Quiero dejar en claro que el tratamiento de este proyecto se relaciona directamente con la responsabilidad que tenemos ante nuestro pueblo. Es por ello que no debemos dejar pasar de largo el hecho de que este gobierno está eludiendo directamente todas las responsabilidades que tiene para con nuestro pueblo. Las medidas tomadas desde el inicio de esta gestión indican que no han pensado ni una sola vez en el pueblo argentino.
En el ámbito de la campaña electoral, durante todo el período que duró, una de las grandes mentiras que Mauricio Macri dejó en claro a todos los argentinos fue llegar a la pobreza cero. Luego de asumir, como no podían alcanzar el objetivo que se habían fijado, pasaron a prometer que nos iban a llover dólares de todos lados, porque la Argentina era un país confiable y que a partir de allí se podría ir eliminando la pobreza; lloverían en el primer trimestre, en el segundo y en el tercero, pero eso nunca sucedió. Pero que ello no suceda es pura y exclusiva responsabilidad de este gobierno y de cada uno de los ministros que asumieron la gestión para llevar adelante los cambios prometidos e incumplidos.
Tuvimos muchísimas promesas este año, pero también tuvimos casi doscientos mil trabajadores que han perdido su empleo y alrededor de trescientos veintiséis mil trabajan en forma precaria porque muchos han sido suspendidos, situación que ha provocado una enorme recesión.
Al respecto debo decir que este proyecto apunta a generar más desigualdad, porque este gobierno gestiona para los más poderosos de Argentina. Además, esta propuesta es consecuencia de la grave situación que están viviendo las provincias, razón por la cual el gobierno presiona a los gobernadores para que no salga este acompañamiento.
La cuestión es que mientras esperamos las mejoras en las condiciones económicas, en todas las provincias reaparecen los comedores comunitarios, y esto no es justamente un signo de recuperación de las economías regionales ni de una mejora en las condiciones de la sociedad.
Deberíamos pensar y asumir la responsabilidad para que nuestros chicos coman en sus casas y no en comedores y sus padres tengan trabajo digno para poder llevar el pan a su hogar, pero no creo que ésta sea una prioridad del gobierno.
Desde el momento que se comprometieron a pagar a los buitres, todo lo que siguió fue desfinanciar al Estado nacional y debilitar los programas de contención y crecimiento que teníamos para las poblaciones más vulnerables.
Han endeudado al país de una manera exorbitante y lo siguen programando para el próximo año, como si eso fuese a resolver los problemas estructurales en nuestras economías regionales.
Es ofensivo que los diputados que representan a este gobierno se llenen la boca hablando de los pobres y de cómo mejoraron su situación; esto no es real. Lo que la gente necesita es que se profundice la inclusión que tenían en el gobierno anterior, como así también sus derechos.
Hay un reconocimiento expreso a lo que muchos llaman “la década perdida”, pero los humildes de la patria manifiestan que extrañan al gobierno que pasó. ¿Cómo no lo van a extrañar? Si los teníamos en cuenta en cada una de las políticas que planteábamos y pensábamos para ellos. Por eso tenemos una gran diferencia con este gobierno, porque de ninguna manera los percibe como sujetos de derecho.
Adelanto que acompañaremos este proyecto porque es una obligación y compromiso que tenemos con todos los organismos sociales que vienen movilizándose.
Las economías regionales están siendo devastadas por la apertura de las importaciones, lo que está dejando grandes ramas de la actividad económica en crisis total, con suspensión o eliminación de puestos de trabajo.
Por lo tanto, esta ley es sólo un parche para una economía que se derrumba y este gobierno sigue mirando para otro lado.
Estamos pasando por un momento crítico de nuestra economía: inflación en suba, consumo en baja, importaciones captando el mercado interno, aumento del desempleo y condiciones laborales y comerciales cada vez más deplorables.
Esta crisis se ve profundizada por las políticas de este gobierno que ahonda en la desigual distribución del producto bruto interno; un gobierno de ricos, para ricos, concentrando todos los recursos en unas pocas manos.
En mi provincia una gran cantidad de obreros metalúrgicos se han quedado sin empleo, las empresas sólo desarman y se van y dejan familias enteras sin un horizonte laboral, sin siquiera permitirles la opción de una nueva inserción, porque la apertura de las importaciones destruyó la economía de Tierra del Fuego.
Reitero que acompañamos este proyecto. Entendemos que la propuesta establecida mediante el concepto de paritaria social y del salario social complementario, está pensada para nivelar los márgenes de ingreso de todos, sin distinción de situación laboral, constituyendo así un acto mínimo de dignidad.
Ya pasamos un año de esta gestión que nos prometió pobreza cero y que no tuvo la decisión política de generar una distribución del ingreso hacia los sectores más castigados de la sociedad. Sin embargo, no tuvo el menor inconveniente en facilitar el pago a los buitres, quitar retenciones a las mineras y entregar a los más poderosos todos los pedidos que le hicieron. Es por ello que el lugar que tienen los movimientos sociales en nuestra sociedad apunta a contener, compartir y asistir a quienes más lo necesitan.
En ese sentido, necesito recordarle que el primer presidente que abrió las puertas de la Casa Rosada a esos mismos movimientos sociales fue Néstor Kirchner, quien los acompañó y les abrió las puertas del Ministerio de Trabajo. Así salimos de los piquetes y recobramos la dignidad de los trabajadores, porque ese presidente salió a buscar la dignidad del trabajo.
No queremos escuchar que se han dedicado a resolver los problemas de los sectores más vulnerables, porque la devolución del IVA de 300 pesos a los jubilados es una cargada hacia ellos, que en el gobierno anterior fueron reconocidos y acompañados para mejorar su situación.
