del mensaje del Poder Ejecutivo, tenemos 17 proyectos de ley en la Cámara de Diputados. Muchos de esos 17 proyectos, se centraron en la cuestión de la tierra para producir.
Entendemos que hoy es necesario ampliar los objetivos y que debemos pensar en la tierra efectivamente como un recurso natural no renovable y codiciado por el mundo. Por eso, también tenemos que protegerla, del mismo modo que a los inmuebles y a los recursos naturales que están en ella; es decir, los recursos hídricos, los bosques nativos y los bienes culturales.
Asimismo, también tenemos que proteger a las comunidades originarias que habitan esos suelos y evitar la posibilidad de que en nuestro país se instalen extranjeros, sean personas físicas o jurídicas en zona de seguridad de frontera; eso es defender la soberanía.
No se puede permitir graciosamente -como ocurrió en las últimas dos décadas- que enormes extensiones de nuestro país, ubicadas en zonas de seguridad de frontera y con riquezas minerales y de recursos hídricos, estén en manos de quienes no tienen otro interés que el del capital y su evolución.
Cuestionamos fuertemente el criterio del mensaje en el sentido de establecer un límite que ronda el 20 por ciento. Todos los informes nos dicen que en la actualidad entre un 7 y un 10 por ciento no tenemos datos oficiales ciertos porque no hay registro y no podemos contabilizarlo- sería el porcentaje de tierras en manos extranjeras.
Si queremos frenar el proceso de extranjerización tenemos que poner el límite máximo en ese punto. Proponemos un 10 por ciento porque si lo elevamos a un 20 por ciento el efecto será el contrario al que deseamos y produciremos una aceleración de la compra de tierras argentinas.
Sr. Participante.- Es una ley de promoción.
Sra. Benas.- Salimos a rematar otro tanto de lo que ya hemos vendido. Entonces, eso nos parece muy importante y también establecer ese límite –alrededor del 10 por ciento-para región, provincia o municipio.
El 20 por ciento de nuestro país significaría la suma de la superficie de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y el Chaco. Quien piense que estamos frenando el proceso de extranjerización y que estamos dispuestos a vender todo eso, la verdad no es razonable.
Creo que hay que producir una reducción de ese límite y también establecerlo en cada una de las regiones. No es posible que se compren o vendan provincias argentinas y que allí se concentre el capital extranjero.
Otro tema que quiero mencionar es que se dice que este proyecto es xenófobo. No lo es porque decimos que aquel extranjero que resida durante diez años en nuestro país y que forme su familia no va a tener ninguna restricción, del mismo modo que no la tienen los argentinos. Hay que salir a refutar algunos argumentos que no tienen fundamento cierto y que realmente complican discusiones con una mala intencionalidad política.
Por último, en cuanto al registro nacional, entendemos que por el momento –y no porque estemos en contra de que se haga otro tipo de relevamiento- debe limitarse a la propiedad de tierras en manos de extranjeros para que podamos poner en funcionamiento la ley. Si ampliamos mucho los datos que tendrían que figurar en ese registro, probablemente tardemos tanto en construirlos que cuando queramos aplicar la ley –si es que logramos sancionarla- probablemente sea tarde. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Quiero mencionar que se encuentra presente Ignacio Koster, actual presidente de la FUBA. Y también hacerles llegar la adhesión de José Luis Livolti del Movimiento Campesino de Liberación que nos envió un mail porque tuvo un problema al venir hacia aquí.
-Se lee.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el presidente del Frente Agropecuario Nacional (FAN), señor Horacio Delguy.
Sr. Delguy.- En primer término quiero decir que estoy sumamente halagado por esta invitación. Este es un ámbito largamente esperado. Casi no puedo creer que estemos aquí los que pensamos de manera diferente que el establishment agropecuario, que está acostumbrado a tener acceso a los medios, y que podamos expresar con total libertad y amplitud conceptos que no voy a reiterar porque me parece que coinciden plenamente en su casi totalidad.
Hoy estamos los que siempre decimos que también somos el campo. Es un campo que a veces está oculto pero que existe. No obstante, hay algo más por afuera de la Mesa de Enlace: los que queremos una Argentina agropecuaria que debe ser explicitada con total claridad, lo que lamentablemente no ha sucedido.
Entonces, hoy tenemos una matriz productiva que es funcional a intereses que no son los nacionales. Lo que hay que determinar aquí, por encima de la extranjerización, es la concentración de la tierra y la economía agropecuaria, que lamentablemente se está dando a pasos agigantados. Creo que esa es la base de todo.
Además, se debe adoptar como preámbulo productivo rural la idea de que cualquier proyecto agropecuario nacional debe tener como eje fundacional y núcleo productivo a la familia y a la pequeña y mediana empresa rural, como corazón de la producción en la República Argentina.
Espero que esto continúe y que todos juntos podamos estar en tiempo y forma -esto es algo estamos reclamando desde hace muchísimos años con los diputados que integran la Comisión de Agricultura y Ganadería, aunque lamentablemente sin éxito- para expresar nuestra opinión, que generalmente es distinta de la que poseen aquellos dirigentes que tienen amplitud en los medios prensa, en los que son atendidos con asiduidad. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- A continuación hará uso de la palabra el señor Tomás Palmisano, politólogo, doctorando de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Grupo de Estudios Rurales del Instituto “Gino Germani”.
Sr. Palmisano.- En primer término quiero agradecer este espacio y celebrar este debate, que es realmente necesario. Por razones de tiempo no voy a reiterar algunos conceptos a los que ya se hizo referencia. Me parece interesante lo que pueda aportar desde mis investigaciones, que está ligado a la discusión de una parte de este modelo agropecuario y vinculado con la idea de la propiedad de la tierra. Por lo menos, en el núcleo de este modelo de desarrollo la propiedad de la tierra se ha mantenido relativamente estable y lo que se ha concentrado es puramente la producción.
A partir de los datos estadísticos de que disponemos esto es indiscutiblemente afirmable, por lo menos hasta el censo de 2002, que nos habla de una concentración de las explotaciones agropecuarias. Pero a partir de algún estudio que se puede hacer con catastros, respecto de los cuales los datos disponibles son más bien escasos y bastante fragmentarios, me di a la tarea de trabajar sobre algunos partidos de la provincia de Buenos Aires que no habían tenido una tradición agrícola hasta principios de la década iniciada en 2000 y que sufrieron, sobre todo a partir de la campaña de los años 2003 y 2004, un fuerte proceso de agriculturización que llevó a que en menos de seis campañas el 20 por ciento de su territorio pasara drásticamente a producir granos, principalmente -casi en un 95 por ciento- soja.
Lo que pude detectar a partir de la comparación de los catastros de principios de la década del 90 y de finales de 2009/2010, es que contrariamente a las hipótesis que se trabajan o que tienen mayor difusión, efectivamente se genera un proceso de concentración de la tierra y de su propiedad, que no es tan drástico como los números que muestra en el censo en términos de achicamiento de las parcelas pero sí hay una caída en la superficie total manejada por propiedades de menos de 100 hectáreas y un crecimiento de la participación de las grandes propiedades.
En este caso, cuando uno trabaja con datos catastrales debe tener el cuidado de considerar que como normalmente las grandes propiedades están fragmentadas por cuestiones hereditarias y por compras parciales, uno tiene que sumar prácticamente a mano todas las parcelas de un mismo propietario. Mediante esa técnica lo que se da es un crecimiento de este sector de propietarios que posee más de mil hectáreas; si bien no es enteramente generalizable, estamos hablando de partidos que nos sirven como modelo, como variables de control, porque efectivamente se demuestra que su agriculturización ha sido relativamente tardía.
Lo que se da en primer lugar es un aumento de la superficie promedio por propietario en estos veinte años que es el lapso que tiene la investigación. Una de las conclusiones es que estos grandes propietarios con más de mil hectáreas controlan más superficie hoy que la que controlaban a principios de los 90 y que dicho aumento de superficie está acompañado con un incremento en la cantidad de propietarios con más de mil hectáreas.
Es decir, no sólo se trata de propietarios con más de mil hectáreas que poseen más superficie de tierra sino que son más, proceso que hasta el momento uno podía tener como hipótesis; por lo menos estos datos que pude conseguir así lo demuestran.
En términos generales para el período 2010/2011 el 17 por ciento de los propietarios con más de quinientas hectáreas, en los cuatro partidos que forman parte de la investigación, ocupaban el 61 por ciento de la superficie total de dichos partidos. Ello significó un incremento de varios puntos porcentuales con respecto al período 90/91, que fue cuando se inició la investigación, mientras que los propietarios con menos de 100 hectáreas caen numéricamente en términos de superficie controlada, al punto tal que el 36 por ciento de ellos controlan apenas el 6,6 por ciento de la tierra.
Puedo decir que en los datos agregados para estos partidos hay un incremento de los diez propietarios mayores de este universo que tuve bajo estudio. En los años 90/91 tenían 253 veces más áreas que los diez propietarios menores, mientras que en el período 2010/2011 esa diferencia se amplió a 257 veces. Ello significa que hay un aumento de la brecha entre los propietarios más grandes y los mas chicos que se da tanto a nivel agregado como al de cada uno de los partidos y principalmente, con algunas particularidades, en los partidos que tienen un mayor avance de esta dinámica agrícola del agronegocio.
Este es por el momento el aporte que puedo brindar y les agradezco la posibilidad de este espacio. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Agradezco la paciencia de los expositores.
Reitero lo que mencionó la señora diputada Parada al principio de este encuentro: la idea es hacer posible un intercambio luego de finalizadas las exposiciones. Por lo tanto, quienes hayan intervenido y quieran luego completar alguna información están invitados a participar.
Tiene la palabra la señora senadora María Rosa Díaz.
Sra. Díaz.- Buenas tardes a todos.
En primer lugar quiero decir que me parece sumamente importante que hayamos conformado el Frente Parlamentario Contra el Hambre en momentos donde pareciera que hay una intención de discutir esta problemática.
Por otro lado, como participante del espacio vital argentino, es importante empezar a vincular la situación de la agroalimentación y la problemática de la tierra. Así que celebro el espacio para este debate.
En realidad hoy vine con intención de escuchar a las organizaciones sociales más que a debatir. Lo que sí quiero decir es que me comprometo a llevar al Frente Parlamentario Contra el Hambre lo que recojamos de esta audiencia y lo que las diferentes voces vayan a manifestar.
Sr. Presentador.- Quiero informar que se encuentran presentes en la reunión los asesores de las diputadas Perie y Segarra.
Por otro lado, quiero acercar las disculpas de la diputada Donda Pérez quien está presentando su libro en la provincia de Buenos Aires.
Tiene la palabra el señor Guillermo Giannasi, vicepresidente segundo de la Federación Agraria Argentina.
Sr. Giannasi.- Buenas tardes: es para mí un gusto estar en este ámbito tan importante de debate porque desde la Federación Agraria Argentina urge, es imprescindible e imperioso que la Argentina tenga legislación sobre el tema de las tierras.
Mi tía tiene casi cien años. Nació en el año 1912. Durante todos estos años hemos trabajado por la cuestión fundacional de la tierra, para lograr cambios en lo que hace a la tenencia de la tierra.
En el año 2002, en absoluta soledad, presentamos un proyecto en el Congreso de la Nación donde planteábamos la necesidad de establecer límites a la posesión de tierras por parte de extranjeros.
En el año 2004, acompañados por numerosas organizaciones sociales, pueblos originarios y entidades a las que les interesa la problemática de la tierra organizamos un Congreso sobre uso y tenencia de la tierra donde preguntábamos ¿la tierra para quién, para qué, para cuántos?
El proceso de desplazamiento de productores y la concentración de tierras es alarmante. Mientras nosotros aquí hablamos y conversamos para tratar de encontrar caminos para tener la legislación, muchísimos productores muy pequeños, gente de pueblos originarios, pierden tierras y más tierra en manos de grandes concentraciones.
La Argentina necesita legislación. Esta tarde leí dos noticias, una de ellas respecto del desalojo violento de una familia campesina de 60 hectáreas en la provincia de Salta; la otra, mencionaba que el gobierno nacional motoriza una licitación pública para entregar al mejor postor 650 hectáreas de tierra que tiene en la base militar del ejército en la provincia de Córdoba.
Por lo tanto, si realmente queremos poner la tierra en manos de lo productores que con esfuerzo y trabajo pueden engrandecerla, no podemos permitir que se realicen licitaciones de tierras públicas libremente y al mejor postor. ¿Saben quiénes se quedan con esas tierras? Los grandes grupos económicos, nunca los pequeños productores asociados que quisieran trabajar.
El proceso de avance y concentración que se da en la Argentina está materializado no solamente en tierras de fronteras y lugares más lejanos sino también en los 30 millones de hectáreas que tiene el país en plena pampa húmeda, tierra de las más fértiles del mundo que hoy son trabajadas y cultivadas por pooles de siembra, por grupos financieros y por gente que nada tiene que ver con ella.
La Federación Agraria presentó días pasados un proyecto en el Congreso de la Nación, un aporte más que luego fue presentado a numerosos bloques parlamentarios, diciendo que no alcanza solamente con la extranjerización, que el tema de la tierra es mucho más amplio, más abarcativo y que debe abordarse. De lo contrario, vamos a limitar la adquisición de la tierra por parte de extranjeros y permitiremos que grupos muy poderosos, sectores nacionales con recursos que sacan de otros lugares, vengan a desplazar a los productores.
No se trata solamente del inconveniente de los productores pequeños que pierden la tierra ni del avance de los pooles de siembra. Hoy se demoniza a la soja y sin embargo, todas las políticas públicas de la Argentina están orientadas para que se siga sembrando.
Yo soy un pequeño productor tambero y podría hablar largamente de cómo la estamos pasando. Vendemos un litro de leche a 1,35 o 1,40 pesos pero me pregunto cuánto lo paga cualquier consumidor en la góndola.
En los últimos diez años hemos perdido 8 mil productores y mantuvimos los niveles de producción en diez; gracias a Dios en los últimos meses hemos crecido y vamos a estar en 11 mil millones de litros de leche. Se trata de la misma producción con un 40 por ciento menos de productores.
Estas cuestiones tienen que abordarse y resolverse en nuestro país. Por esa razón, desde nuestra organización valoramos enormemente que en el lugar donde delibera el pueblo, en el Congreso de la Nación, a través de su Cámara de Diputados y de Senadores se esté tratando y abordando esta cuestión.
