El Plan de Inclusión Previsional, lanzado en 2005, redujo la pobreza y la indigencia entre adultos mayores y mejoró la distribución del ingreso. Asimismo, se convirtió en una política de igualdad de género, ya que el 73% de las jubilaciones otorgadas fueron hacia las mujeres. Además, protegió principalmente a los sectores más humildes, provocando un efecto distributivo positivo.
Esto debido a que los fondos destinados a estos sectores de adultos mayores se vuelcan luego al consumo y al sostenimiento del empleo, generando un círculo virtuoso en la actividad económica.
Implementar la segunda etapa del Plan de Inclusión Previsional permitirá, a través de un plan de regularización de deuda para trabajadores independientes (autónomos y monotributistas) acceder a una prestación previsional descontando las cuotas de la deuda de la prestación que se le otorgue.
Durante la década del 90, que tuvo características que creo todos compartimos y muy especialmente los santafesinos, que sufrieron en su cordón industrial y en su aparato productivo: alto desempleo, alta informalidad laboral acompañada de un sistema previsional privatizado que efectivamente tenía una lógica de exclusión y, a la vez, individualista.
Todo esto llevó a la reducción de los niveles de cobertura jubilatoria en la Argentina. La mitad de los argentinos podía jubilarse y la otra mitad no tenía acceso a ese derecho.
A fines de 2004 el Congreso de la Nación sanciona la ley 25.994, iniciativa enviada por el entonces presidente Kirchner, que junto con la 24.476, modificada por el decreto 1.454/05, permitió abrir la inclusión jubilatoria durante el período 2005/2007.
Como resultado, hasta junio de este año se incorporaron 3.201.346 beneficiarios. Esto provocó, una notable distribución del ingreso. Para aquellas familias que en muchos casos no tenían ningún tipo de ingreso, esto significó contar todos los meses con un haber previsional.
A su vez, la ley 26.425 marcó un punto de inflexión en la historia del Sistema Integrado Previsional Argentino, ya que dispuso la absorción del subsistema de capitalización y su sustitución por un sistema único de reparto, administrado por el Estado, de carácter solidario e inclusivo.
La reforma permitió una política previsional que es parte de un Estado activo y de un gobierno nacional que refuerza la equidad y la inclusión.
El nuevo Plan de Inclusión Previsional permitirá profundizar la reparación de los daños producidos por la degradación de las prelaciones laborales y los vaivenes macroeconómicos ocurridos en el pasado con la aplicación de políticas que solo atendían las leyes del mercado.
El espíritu de este proyecto de ley busca contemplar a las personas con mayor nivel de vulnerabilidad social. Las implicancias serán básicamente en la actividad económica, ya que hablamos de recursos que se volcarán hacia aquellos sectores que en verdad los necesitan. Además, la norma generará un efecto distributivo del ingreso; recordemos que beneficiará a familias que por lo general no tienen ningún tipo de ingreso en el hogar. Además, contarán con una cobertura médica.
El nuevo paradigma para la seguridad social es consolidar un sistema previsional integrado e inclusivo y mejorar y reconstruir el poder adquisitivo de los haberes jubilatorios.
La ampliación previsional responde a la firme convicción de que el trabajo es la mejor herramienta para forjar la identidad personal y alcanzar la inclusión social.
El objetivo es brindar un reconocimiento a millones de trabajadores que por motivos ajenos a su voluntad se vieron impedidos de cumplir con los requisitos exigidos para contar con una jubilación en su vejez.
Uno de esos motivos es el de haberse transformado en rehenes de una relación laboral precaria, con empleadores y empresas inescrupulosas, que en el afán de ganar más y protegidos por las reglas del mercado y un Estado ausente, no hacían los aportes correspondientes.
La nueva ley permitirá que casi 500.000 argentinos, entre ellos aproximadamente 50.000 santafesinos, tengan no sólo un haber jubilatorio con movilidad todos los meses sino también una cobertura de salud.
Es decir, beneficiará a familias que por lo general no tienen ningún tipo de ingreso en el hogar. Además, contarán con una cobertura médica.
Dicha cobertura, con los beneficios personales que ello implica, también descongestionará los centros de salud y el trabajo de los efectores sociales que atendían todas las necesidades de aquellos trabajadores que se veían desprovistos de obra social o cobertura médica.
Integro un espacio político que eligió la inclusión; es decir, las cuestiones que tienen que ver con la mayoría en lugar de aquellas que alcanzan a pocos. Creo que proyecto de ley ratifica ese camino. No sólo es un impulso para la economía sino que fundamentalmente representa la posibilidad concreta de incluir a más argentinos.