20. INSERCIÓN SOLICITADA POR LA SEÑORA DIPUTADA PARRILLI

Biblioteca Nacional “Dr. Mariano Moreno”. Régimen

La Biblioteca Nacional "Dr. Mariano Moreno" es un organismo descentralizado en el ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación, con autonomía funcional y autarquía financiera, personería jurídica propia y plena capacidad jurídica. Una de las Bibliotecas más antiguas de América Latina. Surgió con el nacimiento de la patria, impulsada por Mariano Moreno, creada por decreto de la junta de Gobierno de la Revolución de mayo, el 13 de septiembre de 1810.
Con más de doscientos años fue concebida para sostener y profundizar el proceso revolucionario emancipatorio, dirigido a poner en marcha una serie de mecanismos destinados a favorecer el acceso de los ciudadanos a las virtudes del conocimiento. En la actualidad la Biblioteca Nacional continúa ejerciendo una irremplazable influencia en la lectura, la investigación. Recogiendo el legado de sus grandes directores, entre los que se cuenta a Paul Groussac, Gregorio Weimberg, Dardo Cúneo, Jorge Luis Borges y desde hace varios años , Horacio González. En la presente ley el artículo 6° establece que la designación de las autoridades, “El/la directora/a y el/la subdirector/a de la Biblioteca Nacional "Dr. Mariano Moreno" son designados/as y removidos por el Poder Ejecutivo Nacional”.
Si bien su recorrido es profundo y extenso carecía de un marco legal. Para una correcta interpretación de la norma, se brindan ahora definiciones vinculadas a las funciones y al acervo documental de la institución, contemplando necesidades vigentes y futuras. En este sentido, será competencia de la biblioteca adquirir, registrar y preservar material de diversos formatos, como ser: libros, publicaciones periódicas, revistas científicas, anuarios, memorias, manuscritos, tesis doctorales, mapas, planos, cartas geográficas y marítimas, dibujos, historietas, fotografías, documentos audiovisuales, sonoros, etc.
Asimismo, en el artículo 4° relativo a las funciones de Biblioteca Nacional se establece “proporcionar un servicio público de consulta a los usuarios tanto presenciales como remotos, que permita la descarga de los contenidos en el dominio público y que emplee para su gestión el uso de las tecnologías de la información y la comunicación”.
En este sentido, resulta oportuno subrayar que el acceso a la información y a la cultura son derechos de todos los seres humanos reconocidos en los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, los que han sido incorporados por nuestro país a partir de la Reforma Constitucional de 1994.
Conforme a este marco normativo, resulta una obligación del Estado garantizar el acceso a la lectura, la investigación en todas sus ramas humanísticas y científicas, y la información pública, constituyendo la Biblioteca Nacional el ámbito propicio para su desarrollo, fomento y creación permanente, pues una Biblioteca no solo recibe lectores e investigadores, sino también los crea.
Este propósito es consustancial con la creación de nuevas perspectivas de lectura, en tanto no hay información cultural si no existe la posibilidad de que las bibliotecas exploren su lugar específico en el interior de una teoría de la cultura con rasgos de autonomismo, según las necesidades de las regiones y países.
En el año 1960 se destinaron tres hectáreas ubicadas entre las avenidas del Libertador y Las Heras, y las calles Agüero y Austria. La piedra fundamental del edificio fue colocada recién el 13 de octubre de 1971, once años después de la sanción de la Ley con el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich.
Las obras avanzaron lentamente, se demoraron, y finalmente fueron suspendidas a comienzos de los '80, durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, retomándose hacia 1982. Durante la obra ocurrieron grandes avances en el campo de la bibliotecología, como la llegada de la informática que permitió la digitalización de la consulta de materiales, con lo cual el funcionamiento de una biblioteca cambiaría radicalmente.
La presente ley viene a complementar otras importantes medidas que se han tomado en el curso de la última década para fomentar y difundir todas las expresiones de la cultura. En octubre de 2011 la Biblioteca Nacional inauguró el Museo del libro y de la lengua. Un espacio pensado como un recorrido por la cultura nacional, por la experiencia de nuestra condición de hablantes y de lectores, donde se ofrecen muestras que incorporan el arte, tecnología, pedagogías y reflexiones de distintas disciplinas, para proponerle al visitante una relación interactiva e invitarlo a que se reconozca como creador y depositario de un tesoro común.
 

 

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