18. INSERCIÓN SOLICITADA POR LA SEÑORA DIPUTADA GRANADOS

Modificación de la ley 23.329, de Creación del Ballet Nacional, respecto de su composición

Mi proyecto de ley tiene el espíritu de cientos de bailarines que a lo largo y a lo ancho del país sienten, piensan, y peticionan que el Ballet Folclórico Nacional Argentino lleve el nombre de una figura nacional, popular, humilde, genuino y por sobre todas las cosas valorado en el pasado, en el presente y en el futuro, como el gran bailarín, el maestro de maestros dotado con un talento único, con el talento que solo Dios le otorga a los grandes.
Mi proyecto de ley expresa la voluntad de miles de bailarines que pudieron apreciar, comprender y transmitir lo aprendido, lo vivido en algún momento, del maestro que supo trasladar a otros bailarines y bailarinas lo maravilloso de su arte y de su pasión en la expresión corporal por medio de la danza.
Me estoy refiriendo a un hombre cuyo apodo es sinónimo de malambo, es zamba, es chacarera, es gato, es escondido, es el cielito de la patria, es el pericon nacional, es sinónimo de nuestras raíces, es sinónimo de identidad nacional, es por eso que he expresado en forma escrita los fundamentos que me han llevado a agregar mucha frases y muchos adjetivos para que el Ballet Folclórico Nacional Argentino lleve el nombre de Santiago Ayala, El Chúcaro, el bailarín de los montes, el gran bailarín.
Seguramente no dudo que este honor pueda ser recibido por innumerables artistas, personalidades, bailarines, bailarinas, que dedicaron y dedican su vida al arte de expresar con sus movimientos la esencia de nuestra danza popular.
Hay muchos y habrá muchos en un listado interminable que hubiesen podido acceder a tan importante homenaje, coreógrafos, profesores, cantantes, artistas, en todas sus expresiones, bailarines, bailarinas, como no recordar y mencionar, entre otros a Norma Viola Judith Aberastain, “Titi” Charmielo, Susana Dobargane, Nelida Lobato, Cecilia Narova, Adela Oliva, Norma Re, Valentina Valle, Omar Mazzei, Dante Montero, Alberto Morra, “Negro” Navarro, Omar Ocampo, Juan Corvalán, Ruben Cuello, Jose Luis Feijo, Antonio Ferreira, Daniel Guillen, Juan Cruz Guillen “Fierro”, Alfredo Gurquel, Roberto Herrera, Tani Herrera, Carlos Inzagui, Juan Sosa, Hugo Gimenez, Carlos Libares, Mario Loiza, Carlos Lopez, Ruben Lopez, Domingo Llanos, Sergio Martínez, Mario Garcia, Alfredo Maldonado, Mario Machaco, Juan Saavedra, Omar Caceres, Carlos Saavedra, Juan Saavedra, Alfredo Lucero, Omar Ocampo, Celia Queiroz, Ruben Monzalbo, Juan Santillan, Daniel y Mario Celario, Omar Mazei, Alberto Morra, Washington Dos Santos, Ebel Lobato, Victor Ayos, Mario Bustos, Omar Caceres, Rodolfo Caceres “Rody”, Hector Canteros, Nino Contreras, Jorge Corrales “Chupete”, Lacho Valdez, Carlos Rivarola, Norberto Guichandu y Nydia Viola “Indiana”.
No sin dejar de recordar también a Amalia García, sinónimo profundo en el arte de la danza considerada por mí como una de las coreógrafas más expresivas en el movimiento, la dulzura y la entrega en el arte de bailar la zamba, “la bailarina de los pies de paloma”. También ella hubiese podido ser distinguida con este reconocimiento.
Es para mí un profundo orgullo que genera un sentimiento muy especial dado que participe del proyecto inicial de la redacción de la creación del Ballet Folclórico Nacional Argentino y que hoy después de tantos años, después de un largo camino recorrido, nuevamente la vida me plante frente a otro desafío, que tiene que ver con lo mismo, que me encuentra posicionada en el mismo lugar que hace muchísimos años atrás cuando la creación del ballet folclórico nacional era solamente un proyecto.
Seguramente el destino quiso y quiere que esto tenga un punto final, coronando con el nombre de Santiago Ayala “El Chúcaro”, a los embajadores de lo nuestro, a los predicadores de la danza, a los manifestantes populares del arte de la expresión corporal y me estoy refiriendo a las bailarinas y los bailarines que integran el Ballet Folclórico Nacional Argentino.
Que orgullo que el ballet folclórico nacional, que es nuestra identidad popular lleve su nombre y apellido cual broche de oro, cual deuda pendiente, cual deuda saldada.
En el mismo sentido quiero transmitir mi reconocimiento a todos los bailarines y bailarinas en el proyecto de mi autoría de la creación del Día Nacional de los Bailarines Folclóricos el día 13 de Septiembre de cada año en homenaje al maestro de maestros, Santiago Ayala, el Chúcaro, que seguramente tendrá tratamiento favorable en esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
Pongo en consideración este proyecto de ley dando así un justo homenaje y reconocimiento a este ser humano valorado y apreciado artista, no sin antes decir que: “El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma, el espíritu y el arte que transmiten los bailarines, la morada esta en todo su cuerpo”
Es por eso que solicito a mis pares el acompañamiento de este proyecto de ley.