8. INSERCIÓN SOLICITADA POR EL SEÑOR DIPUTADO MONGELÓ

Fundamentos del apoyo del señor diputado al dictamen de mayoría de las comisiones de Cultura y de Legislación General en el proyecto de ley de los señores diputados Solanas y otros por el que se establece el día 29 de junio de 2015 como feriado extraordinario en todo el territorio nacional

 Señor presidente: como hombre del litoral me siento con la obligación de aportar humildemente mi parecer sobre el presente proyecto que estamos debatiendo. Parecería que la cuestión se reduce a si feriado sí o feriado no, y se está dejando de lado la formidable oportunidad que tenemos como argentinos y latinoamericanos de rescatar desde la historia otro hito importantísimo de nuestro glorioso pasado. Ya lo hicimos con la Vuelta de Obligado, con los bombardeos a plaza de Mayo, con el asesinato de Dorrego, en fin, con la corriente de revisionismo histórico que afortunadamente desde una patria nacional y popular se está llevando a cabo. Festejo este proyecto. No se puede simplemente decir que se reconoce a los héroes del pasado pero ante un justísimo homenaje se antepone privilegiar los intereses de algún sector económico.
La primera vez que se declara la independencia de la Corona Española de los territorios que integraban el Virreynato del Río de la Plata, habrá de ser en el Congreso de Oriente, Congreso de los Pueblos Libres o Congreso del Arroyo de la China (denominación de entonces a lo que es hoy Concepción del Uruguay), que fuera convocado por José Gervasio Artigas, el Protector de los Pueblos Libres e iniciara sus sesiones el 29 de junio de 1815.
Es importante destacar que esta declaración de independencia se produjo un año antes de que se realizara una declaración similar en el Congreso reunido en Tucumán, que fuera convocado por el Directorio residente en Buenos Aires.
Otra cuestión que es digna de resaltar es que las provincias que asistieron al Congreso de Oriente y que conformaban la Liga de los Pueblos Libres, no asistieron posteriormente al Congreso de Tucumán. De allí que razonablemente se podría investigar el grado de representatividad que tuvo cada uno de estos congresos, habida cuenta la densidad poblacional e importancia de las provincias que integraban la Liga (Banda Oriental del Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes).
Desde el punto de vista de la historiografía nacional, lo llamativo es que este Congreso pasa, casi, totalmente desapercibido en las efemérides de la patria y solamente se hace referencia al de Tucumán como si hubiese sido el único que se realizó en aquellos años tumultuosos. Cabe entonces preguntarnos el porqué de este tratamiento tan desigual en la consideración histórica, al menos de una parte de nuestra academia, la mitrista sin lugar a dudas.
Para arribar a un principio de respuesta más o menos coherente, echemos una mirada al contexto en el cual se desarrolla este evento.
Para febrero de 1815 Montevideo ya estaba en manos patriotas y su gobernador, Fernando Otorgués, respondía a don José Artigas. Ante esta situación las tropas de Buenos Aires se habían retirado.
En los meses sucesivos, todo el litoral comienza a rebelarse contra el centralismo porteño. Recordemos que de consuno con este movimiento, Santa Fe se levanta el 24 de marzo de 1815. El referente de todos estos alzamientos era el caudillo oriental.
Decidido a frenar estos movimientos, el Directorio envía al litoral un ejército al mando del general Ignacio Álvarez Thomas, quien se subleva en Fontezuelas y desconoce la autoridad del director supremo. Ello obliga a dimitir a Carlos María de Alvear el 16 de abril, siendo designado José Rondeau en su reemplazo. Hasta tanto éste se hiciera cargo, el sublevado Álvarez Thomas es nombrado interinamente.
Esta situación es celebrada por Artigas quien cree llegado el fin de las disputas de poder entre el litoral y Buenos Aires.
Consecuente con ello, el 29 de abril, convoca a un Congreso y lo comunica al Cabildo de Buenos Aires: “Hoy mismo van a salir mis circulares convocando a los pueblos que se hallan bajo mi mando y protección para que por medio de sus respectivos diputados entiendan en la ratificación espontánea de la elección, que para ejercer la suprema magistratura recayó en la muy benemérita persona del brigadier D. José Rondeau, y en calidad de suplente, en la del general del Ejército Auxiliar, don Ignacio Álvarez”.
Pero el optimismo de Artigas, pronto se vendría a pique. En mayo de 1815, Álvarez Thomas, enviaría a Francisco Bruno de Rivarola y al coronel Blas Pico para intentar solucionar las diferencias entre Artigas y el Directorio establecido en Buenos Aires, entrevistándose el 16 y 17 de junio a bordo de una goleta anclada en el río Uruguay frente a Paysandú.
Los enviados ofrecieron la independencia de la Banda Oriental mediante un Tratado de Paz y Amistad. Por este tratado Buenos Aires reconocía la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, renunciando a los derechos que por el anterior régimen le pertenecían. Ofrecía una paz y amistad eterna entre las provincias contratantes echando un velo sobre todo lo pasado y que las provincias de Corrientes y Entre Ríos quedaran en libertad de ponerse bajo la protección del gobierno que gusten.
Artigas, indignado, rechazó la posibilidad de la secesión de la Banda Oriental del resto de las Provincias Unidas y respondió desde su cuartel general de Paysandú el 16 de junio de 1815 proponiendo un tratado de catorce puntos (Tratado de Concordia entre el Ciudadano Jefe de los Orientales y el Gobierno de Buenos Aires) en los que proclamaba el federalismo, pidiendo indemnizaciones y armamentos para la Provincia Oriental.
“La Banda Oriental del Uruguay está en el pleno goce de toda su libertad y derechos, pero queda sujeta desde ahora a la Constitución que organice el Congreso General del Estado, legalmente reunido, teniendo por base la libertad”, señalaba con patriótica dignidad.
Ante el fracaso de las negociaciones con Buenos Aires, Artigas convocó a un Congreso que se llevaría a cabo en el Arroyo de la China (Concepción del Uruguay).
Es cierto que no se conservan las actas originales del Congreso, las que se han extraviado, pero se ha podido reconstruir fidedignamente las principales actuaciones a partir de otros instrumentos concordantes.
Se sabe, por ejemplo, que el diputado por Santa Fe, Pascual Diez de Andino, arribó con las mismas Instrucciones que en 1813 portaron los diputados de la Banda Oriental ante la Asamblea General Constituyente en la primera de las cuales se reclamaba: “Primeramente pedir la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y Familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España, es y debe ser totalmente disuelto”.
Otro de los instrumentos que fue adoptado por este Congreso fue el que Artigas propusiera a los diputados porteños Pico y Rivarola, pocos días antes, en el cual se disponía que “las Provincias de la Liga, y la Liga misma, formarían parte del Estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata... en el pleno goce de toda su libertad y derechos, pero sujetas desde ahora a la Constitución que organice el Congreso General del Estado, legalmente reunido, teniendo por base la libertad”.
Con estas precisiones marchan delegados del Congreso a Buenos Aires para exponer las decisiones que se habían adoptado, entre ellas la reafirmación de la independencia de estos territorios de toda dominación extraña.
Cuando Artigas tomó conocimiento de la declaración de independencia en San Miguel de Tucumán, escribió al director supremo Pueyrredón el 24 de julio de 1816: “Ha mas de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su superior conocimiento”.
Algunas conclusiones
Este Congreso, destacado por diversos autores como el “primer Congreso netamente federal de Hispano América”, habrá de señalar el apogeo político de Artigas.
En él aparecen expuestos, con meridiana claridad, dos de los principios que alumbraron su derrotero: independencia absoluta de todo poder extraño a estos territorios, organización institucional federal para las Provincias Unidas del Río de la Plata. Estos planteos, que colisionaban abiertamente con los designios políticos que sostenía el puerto de Buenos Aires, seguramente son los que llevaron a que este Congreso pasara desapercibido en la historiografía oficial.
Artigas según Artigas
"Yo no hice otra cosa que responder con la guerra a los manejos tenebrosos que el Directorio me hacía por considerarme enemigo del centralismo, el cual sólo distaba un paso del realismo (la monarquía). Pero los Pueyrredones y sus acólitos querían hacer de Buenos Aires una nueva Roma imperial, mandando sus procónsules a gobernar a las provincias militarmente y despojarlas de toda representación política, como lo hicieron rechazando los diputados al Congreso que los pueblos de la Banda Oriental habían nombrado y poniendo precio a mi cabeza."

