En ese marco, la diputada recordó los 105 años del vínculo entre ambos países al evocar que “el 15 de septiembre de 1919, a través de un decreto del Presidente Hipólito Yrigoyen, la República Argentina se convirtió en el primer país del mundo en reconocer la independencia de Georgia”. 

A continuación, la titular del GPA definió a la muestra como “un recorrido visual por los colores, los materiales y las texturas que son un paso para adentrarse en la esencia de su obra, en su significado, en lo que podemos interpretar y en lo que nos puede decir” así como también destacó que “la muestra cuenta con obras inspiradas en textos de Jorge Luis Borges”.

“La cultura es también un acto de libertad y resistencia y que es tanto a nivel simbólico como a nivel real -reflexionó de Sensi-, la forma que tenemos las personas para conocernos, transcender barreras y para celebrar la diversidad y la igualdad”.

Luego, el Embajador de Georgia, Gvaram Khandamishvili, afirmó que “la muestra y la trayectoria del artista hablan por sí mismo. El hecho de que la muestra se exponga en el Congreso de la Nación es la mejor manera de acercar sus obras al público general".

Finalmente, tras agradecer a las autoridades de la HCDN, de Diplomacia Parlamentaria y a la Embajada de Georgia, el artista exclamó: “ésta muestra me ha hecho descubrirme a mí mismo, de otra manera, a través de mis obras".

También participaron la coordinadora de los GPA de la HCDN, Patricia Cardo, directora general de Diplomacia Parlamentaria, LucianaTermine, Andrea Barbieri, directora de Cultura de la Cámara, y Andrea Tettamanti, curadora de la muestra.

Gotcha Gaios nació en Gerogia en el año 1969, estudió letras en la Universidad de Tbilisi, Georgia; es Doctor en Ciencias Humanísticas de la Universidad de Varsovia, Polonia, es ciudadano argentino y vive en Buenos Aires desde el año 1995. Ha llevado a cabo exposiciones en Suiza, Georgia y España.

“Umbrales del tiempo”, es una meditación acerca del devenir y la creación, donde la escritura actúa como único refugio frente al desorden. Como en los laberintos borgianos, la narración no posee principio ni fin; se trata de una experiencia fluida que, desde el inconsciente, adquiere forma en el proceso de elaboración. La relación entre arte y literatura, tan presente en la obra, invita a una relectura constante de textos, generando interpretaciones siempre nuevas, cambiantes.