Es una falta de respeto constante que ha tenido este gobierno para con los más débiles y con los movimientos sociales, que son los que han sostenido a la patria en los momentos más difíciles y que siguen acompañando en los momentos que estamos atravesando.
Por otra parte, es necesario aclarar ante esta Honorable Cámara, que no es menor el tema de ganancias que también vamos a tratar y sus implicancias en el proyecto de emergencia social. Digo esto porque los patagónicos hemos quedado completamente desprotegidos ante el decreto de necesidad y urgencia que firmó el presidente Macri, en el cual se eliminan los reembolsos por exportaciones desde los puertos patagónicos, afectando las economías regionales de las provincias de Chubut, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Río Negro y Neuquén.
A esa información debo agregar que la inflación pasó a ser el 43 por ciento, se acrecentó la desocupación, hubo un tremendo descenso del consumo y, como consecuencia de ello, cerraron más de seis mil quinientos locales, mayoritariamente pertenecientes a pymes. Junto con ello la caída de la economía nos marca el armado de un paquete de medidas económicas y políticas de ajuste, que no hacen más que dañar y perjudicar a la población más vulnerable de este país, a la que nosotros habíamos comenzado a devolverle los derechos que le correspondían.
Por lo tanto, para los patagónicos resulta contradictorio escuchar hablar a Cambiemos y todos sus representantes de federalismo, porque lo que están haciendo con la Patagonia es dejarla completamente sin sus recursos, al quitarle el ingreso más importante que proviene de los puertos patagónicos.
Este gobierno no tiene vergüenza de mencionar que quieren un país federal, cuando están rompiendo violentamente todas las economías regionales y las herramientas que cada región tiene para sustentarse.
Por eso, me parece oportuno remarcar que la ley de emergencia social es necesaria, pero sólo es un paliativo para tanto destrozo que están generando, tanta destrucción del recurso humano, tanta gente sin trabajo, sin protección de un estado que lo único que hace desde el 10 de diciembre de 2015 es pagar favores a quienes acompañaron y sustentaron su campaña y ahora están reclamando cada uno de esos pesos y dólares que han puesto.
Este gobierno le está facturando eso a un sector de la población que lo único que hace es recibir recortes, ajustes, despedidos, aumentos, maltrato, inestabilidad y baja en la calidad de vida lograda con esfuerzo y lucha durante los años de gestión del gobierno anterior.
Si algo tiene que quedarles bien en claro es que en la Patagonia no queremos ser colonia. No lo vamos a permitir, porque en esa zona el país suena diferente. Por ello, estamos dispuestos a remarcar en esta Cámara lo que nuestros votantes nos otorgaron como mandato fundamental, que es defender el territorio que no tiene más que nuestras riquezas, que son las que nos permiten hacer nuestra diferencia, sustentarnos por nuestra propia riqueza; estas retenciones que hoy nos están quitando, son millonarias en el sur.
Están llevándose toda nuestra recaudación. ¿Para qué? Para tapar agujeros que ellos mismos están provocando, porque lo único que este gobierno sabe hacer muy bien es generar y pedir deuda que no sabemos para que se utiliza, porque a nuestros territorios no llegan esos recursos; sólo llega pobreza, miseria y desocupación, y este año ha llegado rápidamente.
Queremos una Patagonia sustentable y pujante; queremos seguir construyendo el país que comenzamos a rearmar en el 2003. No queremos seguir escuchando a nuestros votantes decirnos que están tocando fondo, que esta economía los está dejando fuera de todo, que estas políticas económicas no sólo no les permiten crecer sino que, en la mayoría de los casos, ni siquiera les permiten subsistir.
Con las medidas económicas que esta gestión está llevando adelante, lo único que podemos visualizar es que nuestro país venía generando espacios de crecimiento y ascenso social que fueron ferozmente cuartados mediante este modelo neoliberal.
Una de las áreas más afectadas por estas políticas es la de los hombres y mujeres de la economía popular, que sostienen su terruño en cada región del país y generan recursos allí donde el Estado no llega o lo hace tarde o mal.
Frente a esos agujeros negros del Estado la economía popular cumple un rol singular, conteniendo y generando fuentes de trabajo genuinas y sustentables. Por ello me hago eco de las palabras de la diputada Conti y otros compañeros, que hacen mención a la importancia de esta ley de emergencia social, que se convierte en una herramienta fundamental a partir de la creación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y del Consejo del Salario Social Complementario. De este modo no solo se van a instrumentar los recursos necesarios para discutir la situación de la pobreza en Argentina sino que, al mismo tiempo, deberemos discutir hacia donde van las riquezas de este país y cuál es el mapa de la redistribución del ingreso.
Por lo tanto, podemos decir que la aprobación de este proyecto está necesariamente relacionada con el proyecto de reforma del impuesto a las ganancias, ya que en principio los sectores de la economía popular quedan cubiertos por el paraguas de esta nueva norma.
Ahora bien, tenemos otro sector del ámbito trabajador que aún no resuelve su cuestión con el tema del impuesto a las ganancias. En este sentido, me permito recordarle al gobierno que una de las promesas más importantes de campaña fue la referida a la eliminación total del impuesto. De hecho, si mal no recuerdo, un spot decía: “Ningún trabajador va a pagar ganancias”.
Durante nuestro gobierno nos criticaban porque no eliminábamos ese impuesto, y ahora pareciera ser que ingresando a la gestión y a los números que maneja el Estado nacional, una importante porción de la recaudación corresponde a ese tributo.
Nosotros proponíamos modificar las escalas, y de hecho lo hicimos. Lo que no logramos fue que la sociedad internalizara la necesidad de pagar el impuesto y que quienes proponían su eliminación solo estaban plateando una mentira, porque es muy difícil que el Estado se desprenda de una porción tan importante de sus ingresos.