Venimos humildemente a hacer todo lo posible para lograr que el país definitivamente tenga sancionada una ley de tierras que termine con tantos abusos, que dé equilibrio y que permita la sustentabilidad, no sólo de los pequeños productores sino de cientos de pueblos que a lo largo y ancho del interior del país están perdiendo vida en función de esta formidable concentración que se está dando en la Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- A continuación, tiene la palabra Miriam Gorbán, miembro de la Confederación General de Profesionales y parte del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil en la cancillería nacional.
Sra. Gorban.- Hoy siento la alegría de este encuentro porque somos muchos los que estamos aquí representando a distintas corrientes que no terminan de coordinar, de juntar fuerzas; eso es lo que hace que sigamos dispersándonos.
Me llena de honor volver a compartir este lugar con Miguel Teubal, un profesional economista que jamás bajó la bandera de la reforma agraria en las largas décadas que estuvo cajoneada, siempre insistió y persistió en este tema; también con Jorge Rulli -quién no sabe todo lo que él ha batallado- a quien conocí en 2002 cuando en una comisión abjurábamos de la soja y Chiche Duhalde nos la quería imponer en los comedores hablando de la “soja solidaria” que era lo único que había mientras los ingleses comían la mejor de nuestras carnes.
Entonces logramos hacer retroceder y decir que estaba prohibida para los niños menores de dos años y no era recomendada para los de cinco. Fue una larga y dura batalla.
Ahora, a lo largo de estos años, estamos encarando otra batalla con el “Paren de fumigar”, porque lo que cuestionamos aquí es el modo de producir. Me refiero a ese modo salvaje de explotación de nuestras tierras que aquí ha señalado Carlos Vicente. Entonces, no se puede aislar el tema de la ley de tierras sin vincularlo con el Plan Estratégico Agroalimentario y con las razones estructurales fundamentales. ¿Cómo vamos a regalar 650 hectáreas por licitación pública en lugar de repartirlas entre los campesinos que están siendo desalojados de los pueblos primitivos y originarios? De eso se trata cuando queremos hacer políticas sociales.
Celebro que se haya planteado este tema y creo que es un paso adelante. Porque si solamente por tocar un impuesto hicimos el despelote que hicimos con la resolución 125 no quiero ni pensar si yo, legisladora o presidenta de la Nación, digo que voy a meter mano en el millón de hectáreas de Benetton. ¿Cómo es posible que nosotros, como país soberano, no podamos meter mano en algo que está prohibido en los demás países? ¿No se toca porque hay una responsabilidad jurídica? ¡Por favor! La responsabilidad jurídica que tenemos como gobierno es hacer sentir la soberanía nacional, sin la cual no hay soberanía alimentaria.
Me preocupa el tema del 20 por ciento, más con el 10 por ciento que ya está. Pero más me preocupa el hecho de que este tema tiene que salir a la calle. Tenemos que defender esto entre todos, del mismo modo en que lo hacemos con la salud y la educación públicas, ya que se trata de nuestra propia vida. De lo contrario, como gobierno no podremos cumplir con el derecho que todos tienen, en el sentido de acceder a una alimentación saludable, completa y culturalmente adaptada. ¿Por qué? ¿Por qué esto de producir para 300 millones cuando somos capaces de producir qué? ¿Soja? ¿Arándanos? ¿Qué vamos a producir? ¿Lo que le interesa al mercado exterior? Entonces, no vamos a comer ciertas cosas porque vamos a comer kiwis, ya que somos “finolis”. (Risas.)
De manera tal que estas son las cosas que debemos empezar a valorar en cuanto a lo que producimos. Me refiero a todas estas cosas que han planteado los representantes de la totalidad de los movimientos que están aquí presentes: volver a regionalizar, a establecer un cinturón de chacras alrededor de los centrales y a los mataderos regionales. No es posible que llevemos las peras y las manzanas a 3 mil kilómetros.
El modo de producir también significa el modo de comerciar y, desde este último, el modo de distribuir. Ya lo dijo Amartya Sen: no hay derecho a la alimentación si no se resuelve el problema del salario, de los precios justos y del pleno empleo. El tema de la tierra se relaciona con el de los precios justos. Si el valor de la hectárea de tierra llega a ser de 15 dólares, como está ocurriendo ahora, ¿qué precio vamos a establecer para el tomate, la harina de trigo o el pan?
En cuanto al problema de la inflación, ni uno ni otro dicen nunca lo que tienen que decir. Es decir que los responsables son los que tienen una economía concentrada en las grandes transnacionales. Por ejemplo, Bimbo acaba de comprar la empresa Fargo. El 70 por ciento del precio del pan es fijado en este momento por una empresa mexicana. Lo mismo podemos decir en el caso de la leche y de la carne. No tenemos frigoríficos nacionales, ya que están en manos de extranjeros. Entonces, se trata de esto.
La concentración de la economía también está vinculada con el tema de la transnacionalización, que no es un problema solamente nuestro, sino del mundo. Recientemente estuve en Uruguay. En ese país el 35 por ciento de las tierras cultivables están en manos de argentinos que van a establecer un pool de siembra. Por lo tanto, no es un problema de que soy italiano o qué sé yo qué, sino que de que son los responsables nacionales y extranjeros que tienen la concentración de la tierra.
Finalmente, quiero señalar que cuando hablamos del modo de producir nos estamos refiriendo al acceso a la tierra -esto, en buen romance, se llama “reforma agraria”-, al crédito, a los recursos genéticos y a los bienes de la sociedad -que tenemos que disfrutar entre todos- por parte de la población rural.
Al mismo tiempo, no debemos entrar en contradicción. No podemos hacer campaña de dengue mientras seguimos desertificando y deforestando. Este tipo de cosas que parecen sencillas, no pueden ir con campañas espectaculares de combate contra el dengue.
Mientras tanto, pese a la ley que aquí se votó para evitar la deforestación -y que no se cumple- se sigue deforestando en nuestro país. ¿Quiénes lo hacen? Los que desalojan a los campesinos generando inestabilidad y desarraigo.
Tenemos que ser coherentes y dejar de hablar de valor agregado porque eso significa hablar de agrocombustibles. Para cultivar azúcar y maíz, para fabricar nafta, entran en juego nuestros estómagos disputando con los estómagos de los automóviles y no es un hecho que le pertenece a la Cochinchina sino a nosotros.
Estuve en Tucumán, ya tenemos el azúcar cara y prácticamente no hay porque el 30 por ciento de la producción de la zona norte va a parar a la exportación ellos pueden comer azúcar y nosotros no- y a la fabricación de nafta. Ahora vamos a hacer nafta con mandioca, entonces se jorobaron porque no van a comer más chipa. (Risas.)
El problema de los agrocombustibles se sacude y día a día se están habilitando fábricas. Es más, sin Junta Nacional de Granos, sin Junta Nacional de Carnes y sin el control de la exportación, me pregunto de qué vale que aumentemos de manera exponencial la producción si va a parar a los bolsillos de quienes están especulando, quienes matan de hambre y quienes son los responsables de la situación que vivimos. (Aplausos prolongados.)
Estemos alertas. En el planeta camina la guerra, vienen por el agua, por la tierra y por la energía. Detrás de eso están los que se llaman dictadores, que liquidan a Irak, a Afganistán y ahora a Libia, que había logrado la autosuficiencia alimentaria en pleno desierto. Tengamos cuidado con eso, también vienen por nosotros. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Seguramente en estos meses vamos a contar nuevamente con la presencia de Miriam y cursaremos las invitaciones para esa oportunidad.
A continuación tiene la palabra Hernán Rachid, del MOCASE Vía Campesina.
Sr. Rachid.- Muchas gracias a todos por la invitación. Soy Hernán Rachid, del Movimiento Campesino Indígena. Vamos a compartir la palabra entre los tres compañeros que vinimos a participar de este encuentro, tratando de respetar los cinco minutos que tenemos asignados.
En primer lugar, agradezco la invitación y saludamos a este Frente Parlamentario Contra el Hambre; creemos que ha sido una histórica lucha de las organizaciones campesinas de las que somos parte y nos enorgullece que hoy pueda estar funcionando.
En nuestra opinión hay mucho por caminar. La lucha por la soberanía alimentaria es más que un frente parlamentario, es una construcción cotidiana por un cambio de un modelo de producción distinto que genere condiciones de vida digna para quienes están en el campo y que traiga de regreso la dignidad a los compañeros expulsados históricamente del campo en las últimas tres décadas.
Le cedo la palabra a mi compañero Julián Roqué.
Sr. Roqué.- Queremos plantear la contracara de lo que se habla, que es la lucha que vienen llevando adelante los compañeros del MNCI en los ranchos y en defensa de la tenencia de la tierra.
Asimismo, queremos señalar que hace algunos meses estamos detectando una zona muy caliente en todo lo que es el Chaco salteño y el Chaco santiagueño. Es más, en los últimos tres meses hubo hechos graves como, por ejemplo, que ingresaron personas armadas a la radio de una de las comunidades del MOCASE.
Todo esto en el marco de previamente haber detenido a Ricardo Cuellar durante una semana en la comisaria de Monte Quemado, donde estuvo preso y no pasó nada.
Nosotros necesitamos la reacción. Queremos comprometer a los diputados y senadores de este espacio a que incluyan en su agenda este tipo de cosas, por ejemplo qué pasa con la comisaria de Monte Quemado, qué pasa con la intendencia de Monte Quemado, qué pasa con los juzgados, no sólo de Monte Quemado.
Como coyuntura entendemos que en este momento esta zona es un lugar muy caliente donde están pasando cosas muy graves. Por eso necesitamos dar señales en el terreno al intendente, al comisario y a las fuerzas que están operando.
Sr. Marcelo.- Nosotros queríamos recalcar mucho la función social de la tierra, algo de lo que no se ha hablado. Nos interesa mucho entonces que se marque no solo la tierra como recurso, como el cuadradito que hay que mensurar y definir en cuanto a su propiedad y el papel, sino en cuanto a una cultura, una cantidad de personas y un sistema integrado de gente que vive ahí y que tiene que pervivir ahí, más allá de quién sea el propietario del lugar.
En nuestra comunidad no ponemos el acento en la propiedad porque la misma en general es comunitaria y se marca desde la vivencia, la ancestralidad y en el lugar que cada uno ocupa.
Nos interesa entonces que se detenga el modelo de agronegocio lucrativo, que acaba con la tierra y con la cultura que hay encima de ella, no importa que la misma sea de pueblos originarios, de campesinos o agricultura familiar. Es lucro. Nosotros queremos recalcar que estamos en contra de eso.
Necesitamos un proyecto. Nos parece bien marcar el límite para la extranjerización pero también estamos presentando un proyecto para la detención de los desalojos. Algo que es inmediato, necesario y donde tenemos que marcar la diferencia.
Nosotros, en el día a día, vivimos las consecuencias del modelo de agronegocio. Es lo que marcaba Julián. Esto es lo que tenemos que detener ahora. No podemos esperar a ver si en algún momento el capital extranjero va a tomar un camino diferente respecto de esto o no.
Sr. Rachid.- En el marco de la propuesta que estamos armando con Florencia, con algunas agriculturas familiares y otras organizaciones, el tema de los desalojos viene ligado y relacionado a la construcción de la soberanía alimentaria.
En ese sentido, el 16 de octubre se conmemora y celebra el Día Mundial de la Soberanía Alimentaria con otras organizaciones, y el viernes 14 vamos a hacer una marcha de celebración y de denuncias de estas cosas.
Nosotros hemos aprendido a trabajar en pos de ir siempre para adelante, frenando los desalojos y las topadoras pero siempre mirando hacia adelante. Porque el objetivo de esto es seguir comunicando y combatiendo con el resto de la sociedad, específicamente la comunidad urbana, que es la que tiene un rol muy importante, como decía antes la compañera con respecto a los consumidores, el comercio justo, el consumo responsable.
Al fin y al cabo somos parte todos de una misma cadena y debemos tener en cuenta esas cosas para poder solucionar y mejorar la calidad de vida de todos y lograr este derecho humano, indispensable, que para nosotros es la bandera de lucha de ahora y del futuro en este corto plazo, que es la soberanía para todos y todas, porque de eso es de lo que todos vivimos y de lo único que no podemos prescindir.
Agradecemos nuevamente a todos el espacio para poder expresarnos. Como Movimiento Nacional Campesino Indígena vamos a estar dispuestos a seguir trabajando.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el señor Jorge Rulli, de Reflexión Rural.
Sr. Rulli.- Buenas tardes a todos. Agradezco la invitación y me alegra el debate.
Si bien debo decir que en el grupo de Reflexión Rural pensamos que las leyes son el resultado de situaciones político-culturales, socio-ambientales, de hechos consumados que la sociedad presenta, en este caso creo que tengo derecho a ser escéptico porque este proyecto se neutraliza –si es que tiene buenas intenciones que no sean preelectorales- con el Proyecto Estratégico Agroalimentario.
Creo que la globalización nos ha tocado el lado oscuro de la modernidad y es bastante horroroso. Esta ley sería impensable del otro lado, absolutamente impensable. A nadie se le ocurre que puede comprar tierras en una aldea de Italia sin ser italiano y sin dar un examen que confirme que es granjero.
Aquí, a lo largo de estos quince años de sojización y de agronegocios, se ha privatizado por extranjeros toda la tierra que han querido o que el modelo ha necesitado. Creo que ahora estamos en la etapa del “emprolijamiento”, de legitimar el robo habido y por eso, desconfiamos mucho de estas intenciones que consideramos parte de un simulacro.
Durante años hemos visto cómo por ejemplo se atacó a Douglas Tompkins. Muchas veces nos permitimos recordar que era uno de los fundadores del movimiento antiglobal, no importa, le fueron a cortar los alambres porque parece que era sumamente peligroso.
En los últimos tiempos vimos cómo Parques Nacionales ha donado Monte León, los Esteros del Iberá y no escuchamos ninguna autocrítica de aquellos que incluso nos injuriaron por haber tratado de aclarar quién era quién; mezclar a Lewis con Tompkins fue de una intencionalidad imperdonable.
Me parece que hay cuestiones fundamentales que no están en debate en la Argentina de hoy. Esta ley convoca nuevamente a una gran confusión en la medida en que hace hincapié en la tenencia cuando aquí el gran tema es la posesión.
Nosotros no estuvimos de acuerdo con muchas organizaciones sociales en el proyecto de reforma agraria porque entendemos que la cuestión es el uso del suelo; necesitamos una ley de suelos. El Estado se tiene que hacer cargo de la tierra de los que están arruinando el suelo en este país y son millones y millones de hectáreas.
Me parece que tenemos que recobrar esa mirada casi de niño y sentir que poner límites a la extranjerización es algo que tendríamos que haber hecho hace muchos años.
