Quiero sumar mi adhesión al proyecto de declararación de utilidad pública y sujeto a expropiación del 51 por ciento del patrimonio de YPF Sociedad Anónima. El cambio propuesto tiene como objetivo principal retomar el control sobre YPF y lograr el autoabastecimiento de hidrocarburos de nuestra Nación. A la vez, estamos recuperando una herramienta principal para incrementar la producción de combustibles, revertir el déficit comercial de hidrocarburos y retomar la iniciativa en la exploración de nuevas cuencas hidrocarburíferas.
Quiero expresar en este sentido mi especial interés porque la empresa recupere y diseñe un plan nacional de exploración, tarea futura del Consejo Federal de Hidrocarburos, espacio creado por el proyecto de ley que estamos tratando, que prevé su integración con todas las provincias de nuestro país –tanto las productoras de hidrocarburos como las que todavía no lo son- y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En este sentido, el último antecedente de exploración en territorio santafesino se dio a partir de la firma del convenio entre YPF y el gobierno de Santa Fe, realizado el 29 de marzo de 2010, en el que se daba el marco por el término de dos años para comenzar las tareas de relevamiento. El plazo ha finalizado, por lo que esperamos los informes técnicos de las exploraciones realizadas en territorio provincial.
Quiero recordar que mi provincia experimentó la primera perforación en busca de petróleo en 1935, en la localidad de San Cristóbal, la misma empresa perforó luego en 1945 los pozos San Cristóbal 2 y 3; Ceres-1, en 1963 y Josefina es-1, en 1978. También el Saira es-1 (éste, en la localidad homónima de la provincia de Córdoba, apenas traspasado el límite interprovincial que marca el arroyo Tortugas), en 1977. Luego, en 1989 la compañía Shell perforó el pozo Las Mochas x-1; en 1993 la empresa Marathon realizó el sondeo Firmat x-1 y en 1996 los últimos pozos perforados por YPF fueron los llamados Arroyo Saladillo x-1 y x-2.-
En la década de los ‘80, YPF realizó cateos en la denominada cuenca del Noreste o Chacoparanaense, zona que abarca una superficie de más de 950.000 kilómetros cuadrados y que abarca las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero parte de Córdoba y Buenos Aires, Misiones, Corrientes, además de Entre Ríos y Santa Fe
Además de estos objetivos estratégicos, estamos ante una gran oportunidad de convertir a YPF en un actor clave del desarrollo tecnológico argentino, incrementando la inversión por parte de la mayor empresa del país en investigación y desarrollo. Nuestra Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha definido una clara política en ciencia y tecnología, no sólo para convertirnos en un país con acceso a las tecnologías, sino también para tener capacidad propia de producirla de acuerdo a sus objetivos estratégicos.
Señor presidente: las empresas petroleras por la magnitud de los recursos que manejan y por el propio perfil de su actividad, no sólo desarrollan el conocimiento y la tecnología necesaria para mejorar la explotación petrolera, sino que investigan sobre formas alternativas de energía, nuevos materiales y estimulan innovaciones en sus proveedores y clientes. Una empresa con esta orientación será también un espacio vital para la formación de ingenieros y técnicos especializados.
Aquí reside mi esperanza en que YPF se convierta en un actor clave del desarrollo tecnológico argentino, como lo fue Gas del Estado o como lo es en la actualidad la empresa INVAP.
No voy a repetir en mi intervención las cifras de facturación o utilidades de Repsol ya expresadas aquí por mis compañeros de bloque, pero quiero detenerme en un aspecto a partir del cual podemos visualizar la magnitud de la posibilidad a la cual nos enfrentamos. Repsol ha declarado a la Comisión de Valores de Estados Unidos haber destinado en 2010, la exigua cifra de 8 millones de dólares para investigación y desarrollo, sobre un total de ventas en ese período de 13.730 millones de dólares.
Comparemos en este aspecto la estrategia de Petrobras, que en 2010 ha destinado para investigación más de 900 millones de dólares y ha registrado 42 patentes en Brasil y 120 en el exterior, poseyendo más de 3.500 investigadores y proyectos conjuntos con más de 100 universidades para distintas soluciones tecnológicas aplicables a diferentes negocios de la empresa.
Decía el gran pensador argentino Don Arturo Jauretche: “Sólo nos basta ver la línea nacional para saber cuál es el camino”. No tengo dudas que este proyecto presentado por la presidenta está en esa dirección correcta, por eso adelanto mi voto positivo.