8. INSERCIÓN SOLICITADA POR LA SEÑORA DIPUTADA SCHMIDT LIERMANN

Proyecto de Ley de Reconocimiento y Protección de las Personas Apátridas

Como marco general, cabe recordar que la Corte Permanente de Justicia Internacional resolvió en el año 1927 que los temas de nacionalidad dependían de la jurisprudencia de cada país, pero estos se encontraban a su vez regulados por el derecho internacional. Siete años más tarde, en 1930, se ratificaron estos dichos por la firma del convenio concerniente a determinadas cuestiones relativas a conflictos de leyes de nacionalidad.
En el año 1948 se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) que establece en su artículo 15 que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad. A nadie se le privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad”. Para asegurar esto se desarrolló en el año 1954 un tratado asociado a la nacionalidad llamado Convención sobre el Estatuto de los Apátridas.
Hoy en día existe un plan de acción mundial para acabar con la apatridia (2014– 2024), que establece un marco de orientación de diez acciones que han de llevar a cabo los Estados con la ayuda de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados –ACNUR a fin de resolver las principales situaciones existentes de apatridia, prevenir el surgimiento de nuevos casos de apatridia e identificar y proteger mejor a las poblaciones apátridas.
Dentro de la estrategia, ACNUR y sus socios deben desarrollar e implementar planes nacionales de acción; convocar a discusiones en mesas redondas a nivel nacional con gobiernos, sociedad civil y otras agencias de la ONU; brindar asistencia técnica; promover el intercambio de buenas prácticas e incluir al sector judicial para combatir esta problemática.
Lamentablemente, esta problemática va en aumento, ya que cada diez minutos nace un nuevo apátrida en alguna parte del mundo, siendo un total de 70.000 nacimientos de apátridas en los veinte países que más los acogen. Las consecuencias son graves, dado que en varios países es necesario tener documentación para recibir atención médica, lo que es de suma importancia, muy especialmente para los primeros años de vida de todo niño. También, en algunos casos hasta se les niega estudiar en escuelas, lo que conlleva a consecuencias tremendas en la educación de los jóvenes.
Quisiera destacar que el tratamiento de este proyecto en el ámbito de la Comisión de Relaciones Exteriores fue realizado sin demoras, con el convencimiento de todos de que se trata de una cuestión humanitaria a la que se merece dar una pronta y efectiva solución. En tal sentido, si bien la oposición no ha podido asistir el día del tratamiento, es de destacar que posteriormente ha manifestado su entera convicción y acompañamiento a la iniciativa. Estamos frente a un proyecto que sin dudas se volverá histórico por haber logrado un espacio de diálogo y consenso entre las instituciones y también entre los legisladores.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer también a los organismos como ACNUR y a nuestra Cancillería por haber trabajado con sensibilidad y entrega. Gracias a ello, tuvimos el inmenso placer de recibir en la comisión a Maha, una joven apátrida que, habiendo nacido y crecido en el Líbano, ahora goza por primera vez de una nacionalidad: la brasileña.

Fue la primera vez entonces que Maha pudo salir de un país con un pasaporte, y con emoción, orgullo y una entereza inigualable nos relató su historia y los distintos obstáculos que debió enfrentar para obtener su nacionalidad, pero que lejos de llevarla a rendirse, logró sortearlos y fortalecerse.

Su relato permitió visibilizar su caso que, como el de otros tantos, se desconoce, y su lucha debe servir de ejemplo para que los Estados no permanezcan indiferentes y puedan prevenir, identificar, proteger y evitar nuevos casos de apatridia. Tras escuchar su conmovedora historia, todos entendimos lo mismo: estamos frente a un canto por los derechos humanos.

Por último, aprovecho para hacer un llamado a la comunidad internacional, especialmente a los países de nuestra región latinoamericana, a fin de que acompañen la iniciativa y cumplamos con el objetivo de tener un mundo libre de apátridas.
 


 


 

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