El padre de los pobres
En el Paraguay vivió humildemente, bajo la protección de los sucesivos gobernantes paraguayos, Gaspar Rodríguez de Francia y Carlos Antonio López. Vivía en una modesta chacra rodeado de indios y campesinos que lo llamaban en guaraní Caraí Marangatú (Padre de los pobres). Después de tres décadas de exilio paraguayo, Artigas murió, a los 86 años, el 23 de setiembre de 1850. Sus restos fueron repatriados al Uruguay en 1855.
Señor presidente: como no rescatar de la historia esta gesta emancipadora, la primera en toda Sudamérica. Hoy algunos diputados de la oposición livianamente a mi entender pretenden convencernos de que el problema es el feriado propuesto para recordar los 200 años de la declaración de independencia de los pueblos libres; que es mejor que los chicos estén en las escuelas. En realidad, señor presidente, no quieren reconocer que les importa un bledo la memoria histórica de nuestro pueblo, que defienden la versión mitrista de nuestro pasado y también defienden intereses económicos que probablemente se vean afectados por la realización de un feriado conmemorativo, pues es el pueblo trabajador junto a sus hijos que van a las escuelas quienes tomarán conocimiento, si es que ya no lo tienen, de que hubo una vez en parte de nuestro territorio y lo que es hoy la hermana república del Uruguay una declaración de independencia de la corona española anterior a la de Tucumán. Tal vez eso es lo que preocupa. ¡Cuántas mentes cipayas tenemos entre nosotros, porque que las hay las hay, no tengo dudas de eso!
Es tal la incongruencia que se olvidan o mejor dicho no lo dicen, que es nuestro gobierno el que más hizo por la educación pública en el país en 30 años de democracia. Mientras algunos de los aquí presentes eran funcionarios de gobiernos que acortaban salarios a docentes para pagar deuda hoy dicen que es mejor que los chicos estén en las aulas, cuanta hipocresía señor presidente.
Termino con palabras de nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien sobre Artigas dijo:
“Artigas, un héroe tal vez desconocido para los argentinos, pero un gran héroe como San Martín, Belgrano, Bolívar. Murió diciendo -encabezaba su testamento diciendo- 'Yo, Gervasio Artigas, argentino, nacido en la Banda Oriental', porque siempre quiso ser argentino y no lo dejaron".
Es en este tiempo histórico que este Honorable Congreso, aunque hayan pasado 200 años, reivindique para nuestra historia no solo la Declaración de la Independencia del Congreso de Oriente o de los Pueblos Libres, sino también el accionar de este gran héroe llamado Artigas, el argentino de la Banda Oriental.
Gracias, señor presidente, como dije al comenzar mi alocución, como hombre del litoral no podía dejar de manifestarme al respecto.

 

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