5. INSERCIÓN SOLICITADA POR EL SEÑOR DIPUTADO MARTÍNEZ (OSCAR ARIEL)

Fundamentos del apoyo del señor diputado al dictamen de las comisiones de Comercio y de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico en el proyecto de ley en revisión del Honorable Senado, por el que se prohíbe la venta a menores de dieciocho años, de pegamentos, adhesivos y similares, que contengan en su formulación más del diez por ciento de solventes orgánicos volátiles

A muchos nos ha pasado ver a chicos en edad escolar que en vez de estar disfrutando de las risas y los juegos, están deambulando por la ciudad pidiendo “una moneda jefa” o vendiendo diferentes tipos de productos para ganar dinero. Ofrecen tarjetas, lapiceras, anotadores, etc., con una sonrisa pícara y esquivan el contacto visual directo. Recorren todas y cada una de las mesas y no se rinden ante la respuesta negativa o el gesto de desagrado de muchos. Los más cancheros en el rubro directamente enfrentan a los clientes y hasta los prepotean. Muchos de ellos lo hacen para llevar un plato de comida para su familia, o ayudar a sus padres en el día a día, pero muchos otros sólo lo hacen para la compra de “la bolsa” que es el nombre que le dan a la bolsa que usan para drogarse con pegamento, el Poxiran.
La edad temprana de inicio del consumo de estos tipos de sustancias tiene que ver con varios factores; uno de ellos es el precio, otro la falta de control sobre la venta de pegamento con sustancias prohibidas a menores, y otro porque los componentes con los que están hechos les proporcionan, en palabras de ellos, “un viaje” rápido.
En muchos casos, este tipo de materiales es la primera sustancia que usan para drogarse muchos adolescentes, ya que no cuentan con medios para acceder a otras drogas. Además, las pinturas y los pegamentos se pueden comprar fácilmente, su uso es legal y se pueden encontrar en el hogar o en el lugar de trabajo. Los vapores que aspiran los nenes llegan rápidamente al torrente sanguíneo y el efecto varía según cada pequeño organismo, la sustancia química y la cantidad, pero la mayoría producen efectos similares que duran alrededor de 20 a 30 minutos.
Los efectos inmediatos son mareos, somnolencia, pérdida del equilibrio, falta de coordinación, temblores, alteración de la memoria, falta de concentración, lentitud de movimientos, lenguaje lento e incoherente. Puede seguir un estado de excitación, tensión muscular, aprensión, agitación, irritabilidad, cambios en la presión arterial y ritmo cardíaco. De la misma manera se presentan cambios de conducta y personalidad, pudiendo presentarse casos de furia histérica y violencia verbal o física. Pueden causar náuseas, vómitos y anorexia. Inmediatamente después del uso pueden presentarse convulsiones, estado de coma y muerte súbita por arritmia, fallas cardíacas, asfixia o accidente vascular cerebral. Luego de algunas horas, pueden desarrollarse edemas pulmonares, hipoxia o anoxia o neumonías.
El uso repetido o crónico deja daño permanente en el organismo: temblores, falta de coordinación, pérdida del sentido del equilibrio, reducción de la memoria e inteligencia, estados de depresión o psicosis, infartos cerebrales, trastornos del lenguaje y la memoria, epilepsia, trastornos en la sensibilidad y movimiento de las extremidades, daño al hígado y riñones, leucemia, bronquitis crónica, ceguera, sordera, daño cerebral permanente, problemas respiratorios crónicos, etc.
A su vez, el uso continuado provoca dependencia psíquica: crea una situación de necesidad de ingesta similar a otras drogas. A consecuencia de la rápida distribución por los pulmones, el inicio de la intoxicación es inmediato. La sensación de euforia primero y aturdimiento después, habitual con estos tóxicos, conlleva una perturbación psíquica grave que altera la inteligencia y la percepción. El nivel de inteligencia disminuye y el pequeño adicto presenta problemas escolares y en todos los ámbitos en los que pueda interactuar. Se presentan cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de razonamiento, personalidad antisocial, agresividad, depresión, ataques de pánico, ansiedad y alucinaciones. Los trastornos de la visión son frecuentes también debido a que el tolueno de los inhalantes atrofia los nervios craneales, ópticos y acústicos y, además, destruye las células que envían el sonido al cerebro.
Todos estos daños permanentes son causa directa del hecho de que los inhalantes destruyen, en breve lapso, los nervios que controlan los movimientos motores por lo que lo primero que pierden estos chicos es la coordinación general. Asimismo, estas sustancias disuelven la capa de mielina que envuelve las neuronas dañando la corteza cerebral y provocando una muerte celular irreversible. Este hecho deriva en daños permanentes como lo son la pérdida de memoria, alucinaciones y los mencionados problemas en el aprendizaje.
Numerosos estudios han comprobado también que quienes comienzan a drogarse con estas sustancias y después utilizan otras, no dejan de usar inhalantes, sino que los usan en menor medida y si el uso de inhalantes se combina con otras drogas, ocasiona la pérdida del conocimiento, coma y muerte en la mayoría de los casos.
Hay que hacer visible este problema, porque si bien en algunos lugares es bien visible, hay otros en donde no lo es y a pesar de ver a los chicos inhalando y deambulando como zombis no se avanza en una solución definitiva para este flagelo.
Es por eso que considero que este proyecto debe apoyarse como una manera de comenzar a ver una realidad de la que no estamos exentos, ya que los chicos que se drogan hoy, no tienen futuro, y nosotros tenemos que pelear por que el futuro de nuestro país sea el mejor.


 

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