En mi opinión, como dijo Miriam o dijeron varios, el tema es el modelo productivo, con 20 millones de hectáreas de soja y 10 millones de hectáreas más que se plantean, con un despoblamiento masivo, con una urbanización gigantesca de ciudades, de localidades rurales y semirurales que han sido alcanzadas por los conurbanos y se ven integradas al gran tema de la inoperancia política, de la droga, de la inseguridad –en las que ya no se puede vivir- y con un campo en manos de grandes empresas que ni siquiera son pooles de siembra.
Grobocopatel tiene oficinas en Michigan y en San Petersburgo. Eduardo Elsztain es argentino, tiene pasaporte, tiene 900 mil hectáreas en el Cono Sur –no sólo Tinelli tiene muchas tierras- y no se lo menciona jamás porque cualquier tesorero del Consejo Judío Mundial es íntimo amigo de la presidencia y parece que eso lo protege para deforestar Salta y para hacer muchísimas otras cosas.
Quiero recordar que esas grandes corporaciones de sojeros aprovecharon el conflicto de la resolución 125 para reconfigurar este país y para exportar la soja del Sur de Brasil, de Uruguay, Paraguay y Santa Cruz de la Sierra. Se conformaron a través del dolor que nosotros pasamos como argentinos en esos días de enfrentamiento, se transformaron en enormes sojeros del Cono Sur con inmensas cantidades de tierras del otro lado.
Yo denuncié en Uruguay cuánta soja argentina sale por Nueva Palmira y los periodistas uruguayos se reían cuando a micrófono abierto les pregunté por qué. La respuesta fue: “porque aquí eso lo sabe todo el mundo”.
Y en pocos años, Puerto Nueva Palmira -los invito a que lo conozcan- se transformó en un puerto de yachts, absolutamente internacional y gigantesco. ¿Qué soja creen que sale por allí? La de aquellos que no pagan retenciones y respaldan el modelo agropecuario. No tienen críticas para ese modelo, entre otras cosas porque no pagan la renta. Entonces, se permiten la distancia que se permiten algunos observadores y sojeros del campo político argentino.
Me parece que tenemos que discutir la posibilidad de llevar este tema a la calle acerca de cuál es el proyecto nacional argentino que queremos. En ese sentido considero que el tema de la soberanía alimentaria no está incluido en este debate. Por lo menos no tiene nada que ver con la soberanía alimentaria tal como nosotros la consideramos. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- A continuación hará uso de la palabra el señor Pablo Bergel, legislador electo por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Bergel.- Viene bien la mención que recién hizo Jorge respecto de Elsztain y de IRSA para hacer una digresión inicial acerca del tema de la extranjerización o del uso perverso de la tierra urbana, que no está desligado de la cuestión de la tierra rural. En algún momento deberíamos pensar el tema de la tierra como un tema conjunto, con sus particularidades. Me refiero concretamente al proyecto de IRSA en la Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Estoy hablando de las 70 hectáreas de IRSA, asociada con George Soros, en un caso de extranjerización por los términos en que el proyecto intenta presentar el tema.
Frente al proyecto de extranjerización, uno podría decir, como ya lo hicieron aquí varios compañeros, que el tema no es el del uso y la concentración. Pero aún aceptando los términos de extranjerización en que está planteado, otorgándole el beneficio de la duda y de la buena fe -creo que se hace bien en cuestionar esto- y ante la evidencia, como decía el propio Jorge, de que el Plan Estratégico Agroalimentario constituye una contradicción absolutamente flagrante con este proyecto, si consideramos el proyecto en sí mismo -que en definitiva es el que se coloca en el debate público por razones de hegemonía y de fuerza- y dejamos todo lo demás de lado quizás podamos intentar apalancarnos en ese debate. En todo caso creo que eso es lo que nos tiene juntos hoy aquí y no hace un año o seis meses.
Entonces, algo pasa con ese proyecto. Lo que quiero decir es que viene bien. Viene bien que la presidenta lo haya mencionado por las razones -oportunistas o no- que tuviera para presentarlo. En consecuencia, viene bien el debate.
Manejándonos en esos mismos términos, cabe formular ciertas aclaraciones, algunas de las cuales ya se han hecho. Verónica señaló que las estimaciones -porque no hay un catastro bien confeccionado- oscilan entre el 7 y el 10 por ciento; yo tenía entendido que estaban entre el 7 y el 11 por ciento. Entonces, ¿por qué fijar un límite del 20 por ciento, que prácticamente convierte al proyecto en un proyecto de promoción? En otras palabras, “Compre al 9 por ciento y rápido porque se acaba”.
Autorizan a comprar nueve y puesto en esos términos es un anuncio.
Pero saliendo de esta disquisición, la ley se refiere a un tipo de extranjerización que es la dominial, del dominio o la titularidad de la tierra. Sin embargo, podemos hablar de otros tipos de extranjerización a los que podemos llamar funcionales, manejando siempre el paraguas de la palabra extranjerización, ya que es el que permitió una cierta introducción al debate.
Aceptando ese paraguas, redefinamos la palabra extranjerización y hagamos una extensión del término, no solamente a la adquisición dominial sino también a la funcional, que es más abarcadora que la primera.
Al decir extranjerización funcional me refiero al uso del suelo para proveer de alimentos para chanchos en países extranjeros. Eso es extranjerización de la tierra de una forma que va mucho más allá del 20 por ciento del territorio, lo supera largamente y es extranjerización funcional o del uso de la tierra.
Agregaría a esta idea el concepto de fertilidad del suelo como bien público. Creo que tenemos que establecer que la fertilidad de la tierra es un bien público que pertenece a las actuales y futuras generaciones; aunque yo sea el titular y tenga incluso cinco títulos de propiedad legítimos, no puedo dañar la fertilidad del suelo del que soy propietario sin tener un castigo por ello. Entonces, se debería establecer un sistema de premios y castigos para la mejora o el empeoramiento de la fertilidad del suelo.
Existe una extranjerización de la fertilidad del suelo porque se exportan nutrientes y agua del suelo que es un bien de dominio público, un bien soberano de las actuales y futuras generaciones.
Me parece que dentro de este paraguas restringido y cuestionable que proporciona la ley hay mucha tela para cortar jugando con el mismo término extranjerización y desarrollándolo. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Antes de dar la palabra al próximo expositor, quiero invitarlos a una actividad que está desarrollando la fundación Ecosur. Es para el próximo miércoles 19 de octubre a las 17 horas en la Biblioteca Nacional, donde se presentará el libro “Mujeres, naturaleza y soberanía alimentaria” de Silvia Papuccio de Vidal, miembro de la citada fundación.
Al margen de este anuncio, si bien no contamos con la presencia de la señora diputada Marcela Rodríguez, están aquí sus asesores quienes me han pedido hacer uso de la palabra.
Sr. Nieto.- En primer lugar, quiero trasladar las disculpas de la señora diputada Marcela Rodríguez que no pudo acercarse a esta reunión y aclararles que me tengo que retirar pero seguramente se quedará Sebastián para participar del debate.
La diputada Rodríguez me pidió que específicamente les dijera que tiene particular interés en este espacio por una razón muy contingente, que no es la única pero que me parece importante mencionar. Los que no trabajan en el Congreso quizás no lo sepan pero existe una sensación respecto del tratamiento legislativo del proyecto del Poder Ejecutivo y es que estamos ante una alternativa trágica: o se dictamina un proyecto muy semejante al del Poder Ejecutivo, o no se dictamina nada. Esa es la sensación.
Existe una resistencia a asistir al plenario convocado por la Comisión de Legislación General porque si se dictamina algo debe ser muy parecido a lo propuesto desde el Ejecutivo y la alternativa política que se presenta a eso es no hacer nada. Es decir, hacer reuniones en las que no se dictamina nada, escuchamos a los expertos y simulamos algo que está lejos de un tratamiento orientado a sacar una norma.
En este contexto, abrir canales de debate alternativos que nos permitan ir aproximando algunas posiciones, señalando algunos problemas en el proyecto del Poder Ejecutivo o en otros, encontrando virtudes en otros proyectos presentados, nos parece muy interesante como para poder generar cierta certeza de que existe la posibilidad de sacar un dictamen y una sanción de algo que nos convenza a una buena parte.
El proyecto presentado por la diputada Marcela Rodríguez se separa mucho del proyecto del Ejecutivo en una cuestión central. Nosotros no distinguimos extranjeros de nacionales.
Para nosotros, definitivamente, la Constitución veda esa distinción, pero habilita otra distinción que nos parece mucho más interesante: la de las personas en función de su plano social y su rol en la producción.
Nuestra Constitución nos impide distinguir entre extranjeros y nacionales pero nos permite distinguir trabajadores de capitalistas sin ningún problema. Sobre esa base lo que hacemos es poner un límite a nacionales y extranjeros, que varía en función de las unidades productivas en las provincias.
Esta distinción es radical. Nos parece que tiene sustento constitucional y es superadora del déficit del proyecto del Poder Ejecutivo.
Además, me parece que es importante conceptuar que esta distinción entre extranjeros y nacionales en el contexto argentino tiene algunos problemas, aun cuando la estemos pensando en el mejor espíritu, dirigida únicamente contra el empresariado que viene a expoliar el suelo argentino.
Aún en ese caso no podemos olvidarnos que el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, públicamente, se manifiesta a favor de cobrar los servicios hospitalarios a los extranjeros.
Por supuesto que no es lo mismo un inmigrante trabajador que la inversión extranjera, entonces hagamos esa distinción. Distingamos a los trabajadores de los capitalistas y así sorteamos ese gran problema.
Lo último que quería decir, por si alguno lee el proyecto de la diputada Marcela Rodríguez contenido en el expediente 4.700, es que sabemos que es un proyecto claramente insuficiente.
Hay que reformar la ley de arrendamientos rurales poniendo un límite al arrendamiento y extendiendo el plazo al arrendamiento. Hay que aprobar un régimen de acceso a la semilla que permita al pequeño productor acceder a la producción en condiciones de competitividad.
Eso es central porque poner un límite al dominio, permitiendo que la familia sea una unidad productiva no sirve para nada si no tiene acceso a la semilla en condiciones de competitividad.
Todas estas cosas hay que empezar a volcarlas en los debates y traducirlas en iniciativas legislativas.
Nosotros no lo hemos hecho y creemos que hay que hacerlo, así que trasladamos y comunicamos la inquietud. Muchas gracias.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra la señora Norma Giarraca, profesora de sociología rural y directora del Grupo de Estudios Rurales de la UBA del Instituto Gino Germani.
Sra. Giarraca.- Buenas tardes: quiero agradecer la invitación pero también quiero advertir que me cabe cierto escepticismo, como a Jorge Rulli, por dos motivos. Primero porque sigo atentamente las campañas electorales y es claro que en la dirigencia política argentina el tema de los recursos naturales, el tema de la tierra y el tema del modelo productivo agrario no tiene un lugar central por el tipo de debate y de intervenciones que hemos escuchado en todos estos meses y por el tipo de resultados electorales en San Juan, que es una provincia absolutamente minera y que está rematando los recursos naturales que debíamos comprometer para las próximas generaciones.
El proyecto del Ejecutivo es un proyecto de quince páginas, de las cuales ocho son consideraciones generales y el resto, un corto articulado de 17 artículos.
Quise centrarme en algunos aspectos de las consideraciones generales -y me alegra que haya gente que haya intervenido en la redacción de este proyecto- para aclarar algunos puntos relacionados con la tradición del estudio de la cuestión agraria, no sólo en la Argentina sino en el mundo.
En primer lugar, hay una cuestión que comenzó a plantear Pablo Bergel acerca de la diferencia entre la propiedad de la tierra, el dominio y otras formas de control sobre ella.
Efectivamente, el proyecto se centra en la propiedad o dominio de la tierra. Sin embargo, deja planteada la peligrosidad de tener una parte del territorio en manos de extranjeros que -seamos claros- no son los gringos que vinieron en las épocas migratorias sino aquellos de la peor fase del capitalismo neoliberal que como dice Boaventura de Souza Santos, “está hambriento de tierras”. Por lo tanto, se trata de importantes actores del proceso del capitalismo global.
Las consideraciones del proyecto plantean la peligrosidad de tener el territorio en manos de estos extranjeros y dice que dejarlo abierto compromete gravemente el desarrollo y la soberanía natural.
Sin embargo, hay otras formas de control de la tierra y de los recursos naturales, como es el tema de la consignación que se está desarrollando y expandiendo en este momento: las 300 mil hectáreas en Neuquén, las 250 mil en Chaco y por otro lado, el tipo de concesiones que el Código Minero y la ley de minería indican para toda la zona cordillerana de megaminería del país. Todo eso está en manos de extranjeros y no habría nada de esta legislación que pudiera limitar la peligrosidad de la cuestión.
Por otro lado, en el párrafo tres -que forma parte de lo que comentaba- las consideraciones dicen algo que me pareció muy grave y que se repite en el PEA, Proyecto Estratégico Agroalimentario. Dice: “siendo la tierra un recurso estratégico natural escaso y no renovable”. La tierra desde que es tierra es decir, desde los diez mil años de agricultura en el mundo, es un recurso renovable…
Sr. Bergel.- Y antes también.
Sra. Giarraca.- Y antes también lo era si bien no había asentamientos de unidades familiares para la producción de granos. La tierra es renovable, el peligro de que no lo sea tiene que ver con el uso que se hace de ella y con la producción.
La tierra es limitada, ello significa que no es un producto del trabajo humano. Por más capital y trabajo que tenga, no puede producir tierra porque la producción agropecuaria no puede producir otra cosa que la producción industrial.
La tierra es limitada, da lugar a la renta pero es un recurso renovable y por lo tanto, que esta ley y el proyecto estratégico alimentario planteen que no es renovable me hace acordar a un sociólogo que en la década del 20 formuló un teorema que mencionaba algo así como la “neurosis de destino”. Si planteamos para más adelante cierta cuestión y damos todos los pasos para que se dé, seguramente eso va suceder. Me parece que esto es una anticipación de lo que puede pasar si se sigue con un mal uso de la tierra.
Me extiendo un minuto más -porque no voy a participar del debate- para recordar a Florencia Gómez algo de lo que dijo en relación con que durante doscientos años nunca, ningún gobierno, habló de la tierra.
Aquí somos varios pero particularmente fui miembro del equipo del Ingeniero Giberti que en 1973 sacó un conjunto de leyes. Dentro de ellas estaba la ley agraria y la de renta normal potencial, que fueron parte de la intolerancia del sector terrateniente argentino que junto con las fuerzas armadas terminaron con el gobierno.
