7. INSERCIÓN SOLICITADA POR EL SEÑOR DIPUTADO BRUE

Fundamentos del apoyo del señor diputado al dictamen de mayoría de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia en el proyecto de ley en revisión por el cual se modifica el Código Electoral Nacional habilitando el sufragio a partir de los 16 años de edad

Acompañamos este proyecto con la convicción de que ampliar un derecho es más y mejor democracia. Como es en este caso la incorporación de los jóvenes de 16 y 17 años al derecho político de elegir a sus representantes, y también en caso de consulta popular emitir su opinión.
El procedimiento para su elaboración también merece nuestra consideración. Al estudio de la legislación comparada se le sumaron audiencias en donde instituciones, pero sobre todo los destinatarios de esta norma, emitieron su opinión al respecto.
Nuestro país tiene un largo historial de conquistas en cuanto a participación ciudadana. Podríamos arrancar de 1912 con el voto secreto, universal y obligatorio, en oposición al “voto calificado”; la Reforma Universitaria de 1918 como conquista de los jóvenes en la participación de la política universitaria; el voto femenino de la mano de Evita en 1947; la incorporación de la iniciativa y la consulta popular en 1994; las primarias obligatorias, por nombrar las más importantes y hoy, en este recinto, seguimos con los jóvenes de 16 y 17 años y sus derechos políticos.
Pero me atrevo a ir más allá de las conquistas en materia de derechos. También estamos contribuyendo a disminuir la problemática del “desinterés juvenil”, señalado como uno de los problemas de este sector por especialistas en la materia. Fue realmente reconfortante escuchar a los jóvenes, no sólo en las audiencias llevadas a cabo por este Congreso, sino en los medios de comunicación, en nuestras provincias y en nuestros hogares. Hasta los que no tienen opinión formada al respecto u opinaron que no querían votar, demostraron interés en saber de qué se trata. Estamos por un buen camino. Claro que los jóvenes necesitan de nuestra atención en otros aspectos como se dijo aquí en el recinto, pero nadie puede negar que estamos avanzando.
Ante la descripción señalada es muy interesante que se pueda ampliar la base de participación electoral a jóvenes, al permitirles votar. Tienen que opinar, decidir y hacerse responsables de su propio futuro ya que la democracia es eso: es elegir, participar.
Podemos ver que en todos los ámbitos hay más que sobradas razones de que hoy nuestros jóvenes maduran más rápido de lo que se maduraba 70 u 80 años atrás. Y a modo de ejemplo se puede decir que nuestros padres alcanzaban la mayoría de edad a los 22, nosotros a los 21, y nuestros hijos a los 18.
También creer o sostener a esta altura de los acontecimientos, que por permitirles votar a los jóvenes de 16 años los vamos a poder manipular o arrear de las narices, es simplemente subestimarlos. Habrá algunos que querrán sufragar y otros más o menos que no les interesará. Pero seguro estoy de que los que elijan ejercer sus derechos cívicos, no permitirán ser objeto de maniobras o manoseos por parte de los punteros o dirigentes políticos de turno. El pensar en esa manipulación es no conocer a nuestra juventud y subestimarla. Hoy día se puede ver en cualquier acto de cualquier partido político cómo los jóvenes son invitados, y estos acuden gustosos a participar en las campañas, en sus locales partidarios, en las mesas de propuestas que se instalan en las calles, en los centros de estudiantes de los claustros educativos, por lo que no sería comprensible que no les permitamos ejercer en forma voluntaria sus derechos.
En todo caso la responsabilidad es nuestra, de los dirigentes de los partidos políticos que pretendemos ser elegidos, el hacerles llegar nuestras propuestas para persuadirlos y convencerlos.
Ahora solo nos queda invitar a estos jóvenes a que se informen, participen, elijan, voten.
Para concluir, señor presidente, creo que son suficientes razones para que mi bloque, el Frente Cívico por Santiago, apruebe y acompañe este proyecto.