18. INSERCIÓN SOLICITADA POR EL SEÑOR DIPUTADO GAGLIARDI

Regulación de los alcances y relaciones jurídicas relativos a los procedimientos y técnicas de reproducción humana médicamente asistida y protección del embrión no implantado

Esta ley tan necesaria hubiese sido realmente mucho más interesante y oportuna hace diez o más, ya que las técnicas humanas de reproducción asistida se encuentran incorporadas en toda la sociedad argentina como una práctica para solucionar los problemas de una gran cantidad de familias que no pueden tener hijos.
A pesar de eso todavía hay muchos colegas diputados que siguen presentando objeciones a la presente ley, mientras que toda la población a través de esta práctica, que se realiza transversalmente en toda la sociedad desde hace mucho tiempo e inclusive está incorporada en el PMO de todas las obras sociales.
De todas formas era necesario ordenar y regular detalles como el aporte de gametos (para que esto no se convierta en una práctica comercial), utilización y conservación de los mismos, edades de donación, Institutos habilitados para la realización y/o conservación de los gametos tanto masculinos como femeninos y/o embriones, derecho a la identidad, autoridad de aplicación, etc.
Hoy día discutir sobre la realización o no de esta práctica es un tema que está fuera de todo contexto: Por un lado porque como dije anteriormente son técnicas arraigadas en todo el territorio argentino y con conocimiento de toda la sociedad, pero también y fundamentalmente ya es una discusión obsoleta porque desde el punto de vista de la bioética me recuerda a las discusiones que se dieron en el origen de los trasplantes.
Quizás los más jóvenes no lo recuerden, pero cuando comenzaron los primeros trasplantes se alzaban las mismas voces oscurantistas que decían que esto "no era algo natural" o que "cómo un órgano de una persona viva iba a ser implantado en otro cuerpo, sobre todo en otro ser vivo".
Imagínense hoy, que ya sabemos cuántos beneficios y soluciones a patologías han aportado los trasplantes, y cuántas vidas se salvaron por ellos, si hubiéramos escuchado a quienes se alzaban en contra del progreso de la ciencia.
No podemos tapar el sol con la mano intentando superponer seudodilemas éticos a la ciencia para discutir por ejemplo "Cuándo una célula viva se convierte en vida humana": algo que la ciencia ya explicó. Ni tampoco asustarnos de la palabra "descartar" como sinónimo de tirar a la basura o inservible.
Ya los profesionales de la SAMER (Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva) entre otras organizaciones afirman que un embrión antes de ser implantado no es una persona. Hoy día ya tendríamos que ir pensando junto con la Bioética Nacional e Internacional los alcances de la futura aplicación de la manipulación genética para la prevención y/ o curación de patologías genéticas y/ o hereditarias.
Por todo esto, quiero que esta Honorable Cámara no vuelva a cometer los errores del pasado: enfrascándonos en discusiones que la ciencia demostró y superó. De nada sirve perdonar 200 años después: "Quien decía que la tierra giraba alrededor del sol tenía razón".
Legislemos con respeto a la altura de nuestros tiempos donde la ciencia nos permite una mejor calidad de vida para todo nuestro pueblo.