Sr. Bergel.- ¿Quién era presidente en ese entonces?
Sra. Giarraca.- Cámpora y Perón.
Me parece que un gobierno que tiene raíces en estas mismas ideas, no puede dejar de reconocer esto. Vos sos muy joven, Florencia. Por eso quiero decir que no se trata solamente de las leyes de 1973, sino también de la ley de la renta normal potencial de la tierra elaborada por Aldo Ferrer para la provincia de Buenos Aires, entre otras cosas.
De manera tal que la historia no comienza cuando empezamos nosotros. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Quiero señalar que en breve estaremos agotando la lista de oradores.
Tiene la palabra el señor diputado Orsolini.
Sr. Orsolini.- Muchas gracias por la invitación. Como es sabido y ya se ha dicho aquí, soy autor de uno de los proyectos que fue impulsado en 2002 por la Federación Agraria Argentina. Esa iniciativa fue presentada, perdió estado parlamentario y la volví a presentar el año pasado, cuando inicié mi actividad parlamentaria. Pero más que hablar del proyecto me gustaría decir que si bien tenemos algunas coincidencias con el Poder Ejecutivo, también tenemos algunas disidencias importantes. Esto ya lo he planteado en varios ámbitos. No obstante, me gustaría hacer una contextualización.
En primer término, creo que si no consideramos que la tierra está cumpliendo una función social no estamos enfocando el tema. La tierra, más allá de sus aspectos productivos, debe cumplir una función social. Todos sabemos que la concentración de la tierra es la causa más importante del hambre y la miseria. Por lo tanto, debemos ver cómo hacemos para que la tierra no se siga concentrando.
Creo que la concentración de la tierra que se está dando en los países subdesarrollados es tremendamente fuerte. Esto ha sido señalado por muchos de los que están aquí presentes, por lo que no quiero ser redundante. Los efectos de la concentración de la tierra también se vinculan con la concentración -valga la redundancia- de los mercados, los conflictos -esto es algo que saben muy bien los compañeros de Santiago del Estero y de Salta-, la falta de titularización y de capacitación en la investigación agrícola, las dificultades para acceder al mercado de crédito, los bajos servicios sociales de infraestructura agrícola que tienen los productores -es decir, el sector más vulnerable- y la ausencia de políticas para la contención y radicación de familias en el campo.
Nosotros estamos trabajando. Es cierto lo que se dijo aquí en el sentido de que un proyecto para limitar o restringir la extranjerización de la tierra es nada más que el puntapié inicial. Aquí hay que hablar del uso y de la tenencia a través también de una ley de arrendamiento. La ley 13.246, sancionada durante el gobierno de Perón en 1946, era una cosa. Pero cuando en 1978 Martínez de Hoz tomó esa ley, la destripó. Yo provengo de la Federación Agraria Argentina y el año pasado también presenté un proyecto de ley de arrendamientos elaborado por esa entidad. A través de esa iniciativa tratamos de corregir lo que se ha hecho y, al igual que lo señalado por uno de los oradores que me precedió en el uso de la palabra, no sólo ordenamos los temas de plazos y demás en materia de arrendamientos, sino que además trabajamos muy fuerte sobre la cuestión de la rotación de los cultivos, lo que es sumamente importante. Aquí se ha hablado de la fertilidad de la tierra. Hoy, con la soja, se está haciendo una extracción minera por la cual lo que realmente se está exportando son los minerales.
Entonces, también hay que trabajar sobre un proyecto de ley que evite la concentración de la tierra, porque como bien se ha dicho, si se detiene a los capitales extranjeros van a venir los de origen nacional.
Hay que trabajar en el Instituto de Colonización, porque debemos volver a colonizar la Argentina.
También es cierto que se deben detener los desalojos. En esta Cámara de Diputados hay dos proyectos que fueron presentados el año pasado. Uno es un proyecto de declaración de mi autoría y que se relaciona con el tema de la urgencia. El otro es un proyecto de ley del señor diputado Cardelli, que tiene como objetivo detener los desalojos.
Lamentablemente duermen el sueño de los eternos.
Para terminar, estuve el martes en un seminario de la UCA en el que participamos con la señora diputada Benas y tengo mucho para decir pero me voy a ajustar a los cinco minutos.
Creo que los ejemplos tenemos que empezar a darlos por casa. Se hizo mención a las 650 hectáreas de la fuerza aérea en Córdoba y voy a agregar algunos datos más: las 12 mil hectáreas de campo La Remonta del ejército en la zona Villa María, hace diez años que las siembra Aceitera General Deheza de un gran conocido de este Congreso, el grupo Urquía. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Aprovecho para leer el saludo de los delegados del Foro de Organizaciones Nacionales de Agricultura Familiar, Roberto Rodríguez, de la Unidad de Coordinación Nacional FONAF.
A continuación tiene la palabra Tamara Perelmuter, del grupo de estudios rurales de Gino Germani.
Sra. Perelmuter.- Me sumo a las felicitaciones por la organización de la actividad.
Supongo que voy a usar menos de cinco minutos porque muchas de las cosas que tenía para decir respecto del proyecto ya fueron dichas, sobre todo lo relacionado con el uso de la tierra y con entenderla como un bien común en torno a su función social.
Sólo quiero agregar un elemento al debate que tiene que ver con aportar a la discusión. Considero que en torno a este proyecto, además de darla juntamente con el PEA es necesario incorporar un proyecto que está intentando ser debatido desde hace varios años, pero que por alguna razón no es público y está relacionado con la discusión de la reforma de la ley de semillas y creaciones fitogenéticas.
No puede pensarse la discusión en torno de la tierra sin pensar en un debate respecto de la mediatización del agua y de la fertilidad de sus nutrientes. Considero que no tiene sentido la discusión en torno de la tierra pensada por fuera del debate respecto de las semillas.
Hace unos meses estuve participando en una audiencia similar a esta sobre el tema de la soberanía alimentaria, y allí conté que hace varios años se discute por lo bajo y sin que sea demasiado público la modificación de la ley de semillas que tiene que ver con pensar, discutir y profundizar la propiedad intelectual y el patentamiento.
Una participante.- La patente biológica.
Sra. Perelmuter.- De todas maneras, lo que mencionaba tiene que ver con que desde hace meses se ha hecho público que el proyecto de modificación está en el seno de la CONASE, listo para salir a la luz; si todavía no se ha hecho público es porque aún no estaba definida la discusión respecto de cómo se iban a cobrar las regalías.
Sin embargo, el proyecto existe y en cualquier momento va a hacerse público. Está hecho a espaldas de los productores, de las organizaciones, de todos los aquí presentes y está relacionado con la discusión sobre el uso propio de las semillas, que es la potestad que tienen campesinos y productores de guardarlas para su propia cosecha; tiene que ver con el avasallamiento de los derechos de los propietarios de esas semillas, que no es otra cosa que el despojo de los saberes y conocimientos de los campesinos.
Me parece interesante incorporar este debate, sobre todo porque se viene en cualquier momento y porque no podemos pensarlo por fuera de la discusión respecto de la tierra, los alimentos y lo que discutimos aquí. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra Graciela Banegas, de la mesa ejecutiva del FONAF.
Sra. Banegas.- Buenas tardes: yo formo parte de la mesa ejecutiva del Foro Nacional de Organizaciones de la Agricultura Familiar (FONAF). Soy una campesina y en este momento me encuentro aquí para hacer un pedido especial a todos los diputados presentes y a quien pueda darnos una mano, ya que un compañero campesino de la provincia de Salta está sufriendo un atropello.
En el día de ayer, un grupo de civiles encapuchados, con la presencia de un oficial de la justicia, intentaron desalojar de su tierra a la familia de Alfredo Riera.
Por eso, quiero hacer un pedido especial para que los diputados presentes que puedan nos den una mano para que este compañero no siga sufriendo las consecuencias que desde hace tiempo viene sufriendo, ya que ésta es la tercera vez que intentan desalojarlo. Dos veces hemos logrado frenar el desalojo. Hemos estado aquí hablando con gente para que se comuniquen hasta con el gobierno de Salta para que vean la posibilidad de evitar esto.
Esta vez han entrado y es preocupación de nosotros, los compañeros, que estas cosas no sigan sucediendo.
En el norte, en todo lo que es el NOA y la provincia de Santiago del Estero seguimos con estos problemas. Las organizaciones estamos en pie de guerra continuamente luchando y la única arma que tenemos es pararnos frente a las topadoras para evitar muchas cosas. Ha habido incluso hasta casos de muerte.
Hoy le toca a nuestro compañero pasar por esta situación y por eso quiero hacer un pedido especial a los presentes y quienes puedan hacer algo para evitar todo esto, para que no pase a mayores y no tengamos que seguir lamentando víctimas por estos hechos. Muchas gracias. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Quiero agradecer la presencia de los diputados que fueron respetuosos y quisieron quedarse a escuchar a las organizaciones y a los expositores, como Eduardo Macaluse y Claudio Lozano, y decir que obviamente está abierta la participación para lo que es el debate posterior.
Tiene la palabra el señor Nahuel Levaggi, de la Cooperativa de Trabajadores Rurales de San Vicente y del Frente Popular Darío Santillán. Con él estaríamos cerrando la lista de oradores y comenzando el debate posterior.
Sr. Levaggi.- Buenas tardes a todos. Yo formo parte de una organización rural de trabajadores de San Vicente, del Frente Popular Darío Santillán que articulamos con varias otras organización a través de COMPA, Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina.
Aquí se han dicho ya la mayoría de las cosas que tienen que ver con el análisis de la situación, de los datos crudos, de los relatos de la realidad y de las contradicciones de este gobierno con respecto a sí mismo y de esta ley con el Plan Estratégico Agroalimentario. El compañero Manuel hizo otro análisis.
Yo quiero tratar de agregar algunas cosas más desde nuestra particularidad, que tiene que ver con formar parte de las organizaciones que vivimos y trabajamos la tierra.
Esa es tal vez una de las voces principales que para nosotros es importante que esté, porque muchas veces hablan más los intelectuales y académicos de nosotros, que nosotros mismos. Por eso, está bueno que se escuche la voz de los compañeros que vivimos y laburamos la tierra.
En ese sentido quiero mencionar algunas cosas. Que haya leyes o una política pública que garantice la redistribución de la tierra y garantice otro modelo no significa solamente poner coto a algunos para la tierra o tratar de distribuirla –un paso importantísimo que ni se da-, sino un modelo de vida en el campo y en la ciudad que permita que tanto en el campo como en la ciudad el pueblo trabajador pueda vivir dignamente.
Ni el trabajador rural en el campo, ni el pobre o el trabajador en la ciudad, bajo este modelo productivo y de sociedad que se está planteando, se puede desarrollar dignamente.
La soja es una de las expresiones del agronegocio de este modelo. El agronegocio, en cada una de las producciones, en cada uno de los ámbitos se expresa de manera distinta. Puede ser producción de flores, de eucaliptus o de vegetales, como en el cinturón hortícola donde laburo yo.
Por ejemplo, las verduras que se comen en los cinturones hortícolas de Escobar, La Plata y Florencio Varela están subsidiadas por el trabajo esclavo y por el trabajo infantil pero ningún gobierno hace absolutamente nada para que eso se transforme.
Por lo tanto, un modelo distinto, no es sólo hablar de la tierra sino del modelo productivo, tal como lo manifestaron muchos en este debate; está clarísimo que este modelo expulsa del campo.
Los compañeros que salen del campo, los pobres que hace muchos años que viven en la ciudad, no sólo los que fueron expulsados del campo sino también el pueblo trabajador, están atados a una red en contra de la soberanía alimentaria que tiene que ver con el clientelismo político, con comer basura –porque se hace producción orgánica pero la compran los ricos y a los pobres nos satisfacen con bolsones de mercadería que es una mierda- porque estamos dependiendo de la manzanera puntera para una caja de leche para nuestros hijos; eso atenta contra la soberanía alimentaria.
Si queremos construir un modelo distinto no podemos pensar el campo y la ciudad por separado. Estamos hablando de un modelo de vida que debe tener al pueblo trabajador como protagonista, es decir, el que decide.
Para eso, invitamos y comprometemos a los legisladores a que vengan a nuestras organizaciones para que conozcan los territorios y vean la realidad. Tal como lo expresó la compañera de Salta, sería bueno ver qué respuesta se puede dar, del mismo modo que a los compañeros del Movimiento Campesino Indígena y a los de la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares en la Argentina.
No podemos decir “Plan Estratégico Agroalimentario” cuando hoy por hoy, la verdura que se come en la ciudad está siendo subsidiada por el trabajo esclavo e infantil. Eso no se transforma de ninguna manera, ni siquiera con una ley distinta de tenencia de la tierra. En ese caso la transformación apunta a cuestiones concretas.
Por lo tanto, invitamos a todos los legisladores a que vengan a nuestros territorios a elaborar conjuntamente las propuestas. Muchas veces uno no puede patear el centro e ir a cabecear.
Quienes nos damos la tarea de construir día a día en los territorios para mejorar y transformar la realidad los invitamos a ustedes -que ocupan espacios para generar leyes- para que fortalezcamos el diálogo y para que las leyes surjan a partir de allí.
Además, si algo tiene este gobierno es que ninguna de las medidas que se dicen populares nace del diálogo con las organizaciones que laburan realmente. Ninguna ley, acción que transforme o que sea de interés del pueblo, puede surgir de la mano ni de los barones clientelares del conurbano bonaerense ni de los grandes terratenientes. Ya se habló de lo que fue la pantomima de la resolución 125 pero en realidad el campo se fortalece en el agronegocio que va en contra de los intereses de los pequeños productores y de los campesinos de las comunidades originarias.
Entonces, queremos dejar en claro que la modalidad de cada uno de los espacios es distinta y es necesario conocerla para elaborar políticas públicas que verdaderamente respondan.
Nosotros nos damos la tarea de organizar a los territorios y les proponemos el diálogo constante para que las legislaciones que surjan lo hagan de la mano de dicho diálogo y que no sea “che, hice esta ley. Fijate si te gusta.” No, la propuesta es armarlas juntos.
Por eso, los invitamos a que vean nuestra realidad, a una madre de siete hijos que tiene que ir a ningunear con una puntera política por una caja de leche, a un chico de ocho años que labura bajo la lluvia en una quinta para generar la verdura que en el mercado se paga dos pesos y ustedes la pagan cinco pesos en la verdulería, o también los desalojos de vecinos que acaba de comentar la compañera de Mendoza. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Estas han sido las exposiciones previas al debate.
Sr. Levaggi.- Tal como mencionaron los compañeros, tenemos que organizarnos juntos.
El día 16 de octubre es el día de la soberanía alimentaria.
El viernes 14 vamos a estar en la calle un montón de organizaciones, como el Alba de los Movimientos Sociales para Latinoamérica, con las banderas y consignas de la soberanía popular, alimentaria y nacional. Invitamos a todos los compañeros y compañeras el viernes 14, a las dos de la tarde, en el Congreso. Desde allí nos vamos a movilizar.
Sr. Presentador.- Agradezco a todos los que se quedaron. Me había olvidado de nombrar a Marta Maffei, que también viene bancando este espacio y es diputada nacional con mandato cumplido. Esperamos que también pueda aportar algo en el debate. A los que quieran intervenir les pido que levanten la mano. Lo ideal sería que yo no tenga que hablar mucho más y que podamos respetar los tiempos, de entre tres y cinco minutos. Les pido que nos autoregulemos. Inclusive, si quieren levantar la mano e intervenir directamente, me parece mucho mejor. En todo caso, los que no hablaron, que se presenten. Y a aquellos que ya hicieron uso de la palabra les pido respeto por quienes todavía no pudieron hablar.
Sr. De la Fuente.- Buenas tardes y gracias por la invitación. Mi nombre es Horacio de la Fuente y soy miembro de la Unión Latinoamericana de Técnicos Agrarios y Rurales. Aquí se han dicho muchas cosas que tal vez yo también voy a repetir, pero lo primero que me han dicho los abogados a los que he consultado es que esta ley es anticonstitucional, ya que el artículo 20 de nuestra Carta Magna, con un claro corte neoliberal, pone en igualdad de condiciones al ciudadano nativo y al extranjero.
Hoy en día, mientras nosotros estamos aquí sentados, se avasallan derechos humanos fundamentales expulsando a campesinos y pueblos originarios, destruyendo bosques nativos y contaminando el agua y el aire con el cianuro, el lisfosfato y otras sustancias. Además, mientras nosotros estamos aquí sentados, en seis provincias argentinas actúan grupos parapoliciales expulsando a campesinos y pobladores nativos. Son agentes que no sólo forman parte de estas transnacionales económicas que apoyan este modelo productivo que tiene fuerte apoyo desde el gobierno nacional, sino que también esas grandes concentraciones de tierras están en manos de argentinos. En este momento hay casos testigo de que el gobierno de China ha tomado 300 mil hectáreas en la provincia de Río Negro a través de testaferros, ya que el gobierno chino no figura directamente.
Sra. Benas.- Figura. Es una empresa estatal china.
Sr. De la Fuente.- Y en la provincia del Chaco hay 500 mil hectáreas que pasaron a manos de capitales saudíes.
Entonces, el debate tiene que ser mucho más amplio y debe abarcar la reforma agraria, el uso de la tierra y la actualización del catastro y de la ley de arrendamientos rurales. Asimismo, debe hablar fundamentalmente sobre quiénes tienen la tierra en este momento, lo que implica su posesión pero no su propiedad. Muchas gracias. (Aplausos.)
Sr. Bertoldi.- Otra cosa que pensamos es que justamente nosotros tuvimos un plenario en Salta y debatimos este tema relacionado con el Plan Estratégico Agroalimentario. Obviamente, no creemos que sea casual que ambos temas vayan de la mano. Pensamos que una ley integral de reforma agraria -porque no podemos hablar de una ley de tierras que defienda la soberanía nacional si no hablamos de una reforma agraria- debe establecer una justa distribución de la riqueza. El Poder Ejecutivo debe promover planes de desarrollo integral que ayuden económicamente a los trabajadores y trabajadoras del campo, incluyendo a los campesinos.
Se deben otorgar créditos de acuerdo a las necesidades de cada región. Asimismo, se debe erradicar el latifundio y el arrendamiento. Para decir esto nos basamos en la ley de tierras de la República Bolivariana de Venezuela y quizás sería bueno buscar otras semejantes -no creo que una ley de tierras de los Estados Unidos tenga los mismos intereses que los nuestros.
Por último, como dijo mi compañero, es complicado llevar todo esto adelante debido a la Constitución nacional neoliberal –como la llamamos nosotros- que por ser del 94 es la Constitución del anti Cristo, porque la otra fue la del 49. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra la señora Marta Maffei.
Sra. Maffei.- Agradezco la invitación y comparto la importancia que tiene debatir estos temas en este momento político más allá de que, es cierto lo que mencionaba Norma Giarraca, están ausentes del debate de quienes hacen campaña. Nosotros somos políticos que estamos promoviendo el debate, queremos discutir y avanzar en el conocimiento de la situación.
Hubo dos o tres cosas que no se mencionaron y quiero hacerlo. La primera de ellas es que el proyecto de ley del Poder Ejecutivo, al permitir la ampliación al 20 por ciento de la propiedad de la tierra sin ningún límite en la concentración en determinados lugares o municipios, podría permitir la extranjerización de provincias enteras. Ello sería similar a lo sucedido en México cuando Estados Unidos avanzó sobre la propiedad de la tierra y los mexicanos perdieron una tercera parte del territorio. Es decir, se está dando un avance significativo y quise mencionarlo porque hasta el momento no se había expresado.
El segundo punto que quiero destacar es que, además de la propiedad de la tierra en manos extranjeras y de no tener el relevamiento total de esta situación, existen otros 14 millones de hectáreas hipotecadas en el Banco Nación que están en condiciones de absoluta irregularidad, que en cualquier momento serán vendidas y otra vez extranjerizadas; esto conforma un paquete que representa más de 30 millones de hectáreas en absoluta dificultad.
El tercer aspecto que quiero permitirme plantear no es menor y se refiere a la denuncia de los tratados de protección de inversión. Aquí se encuentra presente el señor diputado Macaluse, quien históricamente ha presentado proyectos en la Cámara con la firma de todos nosotros desde que tengo memoria y en los últimos diez años.
Este es un tema sustantivo. Quisiera ver al gobierno de Río Negro con las 330 mil hectáreas otorgadas a los chinos, al de Mendoza con las 500 mil hectáreas entregadas a los malayos y a Capitanich con las 250 mil entregadas a los saudíes, cuando vean la atrocidad que han cometido, cuando empiecen los conflictos graves con los pobladores y tengan que ir al CIADI a hacer la denuncia. Es decir, seguimos en una situación de extrema fragilidad con la presencia de estos tratados.
Dicho todo esto, la ley de extranjerización o de rechazo a la extranjerización, e incluso el proyecto del Poder Ejecutivo, creo que pone en debate el tema y me parece bueno que así sea. No comparto el proyecto del Poder Ejecutivo, no sólo por el 20 por ciento sino porque avanza, legitima, legaliza, permite continuar a quienes hoy tienen la propiedad de la tierra y avanzar aceleradamente en los próximos años en la nueva apropiación por parte de extranjeros; y además, porque tampoco resuelve ningún problema de los pequeños y medianos productores nacionales.
No hay consultas, no hay participación, no hay democratización.
Por otro lado, comparto lo que se decía acá que forma todo un paquete con ese proyecto estratégico agroalimentario porque está absolutamente consustanciado. Ambos son absolutamente lineales al modelo.
Me parece que lo que aquí han planteado la mayoría de los que han intervenido es que con este proyecto de extranjerización no resolvemos el problema de la tierra.
Tenemos que avanzar con muchos otros problemas que tienen que ver no solamente con la propiedad sino con la propiedad funcional, los arrendamientos, la compra a precio vil, el acaparamiento, la posesión, la tenencia, las bandas armadas en las provincias, forzando la expulsión de los agricultores y expulsándolos de su tierra en forma absolutamente violenta. Porque esto hay que decirlo. Es masiva y violenta. Solamente en el Chaco argentino y en las seis provincias que involucran el Chaco argentino, hay 950 mil personas en esa situación y en esa condición.
En los últimos años 200 mil familias perdieron su tierra y han sido expulsadas a zonas del conurbano sin trabajo, sin profesión, sin vivienda, en las peores condiciones.
Después hacemos la contabilidad y decimos que en el conurbano bonaerense hay 850 asentamientos marginales y villas de emergencias ¿y dónde quieren que vayan? Esta es la realidad. Hay migraciones.
El tema de la tierra tiene que ver con todo esto, con el derecho a la vida, con el derecho a la alimentación y con la posibilidad de establecer un plan, un proyecto alimentario nacional. Tiene que ver con la soberanía, con la seguridad alimentaria. Están absolutamente vinculados.
Además de hablar de la función social de la tierra y del uso del suelo, que ya hemos mencionado, hay que hablar de la democratización del acceso a la tierra.
El acceso a la tierra, la tenencia, la propiedad y el uso de la tierra no está democratizado. Y ni hablar de las producciones de la tierra y de los productores que reciben migajas mientras el resto se lo lleva toda la intermediación, en un país que ha renunciado a los entes reguladores y que contribuye a esto.
Me parece que los diputados y los senadores tienen una deuda con la agricultura, con la ganadería y con los productores argentinos.
Estoy de acuerdo en avanzar con la extranjerización, pero hay que avanzar con todo esto que tiene que ver con la Constitución de 1949, obviamente.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el señor Lopardo.
Sr. Lopardo.- Soy docente de la cátedra libre de soberanía alimentaria de la Universidad Nacional de La Plata, soy militante del Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho, integro la Asamblea de Reserva de Biosfera Pereyra Iraola y además también soy militante de la Unión de Asambleas Ciudadanas, que junto con todas las asambleas pelean contra la minería, los monocultivos, las papeleras y demás trasnacionales contaminantes y depredadoras del país.
El espacio de la UAC lo comparto con el compañero Bertoldi con quien hemos dado grandes luchas como así también con compañeros del Frente Popular Darío Santillán y compañeras del Movimiento Indígena Campesino, con los cuales también estamos convocando para la marcha del 14.
Además, el 25, 26, 27 y 28 de noviembre vamos a hacer el diecisieteavo encuentro de la UAC aquí en Buenos Aires.
Más allá de adherir a lo que han dicho los distintos compañeros, coincido fuertemente con las palabras de Miriam Gorban integrante de la cátedra de Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de La Plata, quien ha estado en la fundación acompañándonos desde el año 2002.
Nosotros estábamos muy de acuerdo con cómo entra en contradicción esta ley con el PEA, con el Código Minero y también con lo que se plantea como matriz energética al abrir todas las usinas nucleares, ya que ello afecta el uso de la tierra, tanto en los lugares en los que se efectúa la usina nuclear como en la extracción del uranio a cielo abierto en la cordillera, que implica el desplazamiento de poblaciones.
Otro de los temas está relacionado con el agua y los terrenos. Si bien ya existe como ley es algo que no se cumple ya que podemos ver que hay grandes lagos que están encerrados en alambrados y a los que se puede acceder según el permiso que pueda llegar a dar quien tiene el título de la tierra; eso nos parece muy grave.
Asimismo, quiero remarcar y reafirmar que tanto el agua, como la tierra y las semillas, son indicadores básicos para comenzar a hablar de soberanía alimentaria y al hacerlo, empezar a hablar de soberanía nacional.
Por último, me gustaría remarcar que tenemos un vecino peligroso del que no se habla, que ocupa las Islas Malvinas, que está reclamando el territorio antártico y que en las millas que solicita toca las plataformas marinas en las que existen grandes riquezas; creo que también hay que mencionar en una ley que sea una soberanía territorial integral.
Desde ya, muchas gracias por el espacio y saludo la realización de este evento. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra Maximiliano Mendoza.
Sr. Mendoza.- Soy Maximiliano Mendoza, soy militante social y trabajo con algunas comunidades de pueblos originarios.
En este caso quiero meter un pequeño bocadillo con respecto a un tema que me parece que en alguna medida lo han tocado y que está relacionado con el acaparamiento de las tierras -creo que Carlos Vicente al principio lo mencionó.
En los últimos tiempos hubo dos casos testigo: uno de ellos es Heicoyang Beidahuang en Río Negro y el otro es de unas 300 mil hectáreas en la provincia de Chaco –las cifras no están del todo determinadas- con la corporación saudí Al-Khorayef.
Todo esto está asociado con cuestiones vinculadas a los grandes problemas de seguridad alimentaria que están teniendo algunos países. El caso particular de China –es de público conocimiento- y el de Arabia seguramente lo podemos asociar con los conflictos que todavía existen en torno de los grandes levantamientos populares en África del Norte.
Creo que lo que estuvimos hablando con los compañeros de las comunidades originarias tiene que ser abordado desde el punto de visa del uso y celebro que lo hayan puesto en perspectiva.
El fenómeno de la acumulación del capital en nuestro país y lo que estamos viviendo en términos de alimentación, no puede disociarse del uso de la tierra en virtud del modelo que sostiene y que se está profundizando con el Plan Estratégico Alimentario a partir de lo que ellos denominan la colonización, no solamente de la tierra y de los medios de producción sino también del conocimiento.
Aquí hay un gran sustento ideológico que legitima estos órdenes y que tranquilamente pueden ver si se toman el tiempo de leer las 300 páginas del Plan Estratégico Agroalimentario. Están basados en los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas, que son mentirosos -y esto lo dice el mismísimo Jean Ziegler, que es el vocero de Derechos Humanos de la FAO-, donde se analiza que la producción actual de alimentos -podemos discutir si lo que producen las grandes corporaciones alimentarias del mundo son alimentos o no- alcanza para satisfacer las necesidades de 12 mil millones de personas. Acá nos estamos agarrando de un curro -porque no es nada más que eso- de las transnacionales, que están demandando más producción porque simplemente necesitan más ganancias. Es simplemente eso.
El Plan Estratégico Agroalimentario está orientado a hacer crecer la producción para incrementar la tasa de rentabilidad de las grandes corporaciones como Monsanto, que domina las patentes, y Cargill, que condiciona a los productores argentinos, de América latina y del mundo a partir de su dominio en los puertos.
Entonces, quiero pedir a algunos compañeros que son diputados que tengan presente que desde nuestro punto de vista el fenómeno del acaparamiento de tierras va a ser lo que vendrá después si esta ley se sanciona o no, porque no está vinculado con el tema de la propiedad. Esto ya lo ha dicho el propio Gustavo Grobocopatel, quien ironiza sobre sí mismo diciendo que es el primer empresario sin tierra. Es decir, si esta acumulación de capital a partir de la especulación -el alimento es un objeto de especulación- no se pone en la perspectiva del Plan Estratégico Agroalimentario, veo un futuro muy negro en todo esto, aunque no quiero ser apocalíptico.
Hace muy poco nos mandaron la copia del memo que suscribió Capitanich con la Corporación Al-Khorayef, donde se señalan estas cosas y ellos mismos reconocen a la sazón, con el proyecto del Poder Ejecutivo, que la tierra no es un recurso renovable. Es más, ellos mismos dicen que la van a tener que reconvertir para adaptarla al proyecto alimentario de los árabes. Quiero hacerles llegar esto en algún momento para que también lo pongamos como un elemento más de discusión en las comisiones y en los debates públicos que se puedan llegar a abrir. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- A continuación hará uso de la palabra el ingeniero Guillermo Andreau, de la ciudad de La Plata.
Sr. Andreau.- Soy ingeniero agrónomo de la ciudad de La Plata y dirijo un blog que se llama “El relativismo jurídico”, donde trato todos estos temas.
Después de un tiempo y entre mil incertidumbres descubrí que acá hay un problema de reglas de juego que se solucionó claramente hace 200 años. Si acá estuviese el eminente economista Manuel Belgrano diría que hicimos esta revolución para evitar todos estos conflictos y esta guerra civil permanente que está viviendo la Argentina. ¿Para qué? Para evitar el puro derecho romano. En relación con este último Cicerón decía: “El latifundio hará perecer a Roma”. Trabaja y perecerás; invierte y serás castigado.
Entonces, vemos que los pequeños productores, trabajando de sol a sol, han desaparecido, y que hoy el latifundio se llama monopolio o concentración, pero es exactamente lo mismo. ¿Esto por qué pasó? Porque el Código Civil argentino repuso el puro derecho de los romanos y terminó con el derecho de los modernos y con la propiedad moderna de la Revolución de Mayo. Pero fíjense que hemos celebrado el 200 aniversario de esa revolución, se hizo una película sobre Belgrano y, sin embargo, no se dijo ni una palabra de esto.
¿En qué consiste la reforma? La reforma que se debe llevar a cabo debe ser de carácter tributario, cambiando el origen de los ingresos públicos, es decir, eliminando el sistema tributario -esto fue lo primero que hizo la Revolución de Mayo y es lo que habría que hacer hoy- y reimplantando el sistema rentístico. Manuel Belgrano y Juan Bautista Alberdi dirían que los recursos genuinos del Estado para una sociedad civilizada deben provenir de las rentas de sus recursos naturales. En aquel momento el recurso natural fundamental era la tierra rural y urbana.
Fíjense que nuestros entes recaudadores en nuestros municipios se llaman Rentas pero si preguntamos a algún economista qué es la renta no tiene la más mínima idea porque todo esto fue barrido de las cátedras de economía.
Nuestros economistas de economía clásica no saben nada porque fueron influenciados por el neoliberalismo, que es la reposición -junto con el Código Civil- de la economía romana para enfrentar a la sociedad y dividirla en clases. A partir de esa división, unos se apropian de la renta pública -que es el aumento del valor de la tierra que se da, no por acción del propietario sino por la influencia de la propiedad en su conjunto que eleva el valor de la tierra- y se producen conflictos tremendos no sólo en el campo sino fundamentalmente en la ciudad.
El Código Civil argentino promueve, avala y garantiza la especulación en tierra, ese es el mejor negocio. Esto es un pecado gravísimo porque lo que vemos en toda la geografía que adhiere al derecho romano, en España y en Estados Unidos -donde ganó el monopolio, la concentración y el latifundio- es que lo único que queda es la guerra civil. Estamos viviendo la antesala de esos conflictos.
Es decir, los mismos procesos que destruyeron a Roma están destruyendo hoy a los Estados Unidos y a la Argentina desde hace muchísimo tiempo a través de distintas guerras civiles. La inseguridad es un tipo de guerra civil. Cuando vemos el odio que tiene este chico del frente de Darío Santillán en sus ojos, tiene razón, porque la desigualdad es la madre de todas las violencias…
Sr. Levaggi.- No es odio, es amor a la vida.
Sr. Andreau.- Es ver la injusticia.
Les explico cómo funciona el sistema argentino: un miserable trabajador para ganar los 20 mil pesos que necesita para comer por año debe pagar de IVA 4.200 pesos que no puede evadir, pero si sumamos los ochenta y cinco impuestos que afectan el precio final de los productos, va a pagar cerca de 11 mil pesos de los 20 mil que ganó con el fruto de su trabajo.
Ahora, ¿saben cuánto paga hoy en la Argentina un terrateniente, sea rural o urbano, tenga un lote mínimo o lo que sea, por un aumento de 20 mil pesos en el valor de esa tierra? Paga 17 pesos. Entonces, el trabajador paga casi el 60 por ciento del fruto de su trabajo y el especulador se enriquece sin trabajar porque no paga absolutamente nada.
Entonces, alguien dice que la Constitución de 1853 vino con un plan económico y rentístico. Sin embargo, hoy las rentas fundiarias no llegan a cubrir el 0,1 por ciento del total de los gastos. Por esa razón, en este país bajo el sistema romano, se produce progreso y miseria. Cuanto más progreso hay, mayor es la miseria. Por eso hay más de veinte mil villas miseria en la Argentina y se han creado –según anunció el diario La Nación- más de cien villas nuevas, porque los pobres trabajadores, con el fruto de su trabajo, pagando los impuestos y los alquileres altísimos, están condenados a su autodestrucción. Antes que eso está la violencia.
Es una vergüenza que siendo argentinos, por más que nos hayan amputado nuestra historia, sigamos negándola. Por eso, tengo la cátedra libre de la Universidad de La Plata sobre el sistema jurídico de la Revolución de Mayo, porque no hay un solo abogado que sepa de qué se trata el derecho natural en Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el economista y diputado nacional, Claudio Lozano.
Sr. Lozano.- En realidad, como economista siempre me preocuparon las rentas.
Sinceramente no tengo intención de agregar elementos a los tantos que ya se expresaron, pero sí quiero precisar que por lo menos quienes conformamos o promovemos que se constituya y consolide el Frente Parlamentario Contra el Hambre tenemos una mirada de absoluta integralidad. No compartimos la mirada fracturada, limitada o restringida que hasta el momento convoca el proyecto que tenemos en discusión.
En segundo lugar tenemos la idea, y por eso el tipo del convocatoria, que por otra parte no hacemos sólo con esta temática sino que lo hemos hecho con otras.
Pensamos que toda norma debe discutirse con aquellas organizaciones y movimientos sociales que tienen que ver con lo que se está discutiendo. Eso debiera ser un funcionamiento normal del Parlamento y nosotros tratamos de hacerlo en lo que nos compete.
Creemos que es imprescindible que establezcamos mecanismos no sólo para sacar normas de carácter participativo sino fundamentalmente para establecer mecanismos que permitan que se cumplan las normas que se sancionan.
Una de las cosas que están ocurriendo hoy es que vivimos una etapa donde se han restituido algunos derechos de los tantos que se conculcaron en la década del 90 pero no está tan claro que esos derechos que se han restituido, se ejerzan. Efectivamente, hay un montón de normas que se han sancionado que no se cumplen. Ciertamente me parece que una de las claves o desafíos que tiene por delante este Parlamento es empezar a conformar ámbitos mixtos articulados entre las organizaciones de la comunidad y los legisladores, para de alguna manera motorizar, exigir y garantizar el cumplimiento de normas que hoy existen y no se cumplen.
La otra cuestión, también es tarea nuestra -esto tiene que ver con algunas de las cosas que planteaban aquí como es el tema del caso Riera- es que tenemos la responsabilidad de tratar de dotarlo de la mayor legalidad posible en términos institucionales para defender a aquellos compañeros o compañeras que son avasallados como también para poder dar legalidad y expresión a los conflictos concretos que vale la pena que se expresen institucionalmente en la sociedad.
Dicho esto, creo que surgen algunas cosas que me parece son tareas nuestras. Hay una coincidencia respecto a que el proyecto no resume el conjunto de elementos que debieran contener el debate sobre la problemática de la tierra. Esto surge de todas las cosas que han dicho.
Lo que nadie puede quitar al proyecto, más allá de cualquier evaluación que uno haga, es que ha abierto un debate sobre esto. Ese es el punto donde tiene sentido y por esa razón hemos convocado a esta audiencia.
La primera tarea que deberíamos tratar de lograr y ganar es que este proyecto, después del 23 de octubre, se recupere. Digo esto porque se pidió que este proyecto se sancione antes del 23 de octubre, pero como no va a salir antes de esa fecha, es una amenaza concreta que después de esa fecha no debatamos este tema.
La primera tarea política que de manera común debiéramos tratar de garantizar quienes integramos este espacio legislativo y las organizaciones sociales y populares asociadas a todo este proceso es garantizar que el debate continúe después del 23 de octubre. Esta es la primera batalla a ganar.
Cabe la posibilidad que frente a las circunstancias existentes el tema desaparezca. En ese caso lo más importante que ha ocurrido es que estemos debatiendo esto.
Otra cuestión que se mencionó por allí es el tema de que el proyecto abre una situación de gran confusión por lo que enuncia y al mismo tiempo las cosas que no contiene.
Uno entiende que acá lo que hay es un modo de acumulación dominante sobre el recurso tierra que tiene algunas características que no existen en el proyecto. La primera característica es que es un modo trasnacional. Por lo tanto, desaparece el problema de lo extranjero como clave del problema, porque diluye la diferencia entre los grandes capitales locales trasnacionalizados y el funcionamiento del capital propiamente o dominantemente extranjero.
No hay diferencia alguna entre el modo en que funcionan grupos de origen local pero que han transferido ingentes inversiones por fuera de nuestras fronteras en distinto tipo de actividad y el modo o la característica que tiene una empresa de carácter trasnacional.
El segundo elemento que tiene este modo de acumulación dominante, que en realidad sirve a los efectos de lo que se lleva a cabo, es la posesión y no la tenencia. Por eso Grobocopatel puede decir lo que dice, en realidad, posee ingentes cantidades de tierras sin que tenga como contrapartida propiedad –si bien no es cierto que no la tenga; en realidad, no tiene tanta propiedad como aquella que explota pero es propietario de tierras.
Frente a esa situación el carácter que tiene la ley la hace prácticamente inocua y no produce efectos si se aplica tal cual está. Por esa razón, no tiene contradicción con el Plan Estratégico Agroalimentario.
En ese sentido, nuestro primer objetivo es garantizar que siga habiendo prioridad en la discusión del tema tierras después del 23 de octubre y el segundo, es llegar de manera conjunta al debate para desarmar la confusión y para instalar la problemática de la integralidad de la que hablamos aquí. Dicha integralidad hace al conjunto de recursos que involucra la cuestión tierra, al conjunto de temas que deben tratarse y que implica desde dónde se pretende sacar una legislación como esta.
Se debe sancionar una ley no en función de qué tipo de sujeto quiere privilegiar y potenciar en el ocupamiento territorial, esa norma tiene que estar relacionada con el repoblamiento del campo argentino y con cómo se redistribuye de manera más equitativa entre sujetos y regiones la renta agropecuaria; debe sancionarse desde la idea de motorizar la diversidad productiva que la Argentina viene perdiendo y desde la perspectiva de recobrar autonomía tecnológica y la idea de tecnología apropiada.
Tenemos que plantear desde dónde queremos discutir la cuestión de la tierra. Hacerlo de esta manera implica modificar el proyecto, pero al mismo tiempo debemos sumar algunas otras propuestas porque no creo que todas estas cosas que estamos diciendo puedan ser parte de un solo proyecto.
Considero que estamos hablando de un conjunto de proyectos relacionados con la problemática de la tierra y necesitamos ponerlos en simultaneidad con el debate, de cara a la discusión que esperamos ganar y para que pueda seguir dándose algo prioritario.
Quisiera agregar dos cosas más. Hasta ahora mencioné en primer lugar que tenemos que priorizar la discusión y en segundo término, desarmar el debate abriendo el capítulo de la integralidad, el desde dónde, para armar un paquete de propuestas que podamos impulsar. El tercer objetivo tiene que ver con institucionalizar un mecanismo por el cual el Frente Parlamentario Contra el Hambre, en discusión y consulta con las organizaciones, pueda intervenir otorgando legalidad e institucionalidad frente a los conflictos o situaciones como los que aquí se plantearon.
En ese sentido, venimos pensando en la idea de la regionalización del Frente Parlamentario Contra el Hambre de manera de tener un mecanismo más fluido de vínculo entre las organizaciones que trabajan en esta problemática y el frente institucional existente.
Respecto del caso Riera, además de que seguramente tendremos que sacar una declaración pública, considero que sería conveniente que nos comprometamos a alguna gestión específica con el gobierno de la provincia para cubrir lo que allí está pasando.
Me parece que es muy difícil dar la discusión sobre la tierra si no se reclama algún tipo de suspensión de las operatorias de compraventa. La verdad, si nos ponemos a discutir alegremente cómo restringimos o modificamos el modo en que se vende o se deja de vender la tierra, ello altera el precio y lleva a la posibilidad de que haya una aceleración de las compras.
Necesitaríamos que esta discusión esté cubierta por alguna decisión institucional que implique suspender hasta que se establezca la nueva reglamentación. En mi opinión esto es imprescindible, porque de lo contrario podemos estar haciéndole un flaco favor a alguien que puede tener mucha intención de que se levante el precio y que termine vendiendo.
Es bueno tener en claro que la propiedad de la tierra en el sector pampeano no está centralmente en manos extranjeras sino en manos de grupos de carácter local, que tienen la capacidad de transformar su patrimonio en líquido con mucha facilidad –los 140 mil palos verdes que hay en el exterior son fruto de la cantidad de empresas que vendieron a buen precio luego de haber sido socios de las privatizaciones y haber revendido las empresas.
Me parece que nosotros no deberíamos transformar este debate en un mecanismo de subasta para que levanten el precio de lo que pueden terminar vendiendo en una variable importante al capital extranjero.
De manera tal que en mi opinión, reclamar de manera conjunta la suspensión de la compraventa de tierras hasta que se establezca la reglamentación es un paso importante. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- A continuación hará uso de la palabra la señora senadora nacional María Rosa Díaz.
Sra. Díaz.- Quiero formular una moción en el sentido de que en esta primera instancia, como integrantes del Frente Parlamentario contra el Hambre, por lo menos emitamos una declaración de repudio respecto de todo lo que está ocurriendo en Salta y veamos qué gestiones podemos hacer ante el gobierno provincial.
Comparto la moción del señor diputado Lozano porque es lo que había pensado.
Sr. Presentador.- Quiero señalar otro dato importante para agendar: el 28 de octubre se celebrará el juicio ético a las transnacionales, poniendo en el banquillo de los acusados a Cargill, Monsanto y Grobocopatel. Entonces, queda hecha la invitación. Aprovecho la oportunidad para preguntar al señor Vicente dónde se llevará a cabo esto.
Sr. Vicente.- Todavía no está definido el lugar. No obstante, se puede consultar el sitio web juicioalastransnacioales.org, donde está disponible toda la información, inclusive la correspondiente a los tres juicios que ya se hicieron en el Sur, en el NOA y en el Oeste. Aquí me acotan que esto se hará en la sede Constitución de la Facultad de Ciencias Sociales.
Sr. Presentador.- Esa es la nueva sede de la Facultad de Ciencias Sociales.
Por otra parte, quiero decir que la señora diputada Adela Rosa Segarra nos ha hecho llegar su adhesión a estas jornadas, celebrando el debate que se está llevando a cabo sobre el proyecto de ley de tierras y soberanía alimentaria.
A continuación hará uso de la palabra la señora Silvia Alonso, en representación del Equipo Diocesano de Pastoral Social de San Isidro.
Sra. Alonso.- Quiero señalar que también pertenezco al Consejo Consultivo de la Cancillería Argentina y al Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina.
Lo que deseo agregar a lo ya expresado es que hay otro tema que debe ser tenido en cuenta y que es el de la cuestión ambiental. Como seguramente sabrán la mayoría de los que están aquí presentes, desde la reforma liberal de la Constitución de 1994 nuestro país ha dado prioridad a los acuerdos internacionales que han sido consolidados por las Cámaras. En ese sentido hemos firmado un acuerdo en el marco de la Convención de Cambio Climático. En Latinoamérica la industria emite muchos menos gases de efecto invernadero que la agroindustria.
Consecuentemente, allí tenemos otro punto para considerar, que nos va a afectar de distintas maneras. En algunos casos quizás lo haga favorablemente. Por ejemplo, la Agencia Ambiental de la Unión Europea acaba de emitir un paper mediante el cual reconoce los errores cometidos en el cálculo de emisión de gases de los biocombustibles, entre otras cosas.
Por lo tanto, una de las cosas que incorpora es el cambio de uso del suelo. Ello significa que quizás el neoliberalismo nos puede favorecer, puesto que primero están los convenios que hemos firmado a nivel internacional. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra Roberto Rodríguez.
Sr. Rodríguez.- Me llamo Roberto Rodríguez y pertenezco al Foro de Organizaciones de Agricultura Familiar.
Aquí el señor diputado Lozano me ahorró mucho de lo que quería decir y por lo tanto, adhiero a sus manifestaciones que fueron muy concretas. De todas maneras, quisiera agregar algo que coincide con lo que dijo la señora y es que necesitamos elaborar algún documento.
Conozco a Alfredo Riera, ya que es parte de nuestro grupo del foro. Particularmente su situación desde hace mucho tiempo se lleva de arrastre y considero importante que se tome una solución pronta o alguna medida.
Muchos compañeros estuvieron hablando sobre el pequeño proyecto de ley, que incluso se estaba impulsando junto a otras organizaciones campesinas; creo que es importante que se esté hablando sobre el tema tierras en este momento.
Algo que nos preocupa no son sólo los extranjeros sino que también nuestros propios hermanos argentinos están avasallando a los pequeños productores. Yo soy un pequeño productor de Río Negro y comparto el sentir de la mayoría de nuestros compañeros.
Además, queríamos comentar que en el día de ayer en Río Negro hubo un desalojo muy importante de la comunidad Tuain Kom de la zona de Ñorquinco. Un compañero hermano argentino de apellido Mohada, a través de una orden de un juez, ha logrado que se dé una orden policial para comenzar el desalojo. Dos compañeros se negaron a desalojar las tierras y no dejaron ingresar al resto. El juez es de Bariloche y su apellido es Pozzi.
Realmente es algo muy doloroso que te saquen de tu lugar, de tu tierra. Me imagino la sensación de Riera cuando llegando a su casa, vio quemado y tirado el fruto de años de su sacrificio –como cualquier pequeño agricultor que alguna vez construyó un corral, un rancho o un pozo de agua. Creo que no hay comparación.
He sido niño, les aseguro que he vivido esas situaciones y que esos traumas quedan por años. Muchas veces se habla de la alegría de los niños y el tema de la tierra va también de la mano de la alegría de muchos. Digo esto porque es muy doloroso para un padre que sus hijos vean que no tiene tierra y que a cada momento se lo echa de un lugar diferente. Creo que siempre buscamos que los niños sean el futuro de un cambio social, pero por medio de esto no vamos a lograrlo.
Quiero terminar pidiendo que se logre un documento para esta familia, para esta gente de Río Negro. Y concluyo diciendo a los compañeros que tienen fueros, que están aquí presentes, una frase que escuché cuando era muy chico: “No importa quién seas, sólo haz bien tu parte.” Eso es lo que esperamos de ustedes. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Restan manifestarse cuatro personas más que ya hicieron uso de la palabra, por lo tanto les pido que sean breves para poder ir cerrando este encuentro.
Sr. Otal.- Quisiera agregar un dato que me parece que tiene que ver con lo que se estaba debatiendo.
En el caso de esta comunidad mapuche, Tuain Kom de Ñorquinco, están registrados en el campo de la ley de relevamiento territorial N° 26.160, que protege su desalojo y permite que se ejecuten. Esto significa que existen cuerpos legales, que en nuestros feudos nacionales parecen tener atajos, que permiten conseguir fallos judiciales violando leyes nacionales a las que adhieren las provincias.
Si vamos a producir cuerpos de ley y no tenemos las garantías de que se pueden ejecutar, tiene muy poco sentido. Considero que la coherencia de los paquetes de leyes con las provincias y la ejecución de movimientos ilegales avalados por fallos judiciales, es una ecuación muy sencilla de resolver.
No sé si en la práctica es muy fácil de hacer pero no pueden convivir las dos cosas.
Otra cosa que pasa en Río Negro es que en el noroeste rionegrino, la zona del lago, bosques y montañas, no solamente por lo turístico, sino por la minería, la tala de bosques abunda, no se detiene, y hoy conjeturamos que con esta ley aprobada se podrían seguir haciendo. Con este proyecto de ley que está hoy se podría seguir realizando porque los consorcios internacionales y nacionales son muy fecundos, están matrizados por algo que es el corazón del sistema: la codicia.
La codicia es infinita. No hay ley ni nada que le ponga límite. Enseguida va a aparecer un formato que permita violarlo. Por eso, me parece que hay que hablar en términos de reforma agraria y construir textos fecundos en el sentido de alimentar o nutrir toda la base legal, la ejecución y la puesta en funcionamiento de ese paquete de leyes.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires, Ignacio Kostzer.
Sr. Kostzer.- Primero que nada quiero saludar la iniciativa y la invitación.
En tren de lo que planteaba el diputado Lozano de dar continuidad al debate, como parte del movimiento estudiantil ponemos a disposición lo que puede ser un aporte de la Federación. Me parece que es muy interesante el aporte que se puede lograr justamente habiendo una participación de intelectuales, académicos y organizaciones del campo popular y representantes del Poder Legislativo.
En este sentido y como parte del movimiento estudiantil saludamos nuevamente la actividad y también manifestamos nuestra intención de dar algún tipo de continuidad al debate que nos parece que es central.
Nosotros de alguna manera somos expresión de una juventud que tiene ganas de participar de este tipo de debates y me parece central para el presente y futuro de nuestro país. Por eso, nuevamente un saludo a la iniciativa y a las organizaciones.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra la señora Gorban.
Sra. Gorban.- Me parece que estas reuniones son muy buenas, muy entusiastas, pero también tenemos que ser ejecutivos, como lo planteaba el diputado Lozano y la señora Maffei.
En primer lugar tenemos que ser solidarios con Salta. Me parece que con una declaración no basta. Sería muy importante y una verdadera revolución en la provincia salteña, que está sufriendo los efectos del feudalismo de la época de la colonia, que una delegación de diputados de los distintos bloques y del Foro Parlamentario contra el Hambre se hagan presentes en dicha provincia mañana o pasado, no más, para dar fuerza de ley a la gente que está luchando y al mismo tiempo desenmascarar algunos poderes de la provincia, que están por arriba de la Nación y que son los verdaderos señores feudales de las provincias.
Los intereses de las provincias, entre comillas, parecen ser superiores a los de la Nación.
Por otro lado, cuando hablamos de la soja no es el yuyo maldito, es el tema de los agronegocios. Bienvenida la FUBA acá, saludo a la cátedra de La Plata que ya hoy se está armando en la escuela de nutrición y la de la Facultad de Agronomía y Derecho también.
¿Por qué digo esto? Porque en la Facultad de Agronomía es donde está la cátedra de los agronegocios. Colegas míos, en las reuniones, están planteando el rol del profesional en el mundo del agronegocio. Esto es lo que tiene que desaparecer. En cambio, la cátedra de soberanía y seguridad alimentaria es una cátedra marginal y optativa. Esto es lo que tenemos que cambiar y es lo que tenemos que ver cuando hablamos del pensamiento y el rol de los profesionales y los científicos. Somos muchos profesionales que estamos luchando día a día por esto y por el espíritu belgraniano.
En el tema de los agronegocios está presente la disputa de la tierra tanto urbana como rural.
Me encantó que se mencionara a IRSA porque ahora es además la empresa que domina los puertos privados para que salga toda la soja del Mercosur a través del puerto Libertador San Martín. Acuérdense de la famosa región centro implicada en todo este paquete que, sumado al tecnológico, nos sume en la dependencia.
Por un lado en la zona urbana se disputan los countries y las villas miseria y todo es un gran negocio inmobiliario. Lo primero que planteo, de acuerdo con el señor diputado Lozano, es paralizar toda la compra venta de la tierra, como situación de emergencia. Ya sabemos que de la mano de los testaferros están vendiendo hasta el espíritu, hasta el alma –que no sé si les queda.
Pero no olvidemos que aquí hay un problema estratégico que va mucho más allá. Lewis no es sólo el dueño del Lago Escondido que puso vallas y barreras, recordemos que ofreció al pueblo de El Bolsón un hospital de última tecnología con llave en mano por un millón de dólares y esa población lo rechazó porque sabía que eso significaba dependencia. Mientras tanto, hizo un aeropuerto que llega a pocos kilómetros del Atlántico -que es más grande que Bariloche- para los amigos que vienen a cazar ciervos dos veces por año. ¿A quién le quieren vender ese paquete?
Cuando hablamos de agronegocio decimos los nombres y apellidos de quienes son responsables. Cinco farmacéuticas –aquí está el negocio de los medicamentos- son las dueñas de la semillas del mundo. Me refiero a Monsanto, a Bayer y a otros nombres que conocemos. Ellos son los dueños de la semilla y van a decir qué, dónde, cómo y para quién producir; eso debemos tenerlo en cuenta.
El otro tema es el problema del transporte. No podemos seguir hablando de la tierra sin ver qué pasa con el transporte en nuestro país. Hemos desmantelado los ferrocarriles, no sólo aquí sino también en otros países, y hemos privatizado el transporte fluvial. ¿Qué pasa con las líneas aéreas que son cada vez más caras para hacer traslados?
Entonces, tenemos que replantearnos qué tenemos que hacer. El gran negociado de las cementeras y del transporte de cargas ha deformado estructuralmente el país.
El transporte, la nacionalización y la recuperación de los ferrocarriles deben darse ya.
Por otro lado, no podemos seguir hablando de la tierra sin decir Junta de Granos y Junta de Carnes. En cuanto a la forma de producir feed lot, nosotros teníamos las mejores vacas del mundo que eran aeróbicas y ahora las encerramos, después vamos a tener la vaca loca y nos vamos a agarrar los pelos. Estos son los temas que hay que plantear. (Aplausos.)
Sr. González.- Mi nombre es Edgardo González, soy docente de la facultad de Derecho de la Universidad de La Plata e integro un instituto de la agricultura familiar del INTA de la región pampeana.
Quisiera puntualizar dos cuestiones, una señalada por la señora Maffei respecto de la democratización de la tierra y la otra, a la que hizo mención el señor diputado Lozano, en relación con la integralidad.
Cuando Miriam hablaba recién del transporte el compañero decía que se había olvidado de ese tema. Entonces, la frazada nos queda corta si sólo queremos tratar el tema de la tierra, porque en realidad debemos tratar las políticas agrarias en su conjunto.
Aquí se hizo referencia a Giberti y su idea junto a su equipo era la integralidad de la problemática agraria. Entonces, si sólo tratamos la problemática de la tierra y dejamos otras de lado siempre vamos a quedar destapados, la frazada no nos va a alcanzar.
Me parece que la política concreta que hoy se aplica es el PEA –el Plan Estratégico Agroalimentario-, que es un terreno de disputa con esta ley y con otras tantas. En ese sentido, en el instituto en el que trabajo, tenemos un foro integrado por veinticinco universidades de la región pampeana y los docentes -excelentes académicos que lo integran- no fueron convocados a discutir el PEA.
En el PEA han estado determinados integrantes de las facultades de Veterinaria y de Agronomía y los representantes de los colegios profesionales y de las entidades vinculadas con el agronegocio. Entonces, cuando el PEA está planteando 150 millones de toneladas a corto plazo, yo ya no discuto la estrategia, porque me parece que el problema es el capitalismo en la tierra, es decir, no se trata de que esté en manos extranjeras o no. Hay gente que ha escrito esto hace muchísimo tiempo, como por ejemplo Jacinto Oddone y Alfredo Palacios -los menciono como una forma de reivindicar a legisladores de este Parlamento de hace muchos años-, entre tantos otros.
Entonces, me parece que sería una oportunidad para que podamos discutir este plan, que hoy está en funcionamiento. En otras palabras, que nos demos un espacio en el que podamos organizar discusiones y no se pierda lo que señaló el señor diputado Lozano en relación con el tema de la tierra. Pero para no perderlo también debemos discutir la cuestión de la política agraria, porque si no pareceremos esquizofrénicos, ya que aparecen algunas entidades con las que hoy coincidimos en el discurso pero otro día plantean otra cosa en la Mesa de Enlace. Entonces, si discutimos la integralidad de la política podremos ver qué piensa cada uno y para qué lado va.
Por otra parte, quienes integramos el Estado -como yo, que pertenezco al INTA- podremos disputar un espacio dentro de esa institución. Hoy decimos que el Estado es un lugar de disputa, pero primero tenemos que discutir este plan, lo que a mi juicio sería interesante para poder debatir la política agraria en la Argentina.
Otro tema que quiero plantear como un aporte menor es que en la provincia de Buenos Aires hemos tenido algunos municipios -esto se vincula un poco con lo que dijo Tomás- en los que hemos observado la cuestión del pequeño rentista. Me refiero a ese chacarero de la Región Pampeana que no vendió la tierra pero es un rentista, ya que logró salvarla y la alquila al pool de siembra o fondo común de inversión. Es una persona de clase media que se fue al pueblo y vive de renta en esa zona. Entonces, cuando se produce lo de la resolución 125, sale a apoyar al campo. Uno puede entender por qué lo hace; uno puede comprender a ese productor que se descapitalizó y no puede volver.
Estudiando tres municipios de la provincia de Buenos Aires, que representan una cantidad muy pequeña sobre un total de 135, puede determinarse que una parte de esos productores quieren volver al campo. ¿Pero cómo rearma el productor un tambo si le sacaron hasta los alambres para sembrar soja? Ese productor necesita la ayuda del Estado para poder volver.
La otra cuestión es que tenemos productores que se quedaron en el campo pero que no tienen tierras, ya que son arrendatarios. El tema del conflicto de la tierra también está en la Región Pampeana. No está visibilizado como en el caso Riera, donde podemos apreciarlo permanentemente a través de los desalojos. En esa región hay un conflicto de expulsión de gente permanente e invisibilizado.
Entonces, hay productores que por esas cosas de la vida y de la adaptación que tienen han logrado sobrevivir y necesitan tierras. Consecuentemente, ¿cómo defendemos esa tierra que hoy está en manos del pequeño rentista, que todavía tiene una cultura chacarera? Respecto de esta última cuestión podríamos discutir qué significa. Por lo menos significa que no solamente vende el lucro de la tierra. Debemos analizar cómo podemos hacer para que aquellos que quieran volver puedan hacerlo. Además, en el ordenamiento territorial también estamos discutiendo cuántos están dispuestos a volver, porque como dijo Rulli las ciudades se han convertido en lugares en los que no se puede vivir dignamente.
Entonces, también podemos discutir acerca de la tierra que todavía está, que tiene propietarios y que no debemos permitir que siga en manos de los pool de siembra, de los fondos comunes de inversión o de este 8, 9 ó 10 por ciento que todavía pueden comprar los extranjeros para llegar al 20 por ciento. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el señor Pablo Bergel.
Sr. Bergel.- Respecto de lo que ya se ha expresado acerca del uso de la tierra más que de la titularidad quiero señalar que en el caso de China la estrategia de ese país consiste explícitamente en no comprar la tierra. Es decir, no es que no pudieron adquirirla y entonces la arriendan, sino que la política consiste en no ser propietarios de la tierra. El tema de la propiedad dominial está explícito. No sé si en el caso de Mendoza, que fue mencionado, sucede lo mismo, pero en el de China la estrategia de la empresa es no comprar las tierras, ya que eso es algo que no le interesa.
Esto está clarísimo. Estoy totalmente de acuerdo con la idea de una moratoria a las transacciones, incluso no sé si sería extensible a grandes arrendamientos en este período.
En mi opinión, pensar que este debate va a continuar después del 23 de octubre es por lo menos, difícil. En cambio, de aquí a esa fecha sí hay una oportunidad de plantearlo, lo único que faltan son portavoces para llevarlo a los programas políticos, a los canales de televisión y a los candidatos. Tendríamos que plantear discusiones públicas con intelectuales, con gente de la cultura y del gobierno.
Discutamos el tema de la tierra pero hagámoslo de aquí al 23 de octubre y hagamos el debate lo más público posible, porque mi sensación es que aquí hoy estamos los amigos -que podemos juntar algunos más- pero que para que esto tenga una trascendencia pública o capacidad de incidencia de aquí al 23 de octubre, debemos incorporar a sectores que obliguen a una discusión pública que llame la atención del periodismo. La agenda de aquí a esa fecha es electoral y es decisivo incluir este tema en el debate electoral.
Depende de cómo se planteen las estrategias electorales de los candidatos. Por ejemplo, Binner podría hablar de este tema…
Sr. Andreau.- China no compra tierras sino que arrienda porque están triunfando las ideas de Belgrano, Rivadavia y Alberdi.
El sistema rentístico es la base de la revolución industrial, por eso se llamaba la gran escuela industrial de Adam Smith. A cualquier sociedad se le ponen impuestos a la tierra por lotear tierra barata, se consigue una revolución espectacular y la sociedad se iguala.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra Horacio Delli.
Sr. Delli.- Creo que el señor diputado Claudio Lozano hizo una buena síntesis de lo expuesto y considero importante la decisión de emitir una declaración.
Mi agregado daría fuerza a esa declaración para que figuren en ella todas las exposiciones de las organizaciones que participamos en este debate. Estamos a disposición para todas las convocatorias posteriores.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra Florencia Gómez.
Sra. Gómez.- Muchos de los que estaban participando de esta reunión al comienzo no se han quedado a escuchar al resto y en mi opinión tal vez lo más importante son las organizaciones que puedan hacer uso de la palabra después de los expositores.
Principalmente, quiero decir que la función social de la tierra es fundamental. Si hubiéramos recuperado el artículo 48 de la Constitución de 1949 que todos conocemos, no hubiésemos tenido los casos de trabajo esclavo y reducción a la servidumbre, porque la Constitución mencionaba los derechos de los labriegos y de sus familias -por ejemplo, también está establecido en el estatuto de la tierra de Brasil que se refiere a relaciones justas de trabajo. Asimismo, tampoco hubiésemos tenido esas circunstancias, esas condiciones paupérrimas y de injusticia porque hubiera habido una desapropiación de la tierra o condiciones para expropiar. Incluso ese artículo hace doscientos años que no se menciona, y en este punto agradezco haber sido una partidaria del ius naturalismo filosófico.
Lo que hacen los abogados o la corporación de los colegas abogados –me gusta pensar en Jauretche a quien le gustaba que le digan señor y no doctor- lo que han hecho es armar las leyes y la estructura jurídica para poder mantener esa concentración de la tierra.
Lo que sí quiero decir es que esta especie de falacia que han plasmado en el Código Civil es lo que permite que hoy existan todos estos conflictos de tierra. Que haya una persona que tenga un título y que en un papel anote 10 mil o 100 mil hectáreas, lo que permite no solo la extranjerización sino también la concentración.
Me parece que el desafío es seguir hablando de la cuestión de la tierra y de la integralidad. En ese sentido nos ofrecemos como equipo de tierra para dar información sobre el caso de Alfredo Riera.
El Estado es una arena en disputa porque algunos militantes formamos parte de este proyecto nacional y popular. Yo me enorgullezco de acompañar a la presidenta. Y nosotros hemos pedido hacer un relevamiento de tierras entre los agricultores familiares.
El 28 y 29 de noviembre vamos a presentar en Salta un trabajo, al que quedan todos invitados, por el cual hemos descubierto que hay 857 conflictos relevados con las organizaciones -como el Movimiento Nacional Vida Campesina, etcétera- que abarcan 9.200.000 hectáreas y 63 mil familias afectadas. Estamos hablando de 400 mil personas que tienen problema de seguridad en la tenencia de la tierra.
Lo que quiero es poder decir, plantear y ser sincera, como decía hace un rato un compañero de Río Negro. Me refiero a tratar de hacer bien las cosas, y desde el lugar donde estamos, avanzar hacia una Argentina que sea cada vez más justa.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra el compañero Levaggi.
Sr. Levaggi.- Quiero hacer una aclaración que me parece importante.
El trabajo de las organizaciones no nace del odio sino del amor a la vida. Por eso es que uno, con mucha vehemencia, denuncia las injusticias. Pero esas denuncias tenemos que acompañarlas de acciones concretas transformadoras.
De ahí fortalezco algo que decía más temprano. Nosotros nos damos a la tarea de los territorios, de lidiar con los problemas cotidianamente para transformarlos. Sabemos que esta transformación de los problemas no viene ni de la noche a la mañana ni con grandes planteamientos si no que se hace en lo cotidiano, en lo chiquito, en el día a día.
Entonces, de todo lo que dijimos hoy –desde China a no sé dónde- avancemos con cuestiones concretas que permitan el mejoramiento de la vida de los que más la padecen.
Veamos de sacar alguna normativa, algunas acciones concretas que por lo menos puedan empezar ese camino, no esperar a hacer la gran legislación, porque no va a llegar nunca, a menos que el pueblo organizado tome el poder mañana, algo que no va a ocurrir.
La ley de tierras es una, pero hay un montón de aristas en las que podemos ir avanzando. Bienvenido sea si hay voluntad desde el Frente Parlamentario Contra el Hambre de trabajar algunas cuestiones legislativas en diálogo con las organizaciones en algunas cosas. Si nos invitan, ahí estaremos.
Sr. Presentador.- Tiene la palabra la señora Florencia Gómez.
Sra. Gómez.- En cuanto al tema de las finanzas públicas, como decía el compañero, siempre se plantea un modelo alternativo de producción, etcétera. Tenemos que pensar también cómo vamos a financiar la asignación universal por hijo y algunas políticas en las que sí coinciden muchos sectores.
El registro de tierras habla de generar información que no hay. A propósito no hay información. Si tenemos la información catastral, dominial, registral e incluso situacional se pueden establecer criterios de finanzas públicas en el valor inmobiliario.
Hay Estados como Nueva Zelanda que solamente basan su sistema de finanzas públicas, de política pública, de política de Estado, en el metro de tierra.
Sra. Huwiler.- El hecho de que el registro esté en manos nacionales también es importante, porque aquí no se dice que la Nación tiene que volver a tener el rol del ordenamiento territorial que le fue quitado por la Constitución de 1994 para provincializarlo y los capitales extranjeros vienen a negociar con los feudos provinciales.
Hoy mencionaban que los desalojos están siendo hechos por las provincias, que son los dueños de la tierra, los que tienen los registros.
Quizás haya que modificar la Constitución, pero mientras tanto, que tenga el registro la Nación para poder contar con un diagnóstico de lo que pasa. El señor diputado Lozano hacía referencia a un paquete de leyes, en mi opinión, el tema del ordenamiento territorial en manos de la Nación es fundamental.
Varios participantes hablan a la vez
Sra. Parada.- En primer lugar, quiero agradecer porque se ha cumplido en esta audiencia el respeto por la pluralidad, que ha sido el espíritu con el que el Frente Parlamentario Contra el Hambre se gestó. Asimismo, hemos tenido una excelente respuesta por parte de diputados y senadores para que su constitución no fuera una herramienta de ningún bloque,de ningún partido político; en esta audiencia se ha visto esa pluralidad y eso es lo que más atrae.
No creo, como mencionaba Pablo Bergel, que seamos todos amigos. Tenemos distintas miradas, si bien podemos tener puntos en común. Por ejemplo, si de reforma constitucional se trata -para no generar suspicacias y denuncias como nos han hecho- podemos pedir una reforma constitucional conjunta por la derogación del artículo 124 y nada más, para que nadie piense que vamos a abrir un gran paquete.
Es decir, podemos plantear una reforma que sea sólo de un artículo de la Constitución y con eso terminamos una gran parte del problema. Es sólo un artículo de la Constitución, por lo tanto, queda la propuesta para los distintos sectores políticos que piensen acompañarla; nosotros estamos dispuestos a poner nuestra firma en un proyecto de declaración de reforma de la Constitución para la derogación del artículo 124.
Respecto de las denuncias que se plantearon aquí, les pedimos que por favor nos acerquen toda la información posible para apersonarnos, programar, tener los elementos suficientes y darle la mayor entidad posible, para que el Frente Parlamentario Contra el Hambre se posicione y que eso sea conocido; si no le damos visibilidad, poco vamos a poder hacer. Digo esto más allá de las comunicaciones que podemos tener a partir de las denuncias de Río Negro de las que hemos tomado debida nota en la versión taquigráfica.
En relación con lo que mencionó el señor diputado Lozano, desde la iniciativa parlamentaria para terminar con el hambre en América latina y el Caribe, se ha aceptado la propuesta de regionalización.
Sobre todo desde que asumí, tomamos el tema de la soberanía alimentaria pero no presentamos ningún proyecto en relación con ella porque la idea es construir distintos proyectos con las organizaciones; son ellas quienes nos van a enriquecer y a las que queremos escuchar.
Como Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires, el planteo de territorializar el frente parlamentario y de ir a las distintas regiones del país va a darle más fuerza. Esta hubiera sido una audiencia riquísima pero también hay muchísimas personas y organizaciones que no pudieron concurrir y este es uno de los planteos al que más fuerza queremos dar.
Otro tema es el del Congreso de Seguridad Alimentaria que se celebrará en Brasil los días 6,7 y 8 de noviembre. Hemos sido invitados por la FAO a participar de ese evento como representantes del Frente Parlamentario contra el Hambre. Nos han dicho que en ese congreso intervendrán aproximadamente 4 mil personas de distintas organizaciones. Esto debe ser puesto en conocimiento de aquellos que no lo saben. Nosotros lo vamos a trasladar a todas las organizaciones que participaron y demás, de manera tal que podamos imprimir mucha fuerza a esto y exponer en ese congreso las cuestiones que fueron comentadas aquí.
Por último, más allá del agradecimiento por la realización de este encuentro quiero señalar que primero hemos celebrado una audiencia por el tema de la soberanía alimentaria y de la que surgieron distintas mesas de trabajo. La coyuntura actual no ha permitido que continuaran realizando su tarea. No obstante, el tema del PEA puede ser tratado en algunas mesas de trabajo como un pedido de informes, a partir de los análisis que hemos realizado. La verdad es que más que en los pedidos de informes y en todo lo que uno puede gestar acá y que puede dormir el sueño de los justos, creo en lo que se puede hacer a partir, por ejemplo, de lo que planteó el compañero de la FUBA. Me refiero a la posibilidad de empezar a movilizarnos en todos los ámbitos, participar conjuntamente en todos ellos y elaborar un informe, al igual que el que producirá el Frente y que va a acompañar a este proyecto en las tres comisiones. Por eso, les reitero que envíen cualquier otra información para agregarla como anexo a esta crítica que se está haciendo respecto de las iniciativas presentadas. La apertura de las distintas organizaciones en relación con estos temas y el hecho de tratarlos conjuntamente va a ser lo que les otorgará una mayor fuerza.
Por lo expuesto, los legisladores que estamos aquí presentes nos ponemos a disposición para intervenir activamente en cada una de las actividades que se propongan. Muchísimas gracias. (Aplausos.)
Sr. Presentador.- No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
Es la hora 19 y 57